2 sept 2008

Gilberto, la opinión de Jesús Ortega

Gilberto Rincón Gallardo/Jesús Ortega Martínez
Publicado en Excelsiro (www.exonline.com.mx) 02-Sep-2008;
Con una gran pena me he enterado de la muerte de quien fue, aparte de un inteligente líder político, un hombre bueno; de aquellos que sienten como propio el sufrimiento ajeno, que tienen capacidad de indignarse ante las injusticias, que pueden, al margen de cualquier consecuencia personal, rebelarse ante los abusos; que son, durante toda su vida, congruentes con lo que piensan.
Durante su militancia en el Partido Comunista Mexicano, en el PSUM, en el PMS y especialmente en el PRD, Gilberto Rincón Gallardo aportó valentía y sensatez desde su condición de militante y dirigente. ( ¿y en DS no Jesús?) Lo recuerdo como una persona firme en sus convicciones, pero siempre dispuesta al diálogo y a la tolerancia; interesado siempre en escuchar a los otros y pronto a entender sus razones.
Tengo presente, cuando él era el secretario general del PMS, cuando las largas y ciertamente tediosas reuniones en las que los dirigentes de ese partido discutíamos sobre la pertinencia de apoyar la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas a la Presidencia de la República y en consecuencia ampliar la lucha de la izquierda hacia diversos sectores de la población, incluidos los que antes, como los priistas, habían combatido a la izquierda.
Frente a la intolerancia, su paciencia; frente a una inútil intransigencia, su capacidad de diálogo y su disposición al acuerdo.
Lo recuerdo durante el III Congreso Nacional del PRD, aquel realizado en Oaxtepec, en donde con coraje impulsó una línea política de apertura y de amplitud. Se opuso de manera sólida a quienes de manera obtusa persistían en el aislamiento y en el sectarismo.
Ricardo Becerra recuerda aquel pasaje de la siguiente manera: “Aunque la prensa nacional apenas se percató, aquella fue una batalla intelectual y política memorable para tres días sin sueño”, en los que Rincón, un moderado y ahora desconocido Muñoz Ledo, Ortega, Encinas, García (estos dos últimos, irreconocibles) y varios más que, para sorpresa de muchos, lograron revertir el estado de ánimo testimonial y pendenciero del PRD y lo colocaron, legítimamente, de pie en la negociación democrática.
Es verdad, Gilberto Rincón fue puntal para que la izquierda mexicana alcanzara alturas que parecían utópicas; fue un político de claridad estratégica que apostó a cambios substanciales en el pensamiento de la izquierda, los mismos que posibilitaron que ésta se convirtiera en poco tiempo en una alternativa verdadera de poder.
Desde su militancia en el PCM se involucró en contra de conceptos heterodoxos y dogmáticos, pero sobre todo fue un impulsor de cambios para que la izquierda adoptara a la democracia como un valor intrínseco, como un principio fundamental de la izquierda.
Gilberto se retiró del PRD cuando se comenzaban a cerrar los espacios para la discusión libre y abierta; cuando, nuevamente, aparecieron los síntomas del pensamiento absoluto, de la verdad única, de la imposición; cuando al PRD, neciamente, se le hacía dar la vuelta a los tiempos del marginalismo, del sectarismo.
Gilberto fue un hombre de izquierda congruente con este pensamiento; fue tenaz en una lucha en contra de lo establecido; contra una sociedad de injusticia y de desigualdad y esa batalla, la de su vida, la llevó a cabo como un hombre libre, sin ataduras, sin convencionalismos.
ortegamartinezjesus@hotmail.com

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