15 jul 2008

El Cartel de Los Sapos

Publicado en El Nuevo Herald On line, martes 15 de julio del 2008
Telenovela ofrece mirada a violento cartel de drogas colombiano
Por TOBY MUSE
The Associated Press
El ex narcotraficante Andrés López posa junto a su libro "El Cartel de los Sapos", que inspiró la telenovela más vista en la historia de Colombia.
BOGOTA --La telenovela de mayor audiencia de Colombia sigue una trama más bien lúgubre: Muchachos que conocen a muchachas. Chicos que contrabandean toneladas de cocaína. Viejos amigos que se traicionan. Y todo el mundo termina muerto o en la cárcel.
Basada en el libro escrito por un ex narcotraficante, la teleserie ofrece el punto de vista de un miembro del cartel del Norte del Valle, una de las más temidas organizaciones en Colombia. De acuerdo con la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), el cartel del Norte ha contrabandeado más de 500 toneladas métricas de cocaína hacia Estados Unidos con una ganancia de unos 10.000 millones de dólares.
"El Cartel de los 'Sapos'", como se llama a un desertor en la jerga local, revela un submundo colombiano en la que amigos de más de una década son sacrificados por un cargamento de cocaína, agentes de policía reciben órdenes de traficantes mientras otros funcionarios son burlados, mientras mujeres traman con sus amantes cómo asesinar a sus maridos. En cada episodio muere al menos una persona.
Las críticas han sido feroces. El director de la Policía Nacional, general Oscar Naranjo, se quejó en una nota que publicó en el principal diario colombiano, El Tiempo, porque la telenovela no da al gobierno suficiente crédito por sus victorias contra los narcotraficantes y presenta a los traficantes "como estrellas" y a los policías como "corruptos".
Sin embargo, casi la mitad de los televidentes colombianos sintonizan la telenovela, la más costosa producida hasta ahora por una canal en el país, indicó la productora ejecutiva Cristina Palacios.
El éxito se debe en parte a lo divertido que resulta ver a populares actores representando a figuras del submundo criminal que van a eventos sociales con sus novias, todas ellas sometidas a cirugías estéticas. Pero también sugiere un cambio cultural en un país donde el dinero del narco ha influido todos los niveles de la sociedad.
La cultura 'traqueta' o de los traficantes "ha permeado mucho a la sociedad colombiana... la han adoptado personas que no se dedican al narcotráfico pero los imitan: diplomáticos que le echan el carro encima a la gente (en la calle) y políticos que amenazan y hasta hacen echar del puesto a agentes de la policía que les ponen multas por violar normas de tráfico, agentes de policía que violan todas las normas de tránsito porque 'son la autoridad'", dijo Eduardo Arias, editor cultural de la revista de noticias Semana, la mayor de Colombia.
El autor y guionista de la serie Andrés López -un ex miembro del cartel del Norte del Valle, quien comenzó a escribir el libro del Cartel de los Sapos desde una prisión en Estados Unidos- dijo que tanto el libro como la telenovela llegan a la misma conclusión: la guerra contra las drogas que ya lleva décadas, se autoperpetúa y los traficantes no son los únicos en sacar provecho.
"La DEA, el FBI, los abogados... este es un negocio para todo el mundo. Necesitan la guerra contra las drogas para conseguir sus ascensos en el trabajo, para conseguir presupuesto" para sus oficinas, dijo López. "Estamos en una guerra totalmente absurda, pero a dónde vamos? No sé", agregó.
Hace una década, el conflicto interno de Colombia y la industria de la cocaína estaban ausentes de los horarios estelares de telenovelas. Los productores, actores y escritores tenían demasiado miedo de las represalias de los criminales, dijo Palacios, la productora de la serie.
Ahora, los traficantes han buscado pasar inadvertidos y mantener la violencia dentro de sus propias filas -evitando así una notoriedad que les coloca en las listas de más buscados dentro y fuera del país- por lo que los actores se sienten un poquito más cómodos.
No obstante, los actores del Cartel de los Sapos aún se preocupan debido a que a algunos personajes de la vida real quizá no les guste el retrato que se presenta de ellos. A pesar que los nombres reales que López usó fueron cambiados para la telenovela, no es muy difícil decir quién es quién.
"Espero que no haya una respuesta de parte de ellos (los traficantes)", dijo la productora Palacios.
La telenovela comienza con el personaje de López entrando en ese submundo como un adolescente de 15 años que trabaja en una laboratorio de procesamiento de cocaína y logra ascender en la organización. Se relatan sus devaneos amorosos y detalles reales sobre cómo ex agentes policiales se le unieron para construir el muy rentable cartel.
El cartel de "Medellín tenía la violencia, el cartel de Cali corrompió muchas instituciones y lo que hizo el cartel del Norte del Valle fue juntar estas dos cosas y convertirse en una bomba atómica", dijo López, ahora de 37 años.
López cumplió una sentencia de cinco años tras cooperar con las autoridades de Estados Unidos dando información sobre el cartel, que, según el ex traficante, debe su éxito como organización a que aprendió las lecciones dejadas por sus antecesores.
Pero en la medida que el cartel del Norte del Valle se convertía en el líder indiscutible mundial del tráfico de cocaína, sus jefes comenzaron a volverse unos contra otros e intentaron negociar acuerdos con Estados Unidos, lo que desató una sangrienta lucha interna, dijo López.
Uno de los más interesantes y aterradores personajes es el de Wilber Varela, un rudo ex policía quien, cuando no estaba asesinando o torturando a alguien, se divertía con hermosas mujeres y modelos. En un irónico giro de la historia, los fiscales en la realidad investigan a una actriz de la telenovela porque supuestamente recibió propiedades de Varela, algo que la mujer niega.
Varela "era tres Pablo Escobar en uno, una mente netamente criminal", dijo López, comparando a Varela con el extinto capo del cartel de Medellín, cuya violencia contra el estado se extendió desde fines de los 80 y hasta su muerte en 1993. Varela, por su parte, fue encontrado muerto en febrero último en Venezuela, supuestamente asesinado por alguno de sus sicarios.
Otros jefes del Norte del Valle que inspiraron personajes en la telenovela igualmente tuvieron un fin sin gloria. El lavador de fondos del cartel, Juan Carlos Ramírez Abadía, conocido como "Chupeta", fue arrestado en el 2007 en Brasil a pesar de haberse desfigurado el rostro en operaciones para evitar ser reconocido.
Otro narco conocido como "Don Diego" fue capturado tras una desgastadora persecución que acabó son sus nervios.
Y Julio Correa, quien estaba casado con una de las más reconocidas modelos de Colombia, terminó siendo asesinado y desmembrado por sus compañeros del tráfico de drogas.
El actor Robinson Díaz, quien interpreta a Varela como un personaje que tiene los ojos de un hombre enloquecido y portando alegremente su ametralladora, en la vida real solo desea ver el fin de esa guerra contra la cocaína.
"La mejor manera de hablar de nuestro país es a través de este tipo de historias", dijo Díaz. "En Estados Unidos sólo se siente el impacto del consumo, aquí estamos matándonos entre nosotros mismos".

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