Revista
Proceso
# 2010, 18 de julio de 2015
Los
presuntos cómplices, gente de García Luna/
JORGE
CARRASCO ARAIZAGA
Monte
Alejandro Rubido, comisionado nacional de Seguridad; Ramón Eduardo Pequeño,
extitular de la División de Inteligencia de la Policía Federal; Celina Oseguera
Parra, excoordinadora nacional de ceferesos, y Valentín Cárdenas Lerma,
exdirector del penal del Altiplano, tienen dos cosas en común: una, permitieron
la fuga del Chapo Guzmán de la cárcel mexiquense de máxima seguridad. La
segunda: todos ellos se formaron a la sombra de Genaro García Luna, secretario
federal de Seguridad Pública durante el calderonato.
Colaboradores
muy cercanos a Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública, se
integraron al primer círculo del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio
Chong, para tener el control del aparato de seguridad e inteligencia del
gobierno federal. Muchos de ellos son ahora corresponsables de la segunda fuga
de Joaquín El Chapo Guzmán.
El
más destacado de ellos es el titular de la Comisión Nacional de Seguridad
(CNS), Monte Alejandro Rubido García, quien todo el sexenio pasado estuvo al lado
de García Luna, viejo aliado desde sus tiempos en el Centro de Investigación y
Seguridad Nacional (Cisen).
Como
le sucedió ahora al actual titular del Cisen, Eugenio Ímaz, Rubido quedó
rebasado en 2001, cuando El Chapo se escapó por primera vez de un penal de alta
seguridad, el de Puente Grande, Jalisco.
Rubido
era entonces director general adjunto del Cisen, organismo cuya tarea es
anticiparse a cualquier crisis que pueda poner en riesgo la seguridad del
Estado.
Aunque
el ahora titular de la CNS se deslindó de la segunda fuga de Guzmán, ocurrida a
las 20:52 del sábado 11, varios de sus funcionarios más cercanos, también
antiguos subordinados de García Luna, están en el centro de las indagatorias.
Entre ellos, Ramón Eduardo Pequeño García, compañero de Rubido en el Cisen
durante varios años y hasta el martes 14, titular de la División de
Inteligencia de la Policía Federal (PF).
Pequeño
García fue destituido porque era responsable del monitoreo remoto de los
penales federales. Su remoción fue anunciada el miércoles 15, aunque no queda
claro si saldrá de la corporación o sólo será reubicado. Antes de que se
anunciara su destitución, este semanario fue informado de que sería enviado a
la División Científica de la PF, sin que al cierre de esta edición se haya
anunciado algún cambio en el área de la policía cibernética, donde se tiene el
control de todo el equipo de seguimiento a “objetivos” (Proceso 2019).
También
fue cesada Celina Oseguera Parra, quien el sexenio pasado trabajó en el área de
prisiones para García Luna.
Oseguera
fue cesada por Osorio Chong como coordinadora nacional de los Centros Federales
de Prevención y Readaptación Social (ceferesos). Era la primera responsable
directa del control de las 25 cárceles federales del país, incluidos los 15 centros
federales, entre ellos el del Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de
México, del cual se fugó El Chapo por segunda ocasión.
El
secretario de Gobernación cesó además al director del Altiplano, Valentín
Cárdenas Lerma, quien con García Luna fue director del Cefereso 3, en
Matamoros, Tamaulipas, y del cual la propia Oseguera era directora en febrero
de 2001, cuando El Chapo escapó del penal federal de Puente Grande.
Los
planos
Por
sus atribuciones y funciones, Oseguera y Cárdenas Lerma eran responsables de la
custodia de los planos del penal de Almoloya. En su primera conferencia de
prensa después de la fuga, el secretario de Gobernación admitió, el lunes 13,
que El Chapo “efectivamente requería de los planos” para construir el túnel por
el cual huyó.
Clasificados
como información de seguridad nacional, los planos de construcción del penal de
máxima seguridad del Altiplano también han estado en manos de la constructora
ICA, la cual en 1991 edificó el centro penitenciario y ha realizado nuevas obras
en él.
No
es la única empresa con acceso a esa información estratégica. Otras, como la
constructora del Grupo Carso, de Carlos Slim, también han tenido acceso a los
planos de los ceferesos, sobre todo desde 2009, cuando el entonces secretario
de Seguridad Pública federal, García Luna, incentivó la presencia de empresas
privadas en la construcción y en la gestión de cárceles en todo el país
(Proceso 1906).
Otro
funcionario destituido es Juan Ignacio Hernández Mora, titular del Órgano
Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social. Es el único
de los primeros funcionarios interrogados tras la fuga que no tuvo relación con
García Luna. Se incorporó al área de seguridad federal a invitación de Rubido.
El
viernes 17, la Procuraduría General de la República (PGR) consignó ante la
justicia a siete servidores públicos, presumiblemente custodios, por la fuga,
aunque evitó precisar si entre ellos está Oseguera. Fuentes de la dependencia
sólo dijeron a este semanario que ese día la mujer declaraba ante la
Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada.
Los
detenidos fueron llevados al Cefereso 12, en Guanajuato, bajo disposición del
juez Cuarto de Distrito de Procesos Federales en el Estado de México, con sede
en Toluca.
Heredero
de Tello Peón
Rubido
es heredero de García Luna y de Jorge Tello Peón, responsable de la seguridad
en México cuando El Chapo huyó por primera vez, el 19 de enero de 2001 –a menos
de dos meses de la llegada de Vicente Fox a Los Pinos–, cuando al capo aún le
faltaban 12 años y medio de condena.
La
responsabilidad política del primer escape de Guzmán Loera recayó en Tello
Peón, subsecretario de Seguridad, y en Miguel Ángel Yunes Linares, entonces
subsecretario de Prevención y Readaptación Social, ambos en la Secretaría de
Gobernación (Segob).
En
febrero del año pasado, cuando el sinaloense fue recapturado, el entonces
procurador, Jesús Murillo Karam, anunció una investigación sobre todos los
responsables de la fuga de 13 años antes. El informe nunca se conoció, al menos
públicamente.
En
2001, Fox le quitó a la Segob las funciones de seguridad pública y creó la
Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal. Felipe Calderón reforzó la
dependencia con García Luna, dotando a la Policía Federal de más de 36 mil
hombres, de los 5 mil que recibió de Fox.
El
gobierno de Enrique Peña Nieto decidió desaparecer a la SSP federal y
reconcentró las funciones y recursos de seguridad en la Segob, pero ya no en
una subsecretaría, sino en la CNS, cuyo primer titular fue Manuel Mondragón y
Kalb, quien apenas duró año y medio en el cargo.
Para
llegar a la CNS, Rubido recorrió prácticamente el mismo camino que Tello Peón,
su jefe en el Cisen desde el gobierno de Carlos Salinas y durante buena parte
del de Ernesto Zedillo. Alejado del servicio público tras la primera fuga del
Chapo, se refugió en el sector privado como asesor de seguridad de Cementos
Mexicanos.
Calderón
lo rescató en 2008. Primero como asesor de seguridad nacional en la Presidencia
de la República. Luego lo hizo secretario técnico del gabinete de seguridad y
del Consejo de Seguridad Nacional, y finalmente secretario ejecutivo del
Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).
Rubido
ingresó a los servicios de inteligencia en 1983 en la entonces Dirección de
Investigaciones Políticas y Sociales de la Segob, la cual junto con la
Dirección Federal de Seguridad (DFS) se dedicaba al seguimiento de los
opositores al régimen del PRI.
La
DFS fue desaparecida por el presidente Miguel de la Madrid por los escándalos
de corrupción, asesinatos y relación con el narcotráfico.
Rubido
sobrevivió a la reestructuración del aparato de seguridad cuando en 1989 se
creó el Cisen. Entonces coincidió por primera vez con García Luna. Ambos
ascendieron ahí. Rubido llegó a director de Análisis e Investigación; García
Luna, a jefe de investigación de la Dirección de Servicios Técnicos. Fue el
inicio de su especialización en el seguimiento de personas.
El
ahora comisionado nacional de Seguridad se alejó brevemente del Cisen entre
1994 y 1995, pero sin dejar de hacer investigación política. Tras el asesinato
del candidato priista a la Presidencia Luis Donaldo Colosio, fue al Estado de
México con el entonces gobernador y ahora compañero de gabinete, Emilio
Chuayffet. El actual secretario de Educación Pública lo tenía a cargo de la
Unidad de Análisis e Información de la Secretaría de Gobierno.
Terminado
el gobierno de Chuayffet, Rubido regresó al Cisen, donde ocupó diversos cargos
directivos entre 1995 y 2007, incluida la titularidad de la Secretaría General
Adjunta del organismo, desde donde vio la primera fuga del Chapo.
En
el sexenio de Calderón, Rubido estrechó más su relación con García Luna.
Primero
fue subsecretario de Política Criminal de la SSP. Después de dos meses asumió
como subsecretario de Prevención, Vinculación y Derechos Humanos. En 2008, a
propuesta de García Luna, Calderón lo hizo secretario ejecutivo del SNSP.
Al
año siguiente volvió brevemente a la SSP federal y casi de inmediato regresó
como secretario técnico del SNSP. Acabó el sexenio de Calderón de nueva cuenta
como subsecretario de Prevención, Vinculación y Derechos Humanos.
Al
inicio del actual sexenio, Peña Nieto lo hizo secretario general del Cisen y en
marzo de 2013 lo llevó de nuevo al cargo de secretario ejecutivo del SNSP. Un
año después lo puso al frente de la CNS, en sustitución de Mondragón.
Con
el propio Calderón y ahora con Peña Nieto, Rubido no sólo ocupó los mismos
cargos de Tello Peón, sino que asumió las funciones que tenía García Luna en la
SSP. Pero Rubido heredó más que eso. Se quedó también con hombres que
trabajaron para el exsecretario, ahora asesor internacional en seguridad.
Pequeño
y Valiente
Rubido
armó su equipo en la CNS con aliados de su exjefe. Ahora tiene a su cargo tres
órganos desconcentrados: la Policía Federal (PF), el Órgano Administrativo
Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social y el Servicio de Protección
Federal. En esas tres instancias está rodeado de gente de confianza de García
Luna.
Aunque
el titular de la PF es Enrique Galindo Cevallos, varios de los cargos más
importantes de la corporación siguen en manos de gente de confianza del
exsecretario. Uno de ellos era Ramón Eduardo Pequeño, quien trabajaba con
Rubido en el Cisen cuando El Chapo se fugó por primera vez.
En
el sexenio de Fox, Pequeño fue dos veces delegado estatal y en una ocasión jefe
de estación del Cisen. Después, García Luna, como secretario de Seguridad
Pública, lo promovió en la PF.
Primero
lo tuvo directamente en la oficina del comisionado, cuando García Luna
prácticamente cumplía esa misión. Luego lo hizo titular de la División
Antidrogas y jefe de la Sección Tercera de Estado Mayor.
Rubido
le dio la División de Inteligencia de la PF, donde una de sus funciones era la
vigilancia remota, las 24 horas del día, de los penales federales.
Su
reemplazo será Damián Canales, hasta junio pasado encargado de la seguridad
pública en el Estado de México, donde se ubica el penal del Altiplano. En
realidad, Canales regresa a la misma división de la PF. A principios del actual
sexenio, cuando Mondragón era el titular de la CNS, era el responsable de
inteligencia de la corporación.
Canales
fue secretario de Seguridad Pública de Hidalgo cuando Osorio Chong gobernaba
esa entidad. Su llegada al Estado de México fue propuesta por el propio Osorio
al gobernador Eruviel Ávila. Canales fue además, director de la Policía Judicial
en el Distrito Federal.
Los
movimientos y enroques entre los aparatos de seguridad e inteligencia del
gobierno federal y el Estado de México con hombres de García Luna no terminan
ahí.
El
reemplazo de Canales como comisionado estatal de Seguridad es Eduardo Valiente
Hernández, quien el sexenio pasado fue representante del hombre fuerte de
Calderón en estados con gran presencia del narcotráfico: Nuevo León, Tamaulipas
y Coahuila, hasta antes de llegar, este sexenio, al Estado de México como
comisionado de la PF.
Valiente
dependía del jefe de seguridad regional, Luis Cárdenas Palomino, uno de los
hombres más cercanos a García Luna y quien ahora se desempeña como jefe de
seguridad del grupo empresarial de Ricardo Salinas Pliego.
También
Oseguera trabajó en el Estado de México durante el gobierno de Peña Nieto.
Directora del Cefereso 1 –entonces conocido como La Palma– entre 1996 y 1999,
estuvo los siguientes tres años al frente del penal federal de Matamoros. En el
gobierno de Fox, en la SSP estuvo a cargo del Órgano Administrativo
Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social y de la Dirección General de
Política Penitenciaria y Tratamiento de Menores. De ahí se fue a trabajar al
gobierno del Estado de México.
En
la administración de Peña Nieto, entre 2006 y 2007 fue directora técnica y de
Servicios de Apoyo a la Dirección General de Prevención y Readaptación Social
de la Agencia de Seguridad del Estado de México. En 2007 volvió al gobierno
federal como comisionada del Órgano Administrativo Desconcentrado, con García
Luna, y al año siguiente se hizo cargo del sistema penitenciario del Distrito
Federal durante cuatro años.
En
2013 Osorio Chong la hizo directora general de Política y Desarrollo
Penitenciario del mismo Órgano Administrativo Desconcentrado y en julio del año
pasado la nombró coordinadora nacional de los ceferesos. Hasta el viernes 17
sólo había declarado ante el Ministerio Público federal, sin que la PGR haya
decidido si la consigna por la nueva fuga del Chapo Guzmán.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario