Sesión
de preguntas y respuestas al término de la comida que en honor del licenciado
Enrique Peña Nieto, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, ofrece The
Economic Club of New York con actores financieros
-SR.
WILLIAN C. DUDLEY (Interpretación al Español): De verdad que fue muy
interesante; sus palabras fueron muy, muy importantes.
Hay
unas preguntas. Bill Rhodes está aquí con ustedes, antes a cargo de este Club
Económico y antiguo asesor de Citi Group; y Terrence Checki está aquí, con
nosotros, también, Vicepresidente Ejecutivo del Banco de la Reserva Federal de
Nueva York, como sabe, Bill y Terrence, ambos, tienen una vasta experiencia con
México.
Primero
usted, señor Secretario. Terry.
-SR.
TERRENCE J. CHECKI (Interpretación al Español): Gracias, señor Presidente.
Un
honor tenerlo con nosotros aquí.
Es
un gran honor para nosotros que haya trabajado México con nosotros, tanto
tiempo ver el éxito que están disfrutando en México.
Usted
ha esbozado para nosotros un programa tan ambicioso y la reforma estructural,
que con tanto éxito ha implementado.
Aquí,
la pregunta es en cuanto a la implementación, como usted mismo ha dicho. Hasta
ahora ha podido usted apoyarse en un grupo de personas clave en su
Administración a nivel Federal, para poder impulsar hacia adelante las reformas
con gran habilidad, y lo felicito.
Humildemente,
usted lo ha dicho, yo creo que muchas personas aquí quisieran saber qué hizo
distinto usted para que lo aprobaran en México, en el Congreso. Nadie, ningún
sólo partido desde el 97 lo ha logrado, y usted lo hizo en una forma tan
eficiente y tan ágil; ha sido impresionante, verdaderamente.
Ahora
el programa de implementación, que ya no está a nivel Federal, depende no
solamente del nivel Federal, sino de los estados y municipios, municipalidades.
Cómo asegura usted que tenga la capacidad operativa para implementar,
efectivamente, las reformas que legisló con tanta efectividad; y qué riesgos
prevé.
-PRESIDENTE
ENRIQUE PEÑA NIETO: Muchísimas gracias por la pregunta.
Y,
sin duda, lo que ha sido diferente en México, fue el deseo de una Nación
claramente representada en las distintas expresiones políticas por encontrar el
motor del cambio, lo que México, lamentablemente, no había podido tener décadas
atrás.
Desde
1997, en la que, efectivamente, el escenario y la conformación del Congreso
dejó claro que ningún partido político tenía mayoría suficiente para impulsar
una reforma de carácter constitucional y legal.
Y
creo que a partir de ese escenario, y a partir, como ya lo dije en mi
intervención, de la madurez política que México ha venido adquiriendo al paso
de los años, en nuestra consolidación democrática, esa condición hizo posible
el realmente lograr este acuerdo, este significativo acuerdo que derivó en el
Pacto por México, y en definir una hoja de ruta en la cual trabajar para
impulsar el desarrollo y el progreso de la Nación.
Para
muchos de los temas referidos de las 11 reformas que señalé, se encontraron
amplios consensos, respaldo casi unánime; y en otras, el respaldo sólo mayoritario.
Pero, al final de cuentas, en todas ellas se propició un amplio debate entre
las distintas fuerzas políticas.
Quizá
lo que hizo diferente, en pocas palabras, fue la voluntad, el deseo de cambiar
y de hacer un ajuste a la inercia que llevábamos. Estábamos claros que de
seguir haciendo lo mismo de antes, nos iba a llevar a obtener los mismos
resultados.
Si
queríamos encontrar un mayor crecimiento económico, un mayor desarrollo, era
fundamental hacer ajustes. Y eso fue justamente lo que ocurrió.
La
otra parte de la pregunta. Sin duda, está en lo que es el gran reto de ya
referí en mi intervención. Cómo aseguramos que en la implementación de estas
reformas, realmente, se materialicen los beneficios que se prevé tengan para la
población.
Por
eso, hemos venido acelerando el proceso de implementación. Por eso, nuestro
interés de escuchar las voces que han conocido de otros procesos. Por eso,
nuestro interés de recoger la experiencia que alimente las políticas que
debamos definir desde el Gobierno para asegurar la debida implementación.
Por
eso, la apertura que mostramos, para no cerrarnos, al reconocer que estamos
incursionando en muchos de los temas, en algo completamente novedoso para
nuestro país, pero que estamos abiertos a escuchar de experiencias de éxito, y
que en otras latitudes han fructificado.
Yo
estoy convencido que al ser éste un ánimo que prevalece en todos los órdenes de
Gobierno, la disposición que hay de las autoridades estatales, de los gobiernos
municipales, para la implementación de las reformas, creo que favorecerá en
mucho la eficaz implementación de las mismas.
Sin
duda, corresponde en mucho al Gobierno Federal y a los órganos autónomos que se
han creado para la implementación de la reforma, el que esto ocurra de manera
muy eficiente.
Y
estoy convencido de que al tiempo que hoy me presento ante ustedes, ya hemos
avanzado en la implementación de varias de las reformas, no sólo atendiendo al
tiempo que prevé la propia reforma y que señala tiempos, sino, incluso, nos
hemos anticipado en varias de estas definiciones y a los tiempos señalados,
para acelerar la implementación de las reformas.
Simplemente
yo cerraría mi intervención a esta pregunta. En México hay optimismo, tenemos
confianza en la capacidad que como Gobierno y, sobre todo, en los mexicanos, de
estar resueltos, como lo estuvimos, a hacer ajustes y cambios a nuestro modelo
y a las leyes en temas centrales y estructurales para el país; la confianza que
hubo para llevar a cabo las reformas. Tenemos confianza en la capacidad de los
mexicanos para instrumentar eficientemente las mismas.
-SR.
WILLIAM R. RHODES (Interpretación al Español): Muchísimas gracias, señor
Presidente por su presencia acá, hoy día, y su excelente discurso.
Cuando
estuve al principio de este año en México y tuve la oportunidad de conversar
con usted brevemente, vi que la comunidad económica sentía con gran positivismo
todas las Reformas Estructurales que usted mencionó ahora, incluyendo el cambio
de energéticos que usted, en la Reforma de Energéticos que dijo usted, y los
cambios que yo vi también en el sector privado, fue muy importante.
Una
reunión en el IPADE con 400 egresados, la mitad de la Ciudad de México, y otros
venían de Guadalajara.
El
área de seguridad era otro tema muy importante, de preocupación.
Sé
que ha tomado medidas en este sentido. Y como es algo tan importante, tal vez
podría usted decirnos unas palabras respecto a lo que está usted haciendo en
esta área, que ha sido tan difícil para los Presidentes anteriores a usted.
-PRESIDENTE
ENRIQUE PEÑA NIETO: Muchísimas gracias.
Yo
señalaría dos puntos en atención a esta pregunta.
El
primero de ellos.
Dejar
muy claro que para el Gobierno que encabezo, para el Gobierno de la República,
el tema de la seguridad pública es una prioridad.
Desde
el inicio de mi mandato y al asumir la Presidencia de la República, definí
claramente cinco importantes objetivos en los que estamos trabajando, dentro de
los que se inscriben, precisamente, en las reformas que se han alcanzado, que
enuncio de manera muy rápida.
Un
México de seguridad y un México de tranquilidad y paz para los mexicanos.
Un
México con educación de calidad; un México incluyente, que nos permita revertir
las condiciones de pobreza.
Un
México próspero, a partir de encontrar los mecanismos, muchos de ellos en las
reformas, para acelerar nuestro crecimiento económico de manera mayor y
sostenida y sustentable en los próximos años.
Y
reconocer a México como un actor con responsabilidad global.
Dejo
aquí en claro que la seguridad sigue siendo y lo seguirá, en mi Administración,
una de sus mayores prioridades.
Y
la otra parte de la respuesta que quiero darle es, sin duda, la política que en
materia de procuración de justicia, de seguridad y justicia, que hemos
instrumentado, muestra ya resultados ya muy tangibles.
Las
mediciones, tanto oficiales, las que derivan de órganos autónomos, también que
miden condiciones de seguridad, particularmente, en el número de homicidios y
de otros delitos que se cometen, cualquiera de las mediciones del Consejo
Nacional de Seguridad Pública y las de algunas organizaciones de la sociedad
civil ocupadas del tema y preocupadas por el tema de la seguridad de México,
todas coinciden en que la violencia, que el número de homicidios y la
criminalidad en nuestro país tiene claramente una tendencia a la baja.
Que
hoy tenemos ciudades, regiones del país muy señaladas y muy estigmatizadas por
las condiciones de inseguridad que han tenido un cambio ampliamente notable.
Especialmente en la zona de la frontera con los Estados Unidos, ciudades como
Ciudad Juárez, la Zona Metropolitana de Monterrey, sólo por mencionar algunas,
han tenido un cambio notable y una disminución en la incidencia de violencia y
de inseguridad en la comisión de varios delitos, que en promedio deben estar
entre un 60 y 70 por ciento.
En
promedio, en los estados de la zona fronteriza, en promedio la disminución de
la violencia es de poco más del 40 por ciento.
Y
estos resultados nos dejan ver que estamos en la ruta correcta, que hemos
focalizado los esfuerzos del Gobierno para darle una atención específica a las
distintas regiones del país. Para eso establecimos una política en cinco
distintas regiones del territorio nacional, y que los resultados hablan por sí
mismos. Los resultados son alentadores y nos dejan ver con claridad que estamos
realmente en la ruta para disminuir los niveles de violencia.
Este
año, el 2014, en contraste con el año 2012, cuando asumimos la Presidencia de
la República, sin duda, habla de una disminución muy notable. Prácticamente y
cercana al 29 por ciento en la disminución de homicidios cometidos, en
promedio, en todo el país.
Insisto.
Estas cifras, estos resultados, son muy alentadores, pero insuficientes. Nos
dejan ver y nos dan aliento para seguir en la ruta que hemos llevado, de
ajustarla cuando ha sido necesaria, pero es claro que es una tarea inconclusa y
en la que claramente hay un firme y decidido compromiso de llegar hasta el
final, para realmente lograr la tranquilidad y la paz que los mexicanos
demandan.
Pero
me resulta grato compartir con ustedes que los resultados que llevamos a la
fecha son alentadores. Muestran una mejora sensible en las condiciones de
inseguridad que anteriormente tenía el país y yo espero que ésta sea la ruta
que sigue y se mantenga en los próximos años y logremos el objetivo trazado
desde el inicio de la Administración, para que México nuevamente recupere
óptimas y mayores condiciones de seguridad y de tranquilidad para todos los
mexicanos.
-SR.
TERRENCE J. CHECKI (Interpretación al Español): Señor Presidente, estamos
hablando de temas un poco difíciles, y quisiera yo formular la pregunta de
inmigración y movilización alrededor de la frontera.
Sabemos
que hay una parálisis en Washington alrededor de este tema y que su gestión ha
estado trabajando con estados individuales.
Tendría
la gentileza de decirnos algo sobre sus esfuerzos con Arizona, California,
Texas.
Y
también hay una segunda parte de esta pregunta. Todos estamos familiarizados
con el flujo de migrantes de Centroamérica hacia Estados Unidos, también esto
debe de poner gran tensión en México.
También
me gustaría escuchar algunas palabras al respecto.
-PRESIDENTE
ENRIQUE PEÑA NIETO: Con respecto a la primera pregunta, México ha expresado de
manera reiterada y así lo ha hecho mi Gobierno, la gran simpatía que tiene por
la iniciativa tomada en Estados Unidos para emprender una reforma migratoria.
Con
absoluto respeto a la soberanía de este país, México se mostró y sigue teniendo
una gran simpatía por este proyecto, que parte de un reconocimiento y justicia
a quienes, siendo parte ya de esa comunidad norteamericana, contribuyen al
crecimiento y al desarrollo de esta nación.
Y
por eso respaldamos ampliamente este proyecto desde nuestro espacio,
entendiendo que es un tema de la política interior de los Estados Unidos, pero
que para ella tenemos una gran simpatía y deseamos que los escollos que se han
presentado en la ruta para aprobar una reforma migratoria, se salven; y cuanto
más pronto y posible se alcance y materialice esta reforma, que, insisto, me
parece en un sentido de la más mínima justicia que debiera haber para quienes
ya siendo parte de esta comunidad, están en una condición irregular en cuanto a
su estancia en los Estados Unidos.
Con
respecto a los migrantes, y especialmente niños no acompañados que han venido
cruzando por el territorio nacional, hemos establecido una mayor coordinación
con los gobiernos de los países de Centroamérica, particularmente de Guatemala,
Honduras y El Salvador, para establecer mecanismos de mayor control en la
frontera Sur de nuestro país, que nos permitan darle una mayor atención y
certeza para quienes cruzan la frontera por distintas razones.
Y
que tengamos, insisto, un mayor control. Establecimos una política para definir
distintos puestos de control dentro de la frontera Sur hasta el Istmo de
Tehuantepec, donde están los últimos espacios de control.
Y
no por ello dejamos de reconocer que no obstante todos estos puestos de
control, estos mecanismos de orden que en coordinación con los gobiernos centroamericanos
hemos establecido, llegan a la frontera Norte de México y a la frontera Sur de
los Estados Unidos, un grupo de migrantes y especialmente menores, que logran
alcanzar y que bajo distintas razones o por distintos motivos o por
desinformación, apelan a tener legal estancia en este país.
México,
lo que ha hecho para con los niños no acompañados, es una política de mayor
atención. Nuestro Instituto Nacional de Migración tiene especialistas y
profesionistas dedicados para dar la atención específica a los niños migrantes
no acompañados.
Se
ha establecido todo un sistema de albergues que están a cargo de los sistemas
DIF. El DIF es una entidad pública de nuestro país de orden Federal y de orden
estatal, que junto con ellos estamos construyendo albergues para darle la
atención específica a los menores no acompañados y de establecer mecanismos
para llevarlos hasta sus lugares de origen. Pero en tanto eso ocurre,
prestarles toda la ayuda alimenticia, médica y de apoyo para quienes están en
este tránsito.
Me
parece que, y ésta es la posición que tiene México sobre ese tema, que no puede
culparse a los menores en estos intentos por llegar a un mejor escenario y una
mejor condición. No podemos atribuir a niñas o a niños el que esto lo hagan por
gusto o simplemente en una acción dolosa o de manera premeditada.
Es,
a veces, empujados por la desinformación, por el abuso que algunas
organizaciones criminales tienen, desinforman y llevan o alientan el que
menores puedan cruzar, con la promesa de que tendrán un mejor escenario y un
mejor entorno donde vivir.
Por
eso, me parece que la actitud del Gobierno debe ser de responsabilidad frente a
este fenómeno, de atención y no de criminalización y menos para quienes son
menores.
Hay
que darles todo el apoyo, toda la atención, la ayuda legal que merecen, que
necesitan, porque al final de cuentas, son niñas y niños que se encuentran
frente a la orfandad.
A
veces sólo miramos este fenómeno en la óptica de un Gobierno que ve el fenómeno
y hay que tener un mínimo de empatía, de verlos o de querer entender el
fenómeno en la visión que puede tener una niña o un niño, que está alentada por
encontrar un escenario o un entorno donde poder crecer y desarrollarse, y de
reconocer las penurias y los pasos difíciles que tiene que seguir para alcanzar
su objetivo de llegar a donde se le ha prometido un mejor futuro.
Yo
creo que esa es la responsabilidad que los gobiernos debemos asumir y México
está haciendo su propia tarea en este propósito.
Muchas
gracias.
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