13 abr 2011

Sesión solemne. Senado de Insurgentes 135 (2)

Continuación)
- EL C. PRESIDENTE SENADOR MANLIO FABIO BELTRONES: Gracias a usted, señor Senador González Morfín.
Al saludar al señor licenciado Emilio Gamboa Patrón, a través de él saludamos a muchos de nuestros amigos ex senadores y ex diputados que hoy nos distinguen con su presencia.
Procedo a dar el uso de la voz a nuestro distinguido invitado el señor Ministro Juan Silva Meza, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, adelante, señor Presidente.
- EL C. MINISTRO JUAN SILVA MEZA: Señores licenciados José Francisco Blake Mora, representante del Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
Señor Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, licenciado Jorge Carlos Ramírez Marín.
Señor Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, licenciado Manlio Fabio Beltrones Rivera.
Distinguidas damas; respetables caballeros, todos:
El Senado de la República es por definición un espacio público destinado a la discusión, al debate, al ejercicio pleno de la libertad de expresión, al intercambio de ideas y proyectos, a la deliberación racional, al debate civilizado y pacífico. Es por eso, la historia así lo constata, que es un espacio destinado al ejercicio de la sabiduría por la cual una nación libre va dictando las normas que la rigen, es el Senado de la República un espacio de registro de la historia y de construcción de futuro a partir de las aspiraciones que, establecidas en una Constitución, unen a las generaciones.
En su concepción el Senado no es, no puede ni debe ser un espacio de oscuridad o de opacidad. La claridad en la exposición de las ideas, de las diferentes posiciones y percepciones políticas se refleja desde hoy en los muros claros y los grandes ventanales que conectan a esta nueva sede del Senado de la República con el exterior frente a quien tienen responsabilidad.
Nuestro Senado de la República renueva su sede, y al hacerlo en el fondo nos renueva a todos. No debemos olvidar que la historia del Senado de la República es parte de la historia de México, es en este contexto en el que debemos, creo, dimensionar la ceremonia solemne, a la cual asistimos.
El Senado de la República se renueva en sus instalaciones, sí, tal como lo hace permanentemente en los temas que debate y legisla. La nueva sede del Senado de la República debe verse como la manifestación externa de una representación que ha discutido en los años recientes, y por lo que a nosotros los juzgadores atañe, temas novedosos hasta hace poco, no abordados en nuestra tradición constitucional como el nuevo Sistema de Justicia Penal, el nuevo régimen de amparo o el nuevo régimen protector y promotor de Derechos Humanos.
La arquitectura pública no puede verse separada de la vida pública. Los espacios que se dedican a las labores relevantes de al vida nacional deben tener y conservar dignidad. A partir de ello es posible afirmar, reconocer, como aquí se ha dicho, que el gran reto para el Senado de la República será mantener y continuar la correspondencia entre la dignidad de sus nuevas instalaciones y el adecuado desahogo de las graves responsabilidades que la nación impone a sus integrantes, igual como lo hace con nosotros los juzgadores, a quienes la sociedad cada vez más y más con razón nos exige.
El Senado continuará trabajando con su colegisladora, siempre poniendo por delante el interés nacional nombrando a los altos funcionarios del Estado, de entre los mejores mexicanas y mexicanos, vigilando el correcto desarrollo de la política exterior de México, viendo siempre por la paz entre las naciones y el respeto entre los pueblos.
Estamos seguros que el Senado de la República seguirá el mandamiento establecido para el resto de los órganos del Estado mexicano que cuenta con instalaciones públicas para desahogar sus deberes. Estoy seguro que en esta nueva sede del Senado de la República se seguirá haciendo el trabajo con absoluta responsabilidad y compromiso por México.
Enhorabuena. (Aplausos)
-EL C. PRESIDENTE BELTRONES RIVERA: Muchas gracias, señor Ministro.
Señor Licenciado Francisco Blake Mora, Secretario de Gobernación y representante personal del Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos; señor Ministro Juan Silva Meza, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; señor Diputado Jorge Carlos Ramírez Marín, Presidente de la Mesa Directiva de la Honorable Cámara de Diputados; señora y señores gobernadores; señor Jefe de Gobierno del Distrito Federal; señores ex presidentes de la Mesa Directiva del Senado de la República; señor Rector de la UNAM; señores presidentes de los partidos políticos; señora y señores coordinadores de los grupos parlamentarios de la Cámara de Diputados; amigos todos; invitados especiales que hoy nos honran con su presencia; señoras y señores:
Al agradecer el tiempo que el día de hoy nos han dedicado, también hoy continuamos los trabajos de este período de sesiones en esta instalación pública, nueva sede del Senado, renovando también nuestro compromiso con las reformas que México necesita.
Damos adicionalmente las más cumplidas gracias a todos y cada uno de quienes hoy han estado aquí presentes, han hecho uso de la voz y han mostrado la enorme pluralidad que existe en el Senado, en la cual convivimos y también mediante la cual construimos los acuerdos.
Es ocasión propicia entonces para reiterar nuestros deberes de la República y preguntarnos, como bien se ha dicho aquí, si hemos servido con entrega y lealtad. Deseamos que esta sede en la Avenida de la Reforma augure el paso hacia un nuevo Senado, que sea pieza clave de la renovación institucional que el país requiere para tener gobiernos capaces de construir los consensos indispensables para recuperar el crecimiento económico con justicia que demandan millones de mexicanos.
Es que la sociedad pregunta: ¿Un nuevo Senado para qué? En primer lugar, para conciliar las diferencias e impulsar los cambios que la sociedad demanda... debe ir más allá del espacio físico, el trabajo legislativo debe ser para servir los intereses de la Nación.
Si algo puede caracterizar al Senado es la madurez, la capacidad de acordar y conciliar que ha tenido a lo largo de la historia de la nación. El Senado ha sido, es y debe seguir siendo un creador de instituciones por definición.
Desde aquellas sesiones en el Salón de Cabildos del Ayuntamiento de la Ciudad de México, en los albores del siglo XIX, hasta su sede inaugural en Palacio Nacional cuando el gran liberar Valentín Gómez Farías presidió la firma del acta de la primera reunión de la organización de los senadores electos, y posteriormente el gran estadista de Guelatao, Don Benito Juárez, presentó la iniciativa para reestablecer el bicamarismo como un cuerpo de equilibrio y representación democrática de los estados, pasando por la restauración del Senado por Sebastián Lerdo de Tejada en 1874.
La representación democrática de los estados, que es ésta institución con su traslado al recinto de Xicoténcatl en 1931, podríamos decir que éste será el primer espacio… ocupado de manera expresa para el desarrollo de la función parlamentaria y el trabajo legislativo de los senadores de este siglo XXI.
Esta sede que hoy se inaugura en un momento en que el Congreso de la Unión se ha consolidado como un eje de la vida institucional y la gobernabilidad democrática del país debe ser también el marco del esquema constitucional de división y equilibrio de poderes. La pluralidad política y la diversidad regional, representadas aquí, explican que el Senado de la República tenga cada día una mayor presencia en la agenda política nacional y en la conducción de los cambios que necesita el país.
Es que frente a la inseguridad, la miseria, el desempleo y el desaliento estamos convencidos que la vía institucional es el mejor camino para canalizar las exigencias de cambio y fijar las nuevas reglas y acuerdos que nos permitan renovar y fortalecer nuestra capacidad de acción colectiva ante los grandes retos que tenemos.
Para eso es un nuevo Senado, para impulsar la creación de nuevas instituciones. Es que el nuevo Senado debe crear nuevas instituciones para que la economía vuelva a crecer. El nuevo Senado debe de crear una nueva Hacienda Pública más eficaz y justa, órganos autónomos que aseguren la competencia, instituciones que acaben con la pobreza y garanticen el acceso a la educación y a la vivienda; las instituciones que garanticen la gobernabilidad democrática, y terminen con el problema de la inseguridad y la violencia, que se han apoderado de nuestras calles.
De esta convicción emana la perseverancia del Senado para consolidarse como un espacio público de los acuerdos que permitan superar la polarización política y el encono social.  Es que hay que restablecer el orden para darle rumbo al país.
Ya lo hemos hecho en otras ocasiones, aquí en el Senado hemos demostrado que cuando la República, o de la República se trata, no hay acuerdos imposibles, ni reformas inalcanzables, lo demostramos al aprobar la Ley para la Reforma del Estado, para establecer una nueva relación entre los ciudadanos y su gobierno, lo demostramos con la reforma electoral del mismo año, que introdujo un nuevo modelo de comunicación y competencia política, lo demostramos con la reforma de seguridad pública y justicia en donde transformamos a las instituciones para confrontar al crimen organizado; lo demostramos cuando desactivamos la amenaza a las finanzas públicas que representaba el déficit de pensiones en el sector público federal.
También lo hicimos con la reforma energética, demostramos que era posible empezar a abordar la modernización y capitalización de la empresa pública, emblemática del país, sin privatizar. 
Asimismo, con gran compromiso, impulsamos una reforma de derechos humanos y modernización de la “señera” figura de amparo.  Este es un Senado reformador, no conservador, es que no mitos y dogmas insuperables cuando se trata de salir de la parálisis.

Hoy los senadores tenemos el compromiso de darle mayor dinamismo y funcionalidad al régimen político, se trata de impulsar los cambios necesarios que nos lleven a tener mejores gobiernos, y propicia la cooperación y colaboración institucional entre los poderes públicos, como marca la Constitución Política, y dicta el interés general. 
El Senado, como el gran creador de las instituciones de la República debe impulsar la construcción de un nuevo régimen.  No esperemos, ahora trabajemos por consolidar una ingeniería institucional capaz de dar lugar a gobiernos responsables frente a la ciudadanía, en donde el compromiso de nuestras funciones, la participación social y la transparencia sean ejes de de nuestro actuar cotidiano. 
Aseguremos así entonces la gobernabilidad del país a través de órganos independientes, que fortalezcan las funciones de equilibrios, propias de nuestro sistema de división de poderes, y sean fuentes de poder compensatorio para los ciudadanos e instrumentos para las decisiones de Estado.
Consolidemos el papel de la sociedad civil, reconozcamos la capacidad de la ciudadanía por participar en las decisiones públicas, para ello modernicemos el régimen de gobierno que tenemos, dando vida a las nuevas cartas ciudadanas que permitan a los mexicanos sentirse cada vez más parte del Estado.
Senadoras, senadores, señoras, señores, entendemos la función institucional que debe cumplir este foro de la República como un espacio de libertad y decisión, donde se colegisla con visión de Estado y de manera respetuosa. El Senado continuará siendo un espacio público de la pluralidad y la cohesión nacional, una institución de gobierno donde prevalezca la ética de servicio público y los valores republicanos capaz de ayudar a restablecer la confianza y la fraternidad entre los mexicanos, así como los vínculos de comunidad y sentido de pertenencia a una nación que siempre ha tenido fuerza y determinación para asumir grandes retos. 
Hoy que la violencia física, lo mismo que la verbal, amenazan con exacerbar nuestros temores y diferencias y volvernos incapaces de comunicarnos y escucharnos, este nuevo Senado mantiene el mandato de ser un foro de deliberación parlamentaria y acuerdo legislativo que efectivamente sea fuente de cambio, y reforma institucional. 
Cuando las instituciones de gobierno están abiertas a la sociedad se escucha a la ciudadanía, se modera el lenguaje, y se asumen obligaciones vinculantes, y así obtenemos un fortalecimiento institucional y democrático que resulta indispensable para hacer frente a cualquier amenaza a la autoridad de la ley, y el Estado.
Este Senado sigue trabajando para hacer un referente institucional, en la exigencia de los mexicanos de tener un gobierno de leyes, y un sistema de reglas que se respeten por todos los ciudadanos y, sobre todo, por los gobernantes.
La nuestra es una institución de representación de la soberanía popular, y el pacto federal que a la distancia puede ser identificada por su contribución a la consolidación, por la vía de la reforma institucional del país de leyes y de justicia social, que siempre ha sido anhelo de los mexicanos, este nuevo recinto, entonces, simboliza la aspiración y la capacidad de construir mediante el diálogo, plural, respetuoso e incluyente, un nuevo régimen a la medida de los mexicanos del siglo XXI.
Agradezco mucho su presencia, y ruego a todos ponerse de pie a fin de entonar el himno Nacional y levantar la Sesión Solemne.  (Aplausos).
   (SE ENTONA HIMNO NACIONAL)
Se levanta esta Sesión Solemne y se cita a las ciudadanas y ciudadanos senadores a celebrar la Sesión Ordinaria, que después de despedir a nuestros distinguidos invitados, celebraremos en media hora más.      
 (SE LEVANTO LA SESION   A LAS 12:50 HORAS)

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