Revista
Proceso
# 2081, 18 de septiembre de 2016...
Abrieron
la puerta a las trasnacionales/ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA
Para
conseguir grandes proyectos de infraestructura, participar en el sector
energético o realizar negocios con el gobierno en áreas en las que hasta este
sexenio no había incursionado, la élite de empresarios mexiquenses consiguió
alianzas con empresas trasnacionales.
Obra
emblemática del sexenio, el tren México-Toluca incluyó a La Peninsular Compañía
Constructora (una subsidiaria de Grupo Hermes), que en asociación con la
española OHL consiguió un contrato por 10 mil 148 millones de pesos.
Multifacético,
Grupo Hermes alcanzó también otra asociación con ATCO, trasnacional de la
construcción y la energía de origen canadiense. Fruto de ese vínculo,
consiguieron un contrato por 820 millones de dólares en 2015 (alrededor de 13
mil 400 millones de pesos, al cambio de la época), para construir una central
de cogeneración eléctrica de gas natural en la Refinería Miguel Hidalgo, cerca
de Tula, Hidalgo.
La
infraestructura ferrocarrilera y petrolera no son especialidades de las
empresas de Hank Rhon, o no lo fueron hasta iniciado el gobierno de Enrique
Peña Nieto.
Hank
Rhon ahora también es hotelero. En sociedad con Operadora AM, que gestiona la
marca Dreams (una trasnacional hotelera de gran turismo), en 2013 el grupo del
mexiquense consiguió una sociedad para la edificación y operación del Hotel
Secrets Playa Mujeres.
Los
hoteles Secrets, especializados en atender sólo adultos, están en auge. Seis
meses después de que la entonces secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Massieu,
colocara la primera piedra del complejo de Playa Mujeres, en octubre de 2013,
Peña Nieto acudió a la inauguración de otro complejo de la cadena, en Los
Cabos, Baja California Sur, el 27 de marzo de 2014.
La
proyección de reactivar la industria ferroviaria en México fue uno de los
“compromisos” más llamativos que en materia de infraestructura hizo Peña Nieto
como candidato y durante los primeros meses de su gobierno. Pronto, dos
empresarios de la élite mexiquense se apuntaron a participar, además de Carlos
Hank, asociados con trasnacionales experimentadas. Pero todo se vino abajo.
Fue
el caso de la licitación del tren México-Querétaro, en la que Juan Armando
Hinojosa Cantú era integrante del consorcio encabezado por China Railway
Construction Corp., pero que una vez anunciada la adjudicación del contrato se
canceló, dos días antes de que estallara el escándalo de la Casa Blanca, que
exhibió la relación de la familia presidencial con Hinojosa Cantú, en noviembre
de 2014.
Para
la inversión ferrocarrilera ya se había preparado también Roberto Alcántara
Rojas, el empresario mexiquense especializado en transporte terrestre de
pasajeros, que en estos años incursionó también en el telepeaje.
Alcántara,
apenas iniciado el sexenio, se asoció con Construcciones y Auxiliares de
Ferrocarriles (CAF), empresa española con la que formó la empresa Omnitren
(accionistas ambas del suburbano Buenavista-Cuatitlán). Pretendían participar
en el tren México-Querétaro, en el Transpeninsular y el México-Toluca. A la
sociedad sólo le queda esperar que le favorezca la licitación de ampliación de
la Línea 12 y de la Línea A, del metro capitalino.
Educación,
medios, energía…
Las
sociedades con trasnacionales no son una novedad para Roberto Alcántara, que es
accionista del Grupo Viva (integrado por su empresa-madre, Iamsa, y la
irlandesa Irelandia), propietaria de la línea aérea Viva Aerobus.
Sin
embargo, Alcántara no había incursionado en medios de comunicación hasta este
sexenio, cuando el 22 de julio de 2014 se convirtió en el principal accionista
individual del español Grupo Prisa, conglomerado de empresas mediáticas que
tiene como publicación bandera el diario El País.
La
relación de los Alcántara con Peña Nieto ha sido ampliamente documentada.
También la de Grupo Prisa con la administración peñanietista. A través de una
solicitud de información (folio 0210000071014) realizada por este reportero a
la Presidencia de la República, fue posible saber que, previo a la inversión de
Alcántara, el interés en México de Juan Luis Cebrián, presidente de Prisa,
implicó oficialmente dos visitas a la residencia oficial; la primera, el 3 de
diciembre de 2013, y la segunda, el 7 de abril de 2014.
Otra
incursión de los barones mexiquenses en negocios que no estaban en su órbita de
intereses es la asociación de IUSA, de Carlos Peralta, con la portuguesa JP
Inspiring Knowledge, de la que nació JP IUSA. Con esa asociación, Peralta
devino suministrador de tablets para la Secretaría de Educación Pública. Para
ello ganó un contrato por 809 millones de pesos.
Si
bien Peralta y IUSA tienen una larga trayectoria en el sector eléctrico, ahora
pretenden generar electricidad solar. El pasado 7 de marzo, la firma anunció su
nueva sociedad con la china Yingli Green Energy Holding, con el objetivo de
generar electricidad para México y de exportación.
Fructíferas
relaciones
La
internacionalización abarca también contratos de obra pública. Pinfra, el holding
de David Peñaloza Sandoval, ahora en manos de su hijo homónimo, se asoció con
la también española OHL y, juntas, consiguieron una de las 10 obras más caras
del Programa Nacional de Infraestructura en el sector Comunicación y
Transportes.
Uno
de los contratos de infraestructura más costosos del sexenio es el Viaducto
Elevado sobre la carretera México-Puebla, proyectado por un monto de 10 mil
millones de pesos y que fue asignado a la asociación Pinfra-OHL.
Entre
otros, con la también española Aldesa, Pinfra obtuvo la concesión de la
autopista Siglo XXI Jantetelco-Xicatlacotla, en Morelos.
Y
finalmente está el caso de la portuguesa Mota Engil, una de las trasnacionales
más exitosas del sexenio, por sus contratos en el sector energético. La
solución del conflicto del gobierno peñanietista con el Sindicato Mexicano de
Electricistas devino en la creación de Generadora Fénix, a la que ya se le
asignaron centrales de generación eléctrica y gran parte de la infraestructura
de la extinta Luz y Fuerza del Centro. Mota Engil posee 51% de dicha compañía.
La
trasnacional portuguesa está asociada con Alfredo Miguel en distintos
proyectos. Alfredo Miguel preside la Cámara Empresarial Mexicano Libanesa, otra
vía de internacionalización. Con Promotora y Operadora de Infraestructura, los
Miguel y Mota Engil consiguieron la Autopista Cardel-Poza Rica, en Veracruz.
La
relación con la multinacional ha sido tan exitosa que desde 2014 ambas firmas
celebraron un convenio para participar juntas en todas las licitaciones del Nuevo
Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, en el que esperan la
adjudicación del edificio terminal, cuyo contrato se asignará el próximo 7 de
noviembre.
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