30 ago 2015

Al relevo, cuates y juniors...

Revista Proceso # 2026, 30 de agosto de 2015..
 Al relevo, cuates y juniors/ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA
Menos de una semana antes de rendir su tercer informe, el presidente Enrique Peña Nieto se reacomoda para la segunda mitad de su sexenio. El jueves 27 hizo varios cambios en su gabinete. Destacó el hecho de que se deshizo de la vieja guardia priista y colocó en puestos clave a personas relativamente jóvenes, pertenecientes, por cierto, a los cla­nes del poder y en su mayoría egresados de universidades privadas. Los analistas ven en esos ajustes –especialmente por los nombramientos de Aurelio Nuño y José Antonio Meade– un preámbulo de la carrera por la Presidencia para 2018.
Por las noches, cuando Aurelio Nuño Mayer entraba al comedor del edificio Hilda Besse, en el St. Antony’s College de la Universidad de Oxford, donde suelen coincidir alumnos de cerca de 70 países, un saludo se repetía a su paso: “Welcome, mister president”.


Benito Mirón –de prolongada estancia en esa universidad, donde obtuvo maestría y doctorado en ciencia política y con quien Aurelio Nuño coincidió, al menos en el comedor, entre 2006 y 2008– dice al reportero que no había carga peyorativa en el apodo que se expandió más allá del Centro Latinoamericano (Latin American Centre), y que se debía a las apasionadas conversaciones que el ahora secretario de Educación intentaba sostener sobre política en medio del barullo estudiantil.
Nuño no dio de alta su licenciatura en el Registro Nacional de Profesiones de la Secretaría de Educación Pública (SEP), sino hasta 2013. Su posgrado sigue sin estar registrado. Pero, a su regreso a México, pronto fue conocido como “el maestro”, y así se le presentó en diferentes actos oficiales. Desde el inicio del actual sexenio asumió un protagonismo inusitado como jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, cargo que el Latin American Centre de Oxford celebró en su oportunidad.

 Hasta entonces, Nuño había pasado seis años como uno de los tantos asesores que pululan en el Senado, desde que realizó su pasantía como aspirante a politólogo por la Universidad Iberoamericana (UIA). Siete años después de su estancia en Europa, es uno de los colaboradores cercanos al presidente Enrique Peña Nieto que, con los cambios al gabinete anunciados el jueves 27, se suman a las tempranas apuestas por la sucesión presidencial.
El destierro de la mayor parte de la vieja guardia que acompañó a Peña Nieto en la construcción de su candidatura y en el gabinete durante la primera mitad de su gobierno, posibilitó que, como en el caso de Nuño, un grupo de amigos del mandatario se catapultara al primer nivel de la administración pública.
Los desplazados
Con problemas de salud y anulado durante el proceso de reforma educativa por las tensiones con el magisterio disidente, el veterano mexiquense Emilio Chuayffet Chemor (de 63 años) entregó la titularidad de la SEP a Nuño (de 37 años), en un movimiento emblemático del relevo generacional que se concretó el jueves 27.
Con Chuayffet, los políticos mayores de 60 años que fueron secretarios de Estado quedaron desterrados. Las excepciones: el de Energía, Pedro Joaquín Coldwell (65 años), y el de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza (de 66). También la secretaria de Salud, Mercedes Juan López (73 años), y la procuradora Arely Gómez (de 62), aunque ellas dos tienen un perfil más técnico que político. Los otros veteranos corresponden a la cúpula de las Fuerzas Armadas, casi inamovible cada sexenio.
Otro relevo fue el de Juan José Guerra Abud (63 años) –vinculado a la élite política mexiquense desde las gubernaturas de Chuayffet y César Camacho–, quien dejó la secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales para que la ocupe Rafael Pacchiano Alamán (de 39), a quien, como a su antecesor, se les identifica con el Partido Verde, por el cual ambos fueron diputados.
Como la mayoría de los recién nombrados, Pacchiano es egresado de una universidad privada, el Tecnológico de Monterrey, y también miembro del círculo cercano a Peña Nieto. Está casado con Alejandra Lagunes (de 43 años), antigua operadora de campañas políticas de Televisa y egresada de la misma institución educativa que su marido, y quien ahora está al frente de la Coordinación de Estrategia Digital Nacional de la Presidencia de la República.
En la jefatura de la Oficina de la Presidencia quedó Francisco Guzmán Ortiz (de 35 años), economista del Centro de Investigación y Docencia Económicas, quien acompaña a Peña Nieto desde 2003, cuando el hoy jefe del Poder Ejecutivo fue diputado local y líder de la bancada priista, de la que Guzmán era secretario técnico.
Los otros desterrados del gabinete son el exgobernador de Coahuila y hasta el jueves 27 secretario de Agricultura, Enrique Martínez y Martínez; y el exgobernador de Hidalgo, exprocurador general y ahora extitular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Jesús Murillo Karam. Para ellos ya no hubo acomodo en la administración pública ni en los cargos de elección popular disputados en junio pasado.
Los cachorros
En 1946, cuando Miguel Alemán se convirtió en candidato a la Presidencia, para sumarse a “la cargada” Vicente Lombardo Toledano acuñó una expresión que con el tiempo se volvió designación para los descendientes de la clase política que llegaban al poder: lo llamó “cachorro de la Revolución”.
Como entonces, los descendientes de los clanes fundacionales de la vida institucional o, simplemente, hijos de políticos que hace décadas destacaron en el escenario político, consiguieron, una vez más, conservar un lugar en el gabinete o hacerse espacio entre la cúpula peñanietista.
Es el caso de la flamante canciller, Claudia Ruiz Massieu Salinas (de 43 años), hija del exgobernador de Guerrero y político priista José Francisco Ruiz Massieu, asesinado en 1994, y de Adriana, hermana del expresidente Carlos Salinas de Gortari.
Abogada por la UIA y posgraduada en España, ocupó cargos menores en la estructura sectorial del PRI desde 2002; durante los sexenios panistas se desempeñó en áreas de la Secretaría de Seguridad Pública y de la Procuraduría General de la República. Luego fue diputada federal, candidata al Senado y secretaria de Turismo.
En esta última dependencia, para sustituir a Ruiz Massieu, el presidente Peña Nieto nombró a Enrique de la Madrid Cordero (de 52 años), hijo del expresidente Miguel de la Madrid Hurtado y quien se desempeñaba como director del Banco de Comercio Exterior desde el arranque del actual sexenio.
Como Ruiz Massieu Salinas, De la Madrid Cordero sorteó la alternancia al desempeñarse como director general de Financiera Rural entre 2006 y 2010.
Ruiz Massieu fue nombrada secretaria de Relaciones Exteriores en sustitución de José Antonio Meade Kuribreña (de 46 años), quien tomó protesta como secretario de Desarrollo Social, en uno de los cambios que más llamó la atención de analistas y comentaristas. Como a Nuño, lo colocan en el grupo de presidenciables.
Meade tiene abolengo. Su padre, Dionisio Alfredo Meade y García de León, fue funcionario de la Secretaría de Hacienda y diputado federal por el PRI (1997-2000); en la Cámara presidió la Comisión de Hacienda y, por lo tanto, fue el operador técnico-legislativo del rescate bancario que se convirtió en deuda pública con la creación del IPAB. También fue subsecretario de Gobernación en el sexenio de Vicente Fox.
José Antonio Meade, economista por el ITAM, abogado por la UNAM y doctor por la Universidad de Yale, fue secretario de Energía y luego de Hacienda con Felipe Calderón. Desarrollo Social es su cuarta secretaría de Estado consecutiva, en administraciones emanadas de distintos partidos.
Hay otros miembros del equipo presidencial que, si bien proceden de clanes locales, también tienen abolengo político.
Uno de ellos es José Eduardo Calzada Rovirosa (de 51 años), administrador por la Universidad Nuevo Mundo (institución casi desconocida, localizada en Huixquilucan) y posgraduado en la Universidad de Nuevo México. A punto de terminar su gestión como gobernador de Querétaro, llega a la Secretaría de Agricultura en sustitución de Martínez. Es hijo del exgobernador queretano Antonio Calzada Urquiza.
De manera similar, el exgobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza Terrazas (de 53), quien ahora asumió la dirección del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado, es sobrino de Fernando Baeza Meléndez, un veterano político de Chihuahua, gobernador durante el salinismo.
También está Renato Sales Heredia (de 52 años), tercer comisionado nacional de Seguridad, en sustitución de Monte Alejandro Rubido García (de 61), quien a su vez hace dos años reemplazó a Manuel Mondragón y Kalb (de 80).
Sales Heredia es abogado por la UIA, posgraduado en la UNAM. Hijo del político campechano Renato Sales Gasque, quien entre otros cargos desempeñó los de procurador capitalino y senador por el PRI.
Rosario Robles Berlanga (59 años) no viene de una familia de abolengo político, pero puede dar origen a una. Dejó Desarrollo Social para sustituir a Murillo Karam en Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano. Su hija, Mariana Moguel, será asambleísta por el PRI en el Distrito Federal.
Sólo Robles, economista por la UNAM, y Reyes Baeza, abogado por la Universidad Autónoma de Chihuahua, son egresados de universidades públicas.
El reparto Osorio-Videgaray
Los cambios en el gabinete se formalizaron el jueves 27, a cinco días de que Peña Nieto rinda su tercer informe de gobierno, un momento considerado políticamente el justo medio de la administración.
Con bajos niveles de aprobación, sin superar los escándalos de las casas supuestamente compradas por él, su esposa y sus secretarios de Hacienda y de Gobernación a proveedores gubernamentales, el desplome del peso y de los precios del petróleo, vivos los reclamos por la desaparición de 43 normalistas en septiembre de 2014, así como por las masacres de Tlatlaya y Oztula, y la matanza de Narvarte, en julio pasado, el deterioro de su popularidad arrastró a los hombres fuertes de su administración: Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio Chong.
Aunque los cambios ampliaron los rumores y especulaciones sobre los nuevos presidenciables hacia las elecciones de 2018, los reacomodos favorecieron a integrantes del equipo allegados al peñanietismo a través de Videgaray y Osorio.
Por ejemplo, Ruiz Massieu y Pacchiano fueron diputados a la LXI Legislatura (2009-2012) y formaron parte de la Comisión de Hacienda, presidida por Videgaray; ahí Nuño fungió como asesor.
Hay también una relación entre Meade y Videgaray que viene de sus tiempos estudiantiles: ambos son egresados de economía del ITAM, con un año de diferencia; el primero terminó en 1993 y el segundo en 1994.
Enrique de la Madrid también se inscribe en ese grupo. Hasta el jueves 27 fue director general de Banco Nacional de Comercio Exterior, donde el propio Videgaray le tomó protesta en diciembre de 2012, pues se trata de una banca de desarrollo sectorizada a la Secretaría de Hacienda.
Más relacionados con el hidalguense Osorio Chong, están Calzada, Sales Heredia, Robles y Reyes Baeza.
Las bajas del sexenio
Peña Nieto ya había despedido a miembros de sus gabinetes legal y ampliado.
Uno de ellos fue Canek Vázquez, personaje cercano de Manlio Fabio Beltrones. Designado director de Fonacot los primeros días de diciembre de 2012, fue despedido un mes después.
Otro caso: en abril de 2013 el escándalo difundido en redes sociales con el nombre de “Lady Profeco” derribó al titular de la Procuraduría Federal de Protección al Consumidor, Humberto Benítez Treviño. Un episodio de prepotencia en un restaurante de la Ciudad de México, protagonizado por su hija Andrea, provocó el despido del funcionario en mayo de ese año.
 Al finalizar el primer año de gobierno, Peña Nieto despidió además a Francisco Rojas Gutiérrez (de 70 años), contador público por la UNAM, quien era director de la Comisión Federal de Electricidad. En su lugar designó a Enrique Ochoa Reza (de 42), economista por el ITAM y abogado por la UNAM, con maestría y doctorado en filosofía política por la Universidad de Columbia, Nueva York.
 Fue también en el primer año de su gobierno cuando despidió a su primer comisionado nacional de seguridad, Manuel Mondragón.
 También en febrero, Jorge Carlos Ramírez Marín –ahora diputado federal– dejó la Sedatu. Al relevo entró Jesús Murillo Karam, desplazado de la Procuraduría General de la República después de ofrecer “la verdad histórica” de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa y de ser vapuleado en las redes sociales por su “ya me cansé”.
 El único despido que afectó a un joven de la élite mexiquense por escándalo de corrupción fue el del exdirector de la Comisión Nacional del Agua, David Korenfeld Federman (de 42 años), abogado por la Universidad Anáhuac, dado de baja luego de que en las redes sociales se exhibiera un video en el cual se ve al entonces funcionario y su familia, el pasado abril, abordando un helicóptero oficial para irse de vacaciones.
 En su lugar se designó a Roberto Ramírez de la Parra (de 38 años), egresado de la Escuela Libre de Derecho y posgraduado en la Universidad de Phoenix, procedente también del gobierno mexiquense de Peña Nieto.
 No sólo hubo despedidos.
 Con la promesa de crear una Comisión Nacional Anticorrupción, hasta ahora incumplida, Peña Nieto mantuvo como encargado del despacho de la Secretaría de la Función Pública a Julián Olivas Ugalde (de 60 años), hasta que el escándalo de la “Casa Blanca” forzó la designación, en febrero pasado, de un titular que resultó ser Virgilio Andrade Martínez (de 47 años), abogado por el ITAM y posgraduado en la Universidad de Columbia.
 Con esos cambios y los operados el jueves 27, el gabinete de Peña Nieto robusteció la supremacía mexiquense, con amigos, juniors y miembros de las élites de las universidades privadas, excluyendo a la vieja guardia priista. l

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