Crisis de
refugiados: Europa debe actuar ya/ Juan Antonio Pavón Losada, experto en
política pública Europea y consultor de comunicación estratégica. Master en
European Public Affairs por la Universidad de Maastricht. ‘
Fundación
Alternativas | 24 de septiembre de 2015...
La
inmigración económica y los movimientos masivos de refugiados son dos de los
mayores desafíos que la Unión Europea está encarando en los últimos tiempos. En
cifras de ACNUR, hasta ahora el conflicto en Siria ha provocado el
desplazamiento de 12 millones de personas, 4 de ellos fuera de las fronteras
sirias y los 8 millones restantes en el interior.. En Turquía permanecen casi
dos millones. En Europa, según la Comisión Europea, el número de demandantes de
asilo a lo largo de la UE se ha visto incrementado en un 44% de 435,000 en 2013
hasta los 626,000 en 2014. Según FRONTEX, desde enero hasta el mes de junio, se
han producido 340.000 entradas en algún país de la UE, 130.000 por las islas
griegas, 102.000 por la frontera húngara y 91.000 a través de Italia. Además,
según estimaciones a la baja de Naciones Unidas, se espera que al menos 850.000
personas crucen el Mediterráneo en busca de refugio en Europa este año y el
próximo. La falta de una respuesta europea ya esta empezando a bloquear el
espacio Schengen y podría afectar tanto a la dimensión socioeconomica, como a
otros dominios políticos como defensa, antiterrorismo o incluso a las relaciones
intra-EU entre estados, poniendo en peligro los propios valores fundamentales
de la Unión.
Paradójicamente,
la situación demográfica Europea, que comparten países con resultados
económicos tan dispares como Alemania o España, es alarmante. Se necesitan más
personas (más trabajadores y más consumidores) antes de la crisis demográfica
que se espera para 2025. Aunque la mayoría de los inmigrantes no será capaz de
cubrir las deficiencias existentes en el mercado laboral de inmediato, ayudaría
a reforzar el repunte en el consumo, que aunque real, sigue demasiado débil
como para tener un efecto significativo en el empleo y mucho menos para
aumentar los salarios
Debido
a la creciente presión migratoria y al refuerzo de fronteras por parte de
gobiernos de centro-derecha europeos (con el objetivo de cosechar el rédito
político que sigue dando la inmigración, en comparación con el impacto real que
produce) los inmigrantes y refugiados se han visto forzados a cambiar rutas
terrestres por marítimas, más peligrosas que las primeras, razón por la cual
las tragedias no han parado de producirse. En Septiembre de 2015, tras una
reciente crisis de imagen, la Comisión Europea relanzó su plan para atajar esta
situación.
¿Que se ha
hecho hasta ahora?
Tras
el hundimiento de un buque con más de 950 personas a principios de año, la
Comisión Europea presentó en mayo una propuesta al Consejo Europeo que incluía
la reubicación de 40.000 personas que ya están en territorio de la UE y el
reasentamiento de 20.000 personas de fuera de la UE en los próximos dos años.
Bajo influencia de posicionamientos ideológicos y de presiones electoralistas,
los gobiernos rechazaron la propuesta, incluyendo al Gobierno español que se
negó a aceptarla, ofreciendo en su lugar a acoger a 1.300 de los refugiados
llegados exclusivamente de Italia y Grecia, frente a los 4288 que le hubiesen
correspondido. Este rechazo, añadido a otras realidades como la falta de
recursos económicos y políticos de países en primera linea de fuego (Grecia) o
los recortes impuestos en materia social o asistencial, han contribuido a que
se descontrole la peor crisis de refugiados que ha vivido Europa desde la
Segunda Guerra Mundial. Tras dicha crisis de imagen de septiembre, la Comisión
Europea busca una solución consensuada que refuerce la imagen solidaria de la
UE.
¿Que
propone la Unión Europea?
Tras
la mala gestión inicial de la crisis (que culminó con el rechazo del Consejo
Europeo a la propuesta de la Comisión en Mayo de 2015) al aumento de la presión
migratoria en países vulnerables a movimientos xenofobos, y los continuos
desastres en el mediterráneo, la UE y sus estados miembros han empezado a dar
pasos basados en la solidaridad compartida y la responsabilidad conjunta. El 9
de septiembre, la Comisión Europea hizo una nueva propuesta de reubicación para
120.000 refugiados procedentes de Italia, Grecia y Hungría. Siendo parte de un
paquete más amplio de medidas que incluyen una lista de países de origen
seguros, un mecanismo de reubicación permanente que se activará automáticamente
en futuras situaciones de emergencia y acción diplomática para estabilizar los
países de los que los refugiados huyen. Además, se duplicaría la financiación
de emergencia para ayudar a los Estados Miembros más afectados, de 25 a 50
millones de Euros al año. Además, se espera promover acuerdos de colaboración
con autoridades locales europeas para la identificación y registro de los
refugiados entrantes y poder así para facilitar una rápida devolución a
aquellos que no requieran protección internacional. En el plan de acción
también jugaran un papel decisivo los acuerdos bilaterales con los países de
origen y tránsito. Con este fin, la UE desplegara funcionarios de enlace de
inmigración en sus delegaciones y ofrecerá 96.800 millones de € en ayuda a la
cooperación externa para el periodo 2014-2020.
¿Y
España?
Por
su parte, el gobierno de España (con un ojo puesto en las elecciones generales)
que solo había tomado medidas limitadas como acuerdos con las comunidades
autónomas para “armonizar la atención social y sanitaria que reciben los
extranjeros en situación irregular en España, que contemplaría el criterio
mínimo de acreditar residencia en la región con una antigüedad de seis meses
inmediatamente anteriores” ahora se alinea con las tesis comunitarias. El
gobierno estaría dispuesto a aceptar el triple de los refugiados que en un
primer momento rechazó alegando el sobre-esfuerzo soportado por la inmigración
económica. Sin embargo, haciendo una comparativa de renta y población, según el
Banco Mundial, con la cifra de refugiados de 2014, según ACNUR, España está a
la cola de Europa y de otros países desarrollados en el número de refugiados
que admite. Según estos datos, Líbano soporta una carga 20.148 veces mayor;
Chad, 275 veces, Suecia 117 y Francia y Alemania 25 y 31 respectivamente.
Finalmente, la cantidad exigida a España será la tercera más alta de la UE
(14.931), detrás de Alemania (31.443 refugiados) y Francia (24.031) y es el
resultado de un cálculo basado en los mismos cuatro criterios propuestos en
mayo: Población, el PIB, el nivel de desempleo y el esfuerzo previo de acogida
de cada país.
¿Que
podemos esperar?
En
primera instancia, el 14 de Septiembre de 2015, esta propuesta ha vuelto a ser
bloqueada, sobre todo, por paises como Polonia, Eslovaquia, República Checa y
Hungría, argumentando que las cuotas podrían atraer más inmigrantes a Europa y
desbaratar sus sociedades. Se seguirá negociando sobre esta propuesta en las
próximas semanas. De cualquier manera, a nivel europeo, será difícil evaluar la
efectividad de las medidas y todo dependerá de la voluntad política de los
gobiernos nacionales a la hora de implementar las medidas oportunas una vez se
puedan aprobar.
Con
respecto al reasentamiento y acogimiento de refugiados hay varias posturas que
ayudarían a entender la complejidad del problema. El gobierno alemán se ha
erigido adalid del refugiado por una series de razones de índole interna como
el balance de la política demográfica, económica y laboral, sin embargo se ha
encontrado con la oposición frontal de los socios bávaros (región alemana más
rica de Alemania y más afectada por la presión fronteriza). Gobiernos como el
húngaro, con influencias xenofobas, plantean serias dudas a la hora de aceptar
un compromiso vinculante a nivel europeo, incluso cuando son directamente
beneficiados, bloqueando cualquier acuerdo junto a Polonia, Rep. Checa y
Eslovaquia que lo hacen por el efecto disruptivo que tendría los refugiados en
sus sociedades. Por otro lado, Bulgaria y Rumanía condicionan la adopción de
las cuotas a su admisión en la zona Schengen. En materia de acuerdos bilaterales
sería adecuado guardar cierta precaución. A pesar de ser un recurso de probado
éxito en la reducción de la migración, se podrían ver como atajos para
respaldar y autorizar gobiernos ilegítimos. Además, la precariedad
institucional (como en el caso de Libia) haría imposible cualquier intento de
control de las ayudas y fomentaría un caldo de cultivo para la corrupción.
Por
su parte, el gobierno de España ha anunciado que aumentara la partida de
“derecho de asilo y apátridas” que cubre la coordinación de las
administraciones y la resolución de expedientes sobre asilo, con casi 6
millones de euros, se duplicará en 2016. Según el proyecto de Presupuestos
Generales del Estado, con datos ajustados a inflación, la mayor partida de la
última década. Sin embargo, al haber estado prácticamente congeladas durante
los dos últimos años (dado que cayeron un 12% en el mismo periodo) mientras las
solicitudes se duplicaban puede que incluso estén favoreciendo condiciones de
vida precarias entre los demandantes de asilo. Adicionalmente, las partidas de
inmigración, gestionadas por Empleo, aumentaría en 46 millones de euros en
2016: un 60% se destinará a atender a los casi 15000 reubicados, 10 veces más
refugiados que en 2012, lo que parece insuficiente. De cualquier manera, la
posición del gobierno español sigue sin ser clara y, como otros gobiernos
europeos, depende de los cálculos pre-electorales.
¿Que
alternativas podrían complementar un plan de choque integral UE?
–
Abordar la crisis humanitaria inmediata con un plan de choque destinado a
salvar vidas, por dos vías. La primera es crear dos corredores humanitarios
para facilitar la llegada de los refugiados procedentes de Eritrea-Somalia de
un lado, y de Siria-Irak por otro. La criminalización solo servirá para incrementar
aún más las mafias y el tráfico ilícito de personas. La segunda vía es
incrementar los medios de salvamento. Ello implica cambiar el sentido de la
misión a Frontex, de manera general, centrándolo no solo en la vigilancia de
fronteras, sino también en la facilitación de desplazamientos en casos como el
actual; y crear una verdadera operación europea permanente de salvamento, Un
Mare Nostrum europeo.
–
Presionar a los gobiernos nacionales renuentes a aceptar un sistema de cuotas
de carácter vinculante, contemplando, en su caso, algún tipo de sanción a
aquellos gobiernos europeos que osbtaculizen el manejo de la crisis o incumplan
flagrantemente el derecho internacional y los tratados europeos en esta
materia, como por ejemplo el gobierno húngaro.
–
No gestionar la crisis a través del enfoque de la seguridad interna europea. Si
la reacción acaba volviéndose hostil para con los refugiados habrá un repunte
de la violencia, los gobiernos tendrán que adoptar un enfoque criminalizador,
para no volverse en contra de su propio electorado y adoptar hacia la vía
policial/militar que les haría perder una oportunidad de oro para incorporar a
esos inmigrantes de pleno en sus sociedades.
–
Desde el punto de vista de la seguridad y el control de fronteras se estudia la
creación de “puntos calientes” en las puertas de entrada masiva de los
inmigrantes en el sur de Europa —Italia y Grecia— que garanticen una
identificación fiable de los solicitantes de asilo y una criba rápida de
quiénes tienen derecho a permanecer en Europa.
–
En materia económica, a menos que la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y
países como Alemania, consigan liderar al resto de Estados Miembros sobre la
última propuesta estratégica y comunitaria a la crisis, muchos países europeos
van a verse sobrepasados. Una vez se apruebe la propuesta de la comisión para
el asentamiento, y haciendo un esfuerzo por huir del enfoque criminalizador,
relanzando la inversión publica, acompañandola de una política demográfica e
industrial coherente, se podrían reformular nuevos y más apropiados modelos
económicos, sociales y laborales sostenibles. Es vital crear oportunidades
tanto para los refugiados como para los ciudadanos UE, para que consigan un
medio de vida, reciban educación y accesos a los servicios de salud.
–
Schengen deberia ser innegociable, por lo que habría que tener en cuenta
medidas para la unificación de normas sobre posibilidades de entrada y
residencia de trabajadores, la facilitación del acceso al mercado de trabajo
para los inmigrantes mediante la reducción del tiempo de espera mínimo antes de
que puedan buscar trabajo, con mayor potencial en Alemania dado el menor nivel
de desempleo; o mediante para fomentar la inversión pública a través de la
contratación de más personas para ofrecer a los inmigrantes formación y
orientación, como podría ser el caso en España. Crear oportunidades para las
poblaciones locales en estos países de lo contrario el flujo no cesaría debería
formar parte de un reforzado enfoque en materia de cooperación y asociación con
terceros países, de origen y tránsito, con el fin de definir un enfoque global
más respetuoso basado en la defensa de los derechos humanos.
¿Que
puede aportar España?
–
A nivel nacional, el Gobierno debería aprovechar su músculo diplomático para
reforzar la cooperación con los países en conflicto y con los que acogen a un
mayor número de refugiados, complementando la asistencia de ACNUR y la Unión
Europea en esta materia, no poniendo más trabas a una solución eficaz de los
conflictos y del movimiento de refugiados. Este dialogo se debería trasladar
entre grupos políticos, los gobiernos autonómicos y la FEMP, para acelerar el
plan integral de acogida humanitaria a refugiados. Al igual que sucede a nivel
europeo, se debe procurar una distribución justa entre las Comunidades
Autónomas y los municipios, de acuerdo a sus posibilidades, y proporcionándoles
medios suficientes para atender estas necesidades y facilitando las redes de
ayuda, como la de ciudades de refugiados encabezada por Barcelona y Madrid.
–
Sería importante, teniendo en cuenta el nivel de sensibilización actual, evitar
que a ninguna persona que llegue a España se le impida solicitar la protección
internacional a la que tenga derecho, y por lo tanto las ilegales “devoluciones
en caliente”. Asimismo, el gobierno de España debería aprovechar sus recursos
diplomáticos para jugar un papel clave a la hora de favorecer el diálogo y la
cooperación con los países del Norte de África que permitan una adecuada
atención a los refugiados y continuar con el trabajo efectivo contrarrestando
la acción de los traficantes y que pone en peligro la vida de los propios
inmigrantes tanto económicos como refugiados.
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