Palabras
del Presidente Peña Nieto,
durante la comida que ofreció en su honor The Economic Club of New York
En
primer lugar, quiero agradecerle a Bill Dudley esta muy atenta introducción que
ha hecho para mi participación, en esta muy distinguida concurrencia.
También
quiero agradecerle a Terry Checki su contribución para tener este encuentro con
quienes están aquí hoy reunidos.
Y,
sobre todo, en la gran oportunidad de poder compartir con ustedes lo que está
ocurriendo en México. Un país vecino de los Estados Unidos, no muy lejos de
aquí geográficamente, con una vecindad histórica y con una relación de amistad
de muchos años y que, sin duda, ha hecho posible una integración mayor y una
relación económica cada vez más intensa y más relevante.
Sólo
por mencionar que México es uno de los países que adquiere de Estados Unidos;
somos su tercer destino más importante a sus exportaciones y Estados Unidos es
para México el primer destino de sus exportaciones. Sin querer abundar en los
muchos datos relevantes de la intensa relación que hay entre México y Estados
Unidos.
Pero
en este marco, yo quisiera compartirles fundamentalmente qué es lo que ha
venido ocurriendo en México en los últimos meses.
Asumí
la Presidencia de México en diciembre de 2012, como aquí se ha señalado, y al
día siguiente, justamente al día siguiente, fue posible, a partir de un diálogo
previo a mi Toma de Posesión, la construcción de un gran acuerdo que en México
denominamos el Pacto por México, en el que participaron las tres principales
fuerzas políticas del país, de distintos orígenes ideológicos: de izquierda, de
centro, de derecha, y que junto con el Gobierno de la República decidimos
establecer una agenda transformadora para el país.
Muchos
de ustedes están al tanto de ello y han conocido de cómo, a partir de entonces,
se lograron materializar y aprobar en el Congreso importantes reformas de
carácter estructural, que de manera muy breve quisiera hacer referencia a
ellas.
Unas,
con el objetivo de ampliar los derechos para los mexicanos. Y en ese propósito
se inscribió una Reforma Educativa, que tiene por principal objetivo el
asegurar una educación de mayor calidad para las presentes y futuras
generaciones.
Una
nueva Ley de Amparo, que es un instrumento legal que amplía los derechos para
la defensa de los ciudadanos frente a los actos de autoridad.
Y
un Código Nacional de Procedimientos Penales, que significa uniformar u
homologar en todo el país las reglas de todo proceso penal en cualquier entidad
o en cualquier estado de la República Mexicana.
En
otro orden de ideas y en otro objetivo, se llevaron a cabo reformas para el
fortalecimiento de nuestro régimen institucional.
Hay
que recordar que México es un país que en las últimas décadas ha venido
consolidando su democracia.
Somos
hoy un país plural, diverso y que en esta condición fue posible establecer este
Pacto por México, y que a partir del mismo pacto se hicieron nuevas reformas
para fortalecer nuestra condición democrática.
Baste
mencionar que pocos países pueden reconocer, como lo hace México, que en los
últimos 80 años ha tenido transiciones pacíficas y en estabilidad política cada
seis años. Así ha ocurrido en las últimas ocho décadas.
Y
dentro de las reformas hechas para fortalecer nuestro régimen institucional, es
una reforma político-electoral, que tiene dos importantes componentes, entre
varios otros, pero dos importantes.
Primero.
Se crea una Fiscalía General de la República autónoma, que no era así anteriormente.
Hoy
tenemos, a partir de ser aprobada la legislación secundaria en la materia, que
será esto seguramente en este periodo legislativo que está en curso, pero ya en
el marco constitucional se prevé una Fiscalía General de la Nación autónoma,
sin depender del Poder Ejecutivo.
Y,
segundo. Se establece la posibilidad de crear gobiernos de coalición, un poco
incentivando los acuerdos que en el futuro puedan ocurrir para lograr el
respaldo mayoritario a cualquier reforma que deba emprenderse hacia adelante.
Y
otro propósito de la Reforma Político-Electoral fue el de la Reforma en
Transparencia, que crea todo un sistema en materia de transparencia, creando un
órgano autónomo, que anteriormente no lo era, para asegurar la transparencia de
todos los Poderes del Estado, de los órganos autónomos y en todos los niveles
de Gobierno, en el Federal y en el estatal.
Y
un tercer propósito de las reformas, ante lo que sin duda ha sido el gran reto
y desafío de las últimas décadas para México.
Llevábamos
30 años teniendo un crecimiento económico promedio de 2.6 por ciento al año.
Sin duda un crecimiento pobre e insuficiente para generar los empleos y
aprovechar las grandes oportunidades que México tiene a partir de distintas
fortalezas, que no amplío en este momento, pero dada su ubicación geográfica,
los Acuerdos de Libre Comercio que tiene firmados con distintos países. En fin,
todas estas fortalezas no eran o no han sido suficientemente aprovechadas.
Por
eso, la necesidad de establecer cambios de carácter estructural para poder
acelerar el crecimiento de nuestro país.
Y
en ese marco, y para este propósito se inscribe una Reforma Laboral, que
flexibiliza el mercado laboral, que genera nuevos mecanismos de contratación
para, sobre todo, incentivar la contratación de mujeres y de jóvenes.
Una
Reforma en Competencia Económica para alentar la competencia, que crea un
órgano constitucional autónomo, precisamente facultado para sancionar las
prácticas monopólicas y propiciar mayor competencia.
Una
Reforma en Telecomunicaciones con este mismo objetivo, de generar mayor
competencia, de ampliar la participación dentro de este sector a más agentes
económicos y poder garantizar para los usuarios más y mejores servicios.
Una
Reforma Financiera, que es distinta de la reforma fiscal.
La
Reforma Financiera implicó modificaciones a más de 30 leyes en nuestro país. Y
que esto permita en alguna forma, y asegurar una ampliación del crédito que
otorga el sistema financiero de nuestro país, de ampliarlo, de buscar mayor
competencia entre las instituciones financieras, de buscar que el crédito sea
más barato, a tasas más bajas, y sobre todo dándole un nuevo mandato a la Banca
de Desarrollo del Estado, precisamente para definir instrumentos de
financiación hacia distintos sectores, que de otra forma no hubiesen alcanzado
o tenido financiamiento.
Una
Reforma Hacendaria, que está fundamentalmente dedicada y con el objetivo de
asegurar una mayor fortaleza de las finanzas públicas, para poder atender la
demanda social de una población creciente y, sobre todo, una menor dependencia
de los ingresos petroleros.
Y
una última reforma, y quizá la más importante. La que sin duda le deja ver a
México un horizonte de crecimiento mayor y de mayor desarrollo social, que es
la Reforma Energética. Porque significó romper con un modelo de explotación de
nuestros recursos naturales, de nuestros hidrocarburos, impuesto hacía ya más
de 60 años.
Y
que México en alguna forma iba a la zaga o detrás de otras naciones que se
habían atrevido a hacer cambios importantes.
Éste,
sin duda, es el más paradigmático. La Reforma Energética, que posibilitará que
el Estado mexicano, manteniendo la propiedad de los hidrocarburos, pueda
asegurar la participación del sector privado para aprovechar y explotar de
mejor manera su riqueza natural.
Para
desarrollar otras fuentes generadoras de energía limpia, que hoy no se tienen
ampliamente desarrolladas en nuestro país; y que esto sea una ruta, un camino,
que nos permita crecer de manera sostenida y acelerada, y a mayores tasas, en
los próximos años.
Sobre
esta reforma en particular, y es el último punto de mi exposición, quiero
decirles qué es lo que estamos haciendo, a partir de haberse concretado ya las
reformas estructurales.
Es
evidente que la aprobación de las mismas, por sí mismo no genera un cambio. Que
los cambios y los beneficios de estas reformas para la sociedad mexicana serán
graduales, y que tiempo a tiempo se irán sintiendo.
Por
eso, hoy el empeño del Gobierno es asegurar la eficaz, transparente y eficiente
instrumentación de las reformas. Lo hemos denominado el poner las reformas en
acción, para asegurar que realmente los beneficios que deberán derivar de
ellas, se vean y se sientan lo más pronto posible.
Y
todas ellas tienen definidos tiempos para su aplicación y en todas hay avances.
En materia, o por citar la Reforma Financiera, se han definido nuevos
instrumentos de financiación para el campo, para las mujeres a mejores tasas;
se ha abierto mayor competencia entre las instituciones financieras.
Quiero
hacer referencia particularmente a la Reforma Energética.
Sin
duda, como ya lo señalé, la más relevante dentro de las reformas que se han
alcanzado, porque promete para el país vendrá el desarrollo de su industria
energética.
Y
de manera anticipada a la propia previsión de la Reforma, se llevó a cabo el
mes de agosto pasado la Ronda Cero que fue la definición de los campos de
explotación y de exploración que PEMEX conservará para los próximos años y que
le pueda garantizar una explotación del orden de 2.5 millones de barriles diarios
en los próximos 20 años.
Y
que además pueda ampliar a partir de su capacidad, la actual y la que
desarrolle, un mayor crecimiento dentro de la producción petrolera. Pero al
mismo tiempo, se dio a conocer de manera preliminar cuáles serían los campos
que eventualmente estarían siendo considerados en la Ronda Uno, que se dará a
conocer a principios del próximo año.
El
propósito es que desde ahora el sector privado pueda visualizar y prepararse,
al conocer las oportunidades que habrá en nuestro país para invertir dentro del
sector energético.
Segunda
acción u otra de las acciones que ya se dieron a conocer. Además de esta
aproximación de las áreas que se habrán de licitar en la Ronda Uno, se han
designado ya las áreas responsables de instrumentar la Reforma Energética.
Son
distintas entidades de orden público, algunas de ellas autónomas, que se
crearon para este propósito, para instrumentar la Reforma Energética: lo que es
el Centro Nacional de Control de Energía, que será la que regule este gran
mercado de energía.
El
Centro Nacional de Control de Gas Natural, los Consejos Independientes que
integrará o se integrarán o Consejeros independientes que se habrán de integrar
a PEMEX y a la Comisión Federal de Electricidad.
Los
integrantes de la Comisión Reguladora de Energía y de la Comisión Nacional de
Hidrocarburos.
Todos
estos nombramientos, que pareciera fueran muchos, que merecen y requieren la
aprobación del Senado de la República, antes de llegar aquí, a Nueva York, para
participar en la Asamblea General de la ONU y tener la oportunidad de este
encuentro, todos fueron ratificados y aprobados ya por el Senado de la
República.
Estos
son los pasos que se han dado en un propósito: acelerar la implementación de
todas las reformas.
Y
aquí vale la pena destacar lo siguiente:
Hace
apenas 17, 18 años se veía complicado el escenario, casi impensable, el que
hubiese un acuerdo amplio, de gran consenso para llevar a cabo estas reformas
estructurales.
Ustedes
o varios de ustedes que conocen y siguen muy de cerca a nuestro país,
seguramente habían recogido ya varios de estos postulados sobre los temas a los
que ya he hecho referencia, en la posibilidad o en el intento de que
anteriormente ocurrieran estas reformas y no habían tenido lugar.
Sin
embargo, yo aquí y lo he señalado de manera reiterada, he hecho amplio
reconocimiento a la madurez política que México ha alcanzado, a la madurez
política de sus actores políticos, de sus Legisladores, de todas las fuerzas
políticas, que con gran compromiso con la Nación y por encima de postulados o
de paradigmas ideológicos, estuvieron a la altura de concretar las reformas que
ya han tenido lugar en nuestro país.
Y
repito. Hoy trabajamos para asegurar la debida implementación de estas
reformas.
México,
sin duda, pasa por un momento histórico y altamente importante, que fue el
haberse decidido a cambiar, el establecer un nuevo andamiaje jurídico, una
nueva plataforma que sin duda le permitirá crecer económicamente, asegurar la
generación de más y mejores empleos y que el futuro de México en esa ruta se ve
ampliamente promisoria, y dependerá de la adecuada y eficiente instrumentación
de estas reformas.
A
la par de todo este proceso reformador, no puedo dejar de mencionar otra tarea,
igual de relevante para el Gobierno, que es todo un programa muy amplio que en
materia de infraestructura estamos desarrollando, un proyecto muy ambicioso,
que prevé importantes proyectos, precisamente para elevar la competitividad y
productividad de nuestro país.
Sólo
déjeme referir cuatro ámbitos en los que estamos trabajando.
El
primero de ellos. Primero, antes de señalarlos, referir que hablamos de una
inversión superior a los 520 mil millones de dólares. Así de ambicioso es el
proyecto de inversión que tenemos previsto, ya desde ahora materializándose y
hacia el término de la Administración.
Son
proyectos que demandan, varios de ellos, participación decidida del sector
privado, en proyectos compartidos entre el Gobierno y el sector privado para su
financiación, para poder llevarlos a cabo. Así viene ocurriendo.
Vale
la pena destacar los cuatro ámbitos en los que estamos trabajando.
Ampliación
de nuestra infraestructura carretera, de nuestras autopistas. Prevemos
construir tres mil kilómetros de nuevas autopistas para comunicar de mejor
manera las distintas regiones del país.
Duplicar
la capacidad de nuestros puertos, y con ello hacer de México un destino
logístico de alto valor agregado.
Estamos
desarrollando, por primera vez, esperamos que América tenga un tren de alta
velocidad, en un proyecto que estamos construyendo entre la capital del país,
la Ciudad de México, y el Estado de Querétaro; a la par de varios proyectos de
infraestructura de transporte masivo en las principales zonas metropolitanas de
nuestro país, lo mismo que en el Valle de México, en Guadalajara y en Monterrey.
El
anuncio que hemos hecho de un proyecto transexenal que, evidentemente,
demandará más tiempo del que queda a esta Administración, pero que es la
construcción del nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México y de todo el país; la
gran puerta de acceso a nuestro país. Un aeropuerto que se estima movilizará a
más de 120 millones de pasajeros por año.
Esto
es solamente por mencionar o hacer referencia a los principales temas en
materia de infraestructura, con este importante monto de inversión que se tiene
previsto se necesite para llevarlos a cabo, y en los que ya estamos trabajando;
a la par de ir instrumentando las reformas estructurales que México ha
alcanzado.
Por
eso, mi interés de poder compartir con ustedes estas buenas noticias, que han
sido buenas noticias para México; pero, también, son buenas noticias para un
mundo observador, que busca a dónde expandirse, dónde invertir.
Y
México, sin duda, es un destino confiable, un destino seguro a las inversiones,
que tiene un ambiente de certeza jurídica, y que estas reformas posibilitarán
mayores inversiones nacionales y extranjeras para los sectores que aquí ya he
referido con ustedes.
Finalmente.
Debo decir que en la instrumentación de todas estas reformas, estamos
escuchando las experiencias de éxito que han ocurrido en otras partes del
mundo, porque en varios de estos temas, México es la primera vez que incursiona
en la instrumentación y en la aplicación de nuevos modelos para su desarrollo
económico.
Y,
por eso, resulta muy importante recoger experiencias de éxito, experiencias de
quienes participan en estos sectores, para que podamos, de mejor manera y en
forma eficiente, hacer la aplicación de estas reformas estructurales.
Y
aquí está abierta la invitación para que aquellos que estén interesados en
participar en alguno de estos sectores, en los que ha habido importantes
reformas, podamos conocer de ustedes las experiencias, como las estamos
abrevando a las experiencias de éxito de otros países y de quienes participan
en estos sectores. Siempre será bueno escuchar la voz de ustedes que tienen
amplia experiencia en distintos sectores.
Para
México y para el Gobierno de la República siempre será de provecho y de
beneficio recoger el referente de experiencias de éxito en otros, para que
México tenga éxito en la aplicación de estas reformas estructurales.
Agradezco
este espacio de oportunidad, el compartirles estas experiencias y, sobre todo,
este cambio transformacional que México está llevando a cabo, en el país vecino
de los Estados Unidos, amigo de Estados Unidos; y con quienes queremos seguir
construyendo la fortaleza, la competitividad y la mayor productividad para
América del Norte.
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