Pide
niña a papa Francisco ayuda para migrantes
Sophie,
quien atravesó una barricada y salió al paso del Papamóvil, llevaba una
camiseta inscrita con una leyenda sobre los padres migrantes de niños nacidos
en Estados Unidos. Foto: AP
Agencias/Reforma
Washington
DC, Estados Unidos (23 septiembre 2015).-
Sophie
Cruz, una niña oaxaqueña de cinco años de edad, pidió al Papa que interceda por
la legalización de los millones de indocumentados en Estados Unidos.
La
pequeña logró saltar la valla con ayuda de su padre y finalmente pudo
entregarle una carta y una playera al Pontífice.
En
la misiva le pide que interceda para la legalización de 11 millones de
indocumentados en este país.
Gloria
Saucedo, dirigente de Hermandad Mexicana Trasnacional, confirmó a la agencia
Notimex que la niña, hija de padres oaxaqueños, pudo llegar hasta el Pontífice.
En
la emotiva escena, la niña, vestida con un traje típico oaxaqueño de color
blanco con tejidos, en principio y delante de las vallas intentó caminar hacia
el Papamóvil pero un guardia de seguridad le impidió el paso.
Una
mirada de su papá y unos brazos abiertos del Papa forzaron al guardia de
seguridad a enmendar y no sólo llevó a la niña, sino que la cargó para que la
abrazara el Pontífice y le diera un beso.
La
menor, tras ser bajada por el guardia, reviró y tras recordar su misión,
insistió y volteó para entregarle la playera y la carta a Francisco.
Saucedo
compartió que Sophie es muy inteligente ya que habla español, inglés y además
mixteco.
"Le
entregó una carta con un mensaje en el que le pide que ayude para que se
legalicen a todos los papás sin documentos que están en Estados Unidos",
compartió.
En
la camiseta se leía una leyenda: "Papa rescata a mi papá", "La
legalización es una bendición" y "Todos los niños del mundo tienen
derecho a ser felices".
Saucedo
indicó que la delegación procedente de Los Ángeles intentará mañana de nuevo
acercarse a Francisco ya que tienen pases para el evento en el Congreso de
Estados Unidos.
La
delegación está integrada por seis niños y 19 adultos, la mayoría padres, así
como miembros de organizaciones proinmigrantes de Los Ángeles.
Entre
ellos, Hermandad Mexicana Trasnacional, Grupo de Migrantes Sin Papeles de la
virgen de Juquila, Votantes del Futuro y de la iglesia de la Placita Olvera de
Los Ángeles.
"Nuestra
ilusión es que por la intervención del Papa Francisco venga ya por fin la
reforma migratoria", sentenció Saucedo.
Calurosa
bienvenida
Los
hispanos dieron una calurosa bienvenida al Papa.
Decenas
de miles de personas esperaron durante horas en el National Mall, la gran
explanada del centro de Washington, para poder ver a Francisco en un área
vallada y protegida con medidas de seguridad propias de un control
aeroportuario.
La
gran mayoría de ellos eran hispanos y el español fue la lengua dominante
durante toda la jornada, tanto en las filas para entrar como en los cánticos
con los que se amenizó la espera.
A
pesar de que no vieron al Papa más de unos segundos, los asistentes se
mostraron satisfechos por haber sido testigos de un momento histórico, ya que
ese recorrido era la única oportunidad de ver a Francisco para la gran mayoría
de los ciudadanos.
Emilio
Luna, un salvadoreño que vive en Washington, pidió permiso en el trabajo para
ver a su tercer Papa: "Es lo más cercano a ver a Jesús", dijo a la
agencia Efe.
Tampoco
era la primera vez para Guillermo Castro y Ligia Fatjó, que viajaron desde
Costa Rica para visitar a su hija Patricia aprovechando que el Papa estaba en
la ciudad.
Este
matrimonio ya vio a Benedicto XVI también en Washington y a Juan Pablo II en
Costa Rica.
"Este
Papa es muy especial, tiene un carisma, sencillez y humildad tremendos",
contó Guillermo.
La
mayoría de las personas aseguraron que habrían acudido a ver a este o a
cualquier otro Pontífice, pero algunos no dudaron en dejar claro que sólo lo
han hecho porque admiran a Francisco.
Es
el caso de Stephanie Padilla-Burton, de origen puertorriqueño, quien se
desplazó con su hija desde Virginia para ser testigo de la presencia de su Papa
favorito.
"Él
es mucho más acorde con los asuntos de hoy en día. Por ejemplo, no condena el
matrimonio homosexual", comentó Padilla-Burton.
Bob
Welsh, un católico de origen irlandés que vive en Greenbelt, Maryland, esperó
desde primera hora jugando a las cartas con su familia. Sus hijos no paraban de
repetir: "este Papa es realmente genial".
Algunos
incluso acamparon por la noche a las puertas de los cuatro controles de
seguridad que daban acceso al recinto, situado entre la Casa Blanca y el
obelisco del monumento a George Washington.
Sin
embargo, incluso los que llegaron a las 9:00 horas, tiempo local, cinco horas
después de la apertura, pudieron garantizarse un buen lugar desde el que ver al
Papa y tomarle fotos.
El
comentario general entre los asistentes era que tener un buen puesto había sido
mucho más fácil de lo esperado y que, aunque había mucha gente, podría haber
habido más.
Se
esperaban unas 200 mil personas, y a falta de cifras oficiales, lo que sí pudo
comprobarse es que las amplias aceras quedaron repletas pero sobraba mucho
espacio en los jardines del recinto.
"¡Viva
el Papa!" fue el grito con el que se recibió al santo padre en la Avenida
Constitución, donde se vivieron unos minutos de gran emoción cuando el
Pontífice saludó desde su Papamóvil, que en esta ocasión fue un Jeep Wrangler.
El
vehículo, por supuesto blanco, tiene un techo de cristal pero está abierto en
sus laterales, lo que permitió a Francisco durante su recorrido bendecir a un
bebé que le acercó un agente de seguridad.
Bergoglio
comenzó su recorrido 15 minutos después de lo previsto, tras una ceremonia
oficial en la Casa Blanca y una reunión con el Presidente Barack Obama.
El
Papa recorrió la calle 17, para pasar después por el tramo de la Avenida
Constitución que va desde ese punto a la calle 15, donde terminó su saludo a
los ciudadanos y partió en su pequeño Fiat 500L a la Catedral de San Mateo para
hablar ante centenares de obispos de Estados Unidos.
Hora
de publicación: 15:03 hrs.
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