Revista
Proceso
No. 2004, 28 de marzo de 2015
Los
Aguirre: una dinastía de corruptos/EZEQUIEL
FLORES CONTRERAS
Las
denuncias de la prensa, del exgobernador Zeferino Torreblanca y de políticos
opositores no afectaron la red de corrupción que manejaba Mateo Aguirre desde
el gobierno estatal, encabezado hasta octubre último por su hermano Ángel
Aguirre. Fue hasta 2012 cuando el mandatario relegó a sus operadores cercanos
al segundo plano para seguir con el negocio. Finalmente, la tensión social y la
narcoviolencia se conjugaron en el explosivo caso Ayotzinapa, que derribó al
grupo de los Aguirre.
CHILPANCINGO,
GRO.- Impulsado por el entonces jefe de gobierno del Distrito Federal Marcelo
Ebrard y la corriente perredista de Los Chuchos, Ángel Aguirre Rivero ganó la
gubernatura del estado en febrero de 2011 y su administración se caracterizó
por el nepotismo, la corrupción y sus excesos.
Después
de ser obligado a pedir licencia en el cargo por el caso Ayotzinapa, con la
entidad paralizada por los problemas sociales y asolada por la violencia, el
gobierno federal exhibió la red de corrupción que involucra a su hermano Carlos
Mateo Aguirre Rivero, su sobrino Luis Ángel Pérez Aguirre y los hermanos Víctor
y Henry Hughes Alcocer.
La
Procuraduría General de la República (PGR) abrió una investigación en contra de
al menos 18 miembros del círculo de Ángel Aguirre, acusados de realizar
negocios al amparo del poder y desviar recursos públicos. Nueve ya están presos
en el penal federal del Altiplano.
Ahí,
en una palapa ubicada en medio de una alberca, acostumbraba tomar whisky y
comer asado de jabalí, o recibía visitantes y pactaba los sobornos.
En
el amurallado inmueble blanco había una habitación “repleta de fajos de
billetes”. Era el fondo para apoyar las campañas por instrucciones de Ángel
Aguirre, informaron políticos que exigieron no revelar su nombre.
A
su vez, Víctor Felipe Hughes Acosta, La Pantera, antes de ser detenido era
notario público en el municipio indígena de San Luis Acatlán, en la región de
la Costa Chica.
Antes
de solicitar licencia a finales de octubre pasado, Ángel Aguirre le otorgó la
patente al hijo de su amigo y comparsa Víctor Hughes Alcocer. Lo hizo de manera
unilateral, en secreto y sin el examen que exige la normatividad, comentan
funcionarios de la actual administración interina.
En
los primeros años del gobierno de Aguirre, La Pantera fue secretario ejecutivo
del Consejo Estatal de Seguridad Pública, pero dejó el cargo en medio de
señalamientos de desvío de recursos y corrupción.
Jorge
Eduardo Hughes Acosta, uno de los siete detenidos del clan, solía presumir en
Facebook sus viajes a Washington y manifestaba su animadversión a las protestas
de los maestros para exigir la presentación con vida de los 43 normalistas
desaparecidos en Iguala el pasado 26 de septiembre.
También
presumió fotos de su antro, llamado Believe, que inauguró el pasado diciembre
en la exclusiva zona de la avenida Escénica. Ahí lo detuvieron los agentes
federales.
Patricia
Acosta, esposa de Víctor Hughes Alcocer, también era asidua en las redes
sociales, adonde posteó una foto de ella y su marido con el arzobispo de
Acapulco, Carlos Garfias Merlos, durante una fiesta privada en el puerto.
Otro
de los Hughes detenido, Mauricio, exhibió fotos de autos, yates y casas en
zonas exclusivas de Acapulco.
En
un recorrido por la bahía de Santa Lucía, este semanario comprobó que los
Hughes tienen anclado ahí el yate Varepa, de 58 pies de eslora y con un precio
estimado de al menos 3 millones de dólares. No obstante, la calcomanía con el
nombre fue despegada para evitar que las autoridades incauten la lujosa
embarcación, señalaron socios de la marina Acapulco.
Una
de las propiedades más ostentosas de los Hughes se encuentra en la colonia
Cumbres de Llano largo. En una zona de vegetación endémica, donde está
prohibido construir, crearon un zoológico con monos adquiridos en 70 mil pesos
cada uno, dicen personas cercanas a la familia.
Golpeteo
televisivo
Desde
noviembre de 2011, el exgobernador Zeferino Torreblanca Galindo denunció
públicamente los presuntos actos de corrupción de Mateo Aguirre y calificó al
entonces mandatario estatal de “parásito, corrupto, cínico y ladrón”.
Torreblanca
afirmó que la flota aérea oficial era utilizada por familiares de Aguirre y
secretarios de despacho para actividades personales. Incluso señaló que un
helicóptero oficial guerrerense fue puesto a disposición del excandidato perredista
a gobernador de Michoacán, el senador con licencia Silvano Aureoles, que
nuevamente aspira a gobernar su estado.
Entre
los usuarios de la aeronave, Torreblanca señaló a Ángel Aguirre Herrera, Carlos
Mateo Aguirre y Jorge Salgado Leyva, entonces secretario de Finanzas y padre
del diputado federal perredista Jorge Salgado Parra.
Hacia
mayo de 2012, Televisa y TV Azteca desataron una campaña mediática contra los
Aguirre Rivero, orquestada por Alejandro Puente Córdoba, presidente de la
Cámara Nacional de la Industria de las Telecomunicaciones por Cable (Canitec),
quien se inconformó porque no le dieron un contrato para colocar cámaras de
vigilancia en Acapulco.
El
mismo mes, Ángel Aguirre narró a este semanario cómo el duopolio televisivo
ejerció su poder una vez más para doblegar al Ejecutivo estatal (Televisa y TV
Azteca nos tratan como a sus gatos, Proceso 1854).
Durante
varios días los noticiarios de ambas empresas lo acusaron de nepotismo y
corrupción. Como resultado, Aguirre limpió la nómina de sus familiares
directos, aunque otros medios hicieron esas críticas meses atrás sin
consecuencia alguna.
Sin
admitir que cedió a las presiones, Aguirre informó días después que solicitó la
renuncia de una veintena de familiares directos con cargos estratégicos en su
administración, entre ellos su hermana Rosalinda Aguirre, directora del DIF
estatal, y su sobrino Ernesto Aguirre, quien se convirtió en el principal
operador político del gobernador.
Éste
añadió que su hermano Mateo había renunciado a su cargo de coordinador del
Ejecutivo dos meses antes. Él era utilizado por las televisoras como ejemplo
principal de su nepotismo y de la corrupción, pero Ángel Aguirre trató de
protegerlo de las acusaciones, sobre todo las de Torreblanca.
Ángel
Aguirre consideró que Televisa utilizó a Torreblanca para golpearlo, aunque no
tenían buena relación. Antes de concluir su mandato en abril de 2011,
Torreblanca acusó de corrupto y extorsionador al conductor de noticias Joaquín
López-Dóriga en desplegados que publicó en medios de circulación nacional, como
el diario Reforma.
Ahí
Torreblanca denunció que la causa de los ataques mediáticos era su negativa a
entregarle al conductor de Televisa 6 millones de pesos anuales, como lo hacía
el exmandatario guerrerense y actual senador priista René Juárez Cisneros.
A
pesar de las renuncias mencionadas, familiares del gobernador, como Mateo
Aguirre y su sobrino Ernesto Aguirre, siguieron operando hasta que el gobierno
federal desmanteló la trama de corrupción y tráfico de influencias.
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