Así
ha sido la guerra de EE UU contra el ISIS en Siria en el último mes
ÓSCAR
GUTIÉRREZ y JAVIER
GALÁN
El País, Madrid
12 SEP 2016 - 23:25 CDT
El
parte de guerra difundido a diario por el Mando Central norteamericano
(Centcom, en sus siglas en inglés) permite de un vistazo y siguiendo la serie
temporal fijar el mapa de los dominios del Estado Islámico (ISIS, si se usan
sus antiguas siglas en inglés), sus límites fronterizos y sus enclaves
estratégicos. Un territorio que seguirá siendo golpeado por los proyectiles de
la coalición liderada por Washington a pesar del cese de hostilidades y sobre
todo por este alto el fuego -la tregua no afectará ni al ISIS ni al Frente de
la Conquista, vinculado a Al Qaeda-. El gráfico que ilustra esta información
permite sacar varias conclusiones: en primer lugar, la importancia de echar a
los yihadistas de Manbij, en el noroeste sirio; en segundo lugar, la regularidad
de la ofensiva en los dos bastiones yihadistas en el país árabe, Raqa y Deir
Ezzor, y, por último, la insistencia de los bombardeos en una pequeña localidad
cercana a la frontera turca: Marea.'
En
el último mes de bombardeos de la coalición anti-ISIS que participa en la
ofensiva en Siria (Arabia Saudí, Australia, Bahréin, Canadá, Dinamarca,
Emiratos Árabes, Estados Unidos, Francia, Jordania, Holanda, Turquía y Reino
Unido) los aviones de combate, tripulados o no tripulados, han llevado a cabo
más de 270 ataques. Esto no quiere decir, sin embargo, que hayan caído 270
proyectiles. En el lenguaje de la guerra al ISIS que lidera EE UU -Rusia,
Turquía y el propio régimen sirio golpean también al grupo pero sin la misma
regularidad-, un "ataque" suma un objetivo. Esto es, por ejemplo, el
bombardeo de una sola unidad táctica del grupo, bien sea con un misil lanzado
por un drone o con una lluvia de proyectiles llegados de un grupo de cazas al
alimón.
El
cinturón de bombardeos regulares lo completan las ciudades de Raqa (34
ataques), cuna del califato sirio del ISIS, y Deir Ezzor (32), capital de la
provincia del mismo nombre, en la frontera con Irak y vital para el control de
los hidrocarburos. El rebufo dejado por estos bombardeos desde la frontera
turca hasta la iraquí coincide, no por azar, con el curso del Éufrates hasta su
entrada en Irak. La información facilitada por el Centcom se refiere a los
ataques coordinados por la coalición.
En
estos partes de guerra no se incluyen, por ejemplo, operaciones como la que
acabó el pasado 30 de agosto con el portavoz del ISIS, Mohamed al Adnani. El
ataque tuvo lugar cerca de El Bab, de unos 63 habitantes antes de la guerra,
aún controlada por los yihadistas. Si cae sería el segundo mayor enclave
perdido por el grupo tras Manbij.
El
frío parte de guerra de Washington no incluye el número de bajas civiles
causadas por los bombardeos. Según el seguimiento hecho por el proyecto
colaborativo Airwars, avalado por reporteros especializados en periodismo de
datos y fuentes en el terreno, más de 30 civiles perdieron la vida por ataques
de la coalición el pasado mes. No obstante, una de las ofensivas comandadas por
EE UU más letales tuvo lugar el pasado 19 de julio cerca de Manbij. Washington
admitió que entre 10 y 15 civiles podrían haber perdido la vida. Airwars elevó
esa cifra a al menos 74 víctimas mortales.
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