La amenaza perpetua/Pablo Casado es vicesecretario de Comunicación del PP.
El País, Jueves, 25/May/2017
Cada vez que el terrorismo atenta se encogen nuestros corazones y se agitan nuestras conciencias. Deja huellas imborrables, como las que han quedado marcadas en el Mánchester Arena, en Zaventem, en Bataclan… o en Atocha. Hasta hace poco, Occidente se acogía al consuelo de pensar que era algo excepcional, una sangrienta anécdota en nuestra apacible sociedad del bienestar. Ese sueño iba permitiendo a los terroristas consolidar sus avances, sin dar un paso atrás, dejando a Europa cada vez más indefensa. El despertar ha sido dramático al descubrir que, frente a los que con Fukuyama a la cabeza buscaban el fin de la historia entre los cascotes del muro de Berlín, estamos viviendo en un mundo conflictivo y peligroso que exige firmeza y determinación para proteger nuestras libertades y nuestra seguridad.