Semanario
Proceso
# 2023, 8 de agosto de 2015...
Un gobierno de pesadilla/NOÉ ZAVALETA
El
gobernador de Veracruz, Javier Duarte, se ha ganado a pulso la animadversión de
activistas sociales, del gremio periodístico –uno de los más agraviados en su
desastrosa gestión– y de los legisladores de oposición. Estos últimos son
implacables en sus juicios contra el priista, cuyas actuaciones y declaraciones
no guardan la más mínima correspondencia con la estatura política y académica
de quien presume un doctorado en el extranjero. Duarte tiene sumido a Veracruz
en la inseguridad y con una deuda superior a los 40 mil millones de pesos. Y
aún le quedan 16 meses de gestión…
XALAPA,
VER.- “El estado se le fue de las manos…
pero ya tiene rato”. Así resumen los legisladores consultados por Proceso la
gestión del gobernador Javier Duarte de Ochoa, a quien todavía le quedan 16
meses de gestión.
Y
enumeran los problemas acumulados desde que llegó al poder, en diciembre de
2010: crisis económica, deudas impagables, pasivos con sus programas de
pensiones y del DIF estatal, reclamos de contratistas y proveedores, venta de
terrenos para pagar sus adeudos a los contratistas –medida que incluso ya fue
autorizada por el Congreso local–…
Lo
más grave, sin embargo, es la espiral de violencia que envuelve a Veracruz,
donde los secuestros y cadáveres tirados en los municipios del norte y el sur
son constantes, a la par de los asesinatos de comunicadores y activistas
sociales.
Dos
de ellos, los más recientes, son los del fotorreportero Rubén Espinosa
Becerril, colaborador de Proceso, y la activista Nadia Vera, del Movimiento
#YoSoy132, quienes, aun cuando no eran veracruzanos, ejercían su profesión en
la entidad. Sus cuerpos fueron hallados el 31 de julio pasado en una casa de la
colonia Narvarte, en la Ciudad de México, junto con los de otras tres mujeres.
El
asesinato conmocionó al país y la noticia se esparció por todo el mundo a
través de las redes sociales y los medios de comunicación.
Ferviente
usuario de las redes sociales, según lo admitió, Duarte ha tenido que soportar
cuatro hashtags durante su administración que han trascendido las fronteras:
#NoSeMataLaVerdadMatandoPeriodistas,
puesto en circulación tras el asesinato de la corresponsal de este semanario Regina
Martínez Pérez; #HastaQueRenuncieDuarte, provocado por la muerte de Gregorio
Goyo Jiménez; #MeDuelesVeracruz, por los feminicidios y el aumento de
secuestros, y ahora #JusticiaParaRuben, por el asesinato de Espinosa Becerril, quien salió de Veracruz en
junio último debido a las amenazas que recibió.
Uno
de los entrevistados, el senador panista Fernando Yunes Márquez, sostiene:
“Vamos de mal en peor… Desde hace dos años venimos diciendo, mes con mes, que
es la peor crisis en la administración de Javier Duarte. ¡Ojalá este fuera el
peor y ahí quedara! Pero puedo apostar que dentro de dos meses algo pasará, que
volveremos a indignarnos como sociedad civil”.
Yunes
Márquez, presidente de la Comisión de la Defensa Nacional en el Senado,
sostiene que la ola de violencia e inseguridad es producto de la
“incompetencia” de quienes dirigen la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y
la Fiscalía General del Estado (FGE).
“Es
una responsabilidad compartida”, dice, pues desde el principio Duarte ha
mantenido al frente de la SSP a Arturo Bermúdez Zurita, pese a múltiples
señalamientos en su contra.
El
Colectivo por la Paz Xalapa y familiares de Coatzacoalcos afectados por la
violencia lo critican porque, dicen, es permisivo con las “desapariciones
forzadas” de jóvenes y de policías municipales en Úrsulo Galván. Parientes de los uniformados enviaron incluso una carta
al presidente Enrique Peña Nieto en la que responsabilizaban de esas acciones a
la SSP.
Hubo
un caso que indignó al mundo del espectáculo: el levantón y posterior homicidio
del cantante Gibrán Martiz Díaz, quien había participado en el programa de TV
Azteca “La Voz México”. El cadáver del joven fue localizado a mediados de enero
de 2014.
Meses
después, su padre, Efraín Martiz, llevó el caso a la Comisión Nacional de los
Derechos Humanos, que incluso emitió una recomendación al gobierno de Duarte
(la 14/2015) en la que pedía una indemnización para la familia del cantante,
así como ayuda psicológica y la recaptura de los policías implicados en el
secuestro y asesinato de Martiz Díaz, quienes habían sido liberados en
diciembre de 2014.
Cadáveres
de norte a sur
En
el sexenio de Fidel Herrera (2004-2010), Arturo Bermúdez Zurita fue director
del Centro Estatal de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo (C4). Ya como
titular de la SSP, en agosto de 2014 fue vapuleado en las redes sociales de
Veracruz cuando declaró que la ciudadanía debería colaborar para “reducir los
índices de inseguridad”. Recomendaba que se compraran un perro, un candado o
una alarma para protegerse. El funcionario reaccionó iracundo y envió un
boletín en el que afirmaba que ya no daría entrevistas.
La
violencia se recrudeció del 25 de julio al sábado 1 de este año, periodo en el
que se contabilizaron más de 30 ejecuciones de norte a sur: cinco atrás de la
zona industrial Tamsa, cuatro en el municipio de Emiliano Zapata –conurbado con
la capital del Estado–, tres balaceados en un taxi en Yanga, siete en la
carretera estatal Isla-Playa Vicente (en dos eventos), dos en Puente Nacional,
dos más en Xalapa y siete en diversos municipios.
En
Veracruz, la propia Procuraduría General de la República (PGR) admite la
presencia de células de Los Zetas en el norte y sur de la entidad, así como del
Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) en la zona conurbada Veracruz-Boca
del Río y del Cártel del Golfo en las zonas limítrofes con Tamaulipas.
Ello
ha obligado al gobierno de Duarte a depurar los cuerpos policiacos. En sus
últimas entrevistas, Bermúdez aseguró que la mitad de la corporación – 4 mil elementos–
fueron removidos. Sin embargo, en la solicitud de información número 00299515,
obtenida en la plataforma Infomex-Veracruz, la SSP cataloga como
“confidenciales” y “restringidas” las causales por las que se daba de baja a
los elementos.
En
una entrevista Bermúdez dijo que los oficiales y comandantes dejaban de
pertenecer a la corporación por “gorditos”, “diabéticos” y “por tener
tatuajes”; la excusa fue que los exámenes de evaluación, control y confianza
eran muy “rigurosos”.
No
obstante, en la solicitud 00160415 presentada por el reportero, la SSP no
contestó cuántos elementos de la dependencia fueron puestos a disposición de la
Semar, Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia
Organizada (SEIDO) o Sedena por presuntos vínculos con la delincuencia
organizada o por delitos contra la salud.
La
purga alcanzó incluso a la FGE, donde hubo 370 bajas, entre policías
ministeriales, comandantes de la Agencia Veracruzana de Investigación, peritos
forenses, agentes del Ministerio Público y subprocuradores generales de
Justicia, entre marzo de 2013 y marzo
último, según el oficio FGE/UAI/210/2015 consultado por el corresponsal.
De
acuerdo con ese documento, 80 fueron removidos por “irregularidades” en el
desempeño de sus funciones, cinco causaron baja por presentar documentos
falsos, dos más por incumplimiento de un deber legal y 17 porque dieron
positivo en un examen antidoping.
Ni
para las pensiones de los abuelos…
La
administración de Javier Duarte atraviesa por una severa crisis económica.
(Proceso 2004 y 2018). Aún no resuelve, por ejemplo, los reclamos de los
adultos mayores relativos a su pensión aprobada en 2005 por un decreto emitido
por Fidel Herrera, su predecesor en el cargo.
La
Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) ya emitió un comunicado en el
cual asegura que “depuraran el padrón (sic) para quitar a los seniles que
tienen alguna otra prestación”, siendo que la Gaceta Oficial del Estado emitida
en 2005 tiene lineamientos muy claros: sólo serán acreedores los adultos
mayores que no sean beneficiarios de alguna pensión del Estado, del IMSS, el
ISSSTE o alguna institución privada.
El
diputado panista Hugo Fernández ya lanzó un exhorto desde el Congreso local
para “liberar” esa partida presupuestal destinada a la compra de medicinas y
alimentos de los “abuelitos”.
En
el Instituto de Pensiones del Estado (IPE) es común que miles de jubilados
tomen las instalaciones o acudan a los cajeros automáticos de varios municipios
que tienen convenios con el gobierno estatal para comprobar que sus cheques
tengan fondos.
Apenas
el miércoles 5, en la correspondencia legislativa Duarte pidió autorización al
Congreso para “enajenar” diversos predios de los municipios de La Antigua,
Xalapa, Boca del Río, Coatzacoalcos y Córdoba a fin de cumplir unos “pasivos”
con diversos contratistas, quienes aceptarían terrenos a cambio de amortizar la
deuda que el gobierno tiene con ellos.
En
su edición 2019, Proceso informó que Rafael Fentanes Hernández, presidente de
la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción (CMIC), a la que están
afiliados 97 municipios, se quejó de que la mitad de sus agremiados sigue
reclamando un pago global de 220 millones de pesos por obras concluidas,
entregadas e inauguradas.
Algunos
pasivos –expuso– datan de 2011, primer año de gobierno de Duarte. El último
“abono” que recibió la cámara fue en abril. Desde entonces la Tesorería no
responde. Ante esta situación, contratistas de la CMIC y proveedores de otras
cámaras decidieron: “si no hay anticipo de obra, no arrancamos”.
El
pasado 20 de julio, el empresario Víctor Arcos Suárez, quien es priista como
Duarte, demandó por la vía mercantil y administrativa a la SSP y al gobierno
estatal por incumplimiento de contrato en la realización del Festival por la
Paz efectuado hace un año. Son casi 4 millones de pesos que la Tesorería no
liquidó, según el contrato SSP-UA-142/14.
El
diputado panista Julen Rementería, de la Comisión de Vigilancia de Hacienda,
mostró a Proceso los estados de cuenta de Banorte correspondientes al
Fideicomiso Público de Administración del Impuesto sobre Erogaciones por
Remuneraciones al Trabajo Personal. Todos en “importe cero”.
Sostiene
que aun cuando empresarios, docentes y burócratas, entre otros, pagaban
puntualmente su 2% de la nómina –descontado por sistema–, la Tesorería dejó de
percibir 3 mil millones de pesos en 2010-2014 porque la Sefiplan nunca ingresó
los recursos, pese a que sí los cobró: “Es un dinero que se chingaron, lo
hicieron licuadora y quién sabe a dónde o a manos de quién fue a dar”, dice
Rementería.
Por
desvío de recursos y “ataque sistemático” a las partidas presupuestales del
estado, el diputado petista Fidel Robles presentó dos de las cuatro fases para
llevar a Duarte a “juicio político”. Él asegura que la entidad está sumida en
una severa crisis en el campo, sin obra pública qué rescatar, con pasivos
ambientales y con los programas sociales detenidos por falta de liquidez.
El
hombre polémico
A
sus 40 años, 15 de los cuales los vivió a la
sombra de Fidel Herrera Beltrán, Javier Duarte es uno de los
gobernadores más cuestionado de la historia de Veracruz por sus escándalos.
Entre ellos, el asesinato de 14 comunicadores, el incontenible crimen
organizado, una abultada deuda pública de más de 40 mil millones de pesos.
Con
una licenciatura en derecho, una maestría en derecho, economía y políticas
públicas cursada en la Fundación José Ortega y Gasset de España, y un doctorado
en economía por la Universidad Complutense de Madrid, Duarte comenzó su carrera
en el servicio público elaborando la síntesis de prensa para Herrera Beltrán
cuando éste era delegado fiduciario del Fondo Nacional de Habitaciones
Populares.
Su
primer trabajo consistía en “recortar y pegar” todos los días las notas de
periódicos nacionales que aludieran a su jefe, al presidente de la República y
a Veracruz, según contó el propio Duarte a sus reporteros afines; asimismo,
telefoneaba a sus amigos en Veracruz y Xalapa para que le dictaran las portadas
de los principales periódicos de la entidad (Dictamen, Diario de Xalapa,
Notiver, Gráfico de Xalapa y Sur), y hacia resúmenes de las cabezas y portadas
que aludían Herrera Beltrán.
Sin
embargo, ya como gobernador, Duarte ha tenido encuentros ríspidos con los
reporteros veracruzanos. El 30 de junio pasado, en Poza Rica, en un mensaje de
15 minutos expuso:
“Voy
a tener mucho cuidado con lo que voy a decir. Y si a alguien ofende lo que voy
a decir, de antemano le ofrezco una disculpa… Quienes integran esas células
delictivas tienen pugnas, quienes están abajo quieren estar arriba. Yo lo digo
con total conocimiento de causa. Lamentablemente la delincuencia tiene puentes,
nexos con notarios públicos, empresarios, funcionarios públicos, y también
algunos de los colaboradores, trabajadores de los medios de comunicación, también
están expuestos ante estas situaciones.”
Los
asistentes al evento, una comida, quedaron atónitos. Algunos reporteros se
indignaron; otros comenzaron a reír mientras veían a Juan Octavio Pavón, el
tercer vocero duartista, quien flanqueaba al gobernador.
El
gobernador continuó su letanía:
“Hay
momentos difíciles… Bajo advertencia no hay engaño. Se lo digo a ustedes, por
su familia, pero también por la mía, porque si algo les pasa a ustedes a mí me
crucifican todos (sic). Pórtense bien. Todos sabemos quiénes andan en malos
pasos. Dicen que en Veracruz sólo no se sabe lo que todavía no se nos ocurre”.
El
“pórtense bien, por favor” se repitió cuatro veces más. La última, acompañado
de un chascarrillo: “No se hagan como que la virgen les habla”.
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