El
fornicio
te
turbulentamente besara,
de
individua blanca, tacara esos pies
para
otro vuelo más aire que ese aire
felino
de tu fragancia, te dijera española
mía,
francesa mía, inglesa, ragazza,
nórdica
boreal, espuma
de
la diáspora del Génesis... ¿Qué más
te
dijera por dentro?
¿griega,
mi
egipcia, romana
por
el mármol?
¿fenicia,
cartaginesa,
o loca, locamente andaluza
en
el arco de morir
con
todos los pétalos abiertos,
tensa
la
cítara de Dios, en la danza
del
fornicio?
Te
oyera aullar,
te
fuera mordiendo hasta las últimas
amapolas,
mi posesa, te todavía
enloqueciera
allí, en el frescor
ciego,
te nadara
en
la inmensidad
insaciable
de la lascivia,
riera
frenético
el frenesí con tus dientes, me
arrebatara
el opio de tu piel hasta lo ebúrneo
de
otra pureza, oyera cantar las esferas
estallantes
como Pitágoras,
te
lamiera,
te
olfateara como el león
a
su leona,
para el sol,
fálicamente
mía,
¡te amara!
Gonzalo
Rojas; poeta chileno nacido en Lebu, Arauco, en 1917, difunto en abril de 2011
Organizó
a partir de 1958 los famosos Congresos de Escritores en Concepción, reuniendo lo más selecto de la literatura latinoamericana. Fue
diplomático en China y Cuba. Perteneció al grupo surrealista reunido en torno a
la Revista Mandrágora, 1938 - 1943.
Recibió
numerosos premios internacionales, entre los que se cuentan: Premio Sociedad de
Escritores de Chile por «Poesía Inédita»
1946, Premio Reina Sofía de poesía de España, Premio Octavio Paz de México y
José Hernández de Argentina, además del
Premio Nacional de Literatura de Chile en 1992 y del Premio Cervantes de
Literatura 2003.
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