Revista
Proceso
No. 2004, 28 de marzo de 2015
Armamentismo en
tiempos de Peña Nieto/J. JESÚS ESQUIVEL
Aun
cuando México no se encuentra oficialmente en estado de guerra, como ocurría en
el sexenio de Felipe Calderón, el gobierno de Enrique Peña Nieto le ha comprado
a Estados Unidos equipo bélico por más de mil 300 millones de dólares en menos
de un año, al margen de la Iniciativa Mérida. Lo más reciente: un lote de
helicópteros artillados provistos de la más nueva tecnología. Según documentos
del Pentágono cuya copia tiene Proceso, este equipo ha sido abastecido por el
Departamento de Defensa y sus contratistas privados. Jubiloso, lo celebra el
Comando Norte de las Fuerzas Armadas estadunidenses.
WASHINGTON.-
En el contexto mexicano de agudización de la crisis económica, marcada por la
continua devaluación del peso y el anuncio de inminentes recortes al gasto
público, y sin que se esté librando oficialmente una guerra armada contra el
narcotráfico, el gobierno de Enrique Peña Nieto le compró a Estados Unidos
equipo militar por más de mil 300 millones de dólares en menos de un año.
El
“hito histórico” al que hacía referencia Gortney son las adquisiciones por mil
346 millones de dólares que hizo el gobierno de Peña Nieto al Pentágono en
equipo, tecnología, refacciones y adiestramiento militar por medio de tres
operaciones realizadas entre el 21 de abril de 2014 y el pasado martes 17.
Esto, sin contar los 15 helicópteros comprados a la empresa texana Textron 10
días antes de la comparecencia ante el Senado del jefe del Northcom.
Según
el comunicado 14-10 de la Agencia de Defensa para la Cooperación en Seguridad
(DSCA), dependiente del Departamento de Defensa estadunidense y fechado el 21
de abril de 2014, el gobierno de Barack Obama informó al Departamento de Estado
acerca de la aprobación de la venta a México de 18 helicópteros UH-60M Black
Hawk por alrededor de 680 millones de dólares.
“La
propuesta de esta venta contribuirá a los objetivos de política exterior y
seguridad nacional de Estados Unidos al ayudar a mejorar la seguridad de un
socio estratégico, y tomando en cuenta que México ha sido un socio fuerte en el
combate al crimen organizado y a las organizaciones del tráfico de drogas”,
añade el comunicado.
Consultado
sobre el porqué de estas compras y el eventual destino del material adqurido,
el vocero de la Presidencia de la República, Eduardo Sánchez, sólo respondió
que todas las adquisiciones se han llevado a cabo “en estricto cumplimiento del
Presupuesto de Egresos de la Federación y de las leyes aplicables al caso”.
La
política exterior y la seguridad nacional fueron el argumento con el cual el 17
de abril del año pasado el Pentágono notificó y certificó al Congreso federal
la venta de dicho equipo al gobierno de Peña Nieto.
Los
18 helicópteros Black Hawk que pidió el gobierno de México al Pentágono están
provistos de motores 40T700-GE-701D (36 instalados y cuatro más de refacción) y
se les dotó de un sistema de navegación para posicionamiento global (36
instalados y seis de refacción).
Además
los helicópteros se artillaron con armas automáticas de alto poder de la clase
36 M134, calibre 7.62 milímetros. La compra de los 18 Black Hawk incluyó cinco
sistemas para misiones de planeación, 18 equipos para visión nocturna del tipo
AN/AVS-9, una unidad de poder de aviación terrestre, dispositivos de
comunicación –entre éstos, radios AN/ARC-210 RT-8100– y sistemas para la
identificación de amigos o enemigos.
Esta
multimillonaria compra al Pentágono incluyó la garantía de los 18 helicópteros,
el adiestramiento para el uso de las aeronaves, equipo de respaldo, la
construcción para los hangares, refacciones y manuales; la contratación de
mecánicos y técnicos, adiestramiento y supervisión técnica por parte del
personal especializado del Departamento de Defensa y de empresas privadas o
contratistas que prestan sus servicios al gobierno estadunidense.
“La
venta a México de estos helicópteros UH-60M incrementará y fortalecerá de
manera significativa su capacidad para proveer respaldo de transporte aéreo a
sus Fuerzas Armadas involucradas en operaciones antinarcóticos”, matiza la
DSCA.
Las
empresas que proveerán servicios a México para los 18 Black Hawk son Sikorsky Aircraft
Corporation, de Stratford, Connecticut; y General Electric Aircraft Company, de
Lynn, Massachusetts.
“Esto
es una inversión sustancial de largo plazo por parte del gobierno de México en
términos de equipo, entrenamiento y mantenimiento de Estados Unidos”, anotó
Gortney en su reporte ante los senadores.
Contra
el crimen organizado
El
comunicado numero 14-17 de la DSCA –fechado el 16 de mayo de 2014– anuncia que
el Departamento de Estado aprobó la venta al gobierno de Peña Nieto de 3355
VTMPM de la clase M1152 a un precio de 556 millones de dólares aproximadamente.
La compra abarcó equipo, refacciones, entrenamiento y respaldo logístico.
Como
en el caso de la venta de los 18 Black Hawk, el gobierno de Obama utilizó el
argumento del fortalecimiento de la política exterior y de la seguridad
nacional de Estados Unidos, así como los compromisos de México en el combate al
trasiego de drogas y al crimen organizado, para garantizar la venta del equipo
militar.
En
una explicación adicional al Capitolio, el Pentágono asegura que con la
adquisición de los 3355 VTMPM por parte del gobierno de México, “no se altera
el balance de las fuerzas básicas militares en la región” y las Fuerzas Armadas
de ese país (México) tendrán “la menor dificultad” en la adaptación y uso de
los VTMPM.
La
compra de esos vehículos militares incluye los servicios de la compañía
contratista del Pentágono AM General, con sede en South Bend, Indiana, y la
asistencia técnica tanto de personal de esta empresa como del Departamento de
Defensa por un plazo de tres años en territorio mexicano.
Apenas
el martes 17 de marzo la DSCA informó que el Departamento de Estado aprobó el
pedido del gobierno de México de comprarle al Pentágono otros tres helicópteros
Uh-60M Black Hawk, además de equipo, refacciones, entrenamiento y respaldo
logístico por unos 110 millones de dólares. El comunicado 15-04 de la DSCA
indica que la notificación al Congreso federal estadunidense sobre esta venta
se realizó el lunes 16.
El
gobierno de Peña Nieto pidió al Departamento de Defensa que los tres Black Hawk
tengan una “configuración única”. Por ello la venta incluye seis motores (tres
instalados y tres de refacción) de la clase T700-GE-701D y seis sistemas
inerciales de navegación para el posicionamiento global modelo 764G.
Están
artillados con rifles automáticos de alto poder M134, calibre 7.62 milímetros,
poseen tres sistemas de radar infrarrojo para observación directa modelo Star
Safire III, tres sistemas de aviación para planeación de misiones y 12 equipos
de visión nocturna modelo AN/AVS-9.
El
paquete incluye los aditamentos y servicios que se agregaron en la compra de
los 18 Black Hawk previos.
Lo
único que aclara el Pentágono respecto a la venta de estos tres helicópteros y
los 18 que vendió el año pasado, es que los Black Hawk solicitados por el
gobierno de Peña Nieto serán utilizados por la Secretaría de Marina-Armada de
México (Semar).
Para
el caso de los tres últimos Black Hawk, las empresas contratistas del Pentágono
que prestarán sus servicios a la Semar son las mismas que trabajan en el
mantenimiento y adiestramiento de los 18 helicópteros adquiridos en 2014.
En
su testimonio ante el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, Gortney explicó
que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Semar son aliados
importantes de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico.
Anotó
que en los últimos tres años aumentó 60% el número de operaciones conjuntas
para adiestrar a efectivos de las Fuerzas Armadas mexicanas: “El año pasado
pudimos interactuar con 3 mil estudiantes mexicanos (militares) y anticipamos
que este año serán casi 4 mil”, enfatizó.
El
lunes 2 de marzo la firma texana Textron anunció en un comunicado de prensa que
vendería 15 helicópteros de transporte Bell modelo 407GXs a la Fuerza Aérea
Mexicana (FAM). Indicó que la entrega comenzaría este 2015 y que las aeronaves
serían configuradas “para una variedad de misiones públicas”.
Dice
el comunicado: “Estamos extremadamente complacidos de proveer a la FAM de
aeronaves de alto y confiable manejo”.
La
empresa texana presumió de ser “el principal proveedor” de helicópteros de
transporte para las Fuerzas Armadas mexicanas, que en 1973 le compraron
aparatos Bell 206-B y cuya flota actual incluye las aeronaves modelo 412EP, 212
y 206.
Los
15 Bell 407GXs, según Textron, serán operados por efectivos del Escuadrón 111
de la FAM, con sede en Zapopan, Jalisco.
Proceso
se comunicó con la oficina de relaciones públicas de Textron para saber el
costo de los 15 helicópteros, pero una portavoz de la firma texana explicó que
no podía dar esa información por razones de confidencialidad con sus clientes.
“Solicítela al gobierno de México o a la Fuerza Aérea Mexicana. Ellos se la
podrían dar”, respondieron a este corresponsal.
Con
base en lo declarado en el Capitolio por Gortney –que las compras que hizo al
Pentágono el gobierno de Peña Nieto en menos de un año superan en 100 millones
de dólares a adquisiciones de ese tipo en años anteriores– Proceso solicitó al
Departamento de Defensa dicha información.
Un
vocero del Pentágono respondió que esos datos podrían ser obtenidos en el
Departamento de Estado. En ésta dependencia federal estadunidense un portavoz
explicó que no podía dar a conocer esa información, pues era prerrogativa del
gobierno mexicano hacerla pública o no.
Informe
sueco
Creada
en octubre de 2007 por los entonces presidentes George W. Bush, de Estados
Unidos, y Calderón, la Iniciativa Mérida se estableció como un mecanismo de
cooperación bilateral para combatir al narcotráfico y al crimen organizado.
Aplicada
a partir del año siguiente, después de ser aprobada por el Congreso de Estados
Unidos, la Iniciativa Mérida tuvo un financiamiento de Washington por 2 mil
300 millones de dólares.
Según
el reporte fechado el 8 de abril de 2014 elaborado por el Servicio de
Investigación del Congreso de Estados Unidos, desde 2008 y hasta el pasado 1 de
octubre el gobierno estadunidense había entregado al de México mil 300 millones
de dólares, de los 2 mil 300 comprometidos para financiar a la Iniciativa
Mérida.
De
esos mil 300 millones de dólares –a los cuales hasta la fecha no se ha agregado
un dólar más– “unos 500 millones de dólares se entregaron al gobierno de México
en equipo, tecnología y entrenamiento militar”, dice el reporte titulado: La
Iniciativa Mérida y más.
En
resumen, y considerando el posible costo de los 15 helicópteros Bell 407GXs
comprados a Textron, el gobierno de Peña Nieto en sólo 11 meses podría haber
triplicado el monto que comprometió Estados Unidos para fortalecer la guerra de
Calderón.
En
2012 el Instituto Internacional de Estudios para la Paz, con sede en Suecia,
publicó el reporte Tendencias en el gasto militar mundial, donde mencionó a
México –aún en el sexenio de Calderón– como una de las naciones que más gastaba
en defensa.
Aunque
el reporte no detallaba a qué países o la nacionalidad de las empresas a las
cuales les compraba México el armamento, sí dejó claro que con Calderón la
industria de la guerra se llenó los bolsillos.
Según
el informe, en 2003 México gastó en equipo militar 3 mil 941 millones de
dólares. Un año después desembolsó 3 mil 797; 4 mil 81, en 2005; 4 mil 440, en
2006; 5 mil 13, en 2007; en 2008 subió a 5 mil 19; a 5 mil 689, el año
siguiente; 6 mil 203, en 2010; 6 mil 472, en 2011, y en 2012, 7 mil 103
millones de dólares.
La
gran diferencia es que Calderón sí tenía plenamente declarada una guerra
militarizada al narcotráfico. Peña Nieto, no. Y destaca que el actual
presidente se concentra en comprar equipo militar exclusivamente al Pentágono y
a empresas estadunidenses.
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