Alianza
esta
noche, lo he visto conciliador,
amigo,
decididamente a favor
de
lo posible, tú dormías
tras
la severidad de las últimas jornadas.
No
quise despertarte, me refresqué en tu pulso.
Las
señales parecen indudables:
podemos
auxiliar a tiempo, juntos,
al
número dos de dios, al tres, a otros acaso.
Ahora
es sazón de no olvidar los sueños.
Hueles
tan
bien. Hay miel como hay sudor,
hay
trigo y tierra. Yo lo veo y lo oigo resonante,
tan
bien. Sabes tan bien gozar.
Preservas
tanto instinto de la flor a la fruta.
Yo
lo veo y lo oigo y te respiro y otra vez
te
tomo abierta en nuestra mesa de viento.
He
soñado
la
salvación de tu sudor
nuestra
intimidad común
ante
los estragos de este cielo sangriento
en
la libertad de tu cuerpo marcado
la
ligera prosodia del placer
la
salvación de tu sudor.
Luego
en el filo de la sombra
bailas
iluminada
por blanca lentitud, bellísima,
tajantemente
viva, sabiendo en todos los poros
y
en todas las arrugas del placer,
que
es bien cierta la muerte, mas sólo empieza mañana.
Licenciado
en Ciencias Matemáticas por la Universidad Complutense, tiene además estudios
de filosofía, literatura alemana y ciencias políticas. Profesor de filosofía
moral en la Universidad de Barcelona desde 1995; es también redactor de la
revista "Mientras tanto" y traductor de literatura francesa y
alemana.
Es
considerado por la crítica como uno de los mejores exponentes de la poesía
española de las últimas décadas.
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