Revista
Proceso
No. 2004, 28 de marzo de 2015
Censura a
Carmen Aristegui MVS se enreda con sus propios argumentos/
JENARO
VILLAMIL
La
primera versión del conflicto de MVS con Carmen Aristegui, según esa empresa,
fue que había “comprometido” la marca al sumarse a la plataforma Méxicoleaks.
Pero después hubo otro argumento, del mismo corporativo, señalando la
reticencia de la conductora a plegarse a los nuevos “lineamientos” para
periodistas, los cuales, por cierto, minaban la autonomía de la comunicadora y
atentan contra la libre expresión, dice a Proceso Edison Lanza, relator de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Dos pretextos esgrimidos por la
misma compañía…
El
viernes 13, tras dar a conocer en su portal informativo los “lineamientos a
conductores de noticias de MVS”, Alejandro Vargas, presidente de MVS Radio, fue
a ver a la conductora Carmen Aristegui. La periodista había terminado su última
emisión matutina, en la cual lamentó la posición de la empresa ante la
inminente ruptura.
Vargas le
entregó el documento de los lineamientos –que ya se había hecho público– y le
propuso la reinstalación de los reporteros Daniel Lizárraga e Irving Huerta,
despedidos un día antes, si ella acataba las nuevas disposiciones que, entre
otras cosas, la obligaban a compartir sus investigaciones con otros conductores
y a modificar su barra de análisis.
“Pusieron ese ultimátum a sabiendas de que
esos lineamientos iban en contra de los términos de autonomía editorial, que
estaba amparada en mi contrato”, dice Aristegui en una nueva entrevista con
Proceso al rememorar este pasaje del conflicto que derivó en su salida de MVS.
“Este episodio es importante recordarlo porque
el motivo de su diferencia conmigo no era, entonces, el uso de la marca, sino
imponer esos lineamientos. Ni siquiera avisaron al árbitro que ambos habíamos
convenido para asuntos de contenido”, sentencia.
Cerrojazo a
Woldenberg
Este
árbitro, designado el 23 de junio de 2014 por ambas partes, es el exconsejero
presidente del IFE José Woldenberg, quien aceptó actuar en esa calidad “dado el
caso que existiera diferendo en el entendido o interpretación de los criterios
y reglas planteadas en el ‘Acuerdo General de Política Editorial y Reglas de
Conducta Ética’ que se constituyó como Anexo B” en el contrato suscrito entre
Carmen Aristegui y Alejandro Vargas Guajardo, representante de MVS Radio.
Una
carta dirigida a Carmen Aristegui –de la cual tiene copia Proceso– fechada el
19 de marzo de 2015 y firmada por Woldenberg confirma que MVS Radio no le avisó
sobre los nuevos lineamientos editoriales y tampoco aceptó su arbitraje en el
diferendo con la periodista.
“El domingo 15 de marzo, estando en San
Francisco, California, recibí una llamada telefónica de Carmen Aristegui. Me planteó la
posibilidad de activar el mecanismo de arbitraje que se había pactado
previamente en caso de diferencias entre ella y la empresa MVS. Me comprometí
con ella a tratar de hablar inmediatamente con Alejandro Vargas. Entré en
contacto con él y me dijo, por teléfono, que agradecía la comunicación, que
hablaría con sus abogados y que luego se comunicarían conmigo”, relata
Woldenberg en el primer párrafo de su carta.
Añade:
“El martes 17 de marzo de nuevo Carmen Aristegui me volvió a buscar. Hablamos
por teléfono y quedé de hacer un nuevo intento con Alejandro Vargas. Le marqué
y volvió a tomar la llamada. Ante mi insistencia de eventualmente activar el
mecanismo de arbitraje, me señaló que el consejo había descartado dicha
posibilidad, que el arbitraje estaba previsto para asuntos de contenido y que
para ellos el diferendo tenía que ver con cuestiones de gobierno corporativo.
Que no tenía cabida el arbitraje”.
Proceso
buscó la versión de Grupo MVS mediante su vicepresidente de Relaciones
Interinstitucionales, Felipe Chao, frente a esta versión de Woldenberg y por
las declaraciones del relator para asuntos de Libertad de Expresión de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Edison Lanza, quien estuvo en
México y expresó su consternación por el hecho de que el programa de Aristegui
“haya sido borrado de un plumazo por una cuestión desproporcionada”.
La
respuesta fue que, por consejo de los abogados del corporativo, ya no habrá
ninguna versión más de MVS frente a este diferendo.
Al
periódico Reforma Chao le respondió que el arbitraje era “única y
exclusivamente para cuestiones editoriales y éste no es un problema editorial”.
“Creo que la salida a todo esto es hacer público la totalidad del contrato”,
agregó el vocero de MVS.
La
otra versión
Apenas
el domingo 22, en el comunicado “Falso que MVS Radio haya censurado el
reportaje de la Casa Blanca”, la empresa de los Vargas dio otra versión del
conflicto con Aristegui.
En
respuesta a la entrevista que este semanario sostuvo con la periodista (Proceso
2003), Grupo MVS se dijo “sorprendido” por la afirmación de que hubo una
petición para que no se difundiera a través de MVS el reportaje de la Casa
Blanca de Peña Nieto.
“Ha sido público y notorio la amplia difusión
que dicho reportaje tuvo precisamente en el espacio informativo de Noticias MVS
desde el 10 de noviembre del año pasado”, afirmó el comunicado.
Sin embargo, en
el penúltimo párrafo, que reiteró varias preguntas hacia Aristegui, MVS
modificó su propia versión de la ruptura con la conductora:
“Como lo hemos informado, el motivo de la
terminación del contrato, obedece única y exclusivamente a que la periodista
fijó como condición para resolver el problema que enfrentamos la reinstalación
de los dos reporteros separados de su cargo, y como empresa no podemos aceptar
condicionamientos o ultimatos (sic) de nuestros colaboradores. No podemos
permitir que nadie pretenda privilegios en menoscabo de sus compañeros. Las actitudes
individualistas no tienen cabida en nuestro proyecto.
“Ratificamos que este es el momento en que
cada quien se haga responsable de sus propios actos. Los reporteros separados
de su cargo son responsables de haber comprometido una alianza de MVS en las
que no fuimos consultados. Tú, Carmen, eres responsable de la soberbia que te
llevó a creer que podías desafiar a la administración de MVS Radio para imponer
tu voluntad, y nosotros, Carmen, somos responsables de no aceptar ni tu desafío
ni tus condiciones. Deja de buscarle cinco pies al gato. MVS Radio se hace
responsable de su libertad de empresa y libertad de contratación”.
Ni
una sola mención a los “lineamientos” editoriales que dieron a conocer el
viernes 13.
El
jueves 19, en otro comunicado, Chao leyó un documento donde señala que “es
falso que MVS Radio transgreda la libertad de expresión a través de sus
lineamientos editoriales, mismos que hicimos públicos”. Incluso “retó” a
quienes los hayan leído que indiquen “dónde se pudiera ver afectada la libertad
de expresión”.
MVS
ignoró a su propio ómbudsman, Gabriel Sosa Plata, quien afirmó que esos
lineamientos “modifican unilateralmente las condiciones del contrato y el
acuerdo” firmado por Aristegui y “no son producto de una acción consensuada”.
Sosa
Plata consideró que “imponen ciertas condiciones que no estaban consideradas en
el acuerdo” con Aristegui y “en ninguna línea se menciona su derecho a la
libertad de expresión durante las emisiones” (Proceso 2003).
“El conflicto es con Carmen”
Por
otro lado, un correo electrónico enviado por Sara Rocío Arango González,
coordinadora de corresponsales de Noticias MVS, a varios reporteros en el
extranjero confirmó que el conflicto de la empresa y los lineamientos que se
emitieron tenían un solo objetivo: la primera emisión conducida por Carmen
Aristegui.
El
texto del correo, cuya copia tiene Proceso, reproduce así el punto 9 de los
lineamientos sobre “corresponsales y agencias internacionales”: “Dadas las
necesidades de optimizar los recursos financieros de la empresa a partir de
esta fecha, la cobertura de los sucesos en el extranjero se llevará a cabo vía
Agencias Internacionales, que darán servicio a todas las emisiones noticiosas
de la Empresa”.
Arango
comentó que su jefa y directora de información, Sheila Amador, “ya habló
conmigo al respecto, para a su vez hacerles extensivo el mensaje:
“No hay de qué preocuparse, seguiremos
trabajando como hasta ahora, el asunto se enfocó principalmente a la Primera
Emisión y el conflicto entre MVS y Carmen Aristegui, del que seguramente ya
ustedes tienen conocimiento.
“Les reitero, no hay de qué preocuparse, muy
por el contrario necesitamos sus propuestas informativas y el contacto
permanente.”
Algunos
corresponsales y colaboradores extranjeros decidieron renunciar y retirarse de
MVS a pesar de este comunicado. Fue el caso de Manuel de Santiago Freda,
corresponsal en España. En su cuenta de Twitter, De Santiago sentenció: “Los
lineamientos nunca tuvieron la intención de cumplirse y siempre fueron un
mecanismo de presión a Carmen Aristegui. Es un hecho #MVSMiente”.
Censura
indirecta
Por
su parte, Edison Lanza afirma a Proceso que los lineamientos de MVS se oponen a
las “buenas prácticas” que tenía esta empresa y manifiesta su rechazo a “la
imposición de códigos” que vayan contra la libertad de expresión.
Entrevistado
tras su participación en el acto organizado por Artículo 19 para dar a conocer
su informe “Estado de censura”, sobre las agresiones a la prensa en este
gobierno, Lanza considera que lo sucedido entre MVS y Aristegui “es un mensaje
realmente regresivo” y puede constituir un ejemplo de censura indirecta, que
“es cuando el gobierno hace uso de mecanismos legítimos o de mecanismos sutiles,
en forma oculta, para interferir y obstaculizar el flujo informativo e
interferir en la labor periodística”.
–¿Un
conflicto contractual, como en el caso de MVS-Aristegui, puede volverse un
mecanismo de censura indirecta? –se le pregunta.
–Sobre
todo si ese mecanismo es utilizado en forma desproporcionada y sin una razón
válida aparente para dejar fuera o impedirle el trabajo a un periodista o
silenciar a un grupo de periodistas por el hecho de que han publicado
información que a algunos funcionarios no les gusta. Esta es la principal duda
que queda en este caso.
–¿Conoce
usted los lineamientos que dio a conocer MVS? ¿Responden a los estándares de
otros países?
–En
general en América Latina hay muy poca práctica y experiencia de hacer públicos
los lineamientos de trabajo y los códigos de ética de los medios. Hay mucha
opacidad en la región.
“En
este sentido, MVS se había movido en una buena práctica cuando el contrato con
Aristegui incluía un código de ética y de autonomía. En segundo lugar, porque
nombró a un ómbudsman de las audiencias.
“La
relatoría se ha pronunciado en contra de que los gobiernos les impongan códigos
a los medios. Tanto la relatoría como la Comisión y la Corte Interamericana de
Derechos Humanos han dicho que deben ser mecanismos explícitos, transparentes y
respetuosos de la libertad de expresión y el derecho a la información.
–¿Qué
papel debe tener la autoridad mexicana en este caso?
–Al
gobierno le correspondería dar una señal clara, contundente, de que sería bueno
mediar en el conflicto. La reinstalación en el mundo del trabajo no es un
instrumento extraño, existe en las democracias. En segundo lugar, la justicia
tendrá que tomar cartas en el asunto, en la medida que Aristegui ha anunciado
que buscará el amparo de la justicia. Ahí lo importante es que se garanticen
los estándares de respeto a los derechos humanos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario