Revista
Proceso
# 2052, 27 de febrero de 2016
Contra
el GIEI, la sombra del Yunque/ÁLVARO
DELGADO
La
campaña contra el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes que
colabora en la investigación del caso Ayotzinapa, se convirtió en una batalla
política que en Colombia implica a militares y al círculo del expresidente
Álvaro Uribe, mientras en México da voz a la organización ultraderechista El
Yunque. Sin embargo, el litigante José Antonio Ortega asume toda la
responsabilidad por esos ataques y se dice guiado sólo por su conciencia, pero
se niega a decir de dónde procede el dinero para financiar sus causas
políticas.
Ambos
asesinatos están impunes, lo mismo que el de los dos jóvenes asesinados en el
Cerro del Cubilete en 1975. La razón es que, revela el litigante, las
averiguaciones previas de cada uno desaparecieron.
Pero
junto con Velasco Arzac, quien encabeza un membrete llamado Mejor Sociedad,
Mejor Gobierno, el penalista ha protagonizado numerosos escándalos políticos en
su combate a toda expresión de izquierda, que suele asociar al “terrorismo”.
Por
ejemplo, con financiamiento de oscuro origen, en 2006 pagó una campaña de spots
que equiparaban a Andrés Manuel López Obrador con el venezolano Hugo Chávez, y
en 2008 difundió en televisión de manera ilegal spots que comparaban la toma de
tribuna de los partidos de izquierda con Hitler, Mussolini y Pinochet.
Ortega
Sánchez se ufana de haber contratado esos espacios en televisión aun cuando era
ilegal hacerlo. “Y asumimos las consecuencias. Nos fuimos a los tribunales a
pelear las multas que nos impusieron”.
–¿Y
el dinero de dónde lo sacó?
–Pues…
no pagué, claro que no pagué las multas.
–No,
le pregunto del dinero para pagar los spots…
–Te
van ayudando, te van ayudando.
–¿Los
que tienen dinero?
–¡Claro!,
y los que piensan como tú. Para que alguien te suelte un peso es dificilísimo y
te lo sueltan para algo concreto.
–¿Cuánto
se gastó en 2006?
–No
me acuerdo.
Contra
los extranjeros
Ortega
Sánchez ratifica cada una de las expresiones que ha emitido contra los
integrantes del GIEI, a quienes tilda de “verdaderos criminales”, en particular
a Buitrago y a la exfiscal de Guatemala, Claudia Paz y Paz, a la que califica
de protectora de guerrilleros y terroristas.
Más
todavía, afirma que Paz no encarceló como fiscal al expresidente Otto Pérez
Molina, sino que lo protegió, aun cuando sabía que se quedó con 1 millón y
medio de dólares que le quitó a Joaquín El Chapo Guzmán cuando lo detuvo en
1993.
“Pérez
Molina ya tenía muchos antecedentes. Cuando el Ejército guatemalteco captura a
El Chapo, Otto Pérez lo detiene, se queda con 1 millón y medio de dólares que
traía El Chapo. Eso aparece en la investigación del homicidio del cardenal
Posadas Ocampo.”
Por
eso, y en general porque a su juicio no han hecho un buen trabajo, exige la
inmediata cancelación del convenio entre el gobierno mexicano y la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, que auspició la llegada del GIEI, porque
–afirma– se les han pagado 2 millones de dólares por hacer un mal trabajo.
–¿Insiste
en que se deben ir de México los del GIEI?
–Sí,
por supuesto. No les podemos seguir pagando el trabajo que no ha sido
satisfactorio. Vea el convenio: ellos iban a colaborar para investigar dónde
estaba los muchachos y no han investigado nada de eso. Iban a ver las líneas de
investigación que tiene la PGR y están facultados para presentar denunciar
penales si es que así lo consideran. ¿Dónde están las denuncias?
Pero
el litigante participó también como coadyuvante en las investigaciones del
asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, asesinado en 1993, en
Guadalajara, por lo cual recibió pago del gobierno de Jalisco.
–¿Este
pago al GIEI no es semejante al que usted recibía del gobierno de Jalisco por
el caso Posadas?
–Claro
que no.
–¿En
qué son diferentes?
–Bueno,
es un pago que te hacen para intervenir en un asunto donde vas buscado la
verdad y vas interviniendo directamente en la investigación. En el caso Posadas
es un hecho que ocurrió en nuestro país que no ha sido aclarado, que la
averiguación previa sigue abierta y espero yo que algún día podamos conocer
públicamente lo que hay en esa averiguación previa, quiénes fueron los
responsables.
–También
el GIEI es coadyuvante, busca la verdad y recibe un pago, como usted lo recibía
del gobierno de Jalisco…
–Y
se tienen que atener a la crítica, como yo la recibí cuando fui abogado del
gobierno de Jalisco. No me enojaba ni decía que había conspiraciones en contra
mía con todos los señalamientos que hubo en mi contra.
Ortega
Sánchez recibió abundantes recursos públicos de tres gobiernos del PAN en
Jalisco. Sólo en los tres primeros años del gobierno de Emilio González Márquez
–otro amigo de Álvaro Uribe– obtuvo 50 cheques que sumaron 2 millones 201 mil
479 pesos, según datos oficiales.
En
la entrevista niega que haya recibido más de 5 millones de pesos en sueldos y
viáticos, pero precisa que sólo tenía “una iguala” de 50 mil pesos mensuales.
También con recursos públicos viajó a El Vaticano y Washington en relación con
el caso.
“A
ver: esos asuntos, como el de Iguala, no solamente son jurídicos, son asuntos
políticos y son asuntos mediáticos, y en las tres áreas tienes que defenderlos.
Era parte del asunto, por lo menos así lo consideró el gobierno de Jalisco. Y
yo intervine con tres gobernadores: Alberto Cárdenas, Francisco Ramírez Acuña y
Emilio González.”
Con
Ramírez Acuña y Fernando Guzmán Pérez Peláez, otro prominente líder de El
Yunque, Ortega Sánchez fue a El Vaticano a entrevistarse con Juan Pablo II en
octubre de 2001. “Estuvimos 12 minutos hablando con el Papa del homicidio del
cardenal Posadas Ocampo, porque tenía también mucho interés en que se
resolviera. Ese viaje lo pagué yo”.
Con
todo, el abogado Ortega Sánchez reitera su repudio a los integrantes del GIEI y
afirma que el caso de los desaparecidos de la normal de Ayotzinapa debe ser
resuelto por los mexicanos y sus instituciones. Pero además no tiene duda: los
jóvenes están muertos.
“El
trabajo del GIEI es muy cuestionable. Evidentemente que los padres están
aferrados a lo que sea y quieren conocer la verdad. Parte de la verdad ya la
conocen, nada más que no la aceptan: ¡sus hijos están muertos,
desgraciadamente!”
Añade:
“Y no nada más se los dijo la PGR. Antes el padre Solalinde les dijo que los
habían quemado. Obviamente no les gustó y no dejaron que el padre Solalinde les
fuera a dar una misa a la escuela de Ayotzinapa. Sus hijos están muertos”.
–Pero
hay dudas de ellos de que pudieron haber intervenido los militares en esos
hechos…
–Si
tienen la duda y si tienen indicios, que acudan a la PGR. Ellos pueden
intervenir, con la figura de coadyuvantes, en la investigación. Que digan de
cuántos de los 50 militares tienen dudas y que amplíen su declaración.
“Ellos
pueden estar presentes, tienen las vías abiertas. ¡Nosotros, los mexicanos,
podemos resolver el asunto dentro de las instituciones! ¡No necesitamos de
extranjeros que nos vengan a vender espejitos de justicia!” l
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