4 mar 2012

Cerco militar en Guanajuato: por la visita papal



Cerco militar en Guanajuato/Verónica Espinoza y Rodrigo Vera.
Revista Proceso # 1844, 4 de marzo de 2012
Los responsables de la seguridad pública, la gendarmería vaticana y el episcopado tienen miedo. La visita que el jefe de la Iglesia católica realizará a Guanajuato a finales de este mes es motivo de preocupación porque se conjuntarán dos factores: por un lado, la violencia asociada al crimen organizado y, por otro, medios italianos han hecho correr la especie de que en algún lugar del mundo hay un complot para acabar con la vida de Benedicto XVI. Por lo pronto, el Estado Mayor Presidencial empezó a establecer un impresionante cerco de seguridad en el estado.
GUANAJUATO, GTO.- El pasado 23 de enero el arzobispo de León, José Guadalupe Martín Rábago, exhortó al crimen organizado a permitir que los peregrinos vengan a Guanajuato para ver al Papa Benedicto XVI, quien estará en la entidad a finales de este mes: “Que colaboren siquiera permitiendo que todas estas personas vengan a un acto totalmente respetable. Que no lo aprovechen para hacer algo que pudiera llevarnos a una experiencia de duelo y muerte”, pidió.
Su petición –interpretada como un llamado a la tregua– obtuvo respuesta a los pocos días, cuando aparecieron 11 narcomantas en varios municipios guanajuatenses. En ellas la organización Los Caballeros Templarios aceptó la propuesta a condición de que a su cártel rival, Nueva Generación, se le impida operar en Guanajuato.

Pero esta promesa del crimen organizado no resulta confiable para el Estado Mayor Presidencial (EMP), que asumirá el control del viaje papal: coordinará todos los cuerpos policiacos en el estado, pedirá acreditaciones hasta de los altos jerarcas eclesiásticos, vigilará rigurosamente el flujo de peregrinos y acordonará las ciudades donde estará el pontífice.
El martes 28 de febrero el gobernador de Guanajuato, el panista Juan Manuel Oliva, adelantó: “A partir del próximo 10 de marzo el Estado Mayor Presidencial asumirá el control de la seguridad en el estado de Guanajuato para asegurar la tranquilidad durante la visita del Papa”.
Por su parte, Ricardo Sheffield y Édgar Castro, alcaldes de León y de Guanajuato, respectivamente, han advertido a la población que los militares aplicarán un recio “cerco” en ambas ciudades. Los tres funcionarios señalan que el EMP coordinará a las policías municipales, estatales y federales desde días antes de la llegada del Papa, quien estará en Guanajuato del 23 al 26 de marzo.
En suma, el viaje de Benedicto XVI quedará bajo el control de este cuerpo de élite integrado por mil 891 efectivos del Ejército, Fuerza Aérea, Marina y especialistas civiles. Su función es cuidar la seguridad del presidente de la República y de los jefes de Estado que lo visitan. Ahora también dará protección a las casi 3 millones de personas que vendrán a ver al Papa.
Mientras tanto, desde enero –cuando se confirmó el viaje de Benedicto XVI–, representantes del EMP y de la Conferencia del Episcopado Mexicano se han reunido para coordinar la seguridad y la logística.
Manuel Corral, vocero del episcopado y quien participó en estos encuentros, comenta: “El objetivo de las reuniones es garantizar la seguridad del Papa y de los fieles. Puede haber fanáticos, gente enferma o cualquier otra persona que intente no digamos atentar contra la vida del Papa, sino simplemente crear una estampida o cualquier otra situación caótica en medio de la multitud”.
–¿Quiénes encabezan estas reuniones?
–Por parte del Estado Mayor Presidencial está un general de apellido Lechuga, junto con sus subalternos. El general Lechuga es un militar con mucha firmeza y autoridad. Ha conducido los encuentros con liderazgo y profesionalidad.
“Monseñor Víctor René Rodríguez, secretario general del episcopado, es quien coordina a los representantes de la Iglesia. Él no puede ir a todas las reuniones. A veces voy yo o a veces el encargado de alguna otra comisión episcopal. Pero tenemos comunicación constante y un buen entendimiento con el Estado Mayor Presidencial.”
–¿Dónde se realizan los encuentros?
–En ocasiones en la residencia oficial de Los Pinos. Otras veces en la nunciatura o en las oficinas del episcopado. Incluso en la arquidiócesis de León, pues también debemos ir a los lugares donde estará el Papa.
Tan drástico es el control del EMP –relata Corral–, que en un primer momento exigía un minucioso registro de cada uno de los sacerdotes, obispos, arzobispos y cardenales que van a concelebrar con el Papa o simplemente a estar en sus homilías; se les pedía llenar un formulario muy detallado, enviar fotografías, copias de la credencial de elector, de la CURP, número de pasaporte, aval de sus diócesis y otros requerimientos que debían enviar por correo electrónico.
Pero no había tiempo para cumplir con todos los requisitos, sobre todo porque hay sacerdotes que trabajan en parroquias remotas a quienes les es difícil enviarlos con rapidez. De ahí que –prosigue Corral– se acordó que sólo enviarán copia de su credencial de elector y acreditación como sacerdote dentro de una lista avalada por su diócesis.
“Así logramos resolver el problema ya sin tanto papeleo. Entendemos que las exigencias del Estado Mayor Presidencial son para impedir que a los eventos se cuelen sacerdotes falsos, pues es muy fácil conseguir una vestimenta religiosa y hacerse pasar por sacerdote”, dice el vocero del episcopado.
–¿Pero sí tendrán que someterse a revisión en cada acto?
–Por supuesto. Desde el simple párroco hasta el cardenal más encumbrado del séquito papal tendrán que someterse a cada revisión del Estado Mayor Presidencial, deberán pasar por los arcos detectores de metal y sujetarse a todas las normas del protocolo de seguridad. ¡No hay de otra! 
Tres millones
Según los cálculos del episcopado, alrededor de dos mil sacerdotes y 200 jerarcas –obispos, arzobispos y cardenales– participarán en los actos del Papa. Muchos vendrán de otros países de América Latina así como de Estados Unidos y Canadá. También se calcula que durante los cuatro días que estará en Guanajuato, el pontífice congregará a casi 3 millones de fieles de todo el país.
Para vigilar y organizar a las multitudes que participarán en los recorridos y en los actos pontificios, se adiestrará a 100 mil voluntarios civiles que cuidarán las vallas metálicas.
“Estos voluntarios también desempeñarán funciones de seguridad y previamente deben estar acreditados por las organizaciones católicas, instituciones educativas o de gobierno de donde provengan. No puede llegar cualquiera”, advierte Corral.
Y señala que a diferencia de otros jefes de Estado que visitan México y sostienen encentros cerrados con autoridades gubernamentales, el Papa suele tener contacto directo con su feligresía y “encabezar eventos masivos y abiertos”, de ahí que esté más expuesto a una agresión.
“El Papa es un líder mundial y no podemos adivinar qué loco intentará atentar contra su vida, como le ocurrió a Juan Pablo II, quien por fortuna salió librado del atentado que sufrió en 1981 en la Plaza de San Pedro”, agrega el vocero del episcopado.
–¿Cuáles son los lugares más riesgosos en los que estará Benedicto XVI?
–Bueno, las más fuertes medidas de seguridad se implementarán al pie del Cerro del Cubilete, donde presidirá la concentración más nutrida. Pero también en la Plaza de la Paz de la ciudad de Guanajuato, donde se reunirá sobre todo con niños y ancianos. Lo mismo en su recorrido que va del aeropuerto a la ciudad de León. Y ni qué decir del Colegio Miraflores, donde pernoctará.
“Las monjas que residen en el Colegio tendrán que dejar sus habitaciones. Ahí estarán vigilando elementos del Estado Mayor Presidencial y también la guardia personal del Papa, a cargo de Domenico Giani, comandante de la Gendarmería Vaticana.”
–¿Giani ya vino a Guanajuato a inspeccionar los lugares donde estará el pontífice?
–Por supuesto. Realizó una inspección meticulosa e hizo algunas recomendaciones sobre logística. Incluso felicitó al Estado Mayor Presidencial por su profesionalismo.
Giani –un hombre calvo y corpulento de 49 años y a quien llaman El Ángel Guardián del Papa– se hizo célebre en la celebración de la Misa de Gallo de 2009. En esa ocasión una mujer llamada Sussana Maiolo saltó la valla, jaló la estola de Benedicto XVI y lo derribó. Giani logró sujetar a la mujer y al mismo tiempo amortiguó la caída del Papa.
Los rumores 
En días recientes la prensa italiana ha ventilado versiones de un supuesto complot para matar a Benedicto XVI, a quien le dan sólo “12 meses de vida” según supuestos “informes confidenciales” que le han entregado al propio Papa.
Corral señala que el asunto ya se trató en Los Pinos con el EMP. Pero no se le tomó en serio: “Ese chisme no nos afectó el ánimo. Más bien fue motivo de bromas. Es pura fantasía. Lo tomamos como si fueran las profecías mayas sobre el fin del mundo”.
–Pero en México la violencia y los asesinatos sí son reales…
–La cuestión del narcotráfico nos tiene metidos en un conflicto muy doloroso pero la presencia del Papa ayudará a resolverlo porque viene con un mensaje de paz y reconciliación. A una persona así se le respeta. Y si algún grupo mafioso intenta llamar la atención creando una situación de violencia, se ganaría el repudio internacional y sería su acabose, pues los ojos del mundo estarán puestos en México durante la visita del Papa.
No obstante las autoridades responsables de la seguridad en Guanajuato están preocupadas por la escalada de violencia del mes pasado en la entidad. “Habrá un fortalecimiento del sistema de seguridad durante la visita del Papa”, declaró el secretario de Gobierno de Guanajuato, Héctor López Santillana.
Junto con el procurador estatal, Carlos Zamarripa, López Santillana ha señalado que Guanajuato es escenario de la disputa territorial en la que prevalece el grupo michoacano Caballeros Templarios sobre otras organizaciones, como Los Zetas y el Cártel Nueva Generación que comenzó a incursionar recientemente.
La noche del 15 de febrero, en los municipios de Celaya, Salvatierra, Acámbaro, Villagrán y Apaseo el Alto fueron ejecutados 10 hombres casi de forma simultánea; los agresores aún no han sido identificados pero se cree que se trató de un ajuste de cuentas entre bandas rivales.
Y desde principios de febrero en varios municipios empezaron a aparecer narcomantas de los Caballeros Templarios. Una de ellas se colocó el día 5 cerca del domicilio del procurador, en León, pocas horas después de que la escolta de éste se enfrentó con un grupo armado.
La manta decía: “Ciudadanía de Guanajuato: hace pocas horas el procurador de Guanajuato fue objeto de un artero atentado. La violencia va a aumentar. Nosotros tenemos presencia en el estado para arremetir la entrada de los contrarios (…). Solo advertimos que no queremos más grupos en el estado de Guanajuato. Los confrontamientos serán inevitables. Quedan advertidos señores Nueva Generación. Queremos a Guanajuato en paz. Así que no piensen en asentarse y menos en generar violencia justo en estas fechas que viene su Santidad Benedicto XVI. Quedan advertidos. Atentamente: Caballeros Templarios”.
Los Caballeros Templarios también están dejando mensajes en protesta por la reciente detención de uno de sus principales operadores, Ariel Pineda Jiménez, El Cepillín, quien lideraba la plaza de Silao y ya acumulaba seis órdenes de aprehensión por homicidio, secuestro y robo.



La cañada guanajuatense



Otro motivo de preocupación para las autoridades locales es el control y la movilidad de las masas que congregará el Papa. Sobre todo en los estrechos callejones de la pequeña ciudad de Guanajuato, de 175 mil habitantes y apretujada en una cañada.

Sin recursos extraordinarios (necesita casi 8 millones de pesos que espera recibir de la Federación para este acto) y con sólo 75 policías por cada uno de los tres turnos, el gobierno municipal echará mano de todos sus recursos humanos en protección civil, policía vial y limpieza, principalmente.

Édgar Castro comenta: “Claro que la visita nos dará proyección internacional. Pero, siendo realistas, estamos preocupados; no se ha dimensionado correctamente la magnitud de la afluencia en una ciudad tan complicada topográficamente. Estamos en el centro del país, a poca distancia de ciudades importantes de donde se desplazará mucha gente. No sabemos cuántas personas van a llegar… ni qué tanto podremos controlarlas”.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Hoteleros de Guanajuato, Armando López, se queja de la actitud de los miembros del EMP que realizan sus actividades en un total hermetismo:

“Pedimos una reunión con el Estado Mayor Presidencial a través del presidente nacional de los hoteleros, Armando Uribe, porque a estas alturas estamos en las mismas: no sabemos nada.”

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