Revista
Proceso
# 2081, 18 de septiembre de 2016...
Montado sobre
una economía en ruinas, a Meade lo espera la tormenta
El
martes 20, cuando comparezca en San Lázaro, el nuevo titular de la Secretaría
de Hacienda, José Antonio Meade, mostrará su habilidad para defender un paquete
económico que él no elaboró. Especialistas consultados por Proceso consideran
que el reto del funcionario emergente es hacer un recorte en serio al gasto
público para que la deuda no siga creciendo, descomponga más la economía y la
lleve al precipicio. Sin embargo, advierten, tiene poco margen de maniobra,
pues muchas de las partidas ya están comprometidas.
El
próximo martes 20, con apenas dos semanas en el cargo, José Antonio Meade se
estrenará como el nuevo titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
(SHCP) de la administración de Enrique Peña Nieto.
Comparecerá
ante el pleno de la Cámara de Diputados para explicar, detallar y defender el
programa económico para 2017, en el que, por cierto, no tuvo injerencia ni en
su concepción ni en su confección.
Tuvo
una primera aparición pública como titular de la dependencia el lunes 12, en un
foro organizado por la revista Expansión, pero obviamente no pudo decir gran
cosa del paquete económico 2017, por desconocerlo.
Político
que es, sobradas sus tablas en el sector público –25 años en él, siempre en
áreas dependientes de la SHCP– apuntó que los proyectos de ingresos y egresos
de la federación enviados por el Ejecutivo al Congreso de la Unión el jueves 8,
son “un paquete económico que manda señales distintas… que por primera vez en
muchos años tiene un techo de gasto menor que el que teníamos el año pasado.
“Un
paquete económico que nos va a regresar a tener un superávit primario, que va a
regresar nuestra deuda a una trayectoria sostenible, a que como porcentaje del
PIB vaya cayendo.”
Nada
distinto de los que ya venían declarando su antecesor, Luis Videgaray, y el
presidente Enrique Peña Nieto. Aunque sí hizo énfasis –y fue lo último que dijo
en relación al paquete económico– en una idea que dejó sugerida: se hará todo
lo posible para que el sector privado sea el que empuje a la economía nacional.
Lo
dijo así: Tenemos que “aprovechar (los) nuevos espacios que las reformas
(estructurales) han permitido, (para darle) un papel diferente y más relevante
a la iniciativa privada”.
Fue
todo.
La
comparecencia
Para
este martes 20, el nuevo titular de la SHCP ya habrá tenido tiempo de
adentrarse en los vericuetos del programa económico de 2017.
Un
tema que no le es ajeno, pues ya fue titular de la SHCP: subsecretario de
Ingresos, subsecretario del ramo, coordinador de asesores del secretario
Agustín Carstens, en el gobierno de Felipe Calderón.
'Y
él siempre fue, en todos esos cargos, cabeza del equipo negociador con los
diputados, con los grupos parlamentarios, con los gobernadores, con los
actores políticos, empresariales y sociales que demandaban recursos.
Negras
se las veían él y el entonces titular de la secretaría, Agustín Carstens, con
los legisladores –diputados y senadores– del PRI, que entonces era partido
opositor y que pretendió siempre frenar, achicar, entorpecer, cualquier
iniciativa que viniera del Ejecutivo federal, encabezado por el PAN.
Y
que, sí, muchas veces logró el PRI obstaculizar iniciativas presidenciales,
provenientes de Hacienda las más.
Pero
esta vez Meade llegará a comparecer a la Cámara de Diputados como funcionario
del gobierno priista, por lo que no se espera el trato áspero que le prodigaron
en la administración pasada los legisladores de ese partido.
Un
ejemplo de esto último fue su comparecencia en la cámara el 21 de septiembre de
2011, 12 días después de haber sido designado secretario de Hacienda por Felipe
Calderón.
Tras
su discurso inicial, terso, conciliatorio, pero con una voz tan baja como
desesperante, y sin mucha convicción, tuvo que soplarse los maltratos de los
priistas, en un salón de plenos que prácticamente estaba vacío al término de la
comparecencia, una de las más aburridas en los años recientes.
Y,
cosas de la vida, el entonces diputado priista Alfonso Navarrete Prida y hoy
compañero de gabinete de Meade, pues encabeza la Secretaría del Trabajo, se le
fue a la yugular; a él, pero sobre todo al partido que representaba, el PAN:
“El
PAN recibió en el año 2000 una economía creciendo al 6% anual; 10 años después
la desplomó al 1.7% anual”, le espetó el priista.
En
11 años, agregó, el PAN tuvo los mayores excedentes presupuestales de la
historia, que no supo traducir en crecimiento económico y desarrollo humano,
“pero sí en deuda y gasto corriente, que creció 100 mil millones de pesos por
año. En eso utilizaron el IETU (Impuesto Especial a Tasa Única) y el punto
(adicional) del IVA (que había subido su tasa de 15% a 16%).
“Los
gobiernos del PAN son caros y malos”, dijo Navarrete, quien calificó la
propuesta económica para el año siguiente (2012) de recesiva, centralista,
generadora de pobreza y con un tinte eminentemente electoral.
Esta
vez, quizá, Meade no se encuentre con la animosidad de aquel día. Representa al
partido en el poder; en el PAN goza de buena reputación, y en el PRD lo
respetan. Acaso encontrará denuestos de parte de los legisladores de Morena.
Y,
sin embargo, Meade acude a la cámara con todo en contra y sin posibilidad de
ofrecer garantía alguna de revertir los males que heredó de Luis Videgaray.
Es
decir, como todo el paquete económico 2017 está diseñado para sanear las
finanzas públicas –reducir el tamaño de la deuda; darle la vuelta al balance
entre ingresos y gastos para aspirar, por primera vez en nueve años, a tener un
superávit primario que no obligue al gobierno a estar pidiendo deuda para sólo
pagar los intereses–, al nuevo secretario de Hacienda le queda poco margen para
lograr una tasa de crecimiento económico diferente a las registradas en los
años de Videgaray.
Y,
por lo mismo, las aspiraciones de un mayor bienestar para la población quedan
relegadas a un segundo término, aunque persista el discurso optimista.
Y
para lograr un balance financiero positivo, la ortodoxia dicta que debe
reducirse y contenerse el gasto público. Y así lo propone el paquete económico
necesariamente, pues resulta que –de acuerdo con el Centro de Investigación
Económica y Presupuestaria (CIEP)– el gasto público ejercido en los 12 últimos
años ha sido mayor que el gasto aprobado por el Legislativo.
En
ese lapso, dice la organización civil, “el gasto ejercido se ha sobrepasado en
1.9 puntos del PIB, cada año, respecto de lo aprobado”, y eso se ha traducido
“en un incremento en los saldos históricos de los requerimientos financieros
del sector público” (SHRFSP); es decir, la deuda pública en su concepto más
amplio, que este año terminará según las estimaciones de Hacienda en 50.5% del
PIB y para 2017 se propone reducirlo a 50.2% del PIB.
Es
decir, que la deuda pública neta total es equivalente a un poco más de la mitad
de todo lo que vale la economía nacional.
El
problema es que ese gasto creciente, superior al prometido año con año, y el
consecuente aumento de la deuda por arriba de lo propuesto en el paquete
económico de cada año, es lo que ha generado la desconfianza de las
calificadoras internacionales, los grandes inversionistas, el mercado, pues, en
el manejo de la economía que se ha hecho en los últimos años.
Poco
margen de maniobra
El
economista Jonathan Heath, en su cuenta de Twitter hace este ejercicio, con
base en cifras oficiales: En 2013, se aprobó un gasto equivalente a 24.4% del
PIB, pero el realmente ejercido fue de 25.9% del PIB. En 2014, el aprobado fue
de 25.7% y acabó siendo de 26.2%.
En
2015 aparentemente hubo un propósito de contener el gasto: se aprobó uno igual
al del año anterior, de 25.7%, pero se ejerció uno de 27%. Para este 2016 se
aprobó un gasto menor, de 24.7% del PIB, pero acabará en 27.2% del PIB.
En
consecuencia, según la información de Heath, la deuda siguió el mismo
derrotero. Para 2013 se propuso una deuda equivalente a 37% del PIB y resultó
de 40.4%. En 2014, la meta era llegar a una deuda de 40.5% del PIB y terminó en
43.4%. En 2015 se disparó de un 43.5% propuesto, a un nivel 47.6%. 4.1 puntos
porcentuales más en un solo año.
Y
en este año 2016 se propuso una deuda de 47.8% del PIB y llegará a 50.5%.
Todo
ello, a pesar del creciente monto que se destina del presupuesto para cubrir
cada año el llamado costo financiero de la deuda, que incluye intereses,
comisiones y otros gastos asociados a la deuda.
Por
ejemplo, en todo el gobierno de Felipe Calderón se destinaron casi 1.8 billones
de pesos para pagar la deuda y ésta, de 3.3 billones en 2007, acabó en 5.9
billones de pesos.
Pero
para hacerlo comparable con los primeros cuatro años del gobierno de Peña
Nieto, en ese mismo periodo Calderón destinó casi 1.2 billones, mientras que
con Peña Nieto el presupuesto destinado al costo financiero de la deuda será de
más de 1.6 billones de pesos.
Y
si agregamos los 568 mil 200 millones de pesos que se tienen propuestos para
ese pago en 2017, en cinco años el gobierno de Peña Nieto acabará pagando más
de 2.2 billones de pesos; en cinco años, para una deuda neta total que pasó de
6.5 billones de pesos, en 2013 a más de 10 billones de pesos en este año.
El
círculo vicioso: cada año se paga más y más por la deuda y ésta, antes que
bajar, sube y sube.
Pero
más allá de los números y los porcentajes, el problema concreto es que la deuda
está creciendo más rápido que la economía, lo cual es insostenible, por los
efectos perniciosos que causa en la economía: sube el tipo de cambio y, al
final de cuentas, la inflación se dispara.
Y
vaya que si ha crecido la deuda mucho más que la economía: en 2013, la economía
creció 1.4% y la deuda pública total lo hizo en 10.4%; en 2014 el PIB avanzó
2.2% y la deuda en 14.5%; en 2015, el PIB creció 2.5% y la deuda 16%. Para este
año se espera que la economía crezca 2.3% pero la deuda ya apunta a un
crecimiento de 9%.
El
economista Juan Moreno Pérez lo explica así:
“Lo
que las calificadoras y los grandes inversionistas están viendo es que el país
está otra vez a un paso de que reviente su economía. Cuando la deuda crece
mucho más que la propia economía, los mercados se alarman y empieza a
presionarse el mercado cambiario: los inversionistas empiezan a sacar su dinero
del país porque ven que esto se está descomponiendo. Y el peso se deprecia, el
dólar sube y, ya descontrolado, necesariamente impacta en los precios.
“Para
evitar eso sólo tienes estas opciones: aumentar ingresos o disminuir el gasto,
o una combinación de ambas. El gobierno ya decidió no aumentar ingresos, mucho
menos por la vía de los impuestos, porque eso es políticamente impopular.
Entonces, se van a ir por el gasto.
“Las
calificadoras y los inversionistas –dice Juan Moreno– no han visto ningún
cambio. No puede seguir creciendo la deuda más que el PIB porque si no la
economía revienta y quien paga los platos rotos es la población, los de menos
recursos principalmente.
La
razón, explica: “de seguir así, con ese desorden en las finanzas públicas, de
que la deuda crezca más que el PIB, va a suceder lo que tanto ha advertido el
Banco de México a la Secretaría de Hacienda, de que se ‘desanclen’ las
expectativas inflacionarias. Y eso lleva a que se dispare la inflación. Y la
inflación qué es, a final de cuentas: el más gravoso impuesto para la
población, sobre todo para los más pobres, por la fuerte pérdida de poder
adquisitivo.
“Y
lo que el Banco de México tendría qué hacer para contener eso es aplicar una política
monetaria más restrictiva, subir las tasas de interés, y eso a lo que lleva
finalmente es a una recesión, que siempre es muy costosa, como las que ya hemos
vivido en la época de las crisis recurrentes.”
Entonces,
la urgencia que tiene enfrente el secretario Meade es un recorte en serio al
gasto público, para que no siga creciendo la deuda y descomponga más la
economía y la lleve al precipicio.
Evitar
eso, ese es el reto del nuevo titular de Hacienda, pero como han señalado los
especialistas más calificados, no tiene mucho margen de maniobra, pues el mismo
Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación evidencia que no hay mucho
de dónde cortarle al gasto el próximo año. Muchas partidas y ramos
presupuestales ya están comprometidos y no se pueden recortar.
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