Bendice
Papa instituto del diálogo interreligioso avalado por la OEA
Ocurrió la mañana del jueves 8 de septiembre de 2016
Francisco
instó a líderes judíos, musulmanes y católicos a condenar de forma conjunta y “rotundamente” las
“acciones abominables” como el uso del
terrorismo para sembrar miedo y violencia.
El
Papa recibe en audiencia a los
participantes en el encuentro “América en diálogo. Nuestra Casa Común”
Vatican Insider, 08/09/2016/
ANDRÉS
BELTRAMO ÁLVAREZ
Urge
condenar la violencia y el terrorismo. Deben hacerlo todas las religiones,
juntas y rotundamente. Pero se necesita una alternativa real a las “acciones
abominables” de los fundamentalistas. La única opción es el diálogo, sincero y
respetuoso. Y también una acción coordinada en temas de interés común, como la
defensa del medio ambiente. Por eso Francisco bendijo hoy un nuevo Instituto de
Diálogo Interreligioso de las Américas, un organismo avalado por la OEA. A sus
impulsores los animó a salir de las fronteras de la región y llevar su mensaje
a todo el mundo.
La
mañana de este jueves, en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico del
Vaticano, el Papa recibió en audiencia a los 105 participantes en el encuentro
“América en diálogo. Nuestra Casa Común”. Procedentes de 18 países distintos,
pertenecen a las tres religiones monoteístas principales: judíos, musulmanes y
cristianos. Entre ellos se contaron integrantes de supremas cortes de justicia
de diversos países (Argentina, Chile, México), ministros, funcionarios e
incluso la vicepresidente de Honduras, Lorena Herrera.
Sin
importar el protocolo, ni el rango de los invitados, al llegar al salón el Papa
tuvo un gesto. Primero abrazó a sus amigos: el rabino Daniel Goldman, el
sacerdote Guillermo Marcó y el exponente musulmán Omar Abboud. Con ellos empezó
todo. Allá por el año 2005, cuando ellos le propusieron al entonces cardenal de
Buenos Aires firmar una declaración contra el fundamentalismo junto a asociaciones
judías e islámicas. Aquello fue el inicio del original Instituto del Diálogo
Interreligioso.
En
su discurso, el líder católico delineó los trazos de sus expectativas sobre el
diálogo y puso en guardia contra los peligros. “Constatamos con dolor que, a
veces, el nombre de la religión es usado para cometer atrocidades y, en
consecuencia, las religiones son señaladas como responsables del mal que nos
rodea. Es necesario (.) tomar distancias de todo lo que busca envenenar los
ánimos, dividir y destruir la convivencia; hace falta mostrar los valores
positivos inherentes a nuestras tradiciones religiosas para lograr un sólido
aporte de esperanza”, señaló.
Y
siguió: “Es necesario que compartamos los dolores como también las esperanzas,
para poder caminar juntos, cuidando el uno del otro, y también de la creación,
en defensa y promoción del bien común. Qué bueno sería dejar el mundo mejor que
como lo encontramos. Es lindo eso, en un diálogo habido hace un par de años, un
entusiasta del cuidado de la casa común decía: tenemos que dejar para nuestros
hijos un mundo mejor. Y ¿habrá hijos para eso?, contestó el otro”.
Justamente
el cuidado del medio ambiente, bajo la inspiración de la encíclica “Laudato
Sii”, fue el tema que inspiró el primer encuentro interreligioso de estos 7 y 8
de septiembre. Un asunto para nada teológico.
El
Papa mismo, en su discurso, dio las claves para comprender el por qué del
tópico abordado. Entre otras cosas explicó que “el creyente”, sea de la
religión que sea, debe ser “un defensor de la creación y de la vida”, al mismo
tiempo que “no puede permanecer mudo o de brazos cruzados ante tantos derechos
aniquilados impunemente”.
“El
mundo constantemente nos observa a nosotros, los creyentes, para comprobar cuál
es nuestra actitud ante la casa común y ante los derechos humanos; además nos
pide que colaboremos entre nosotros y con los hombres y mujeres de buena
voluntad, que no profesan ninguna religión, para que demos respuestas efectivas
a tantas plagas de nuestro mundo, como la guerra y el hambre, la miseria que
aflige a millones de personas, la crisis ambiental, la violencia, la corrupción
y el degrado moral, la crisis de la familia, de la economía y, sobre todo, la
falta de esperanza. El mundo de hoy sufre y necesita nuestra ayuda conjunta,
así lo está pidiendo. ¿Se dan cuenta que esto está a años luz de cualquier
concepción proselitista?”, apuntó.
“Es
fundamental la cooperación interreligiosa, basada en la promoción de un diálogo
sincero y respetuoso. Si no existe respeto recíproco no existirá diálogo
interreligioso; es la base para poder caminar juntos y afrontar desafíos”,
estableció.
Entre
otras cosas, en la audiencia con el Papa estaba prevista la participación del
secretario general de la OEA Luis Almagro, quien debió cancelar de último
momento su viaje a Roma por el fallecimiento de su madre. De todas maneras
Gustavo Sinosi, asesor principal del secretario, anunció que el segundo
encuentro de diálogo interreligioso tendrá lugar el año próximo en Chile, luego
del ofrecimiento del gobierno de ese país.
Al
final del encuentro, los participantes firmaron una declaración final que los
comprometió a seguir fomentando la cultura del encuentro, a crear ámbitos de
investigación donde se estudien las causas del fundamentalismo, a trabajar en
espacios educativos para formar a niños y jóvenes en el diálogo, a promover la
“conversión ecológica en diálogo con la Tierra” y a incentivar la promoción de
los derechos humanos.
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