26 nov 2009

Abusos de la Iglesia; el informe Murphy

La Iglesia católica irlandesa ocultó los abusos sexuales a menores durante décadas
Un informe judicial revela la connivencia de la policía y la Fiscalía con cuatro obispos de Dublín
PATRICIA TUBELLA - Londres -
El País,  26/11/2009
Tan sólo medio año después de que Irlanda divulgara horripilantes pormenores sobre abusos sexuales a menores perpetrados por miembros del clero católico, las conclusiones de un nuevo informe oficial revelan la connivencia entre la jerarquía eclesiástica y las autoridades del Estado -incluidas la fiscalía y la policía- para proteger a los curas pederastras. El ministro de Justicia irlandés, Dermot Ahern, ha admitido este jueves que las propias autoridades facilitaron el encubrimiento de los casos pero, sobre todo, se desprende de la investigación que la iglesia antepuso la defensa de su reputación frente a la protección de niños vulnerables que estaban a su cuidado.

El documento presentado por Ahern se centra en las alegaciones de abusos contra 46 sacerdotes de la archidiócesis de Dublín y abarca el periodo comprendido entre 1975-2004. La jerarquía católica encubrió sistemáticamente las denuncias para eludir el escándalo, y para ello contó con el apoyo del establishment irlandés y de su atávico servilismo hacia la iglesia. En lugar de informar a las autoridades sobre las denuncias de tremendas agresiones, los superiores de esos sacerdotes optaban por trasladarlos de parroquia en parroquia, donde acababan hallando a nuevas e inocentes víctimas. Aunque el informe exime de responsabilidades al actual arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, sí apunta directamente a la responsabilidad de varios de sus antecesores, entre ellos los prelados John Charles McQuaid , Dermot Ryan y Kevin Mcnamara, los tres ya fallecidos. También implica a Desmond Conell, hoy retirado, quien no permitió hasta finales de 1995 que se canalizaran las denuncias contra 17 sacerdotes, si bien las reiteradas quejas recibidas afectaban entonces al menos a 28 clérigos de su diócesis.

Ilustrativa de la participación policial en el encubrimiento es la historia de un pequeño de 11 años objeto de abusos. Un sacerdote acudió a denunciar las agresiones sufridas por Andrew, pero los agentes, en lugar de emprender una investigación, plantearon el asunto ante la jerarquía eclesiástica, lo que supuso el punto final del caso. El ministro Ahern ha reconocido que "en algunos casos, y debido a acciones u omisiones, algunas personas que buscaron ayuda no siempre recibieron el nivel de respuesta y protección que debió garantizarles la An Garda Siochána (policía de irlanda)".

La indignación que ha suscitado el "Informe de la Comisión de Investigación sobre la Archidiócesis Católica de Dublín" obedece primordialmente la participación de los poderes públicos en un sistema que buscaba proteger a la iglesia por encima de todo. Los irlandeses ya habían asistido con horror al relato sobre los abusos sexuales de sacerdotes a menores, recogido en un documento que vio la luz el pasado mayo. El Informe Ryan, elaborado por la comisión investigadora de abusos a menores, es un catálogo de sistemáticas tropelías, de agresiones físicas y verbales cometidas por sacerdotes, monjas y personal seglar a lo largo de más de sesenta años. Una pesadilla que afectó a miles de niños y que tuvo su escenario en instituciones estatales gestionadas por la iglesia. La congregación de los Hermanos Cristianos, responsable de gestionar esos centros, ya ha prometido desembolsar 145 millones de euros en concepto de reparación.

El responsable de la cartera de Justicia ha animado a quienes conozcan más casos de esa naturaleza a que acudan a la policía para que "los agresores puedan ser llevados ante la justicia". El informe no recoge los nombres de las víctimas ni de los agresores para no invalidar futuros procesos. El ministro ha tenido que disculparse en nombre del Estado por su inacción o directamente complicidad, aunque ha insistido en que la cruda realidad que reflejan sus setecientas páginas no debería ensombrecer "el trabajo de miles de sacerdotes honrados", empezando por aquellos que persiguieron e intentaron denunciar tales abusos.
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Irlanda: la Iglesia, “dolida y avergonzada” por el encubrimiento a pederastas

Monseñor Martin: “No hay palabras suficientes para pedir perdón”
DUBLÍN, viernes 27 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- El arzobispo de Dublín ha pedido perdón por el encubrimiento de casos de pederastia que se dio en años pasados en la Iglesia en Irlanda, según ha documentado un informe gubernamental.
"Las palabras nunca serán suficientes para pedir perdón por la repugnante historia de acoso sexual y violaciones a niños y adolescentes por parte de sacerdotes de la archidiócesis de Dublín", afirmó este viernes monseñor Diarmuid Martin, en una rueda de prensa.
Sus palabras comentaban las conclusiones del Informe Murphy, una investigación sobre el encubrimiento, por parte de la archidiócesis, de más de 300 casos de abusos por parte de más de cuarenta sacerdotes durante alrededor de treinta años.
El informe, que ha sido hecho público por el Departamento de Justicia del Gobierno irlandés, revela que la archidiócesis de Dublín y otras autoridades de la Iglesia encubrieron los abusos durante décadas, con la connivencia de las autoridades civiles.
Concretamente, acusa el informe Murphy, los arzobispos y obispos auxiliares de la archidiócesis de Dublín durante las décadas de los 60, 70 y 80, archivaron denuncias de abusos contra sacerdotes, de forma que no llegasen a los tribunales.
Por otro lado, denuncia que las autoridades policiales remitían las demandas a la diócesis, en lugar de investigarlas.
Monseñor Martin afirmó que el informe, aunque "que da una idea de la gravedad de los crímenes que tuvieron lugar", no puede mostrar "el sufrimiento y el trauma sufrido por los niños, y también el sufrimiento de sus familiares".
"No encuentro palabras para describir cómo me siento hoy", deploró el prelado.
En el informe se acusa a las autoridades eclesiásticas de "no haber aplicado la mayoría de sus propias normas de derecho canónico" sobre el trato de los casos de abuso: "el derecho canónico parecía haber caído en desuso y la falta de respeto, a mediados del siglo XX".
Monseñor Martin dijo que era "descorazonador" constatar que mientras que líderes de la Iglesia no reconocían las gravedades de los abusos, "casi todos los padres que acudían a la diócesis para informar sobre los abusos entendían entendían claramente el horror que suponían".
"Su principal motivación era casi siempre asegurarse de que lo que les había sucedido a sus hijos, o a ellos mismos, no les sucediera a otros niños".
También el presidente de la Conferencia Episcopal y primado de Irlanda, cardenal Séan Brady, arzobispo de Armagh, declaró estar "avergonzado y entristecido" por los hallazgos.

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