10 mar 2009

Discurso de Calderón y Sarkozy

El Presidente Calderón en la Ceremonia Oficial de Bienvenida a Nicolas Sarkozy, Presidente de la República Francesa
Lunes, 9 de Marzo de 2009 Discurso
Palacio Nacional
Excelentísimo señor Nicolas Sarkozy, Presidente de la República Francesa.
Distinguida señora Carla Sarkozy.
Honorables integrantes de la Comitiva que les acompaña.
Señoras y señores.
Niños, jóvenes estudiantes:
Para México es motivo de alegría el recibir al Presidente de la República Francesa, a su esposa y a la Comitiva que le acompaña en este Palacio Nacional, que es el corazón político de México.
Sean ustedes muy bienvenidos a nuestro país. Estoy seguro de que su visita fortalecerá los lazos históricos de amistad que existen entre nuestras naciones.
Decía el célebre Antoine de Saint-Exupéry que sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos.
Quiero expresar a ustedes, señor Presidente, que en nuestro corazón los mexicanos sentimos un gran afecto por el pueblo francés y, al mismo tiempo, reconocemos su enorme esfuerzo por construir un mundo más libre y pacífico.
En el arte, en el pensamiento, en la cultura universal, pocos países, como Francia, han aportado más al desarrollo de la humanidad.
Por ello, el gran escritor mexicano Alfonso Reyes decía que nada se parece tanto a los ideales del hombre como el pensamiento francés, siempre estuvo presente donde la humanidad se engrandece, siempre sirvió de contraste y de criterio para apreciar la belleza o la fecundidad de una forma artística o de una idea; de una ley o de una conducta.
A Francia y a México nos unen valores compartidos, nos enlaza el afán de construir un futuro de bienestar y justicia para los pueblos de la tierra.
Estamos convencidos de que la guía que siga el mundo debe ser resultado del diálogo y la confluencia de voces, de un liderazgo compartido entre las naciones, basado en la paz y en la tolerancia.
Ese liderazgo compartido lo ejercen Francia y México, junto con otras naciones, en el seno del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas; así como en el diálogo ampliado del G-8 más el G-5 y del G-20.
México reconoce en usted, señor Presidente Sarkozy, a un estadista con amplia visión internacional y de futuro, un estadista que ha trabajado incansablemente en diversas trincheras para llevar la paz a las distintas regiones del mundo, para aminorar los efectos de la crisis financiera internacional y acercar a los países desarrollados con las economías emergentes.
A su vez, México está rompiendo paradigmas a fin de enfrentar sus responsabilidades globales y no evadirlas. Los mexicanos queremos ser actores, no espectadores de las transformaciones del mundo; México es la economía número 13 a nivel internacional, tiene más de 105 millones de habitantes y cuenta con una larga tradición de amistad y paz con el resto de las naciones.
Coincido con usted, señor Presidente Sarkozy, que señala que la política no tiene ningún sentido si no se fija como objetivo dar esperanza a millones de personas. Quien no construye el porvenir está condenado a sufrir.
Por ello, hoy más que nunca México y Francia debemos trabajar unidos para enfrentar los grandes desafíos de la humanidad. Tenemos la responsabilidad de construir un mundo solidario y justo, en el que los países nos apoyemos unos a otros para enfrentar juntos problemas globales, como la crisis financiera o como el cambio climático, que amenaza la subsistencia de millones de personas.
Debemos unir esfuerzos para alcanzar un mundo más seguro, en el que los gobiernos nos coordinemos con eficacia para poner un alto al crimen organizado transnacional, un mundo más pacífico en el que las naciones privilegien el derecho internacional sobre las armas.
Con su visita, señor Presidente, tengo la certeza de que trabajaremos en favor de las mejores causas de la humanidad y, al mismo tiempo, fortaleceremos los lazos que nos unen.
Queremos más México en Francia y queremos más Francia en México. Es nuestra intención mejorar la relación cultural y la cooperación para el desarrollo entre nuestras naciones, así como ampliar nuestros intercambios a partir del Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea.
Estoy convencido de que Francia y México podemos avanzar hacia una relación más integral, aprovechar la asociación estratégica entre mi país y el Continente Europeo que, precisamente, se consolidó durante el mandato del Presidente Sarkozy al frente de la Unión Europea, hecho por el cual le estamos ampliamente reconocidos.
Señor Presidente Sarkozy, señora de Sarkozy:
México se siente muy honrado con su visita. En esta ocasión tan especial, evoco el recuerdo que hace 45 años, precisamente en marzo, pero de 1964, el Presidente Charles de Gaulle visitó México y fue recibido con el mismo afecto con el que hoy lo recibimos a usted.
Desde este mismo Palacio Nacional, De Gaulle dijo a los mexicanos: Francia saluda a México con amistad y confianza. El mundo en que vivimos está en plena transformación, pero también está amenazado de sufrir grandes pruebas que son alcanzar el progreso y la paz.
Hoy, como ayer, México y Francia somos aliados estratégicos, motivados por los mismos ideales que anhelamos no sólo para franceses y mexicanos, sino para todos los pueblos de la tierra.
Sean nuevamente todos ustedes bienvenidos y muchas gracias por su visita.
***
Intervención de Nicolas Sarkozy,
(INTERPRETACIÓN DEL FRANCÉS AL ESPAÑOL)
Señor Presidente de los Estados Unidos de México, querido Felipe; señora, permítanme decirle, ante todo, el placer que sentimos Carla y yo de estar, por fin, en México para mi primera visita en América hispanohablante.
Quisiera agradecerle sinceramente, junto con mi esposa, su extraordinaria hospitalidad, la extraordinaria hospitalidad del pueblo mexicano y la acogida que nos han brindado, junto con su esposa Margarita.
Francia quiere a México y, desde luego, apreciamos mucho esta acogida y esta hospitalidad.
Estoy especialmente feliz de reunirme con usted de nuevo, oficialmente, tras nuestros diferentes encuentros en el marco de reuniones del G-8 y del G-20, y seguir así los intercambios emprendidos poco después de nuestras respectivas tomas de funciones en el 2007.
Y quiero, ya de antemano, recalcar la perfecta unión que nuestros dos países viven; la democracia mexicana trabaja por la paz en el mundo y la República Francesa quiere trabajar también por la paz en el mundo.
Quisiera decirle al pueblo mexicano que estamos emprendiendo un nuevo recorrido juntos, un nuevo camino. Me doy cuenta de la importancia de este lugar solemne, símbolo de la fuerte identidad mexicana y cargado del recuerdo de Benito Juárez y de Diego Rivera, y de tantos otros.Y al igual que usted, permítame también recordar al General De Gaulle, quien hace 45 años invitó, desde el balcón, aquí detrás de nosotros, a México y Francia a avanzar la mano en la mano.
Por aquella propuesta, Felipe, tenemos que seguir.
Queridos amigos mexicanos:
El pasado a menudo nos ha reunido, a veces nos ha dividido, pero nunca nos ha separado. Este pasado impera naturalmente, pero hoy me quiero orientar hacia el futuro.
En este mundo en movimiento necesitamos, efectivamente, un México actor, como grande país emergente. Y apoyaremos su lucha.
Y quisiera insistir hoy, diciendo hasta que punto apoyamos su valeroso y determinado combate emprendido contra el crimen organizado.
Señor Presidente, querido Felipe:
La importancia de la delegación que me acompaña: ministros, jefes de empresas, directores de establecimientos de investigación, miembros del Grupo de Alto Nivel franco-mexicano, es testigo del interés que otorgamos a esta visita y del nivel sin precedente que queremos dar a nuestra relación, tanto en el plano económico, cultural, político, diplomático o estratégico.
Señor Presidente, querido Felipe:
Ahora toca trabajar, los pueblos mexicanos y franceses no esperan discursos, sino hechos, acciones y resultados. Y es un gran privilegio y un gran honor, con todo el corazón, decir: viva México, viva Francia y viva la amistad franco-mexicana.

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