21 sept 2023

Las columnas políticas hoy, jueves 21 de septiembre de 2023

De repente, en la mañanera de este jueves 21 de septiembre el c. presidente López Obrador canceló su viaje confirmado a San Francisco, California a la cumbre de la Conferencia del Asia- Pacífico: la APEPC.

¿Por qué canceló?


Argumenta que no tiene relación con el gobierno de Perú...y no vaya a ser que se encuentre con la sra. Dina Boluarte...

La verdad es otra, nuestro presidente quizá se molestó con Biden por saludo que con la presidenta de Perú,  Dina Boluarte.

Veamos, Boluarte se fotografió este miércoles con Joe Biden, durante el 78 período de sesiones de la Asamblea General de la ONU.

El encuentro “trató temas relacionados con la cooperación entre ambos países y el apoyo que Perú recibe de” la nación norteamericana, según el despacho presidencial, que difundió la imagen protocolar donde también aparece la primera dama, Jill Biden.

Y aunque el despacho de  Boluarte informó que había tenido una reunión Biden, no fue asi solo un saludo 

Eso si, espera que #Biden venga a México o ir él a Washington cuando se acomode la agenda, depende.

Perdió una gran oportunidad!, como también la de aistir a Nueva York a la cumbre de la Naciones Unidas...

Patético, infantil, no es propio de un jefe de Estado.., con todo respeto..

Eso si ayer dijo que asistiría a Badiraguato, a la sierra sinaloense como lo prometió...

Hay prioridades.

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Las columnas políticas hoy, jueves 21 de septiembre de 2023

Estrictamente Personal

No es volada, Presidente/Raymundo Riva Palacio

El Financiero...

El presidente Andrés Manuel López Obrador se refirió este miércoles a la columna La sorpresa de octubre, publicada en este espacio el martes pasado sobre el interés de su gobierno por acusar al expresidente Carlos Salinas y a otros funcionarios de su administración de tortura y violación al debido proceso en contra de Mario Aburto, el asesino confeso de Luis Donaldo Colosio en 1994. “Es una falta de respeto a la gente”, dijo en la mañanera. “Es una volada”. La carpeta de investigación, sin embargo, existe.

En su alegato de desmentido, López Obrador le envió públicamente un mensaje a Salinas y le dijo que se despreocupara porque “no he recibido ni un solo informe, ni un solo escrito”, sobre su presunto involucramiento en el caso Colosio. El Presidente juega con las palabras. No tiene por qué recibir un informe o un escrito de la Fiscalía General sobre el caso, y lo único que podría entregarle el fiscal Alejandro Gertz Manero sería la carpeta de investigación. No lo ha hecho, como nunca le ha dado carpetas de investigación, ni tampoco hay necesidad.

La fijación del caso Colosio como uno de los juicios contra las cabezas en los gobiernos anteriores fue planteada por Gertz Manero desde octubre de 2019, cuando ordenó al Ministerio Público reabrir la averiguación previa para el “perfeccionamiento de aquellas diligencias que permitieran la continuidad de su integración”.

Casi un año y medio después, el caso Colosio fue reabierto oficialmente a petición de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, para que fuera revisado “a la luz de las nuevas evidencias y declaraciones” de Aburto. Las “nuevas evidencias” se centraban en la queja que una semana antes había hecho por teléfono su hermano Rubén, alegando que no le daban atención médica ni la alimentación que requería por encontrarse “muy débil y deteriorado en su estado de salud”, además de sufrir “tratos crueles, inhumanos, degradantes y tortura”.

La celeridad con la que actuó la CNDH y el gobierno fue inusual. El mismo día que se presentó la queja, se remitió al comisionado de Prevención y Readaptación Social de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, para trasladarlo a la prisión federal en Guanajuato, una de las más modernas del país, y una semana después le dictaron medidas cautelares. En tres semanas ya se habían solicitado informes y recibido respuestas de la Fiscalía Especializada de Derechos Humanos y del Instituto Federal de la Defensoría Pública, y cuatro meses después ya se habían iniciado los interrogatorios de la nueva carpeta.

En ese momento, el caso Colosio no era una prioridad del presidente López Obrador. Estaba en el caso Odebrecht, que deseaba fuera el ícono de la lucha contra la corrupción, y en la Operación Rápido y Furioso, con lo que quería disparar sus obuses a gobiernos panistas. Gertz Manero abrió carpetas de investigación contra el expresidente Enrique Peña Nieto y su secretario de Hacienda, Luis Videgaray, por Odebrecht, pero el Presidente no le autorizó proceder con las órdenes de aprehensión. El fiscal sí obtuvo la orden de aprehensión contra el expresidente Felipe Calderón por Rápido y Furioso, pero López Obrador le ordenó no ejecutarla. Los tres casos siguen vivos.

La idea estratégica de López Obrador, como se describió en La sorpresa de octubre, era utilizar la condena de García Luna en el juicio en Brooklyn por vinculaciones con el Cártel de Sinaloa, para martillar contra panistas y priistas durante la campaña electoral, pero cuando el juez pospuso hasta marzo el fallo, se tuvo que cambiar de objetivo. Salinas era el indicado, por el trabajo intenso que se había hecho en la fiscalía desde hace casi un año, con 50 abogados y ministerios públicos construyendo el caso.

López Obrador autorizó que siguiera adelante, pero pidió que al hijo del excandidato presidencial, Luis Donaldo Colosio Riojas, actual alcalde de Monterrey, no lo involucraran en la investigación. La carpeta se abrió sin que Salinas figurara en un principio, aunque desde el inicio de la administración Gertz Manero quería inculparlo. Por lo que se sabe, la carpeta contra Salinas está concluida, y en ella se intenta culpar también a quien fue jefe de la Oficina Presidencial, José Córdoba, y al Cisen. La aparición de Salinas y Córdoba en el caso Colosio no es nueva, aunque nunca llegó a nada.

Sus nombres surgieron años antes. Un día antes de que Pablo Chapa Bezanilla fuera anunciado como nuevo fiscal del caso Colosio, comí con él en la casa de un amigo común y me dijo textualmente: “Voy a meter a la cárcel a Salinas y a Córdoba”. Cuando le pregunté por qué, respondió que por haber asesinado a Colosio. Y cuando le pedí qué pruebas tenía, contestó literal: “No tengo, pero las voy a conseguir”. Casualmente, la noche anterior había quedado en cenar con Alfonso Durazo, que se había quedado sin trabajo y era uno con quienes estaba muy agraviado el entonces presidente Ernesto Zedillo. Llegó 45 minutos tarde y me comentó que había estado platicando, precisamente, con Chapa Bezanilla. Sabía de la animadversión de Durazo contra Salinas, por lo que la conjetura que hice fue que la inspiración vengativa del nuevo fiscal, era él.

Cuatro fiscales del caso Colosio, incluido Chapa Bezanilla, concluyeron que Aburto era un asesino solitario. La investigación sobre el crimen sólo rivaliza con la de la CNDH sobre Ayotzinapa como la más exhaustiva en la historia. Aburto ha hecho declaraciones ministeriales recientes que nunca formuló antes, como su inocencia, aunque en 1994 nunca negó haber disparado contra él en los diversos interrogatorios, donde lo único que varió fueron sus móviles para hacerlo.

Veintinueve años han pasado desde el crimen de Lomas Taurinas, aunque el caso Colosio nunca se cerró, ante la eventualidad, como dijo el último fiscal, Luis Raúl González Pérez, de que surgieran nuevas evidencias. La CNDH y la fiscalía encontraron en los dichos de Aburto esas nuevas evidencias para enfilarlas al expresidente Salinas, aunque, al parecer, López Obrador ha decidido que la Fiscalía General no proceda.

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“Pendejearla”/Francisco Garfias

Arsenal en Excelsior, 21 de septiembre de 2023

Xóchitl Gálvez llegó a pie al Senado, acompañada de un  grupo de cuatro o cinco mujeres y sin escoltas. Eran aproximadamente las dos de la tarde.

La virtual candidata presidencial del frente amplio opositor tuvo que caminar, porque la zona estaba bloqueada por manifestantes de la CNTE y policías que impedían el paso hacia Reforma e Insurgentes.

Cuando nos vio, regresó a saludarnos mientras hacíamos fila para entrar al estacionamiento del recinto legislativo. ¿Cómo le hiciste para llegar (en coche)? Preguntó sorprendida, antes de ingresar  al  recinto legislativo, en efervescencia por la presencia de Claudia Sheinbaum.

La senadora hidalguense venía de la Cámara de Diputados. Acababa de admitir que la “pendejeó” al hacer referencias bibliográficas, sin citar al autor, en el informe escrito correspondiente a su titulación en la Facultad de Ingeniería de la UNAM.

Dijo textual: “La mayor parte de los temas son técnicos, describen equipo, son sacados de manuales. Un tema es  la política pública del gobierno federal en materia ambiental y, pues sí, la pendejeé porque debí haber puesto de dónde era, la verdad”.

Ya para esos momentos su declaración era un escándalo. Xóchitl les puso el balón y lo patearon. El asunto se hizo viral. A las 9 de la noche llevaba 127 mil posts en X, antes Twitter. El 80 por ciento negativos.

Los morenos claudistas que se quedaron calladitos con las acusaciones de plagio a la ministra Yazmín Esquivel hoy vociferan y hablan de falta de integridad y honestidad académica.

La UNAM ya tomó nota. El rector Enrique Graue le pidió al director de la Facultad de Ingeniería, José Antonio Hernández Espriú, turnar el asunto tanto al Comité de Ética, como al Consejo Técnico de esa entidad, a fin de que se realice el análisis correspondiente.

*Dentro del recinto parlamentario se encontraba Claudia Sheinbaum, su futura adversaria en la elección presidencial, reunida con la incompleta bancada de Morena, los senadores del Verde y el PT, y con Mario Delgado, presidente del guinda.

Excepcionalmente, la sesión en el pleno se interrumpió para que los senadores de la coalición oficialista pudieran asistir al encuentro con Sheinbaum.

Juntos celebraron la “unidad”, en ausencia de la mayoría de sus pares marcelistas, que no fueron al cónclave con la coordinadora de la defensa de la 4T. Sólo pasaron lista dos de los nueve que abiertamente apoyaron al excanciller: Rafael Espino y Cecilia Sánchez.

Los demás siguen en espera de que la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena se pronuncie sobre la impugnación que interpuso Marcelo Ebrard por las “irregularidades” en el proceso interno que culminaron con la entrega del bastón de mando de Morena a la exjefa de Gobierno de la CDMX.

El excanciller quiere lo imposible: que se reponga el proceso. Verbigracia: que se desconozca el triunfo de Sheinbaum. 

*Terminado el cónclave, Claudia ofreció una desabrida conferencia de prensa, limitada a un mensaje y cuatro preguntas que fueron agrupadas para diluir las respuestas.

En su intervención inicial, la coordinadora de la Defensa de la 4T dijo:

“Estamos muy unidos todos los dirigentes de este movimiento. Y al decir los dirigentes me refiero a los gobernadores y gobernadoras de nuestro movimiento. Ya somos 23 con la maestra Delfina Gómez que ya está en funciones.

“Pero también a presidentes y presidentas municipales, regidores y regidoras; estamos unidos con los diputados de todas las fracciones; con los senadores, con las senadoras”.

La primera pregunta fue de Andrea Becerril de La Jornada. Quería saber si ya hay un acercamiento con Marcelo, pero también le pidió su opinión sobre el “plagio” de la tesis de Xóchitl.

Respondió: “Hay unidad en Morena, porque nosotros no le cerramos las puertas a nadie. La unidad está dada y nosotros seguimos caminando”.

Aclaró, eso sí, que en los estatutos de Morena están prohibidas las corrientes, en alusión a la asociación civil Caminos de Mexico, que el excanciller acaba de formar con morenistas, verdes y petistas.

Con desdén habló de lo segundo:

“Yo lo pondría de esta manera: al frente opositor ni siquiera debemos llamarle Frente Amplio Opositor (se llama Frente Amplio por México).

“Son el PRI, el PAN y un pedacito del PRD. No es nada más que el pasado. Es el pasado de privilegios, el pasado de corrupción, el pasado de la mentira, de la simulación, de la desigualdad, de la discriminación, de la corrupción”. 

Pronosticó: “Por eso, del otro lado van a seguir apareciendo más cosas seguramente, porque ellos representan ese pasado al que el pueblo de México ya no quiere regresar. Nosotros representamos la esperanza…”.

El autoengaño, pues.

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En la raya. 

Los cierres de Rocha/ Jose Luis López Duarte

Cual Sisifo contemporaneo, el gobernador de Sinaloense se ha dedicado a corromper medios de comunicación y comunicadores, al mismo que se lleva entre los pies valores y derechos humanos. No perdamos de vista que en la historia de todas naciones, la libertad de expresión, la información y la comunicación, han jugado un rol fundamental en el desarrollo y modernización de la humanidad. 

No, no ha reparado en los daños estructurales que le esta provocando a la sociedad Sinaloense, sumiéndola en una espiral decadente que hace retroceder a la sociedad a tiempos que habíamos creído idos y sin retorno.

El gobernador de Sinaloa, no tiene la mas mínima conciencia del daño que esta provocando cuando se exhibe como un autocrata, corruptor y mesiánico, que pretende convertir su gobierno en el de un solo hombre, el de una sola voz. 

Es lastimoso ver como casas editoriales y periodistas, se han arrodillado al extremo de soportar los insultos, como aquel, “de si no están de acuerdo, pueden pasar  por su liquidación del convenio de publicidad” que contrataron con el gobierno.  

Como lastimoso es también, ver la persecución política que desato y desata contra sus adversarios abusando del poder que ostenta y manipulando las instituciones publicas para ello. 

Lo mas reciente y escandaloso ha resultado la operación “blitzkrieg” (guerra relámpago), que ha desplazado en contra de la familia Cuen Díaz, a quienes ha clausurado sus negocios  en Mazatlán y Culiacán, como la emblemática “Casa Maria”, un restaurante de la señora Angélica Díaz de Cuen, los laboratorios y clínicas de Héctor Melesio Cuen y los negocios recreativos de su hijo Héctor Melesio Cuen Díaz. 

“Que Casualidad”, dirían en el rancho, que a toda la familia en un día les fueron cerrados sus negocios y todavía dice el profe Rocha Moya que no persigue políticamente a sus adversarios, como si no hubiera sido suficiente con toda la cacería  que ha practicado contra la UAS, había que llegar hasta la ignominia política como lo ha hecho. 

¿Que no se dará cuenta el gobernador la exhibición ridícula que hace con estos actos? ¿no se enteran que Sinaloa vive muchos problemas como para estar con estos sainetes? ¿acaso cree que esos actos le abonan a su gobierno?¿que no entiende que se desprestigia solo?

O acaso ¿de ese tamaño es su desesperación ante la ausencia de resultados de su gestión?

Por que visto que es la persona con mas poder institucional y legal de Sinaloa, ¿como es posible que ande con esos desfiguros?

Están como los viejos caciques del viejo PRI, el de los tiempos del partido único, que podían hacer y deshacer a su antojo, mandando cerrar las cantinas de sus enemigos políticos, para que fueran a pedirle permiso para que los abrieran y hacerles ver quien era el “Jefe”.

Quizá eso sea lo que quiere oír de todos el gobernador, el “si, jefe lo que usted diga y mande”, que le hagan hasta volar a los cocodrilos. No importa, vaya, vaya.

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Ayotzinapa 9 años: 9 datos que seguimos sin saber (II)/Maite Azuela

EL UNIVERSAL, 21 de septiembre de 2023

Seguimos sin conocer el destino de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala. Durante 9 años de “investigación” se han hecho públicos los vacíos que tiene el caso en los que, algunos afirman, podría haber respuestas que nos acercarían a conocer la verdad y eventualmente a hacer justicia. A continuación, enlisto los más representativos:

1. Durante el gobierno de Enrique Peña Nieto se identificó una pieza ósea de Alexander Mora Venancio, misma que fue hallada supuestamente en una de las bolsas que aparecieron en el Río San Juan. Durante el gobierno de Andrés Manuel se encontraron e identificaron restos óseos de Joshivani Guerrero de la Cruz y Christian Alfonso Rodríguez Telumbre. De ninguna manera puede afirmarse que estas identificaciones se pueden extender al resto de los estudiantes, que porque ya se “encontró” a tres ya no hay necesidad de buscar a los otros cuarenta. Tampoco puede afirmarse que el hallazgo e identificación de estos tres estudiantes implica que deje de ser relevante saber qué sucedió, cómo llegaron hasta allí.

2. ¿Quiénes son los generales que ordenaron el seguimiento y monitoreo de los estudiantes? ¿Participaron como espectadores o como perpetradores? ¿Julio César López Patolzin, el militar infiltrado como estudiante, les proporcionó información sobre los puntos en que fueron interceptados y lo que sucedió, al menos, en el autobús Estrella de Oro 1531 en el que viajaba?  Ni siquiera se tentaron el corazón para garantizar la investigación del paradero de uno de los suyos. No olvidemos que justo en el Palacio de Justicia fue detenido ese autobús mientras llegó otro elemento del ejército que informó la desaparición en tiempo real.

3. ¿Quién o quiénes torturaron y mataron a Julio César Mondragón Fontes, el estudiante de quien la fotografía de su rostro desollado recorrió el mundo?

4. ¿Quién le disparó en la cabeza a Aldo Gutiérrez Solano, uno de los estudiantes sobrevivientes que se encuentra en estado neurovegetativo? En este punto es importante reconocer que el gobierno de Enrique Peña Nieto hizo un esfuerzo por garantizar medidas de atención médica y victimal a Aldo y su familia. Pero esto no implica que deje de investigarse.

5. ¿Quiénes son los militares involucrados en la importación de armas de Alemania a México y que, casualmente, terminaron en manos de quienes atacaron a los estudiantes? El gobierno alemán le había impuesto una restricción a la empresa Hecker and Koch de exportar dichas armas a México, por ser letales y por ser México un país en permanente conflicto armado. En Alemania ya hubo detenidos de la empresa. Aquí las armas fueron a dar misteriosamente a las manos de los policías municipales y por supuesto no hay un solo responsable de su llegada a territorio mexicano y de su uso.

6. ¿Cuál fue el papel que jugó cada institución del gobierno local y federal que se movilizó la noche de los hechos? ¿Qué pasó con los policías federales detenidos por este gobierno? ¿hay algún mecanismo que garantice su testimonio o solo se trata de tenerlos en la cárcel para simular justicia?

7. ¿Quién es la persona apodada “El Caminante” quien según el GIEI jugó un papel clave de coordinación la noche de los hechos, particularmente en la movilización de los policías municipales a quienes les daba instrucciones durante el operativo? Además, seguimos sin saber si la hipótesis del quinto camión con relación al trasiego de drogas es cierta.

8. ¿Cuál es la relación entre los delitos de los que se le acusa a Jesús Murillo Karam y a Tomás Zerón ¿sabemos por qué inventaron esa versión? ¿han contado lo que supieron y decidieron ocultar? ¿Qué información nueva obtuvieron de él como detenido emblemático de López Obrador?

9. ¿Quién ordenó espiar con Pegasus a los padres y madres de los estudiantes, a las personas que les acompañan legalmente e incluso al GIEI? Pegasus ha sido siempre pagado por los gobiernos ¿Qué funcionario será responsable de espiar ilegalmente a las víctimas de este crimen atroz?

Con los pocos avances sustanciosos de la investigación, el gobierno de López Obrador no se distingue en nada del de Peña Nieto, ni en el interés, ni en la opacidad, ni en la falta de resultados.##

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Ayotzinapa 9 años: lo que no hay que olvidar (I)/Maite Azuela

EL UNIVERSA, 14/09/2023 |;

En 12 días se cumplirán 9 años de la desaparición de los estudiantes normalistas durante la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre de 2014. Si alguien me lo pregunta, nunca pasó por mi mente que un caso que causó tanta inquietud en la sociedad siga sin resolverse 9 años después, luego de la intervención de dos gobiernos que se presumen distintos.

Recuerdo el asombro de la sociedad de aquel sábado 27 y domingo 28 de septiembre del 2014. La imagen de uno de los estudiantes con el rostro desollado que recorría las redes sociales era desgarradora. Luego, por ahí del lunes o martes se confirmó que eran 43 los estudiantes desaparecidos y que otros dos más estaban gravemente heridos en el hospital. Aquello, rápidamente se transformó en una indignación nacional e internacional como no se ha vuelto a ver en algún otro caso posterior, pese a que los ha habido y en circunstancias similares. Las calles se inundaban de ciudadanas y ciudadanos exigiendo la presentación con vida de los normalistas desaparecidos. ¿Qué cambió para la ciudadanía? ¿La impotencia ante el dolor nos hace cerrar los ojos y seguir esperando que la tragedia que tocó la vida de muchas familias no alcance la de otras?

Parece poco tiempo el que ha pasado, pero es indispensable no olvidar esos primeros días y la reacción del gobierno de Enrique Peña Nieto para entender las promesas incumplidas del gobierno de Andrés Manuel. Hay un dato importante en estos tiempos electorales: una parte de las personas que nacieron en el 2000 y todas las que nacieron entre el 2001 y 2006 votarán por primera vez en 2024. Cuando sucedió Ayotzinapa, estas y estos jóvenes tenían entre 8 y 14 años. Debemos hacer todo lo posible para que Ayotzinapa no pase desapercibido en la historia del tiempo presente de esos jóvenes.

Un acontecimiento tan importante no puede quedar a la suerte de que la sociedad lo recordará o que los jóvenes en algún momento lo sabrán a través de una serie. Por eso, vale la pena hablar del tema hasta en tanto no haya un resultado que satisfaga a los padres y madres de los 43 y, por qué no, a la sociedad en su conjunto.

Durante el resto de 2014, 2015, 2016, 2017 y 2018 la sociedad testificó un ir y venir en el gobierno de Peña Nieto que se casó con una versión, resistiéndose a investigar lo que los organismos internacionales y las organizaciones que acompañan legalmente a las familias les exigían. Nunca hay que olvidar esas palabras apresuradas de Jesús Murillo Karam cuando habían pasado solo cuatro meses de la desaparición, en la conferencia de prensa de enero 2015: “estos y muchos otros elementos aportados durante la investigación, permitieron realizar un análisis lógico-causal y sin lugar a dudas los estudiantes normalistas fueron privados de la libertad, privados de la vida, incinerados y arrojados al Río San Juan en ese orden. Esta es la verdad histórica de los hechos […] no hay una sola evidencia de que haya intervenido el ejército”. Con este discurso el exprocurador pretendía dar por concluida la investigación.

Llegó Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia e increíblemente en la primera mañanera anunció lo siguiente: “Hoy, a las 10 de la mañana, voy a firmar un acuerdo para iniciar el proceso de búsqueda y de justicia en el caso de los jóvenes desaparecidos de Ayotzinapa, como fue un compromiso que hicimos durante la campaña. Están ustedes invitados a ese acto y van a conocer las características de esta Comisión de Gobierno para dar todas las facilidades y que se conozca la verdad”. A pesar de que los especialistas señalaron la complicidad y la opacidad de las fuerzas armadas en la desaparición de los muchachos, cinco años después de esas palabras no hay justicia ni verdad para los padres y madres de los 43.

Hace un año, en agosto 2022, se presentó el último informe del gobierno federal. Desde entonces, parece que las prioridades ya son otras. En mi siguiente columna, escribiré un recuento sobre aquellas preguntas del caso que el gobierno de López Obrador ha decidido no responder.

@MaiteAzuela



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