Y quién pagará el daño causado?
Daña
'error' policiaco carrera en Judicatura
Un
alto funcionario fue exhibido y acusado, sin pruebas y sin certeza del delito,
por la Policía de Nezahualcóyotl
Nota de Abel
Barajas
Reforma, 7 de julio de 2015
Un
abuso de la Policía Municipal de Nezahualcóyotl, Estado de México, acabó con
los más de 28 años de carrera que llevaba Antonio Hernández Meza en el Poder
Judicial de la Federación.
La
noche del pasado miércoles, el secretario técnico del Consejo de la Judicatura
Federal (CJF), sus dos hijos menores de edad y cuatro sobrinos, fueron
detenidos por agentes del municipio mexiquense sin explicación.
Al
día siguiente, la corporación difundió un boletín con fotografías que los
presentaba como integrantes de una banda que había secuestrado a dos personas,
a las que mantenían bajo "un régimen moderno de esclavitud" y les
exigía 30 mil pesos para liberarlos, cuando ellos no tenían ninguna relación
con el caso.
Hernández
y sus familiares rindieron su declaración ante un fiscal del fuero común y
horas después de que la policía divulgara la información de prensa, el
Ministerio Público concluyó que no había ningún delito y les decretó la
libertad el jueves a las 15:30 horas.
Pero
el daño ya estaba hecho. El viernes, cuando Hernández Meza regresó a su
ponencia, le informaron que su nombramiento había sido revocado por el CJF y le
dieron las gracias.
Hernández
es un funcionario que empezó desde abajo en el Poder Judicial, pues ingresó en
1987 como actuario, ascendió a secretario de juzgado y tribunal, y luego a
secretario técnico del CJF, en ponencias como las de los consejeros Elvia Díaz
de León y Juan Carlos Cruz Razo.
EL
INICIO
Lo
que él llama "pesadilla", es un enredo que comenzó por el robo de
unas joyas a su cuñada Isabel.
La
noche del pasado miércoles, de acuerdo con su testimonio, la esposa de su
hermano Roberto Hernández descubrió que le habían robado un pequeño cofre con
joyas por un valor de aproximadamente 50 mil pesos.
Su
cuñada sufre de artritis reumatoide y se auxilia de un artefacto para caminar.
Aquel
día un joven de nombre Jorge había estado en casa de Roberto Hernández,
pintando las paredes. La señora supuso que él era el ladrón, porque antes de
irse había subido a cambiarse a la habitación donde tenía las prendas de valor.
Jorge
es hijastro del albañil José Mariano Ventura, el responsable de la construcción
en un terreno de Julio César Hernández, hijo de Roberto e Isabel.
Con
Ventura, la familia tenía una relación especial. El albañil viajaba cada dos
semanas a Chiapas para ver a su esposa y sus dos niños, hasta que Julio César
le ofreció vivir sin costo alguno en un inmueble del terreno donde trabajaba.
Así,
Ventura se trajo a su familia del Sureste, pero con ella también llegó Jorge,
el hijastro.
Pero
el pasado miércoles los hijos de Roberto fueron hasta donde vivía Jorge y le
pidieron que los acompañara porque la señora quería hablar con él. Ventura
también se le sumó.
En
camino rumbo a la casa de Roberto Hernández, la esposa de Ventura llamó a la
policía para denunciar que habían sido secuestrados.
Al
llegar, Jorge negó ante la señora Isabel haberle robado sus joyas: "yo no
tomé nada, pero si quiere yo se las pago para que se acabe el problema, yo
estuve preso en Puente Grande y no quiero volver a estar en la cárcel", le
dijo.
Jorge
les pidió regresar al lugar donde vivía para llamar a un familiar a Estados
Unidos y pedirle que le mandara el dinero por Elektra. Los sobrinos lo llevaron
en una camioneta. Poco después, fueron interceptados por la Policía en la
Colonia Benito Juárez de Nezahualcóyotl.
Roberto
se había quedado en casa con su esposa Isabel. Fue él quien llamó a su hermano
Antonio, el funcionario de la Judicatura, para pedirle ayuda por el problema en
que estaban los sobrinos.
A
las 23:15 horas, según el testimonio ministerial, Antonio avisó a sus hijos que
iría a ver a los sobrinos, pero sus menores no quisieron quedarse solos y le
pidieron ir.
Unos
15 minutos después, cuando llegaron al inmueble de su sobrino Julio César, se
vieron rodeados por unos 40 policías y fueron detenidos.
LA
DESACREDITACIÓN
La
policía difundió que eran una banda de esclavistas. Los sobrinos del
funcionario del CJF eran un ingeniero en comunicaciones y electrónica, un
abogado y un licenciado en administración. Todos quedaron libres.
"Esto
lo orquestaron y lo armaron allí en la Dirección General de Seguridad Pública
Municipal, ellos mismos aconsejaron a los supuestos secuestrados para que
declararan lo que declararon, esta situación ha creado en mí la idea de evaluar
la posibilidad de entablar una demanda por daño moral en contra de esta
corporación policiaca.
"No
se vale que por una actuación a todas luces atentatoria de derechos humanos,
esa corporación manche la honra y el buen nombre de ciudadanos íntegros,
honestos, probos y trabajadores, como somos mis 4 sobrinos, mis 2 menores hijos
y yo, a quienes indebidamente nos tuvieron encerrados, incomunicados, tras las
galeras de la delegación. Esto no puede ser aceptable", dijo Antonio
Hernández.
Anoche,
la policía municipal aún mantenía en su portal electrónico el boletín que
agravió a Hernández Meza, sus dos hijos menores y sus sobrinos.
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