De acuerdo con el organismo, otra de las tareas urgentes del Estado mexicano es la aprobación de una Ley General en Materia de Desaparición Forzada, que incluya políticas públicas para la búsqueda de personas desaparecidas.
Revista
Proceso
No. 1996, 31 de enero de 2015
CNDH:
que la ONU investigue desaparición forzada/
JORGE
CARRASCO ARAIZAGA
En
México la desaparición forzada de personas es un problema grave, que expone la
crítica situación de los derechos humanos en el país y obliga al Estado a
reconocer la competencia del Comité Contra las Desapariciones Forzadas de la
ONU. Ésta es la posición que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos
(CNDH) fijará ante aquel organismo este domingo 1 y lunes 2 en Ginebra.
Participante
por primera vez en una sesión ante ese comité, la CNDH busca que el gobierno de
Enrique Peña Nieto termine con su ambigüedad y acepte la jurisdicción de esa
instancia de la ONU, a fin de que pueda recibir y examinar peticiones
individuales de investigación por parte de quienes se digan víctimas de
violaciones –por parte del Estado mexicano– de la Convención Internacional para
la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas de
Naciones Unidas.
Durante
esos dos días el comité examinará si México ha cumplido con la Convención, en
momentos en los cuales el gobierno federal está bajo el escrutinio
internacional por la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, pero
también por los altos índices de violencia e inseguridad.
Según
un documento que circula entre las organizaciones no gubernamentales que
participarán en el encuentro, la CNDH coincidirá con los grupos de la sociedad
civil para que México acepte ya la competencia de ese comité.
Para
la CNDH, la posición de México en el tema es incierta y ambigua, pese a la
insistencia de la comunidad internacional.
El
ómbudsman nacional Luis Raúl González Pérez, pedirá también que el Estado
mexicano actualice y homologue las bases de datos sobre desaparición forzada en
el país, puesto que cada entidad de la República hace sus cuentas a discreción.
Uno
de los criterios que propone para elaborar esas bases es que las desapariciones
no se atribuyen únicamente a agentes del Estado, sino también a los
particulares que actúan con el apoyo o consentimiento de representantes
estatales y que actualmente son consideradas sólo como desapariciones
responsabilidad de la delincuencia organizada. Además, dice, deben incluirse
los particulares que delinquen sin la aquiescencia de los agentes del Estado.
Paralelamente
propone “una ruta verificable” de cuándo y cómo se retirarán las Fuerzas
Armadas de los operativos de seguridad. Aunque el documento no lo expresa, el
propósito es deslindar responsabilidades de los militares, toda vez que
soldados y marinos están acusados ante la CNDH de graves violaciones a los
derechos humanos.
Para
el organismo, la impunidad en que quedaron las desapariciones forzadas en los
setenta y principios de los ochenta, atribuidas a policías, militares y otros
agentes del Estado, es un incentivo para que en México siga ocurriendo ese
delito grave y se repitiera en Iguala en septiembre pasado.
De
acuerdo con el organismo, otra de las tareas urgentes del Estado mexicano es la
aprobación de una Ley General en Materia de Desaparición Forzada, que incluya
políticas públicas para la búsqueda de personas desaparecidas.
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