Las elecciones municipales celebradas el pasado domingo 27 de octubre en Brasil situaron al gobernador de Sao Paulo, José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), bien posicionado para el 2010, después del abrumador triunfo de su ahijado político, Gilberto Kassab, en la ciudad de Sao Paulo quien competía contra Marta Suplicy, del Partido de los Trabajadores (PT),.
El PSDB, de centro, y Demócratas, de derechas, son aliados tradicionales y se han apoyado mutuamente en las últimas elecciones presidenciales.
Serra ya se presentó a las presidenciales en el 2002 y fue derrotado por Lula, pero ahora emerge de nuevo como el aspirante con más opciones de entre los partidos de oposición, una situación que desde hace meses también apuntan las encuestas.
Serra ya se presentó a las presidenciales en el 2002 y fue derrotado por Lula, pero ahora emerge de nuevo como el aspirante con más opciones de entre los partidos de oposición, una situación que desde hace meses también apuntan las encuestas.
Kassab, obtuvo el 60.72% de los votos en Sao Paulo, supuso un revés para el PT y personalmente para Lula, de quien partió la decisión de nominar a Suplicy para la alcaldía y quien ha declarado públicamente que quiere designar a su sucesor a la presidencia en el 2010.
Lula llegó a dar pistas de que su intención para el 2010 era elegir a una mujer, lo que se ha interpretado en Brasil como un amparo implícito a la ministra de la Presidencia, Dilma Rousseff, pero que no le cerraba las puertas a Suplicy en caso de que consiguiera el espaldarazo de una victoria en Sao Paulo.
Desautorizado en las urnas, el presidente podría tener que verse obligado a replantear la estrategia para el 2010 e incluso aceptar un candidato de fuera de su partido, consensuado con aliados como el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el que más alcaldes ha conseguido en estas elecciones.
Lula llegó a dar pistas de que su intención para el 2010 era elegir a una mujer, lo que se ha interpretado en Brasil como un amparo implícito a la ministra de la Presidencia, Dilma Rousseff, pero que no le cerraba las puertas a Suplicy en caso de que consiguiera el espaldarazo de una victoria en Sao Paulo.
Desautorizado en las urnas, el presidente podría tener que verse obligado a replantear la estrategia para el 2010 e incluso aceptar un candidato de fuera de su partido, consensuado con aliados como el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el que más alcaldes ha conseguido en estas elecciones.
***
No hay comentarios.:
Publicar un comentario