19 ago 2018

Hay improvisación y necedad en el equipo lopezobradorista/

Revista Proceso #2181, 19 de agosto de 20018...
Hay improvisación y necedad en el equipo lopezobradorista/JAIME LUIS BRITO...
Para el poeta y activista Javier Sicilia, entrevistado cuando estaba en puerta el Foro de Pacificación y Reconciliación en Morelos y mientras prepara su encuentro con López Obrador, es un error terrible que el equipo del presidente electo considere el perdón como requisito inicial para la pacificación. Sin embargo, dice, tratará de explicarle a Andrés Manuel cómo pueden corregirse esa y otras fallas que a su juicio pueden arruinar las buenas intenciones del próximo gobierno, donde se adivinan improvisación y necedad.    

CUERNAVACA, Mor.- “Poner el perdón por delante es como poner los bueyes detrás de la carreta, es la mejor forma de quedar varados. La lectura que nos queda de los foros donde se habla de perdón es un galimatías: nos dice que están del lado de los perpetradores, del lado de la impunidad”, sostiene el poeta y activista Javier Sicilia al consultarlo sobre los contenidos de los primeros Foros de Pacificación y Reconciliación, de los 19 convocados por el equipo del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador. 
El fundador del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad advierte que el próximo gobierno “está reeditando un largo camino que ya se había hecho, con unos desgastes tremendos. Están poniendo de nuevo el perdón por delante de un asunto que se llama justicia transicional, algo que por lo menos la Secretaría de Gobernación ya había asumido”.

La justicia transicional se aplica en aquellos países que pretenden salir de un periodo de conflicto armado y con profundos agravios.
Reconoce que al menos “ha cambiado el sentido original de la propuesta de Andrés Manuel López Obrador: cambiaron la palabra ‘amnistía’ por la palabra ‘perdón’ y eso es importante. Sin embargo, se siguen poniendo el perdón, que es la última parte, al principio del proceso de justicia transicional. El perdón es la última parte de un largo proceso que puede tomar décadas.
“Si no hay verdad, si no hay justicia, el perdón es imposible que se cumpla. Y eso es lo que tiene indignadas a las víctimas. Se están enfrentando precisamente a un asunto que debe estar al final. Las víctimas lo que quieren saber es dónde están sus hijos, dónde están los perpetradores. Y después, cuando se les detenga, se les procese a través de la justicia, ya podemos hablar de perdón, de quiénes son susceptibles de ser perdonados y de quiénes tienen que pagar una larga penitencia en la cárcel para resarcir sus males.”
Por ese motivo, dice, el balance de los mencionados foros “no es alentador, porque la forma que les dieron provoca confrontación constante con las víctimas. Esto da una muestra de profunda improvisación y da una lectura terrible: parece que están del lado de los perpetradores y de la impunidad. Y las víctimas no lo van a aceptar jamás. Porque las cosas así no garantizan ni la justicia transicional ni la lógica ni el sentido común de lo que necesita este país para encontrar su paz y su reconciliación”.
Otro error de fondo, a su parecer, es que se encargue de este proceso la Secretaría de Seguridad Pública, o sea, que se le dé a la reconciliación “el lugar del garrote. (Esa instancia) es un garrote, ha lastimado demasiado al país junto con los criminales. Es como poner la justicia transicional en manos del Ejército, es un contrasentido. 
“Y el perdón, que va acompañado del no olvido, es decir, de la memoria, tiene que ir acompañado de la justicia. Y antes de la justicia, de la verdad, porque sin verdad no podemos llegar a la justicia y sin justicia no podemos llegar al perdón. Es un asunto de sentido común, de lógica, que está incluso enclavado en la tradición cristiana de la que está cargada la palabra perdón.”
Enseguida desglosa: “Si uno se remonta al sacramento de la reconciliación, que antes se llamaba de la confesión, es decir el poner en evidencia los actos malvados de una vida, pasa por procesos que tienen otro nombre pero que en el laicismo va cargado de un lenguaje jurídico.
“La confesión es admitir la culpa o poner algo al descubierto y eso tiene varios pasos: un examen de conciencia del ofensor; un dolor por el mal provocado, por los actos cometidos, la penitencia; y el propósito de enmienda. Lo cual, traducido al lenguaje de la justicia transicional, es el derecho a la verdad, a la justicia, a la no repetición y a la memoria. Esos son los pasos que deben de darse.”
De otra forma, reitera, “si siguen poniendo el perdón por delante del asunto, sin justicia, sin un programa de justicia transicional, y sin comisiones de la verdad, el mensaje que mandan es: ‘Estamos del lado de los perpetradores y de la impunidad’. No es así. Tenemos que poner en marcha, como yo y muchas organizaciones hemos insistido, el proceso que ya está en la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) y que está funcionando muy mal. La CEAV y la Comisión Nacional de Búsqueda deben estar en la Secretaría de Gobernación como instituciones preferibles y preferenciales de este gobierno.
“En el caso de la CEAV, está funcionando muy mal porque no se ha aplicado el modelo de justicia transicional, que inspiró su creación y la Ley de Víctimas. Hay mucho trabajo avanzado y ese es el que hay que poner en marcha. Hay que convertir esto en una política de Estado y, como lo he insistido también, en el tema fundamental de la nación.”
Errores iniciales
Al preguntarle cuál es la posible causa de que el equipo de López Obrador esté planteando el perdón como requisito inicial de la pacificación, Sicilia responde: “Son muchas cosas: es improvisación, es ignorancia, es necedad. Es creer que alguien está disputando o queremos disputarle la representación. ¿Quién quiere tener la representación del dolor y del sufrimiento? Una buena iniciativa, una buena forma de asumir el problemón que tenemos, lo están echando a la borda por todos estos factores que deberían de ponerlos en la mesa y detenerse y decir: ‘Vamos a trabajar en serio con la gente que ya tiene los diagnósticos y que ya sabe el camino que hay que seguir’.”
Aclara: “Esto no significa que alguien de nosotros esté buscando chamba ni estamos buscando la representación de nada; queremos que se haga lo correcto y por eso insistimos. No somos enemigos; el fracaso de este gobierno en el ámbito de la paz y la justicia es el fracaso de la nación y el fracaso de todas las víctimas. Eso es lo que deben entender”.
Como alternativa, el poeta propone “un proyecto a corto, a mediano, a largo y a larguísimo plazo. Por eso yo hablo de una política de Estado. Y los elementos ya están sobre la mesa. La droga se tiene que legalizar y es un tema que debe estar en la agenda nacional e internacional; el tema de las armas también es fundamental. Ya están los diagnósticos de esos dos temas, se ha trabajado muchísimo sobre ellos.
“Y el asunto de las víctimas y los desaparecidos ahí está. Hay mil 78 fosas abiertas con un montón de restos; hay 30 mil cuerpos que no han sido procesados en los Semefos. ¿Cómo vamos a intervenir esas fosas? Después de Tetelcingo, hay fosas de todas las fiscalías del país. ¿Cómo se van a intervenir? ¿Cómo se va a hacer? ¿En qué tiempo? ¿Con qué recursos? ¿Cuánto se podrá invertir? ¿Cuánto va a resolver con etapas bien claras este gobierno?
“Por otro lado está la CEAV, un sistema en el que deben estar imbricadas e implicadas las instituciones del Estado: educación, salud, todas las instituciones, para poder dar atención a las víctimas. No se está haciendo eso. La CEAV está ahorcada y se ha convertido en un enorme cuello de botella para la justicia transicional porque no se ha atendido el sistema ni se ha puesto en marcha verdaderamente, por falta de voluntad y sentido político.
“Todos esos elementos son lo que se debe hacer y no poner adelante el perdón. Tendrían que replantear la idea de los foros en ese sentido. Y todavía hay tiempo, si en cuatro foros que han tenido hasta ahorita han encontrado lo que han encontrado, van a convertir todo esto en un gran galimatías que nadie va a entender, y con sentimientos encontrados, con dolores, con suspicacias, y eso no ayuda a la pacificación, todo lo contrario.”
“Queremos hacerlos entender…”
No obstante su insistencia, el entrevistado dice que probablemente no asista al foro de pacificación y reconciliación del martes 21, en Cuernavaca.
“No me han invitado y no creo que tenga sentido ir. Desde 2011 he dado mi palabra en diferentes fechas, me he sentado con ellos, he conversado con ellos y mi palabra ha estado ahí puesta; no creo que pueda decir más en un foro de lo que ya he dicho y seguiré diciendo. Pero no se ha extendido una invitación ni a mí ni a otras personas que han sido muy importantes en la lucha por la justicia y por la paz.
“Son unos foros de arriba hacia abajo, gravemente. Debería ser un foro horizontal si verdaderamente fuera un diálogo, y ahí deberían estar representantes de las víctimas, de las organizaciones que realmente han recorrido este país, que han escarbado; madres que han escarbado con sus uñas buscando los cuerpos de sus hijos. Esa es la gente que debería estar ahí con las autoridades, y no este asunto desde las autoridades hacia abajo.”
Además, Sicilia cuestiona la posible presencia del gobernador de Morelos en el foro de Cuernavaca: 
“Yo quisiera saber qué va a hacer Graco Ramírez, porque seguramente está invitado, ya que están invitando a todos los gobernadores, cuando él es el principal responsable de la desaparición de cuerpos en las fosas de Tetelcingo.”
Este semanario ha dado seguimiento a las denuncias y acciones de familiares de desaparecidos sobre las fosas donde la Fiscalía General del Estado inhumó de forma clandestina más de un centenar de cuerpos el 28 de marzo de 2014. Cuando diversas organizaciones civiles y la universidad estatal consiguieron que la federación obligara al gobierno de Ramírez a exhumar los cuerpos, se encontraron cadáveres sin carpeta de investigación, otros sin necropsia y algunos maniatados, con huellas de tortura y malos tratos.
Hasta el momento sólo dos funcionarios menores están sometidos a proceso por esos ilícitos, a pesar de que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación al gobierno morelense para que investigue y, en su caso, someta a proceso a 42 funcionarios por su participación en las inhumaciones clandestinas en Tetelcingo. 
Sin embargo, el procurador que ordenó la inhumación clandestina, Rodrigo Dorantes, fue designado delegado de la PGR en Tabasco, en tanto que Graco Ramírez sostuvo que no había irregularidad alguna e incluso calificó las fosas como “un mito genial”.
Todo este “desorden” en los foros de pacificación, alerta el activista, “va a llevar a conflictos y a confrontaciones que no deben de ser. Es una improvisación que puede terminar en una gran simulación y un gran desastre, terriblemente al principio de un gobierno que tiene buenas intenciones”.
–¿Se reunirá el 17 de septiembre con López Obrador?
–Lo acordamos desde que estuvimos con tres de los cuatro candidatos a la Presidencia, durante la campaña. Es un compromiso de López Obrador. Me llamó Alejandro Encinas y acordamos iniciar la ruta para la planeación y organización del encuentro. Pero se adelantará, será el 14. 
–¿Cuáles son sus expectativas sobre ese encuentro?
–Tenemos que hacerles entender qué es lo que las víctimas y las organizaciones entendemos por justicia transicional, cómo es y cuáles son sus agendas: víctimas de homicidios, feminicidios y desapariciones. Quieren llevar esto a cabo correctamente. Ese es el tema y tiene que ver, como un espejo de los foros, directamente con Andrés Manuel.
“Ojalá y reorienten estos foros y lo que puedan recibir sirva para no construir un galimatías, sino precisamente para que lo ya construido se pueda articular y hacer mejor. Tienen una gran responsabilidad hacia adelante. Llevan los sueños y las esperanzas de las víctimas y los sueños de la vida y de la salud de la nación entera.” 
a.

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