La cuna del peñismo, el Estado de México, es donde más asesinatos se registraron en los primeros 32 meses de gobierno de Peña Nieto. La entidad ocupa el lugar número uno de la lista en la investigación de Zeta, con 7 mil 771 homicidios dolosos
Revista Proceso # 2026, 30 de agosto de 2015..
32 meses: 57,410 asesinatos/ENRIQUE
MENDOZA HERNÁNDEZ/Revista ZETA
De poco le ha servido al
gobierno de Enrique Peña Nieto reiterar que durante su gestión las cifras de
los homicidios han ido a la baja. Su discurso en ese sentido no se sustenta en
la realidad, según documenta el semanario Zeta, de Tijuana, en la edición que
comenzó a circular de manera simultánea a este número de Proceso. A partir de
cifras recabadas en varias instituciones públicas del país, el equipo de
periodistas tijuanenses comprobó que durante los primeros 32 meses de gestión
peñanietista ha habido 57 mil 410 homicidios dolosos. Así llega el mexiquense a
su tercer informe de gobierno. Estos son los resultados de la investigación de
Zeta.
El discurso del “México en
paz” y la ausencia de una estrategia pública e integral de combate al
narcotráfico y al crimen organizado en la administración de Enrique Peña Nieto
han redundado en un incremento de los asesinatos, producto de la violencia y la
inseguridad en el país.
En los primeros 32 meses del
regreso del Partido Revolucionario Institucional a Los Pinos suman 57 mil 410
los homicidios dolosos.
Si comparamos estas cifras
con el periodo correspondiente a los primeros 32 meses del sexenio del panista
Felipe Calderón Hinojosa o con sus tres últimos años de gobierno, la cifra de
Peña Nieto supera el pasado inseguro.
El Secretariado Ejecutivo
del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) reportó 33 mil 347
averiguaciones previas por homicidio doloso entre el 1 de diciembre de 2006 y
el 31 de julio de 2009; es decir, en los primeros 32 meses del calderonato. La
misma institución registró 47 mil 988 averiguaciones previas y víctimas por
homicidio doloso del 1 de diciembre de 2012 al 31 de julio de 2015, los
primeros 32 meses del actual sexenio.
Al llegar ambos mandatarios
a su tercer informe de gobierno, oficialmente Peña Nieto supera a Calderón con
14 mil 641 asesinatos intencionales.
Asimismo, mientras que Zeta
documentó en el sexenio de Calderón 83 mil 191 ejecuciones, en el de Peña Nieto
fueron 57 mil 410 sólo en 32 meses; es decir, de mantenerse el promedio de mil
794 asesinatos mensuales, el mandato peñista registraría alrededor de 130 mil
asesinatos intencionales.
Pero si equiparamos los
primeros tres años de la administración de Peña con los últimos tres de
Calderón, considerando que la inseguridad arreció al final del sexenio pasado,
la administración priista tampoco sale bien parada.
De 2010 a octubre de 2012,
el último trienio de Calderón, se contabilizaron 61 mil 775 asesinatos
relacionados con el crimen organizado y el narcotráfico. Durante los 32 meses
de Peña, de diciembre de 2012 a julio de 2015, los muertos han caído por
cientos hasta llegar a 57 mil 410; si se considera el promedio de mil 800
homicidios dolosos por mes, para octubre de 2015 sumarían 62 mil 810 los
ejecutados, y para diciembre se situaría en 66 mil, sobrepasando la cifra
acumulada en el último trienio de su antecesor.
La diferencia en la política
de combate a la inseguridad entre ambos gobiernos es sustancial. La seguridad
fue el eje del sexenio de Calderón; las reformas lo han sido en el de Peña. Ni
una ni otra han funcionado.
Peña supera a Calderón
Al comparar las estadísticas
oficiales del SESNSP, durante los primeros 32 meses de los gobiernos de
Calderón y de Peña, en vísperas del tercer informe de gobierno, el priista
superó al panista.
Los ejecutados en lo que va
del presente gobierno se resumen así:
–2012: 2 mil 325 (únicamente
el mes de diciembre, dado que Peña tomó posesión el día 1 de ese mes)
–2013: 23 mil 928
–2014: 20 mil 276
–2015: 10 mil 881 (hasta
julio de 2015)
Total: 57 mil 410.
Si se considera el promedio
de ejecuciones por mes en la República (mil 800), al finalizar 2015 la cantidad
de homicidios dolosos sería similar a la de 2014.
En los números se refleja
que la aprehensión de las cabezas criminales –parte de la estrategia del
gobierno federal para combatir a las organizaciones criminales– no disminuye la
inseguridad ni la violencia en el país.
Joaquín El Chapo Guzmán
Loera, recapturado en febrero de 2014, año en que las ejecuciones, aun por
debajo de las de 2013, registraron una cifra alta: 20 mil 276. Con la fuga de
Guzmán, el 11 de julio pasado, el año concluirá con números similares en
materia de ejecuciones.
La retirada de las Fuerzas
Armadas de retenes, puntos de revisión y patrullaje en carreteras federales y
ciudades del país tampoco incidió en una disminución en el número de
asesinatos. Lo que sí ha variado en el sexenio peñista es la movilidad de la
violencia.
En la pasada administración,
la sangrienta guerra de cárteles y delincuentes organizados estaba en el norte
del país; en la actual, la inseguridad se mudó al centro y al sureste. Sinaloa
y Baja California salieron de los primeros cinco sitios de estados con mayor
violencia, y entraron Jalisco y Michoacán.
Los 57 mil 410 ejecutados en
los primeros 32 meses del gobierno de Peña Nieto es producto de una
investigación realizada por Zeta a partir de los registros del SESNSP, el
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las procuradurías
estatales, institutos forenses, asociaciones civiles y estadísticas municipales
de medios de comunicación y otras autoridades.
Se consideran como
homicidios dolosos las ejecuciones, los asesinatos en enfrentamientos armados,
los homicidios-agresiones, los asesinatos intencionales en reyertas por
narcomenudeo, los cuerpos amorfos o irreconocibles localizados en narcofosas,
así como los que fueron incinerados, desmembrados, desollados o colgados.
Ocultamiento de cifras
La cuna del peñismo, el
Estado de México, es donde más asesinatos se registraron en los primeros 32
meses de gobierno de Peña Nieto. La entidad ocupa el lugar número uno de la
lista en la investigación de Zeta, con 7 mil 771 homicidios dolosos. De
continuar al promedio, superará los 16 mil ejecutados que durante el sexenio
pasado ubicaron a Chihuahua en ese deshonroso lugar.
La impunidad en México,
principal factor que permite a los sicarios de los cárteles de la droga y de
las organizaciones criminales continuar con las matanzas, ubica a los
siguientes estados como los más violentos:
En segunda posición, Guerrero,
con 5 mil 242 homicidios dolosos; Chihuahua en la tercera, con 4 mil 742;
Jalisco en la cuarta, con 3 mil 492, y Michoacán con 3 mil 304.
En contraparte, los que
registran menos asesinatos intencionales son: Aguascalientes, 123 en el periodo
mencionado; Yucatán, 133, Campeche, 195; Tlaxcala, 223, y Baja California Sur,
247.
Hasta ahora, el gobierno de
Peña Nieto no ha podido bajar la incidencia delictiva relacionada con los
homicidios dolosos, aunque lo pregonó durante su campaña y en los primeros
meses de su administración.
Al inicio gozó del beneficio
de la duda de los más escépticos ante la promesa de que “en un año” su gobierno
empezaría a ofrecer resultados de su “estrategia” contra la inseguridad, sobre
todo en la disminución de los delitos de alto impacto, como los homicidios
dolosos.
Lamentablemente, la
“estrategia” del sexenio priista durante estos primeros 32 meses se ha centrado
en repetir que la “incidencia delictiva” va a la baja o que se ha “reducido a
su mínima expresión”.
En 2013, por ejemplo, Peña
Nieto declaró en el Foro de Davos, Suiza:
“Ha habido una disminución
real en el número de homicidios que se cometen en nuestro país, una disminución
de prácticamente 30% de homicidios vinculados al crimen organizado, lo cual nos
resulta alentador.”
Al año siguiente, el 29 de
julio, Miguel Ángel Osorio Chong, titular de la Secretaría de Gobernación,
declaró: “La violencia se ha reducido a su mínima expresión”.
Y en 2015 continúa la misma
perorata: “Sin duda, los niveles de violencia que se están registrando están
disminuyendo, sobre todo los homicidios y secuestros”, declaró Peña Nieto el 11
de junio en una entrevista con la agencia EFE en Bruselas, sin respaldar su
dicho con estadísticas.
Pero la campaña de imagen en
las entrevistas a medios extranjeros no ha funcionado del todo; los datos duros
reflejan lo contrario de la versión oficial. La realidad es que, en términos
globales, las ejecuciones van en aumento.
Peña Nieto llega a su tercer
informe de gobierno ignorando el verdadero problema de la violencia que se
evidencia todos los días.
La comparación de las estadísticas
del SESNSP con la información que le proporcionaron a Zeta los institutos
forenses del país, así como las procuradurías y fiscalías, unidades de
servicios periciales, registros periodísticos de los estados y asociaciones
civiles de familiares de las víctimas, este semanario documentó 57 mil 410
homicidios dolosos en 32 meses del gobierno de Peña Nieto.
La cifra incluye
“ejecuciones”, “enfrentamientos”, “homicidios-agresiones”, los homicidios
dolosos producto del narcomenudeo y hasta aquellos cuerpos amorfos e
irreconocibles de los que “no hay denuncia”, según argumentan funcionarios de
las procuradurías y fiscalías al referirse a los desenterrados de narcofosas,
incinerados y desmembrados, porque “nadie reclama los cuerpos”, como declaró un
funcionario de la Fiscalía General del Estado de Veracruz.
Una de las conclusiones de
la investigación de Zeta es que el gobierno de Peña Nieto sigue ocultando el
número real de asesinatos intencionales: El secretariado ejecutivo informa sólo
de 47 mil 988 homicidios dolosos, entre víctimas y averiguaciones previas,
cometidos entre el 1 de diciembre de 2012 y el 31 de julio de 2015.
Zeta documentó 57 mil 410
homicidios intencionales; lo que significa que el gobierno federal oculta por
lo menos 9 mil 422 ejecuciones.
A pesar que desde 2014 el
SESNSP, dependiente de la Secretaría de Gobernación, empezó a registrar
víctimas de homicidio doloso –en años anteriores sólo reportaba averiguaciones
previas que contenían uno o más asesinatos intencionales–, las cifras del
gobierno de la República son inferiores a las del Inegi.
El instituto registró 19 mil
669 homicidios dolosos ese año, mientras el secretariado ejecutivo mencionó 17
mil 324 víctimas; es decir, el gobierno federal no reconoció por lo menos 2 mil
345 asesinatos intencionales.
En julio último, el Inegi
informó que obtuvo sus estadísticas a partir de las defunciones que registran
las 4 mil 799 oficialías del Registro Civil y las mil 185 agencias del
Ministerio Público cada mes; en tanto, el secretariado ejecutivo sólo vació la información
enviada por las procuradurías y fiscalías de las 32 entidades sin verificar si
eran correctas.
Estado de México, el terror
Durante el sexenio de Felipe
Calderón, Chihuahua fue el estado más violento: 16 mil 467 ejecuciones, según
documentó Zeta. En el de Peña Nieto, el Estado de México, gobernado por el
priista Eruviel Ávila, es ya la entidad federativa más sangrienta, con 7 mil
771 homicidios intencionales en apenas 32 meses.
En el sexenio calderonista,
el Estado de México, que ocupó el cuarto lugar en ejecuciones –4 mil 532–,
desplazó a Chihuahua, Sinaloa y Guerrero en los primeros 32 meses de gestión
peñista.
La otras entidades
federativas más sanguinarias son: Guerrero, con 5 mil 242 homicidios dolosos;
Chihuahua, con 4 mil 742; Jalisco, con 3 mil 492, y Michoacán, con 3 mil 304.
Uno de los casos más
emblemáticos por su inseguridad es el de Veracruz, gobernado por Javier Duarte
de Ochoa, correligionario de Peña Nieto. Al término del sexenio de Felipe
Calderón, Veracruz ocupó el lugar número 16, con mil 714 ejecuciones entre el 1
de diciembre de 2006 y el 30 de noviembre de 2012.
En los primeros 32 meses de
la administración peñista Veracruz se ubica en el décimo lugar de los estados
más violentos, con 2 mil 189 homicidios dolosos, sólo superado por el Estado de
México (7 mil 771), Guerrero (5 mil 242), Chihuahua (4 mil 742), Jalisco (3 mil
492), Michoacán (3 mil 304), Sinaloa (3 mil 119), Distrito Federal (2 mil 831),
Tamaulipas (2 mil 465) y Baja California (2 mil 244).
Hoy, Veracruz es claro
ejemplo de opacidad en materia de estadísticas sobre los homicidios dolosos.
Duarte sólo informó al secretariado ejecutivo acerca de mil 786 averiguaciones
previas y homicidios dolosos entre el 1 de diciembre de 2012 y el 31 de julio
de 2015.
Zeta documentó 2 mil 189 en
el mismo periodo; es decir, la administración de Duarte no reportó en ese lapso
por lo menos 403 asesinatos intencionales.
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