5 jul 2018

Las columnas políticas hoy, 5 de julio de 2018...

Sube a 24 cifra de muertos por explosión de pirotecnia en Tultepec
El gobierno del Estado de México informó que tras las cuatro explosiones ocurridas en talleres de pirotecnia en la zona de La Saucera, municipio de Tultepec, hasta las 17:00 horas se tiene registro de 24 personas fallecidas, entre ellas un menor de edad, así como 49 lesionados.
Lamantable....¿Cuántos mas?
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Se confirma Ebrard será Canciller
Qué gran acierto tu nombramiento como próximo Canciller de México e integrante del equipo de transición del próximo Gobierno del Presidente @lopezobrador_", tuiteó, Belinda hace dos días...Le atino!

"Le tengo toda la confianza a Marcelo Ebrard, es un hombre con experiencia que nos va ayudar mucho para aplicar los principios de política exterior", dijo AMLO, hoy...
Se trata del primer cambio realizado al Gabinete propuesto...antes había dicho que ese cargo sería ocupado por Héctor Vasconcelos.
Hoy cambio de parecer...., el argumentó es 
que este último ocupará un escaño, ya que logró obtener esa posición a través de la lista nacional plurinominal.
Mmm. También la Ministra Sánches, Tatiana y muchos más consiguieron escaños.., ¿los cambiara?
""Deseo mucho éxito a Marcelo Ebrard y será un gusto trabajar con él durante el proceso de transición, por el bien de México", tuiteó, Luis Videgaray..
Marcelo Ebrard Casaubón es un hombre con suerte; muchos años fue el consentido de Manuel Camacho, después intentó -por el PRI-, ser diputado local para dirigir la ALDF , sin éxito, entonces el PRI tuvo carro completo y lo dejaron fuera; después fue niño verde, llegó con Congreso federal en la LVII legislatura, más tarde se claro independiente; despues intentaron concretar un partido: Centro Democrático., no cuajó.
Mas tarde dejo una candidatura para sumarse a la de AMLO.., no se equivocó creció, tuvo participación en un asunto en Tlahuac, su adversarios lo quería eliminar, sin éxito, entonces cntrato a un buen abogado (Rodolfo Félix Cárdenas), sus habilidades y relaciones lo llevaron a ser Jefe de Gobierno en al C de Mx ; en 2012 intentó ser candidato a la Presidencia pero le dejó el espacio a AMLO....; quiso ser Juanito, pero no lo dejaron,..
Hoy la suerte está de su lado, será Canciller un puesto que soñó desde que estaba estudiando en el Colegio de México..; los sueños se cumplen..
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Las columnas políticas hoy, 5 de julio de 2018...
Reforma/ Templo Mayor....
COMO DIRÍA el filósofo de Ciudad Juárez: ¿pero qué necesidad tiene Andrés Manuel López Obrador de seguir espantando con el petate del muerto aeroportuario?
A MÁS de uno sorprendió que ayer saliera Javier Jiménez Espriú, presunto próximo titular de la SCT, a decir que "hasta dentro de un mes" el virtual Presidente electo definirá si continúa o no con el Nuevo Aeropuerto Internacional de México.
RESULTA extraño que el equipo lopezobradorista vuelva con la misma cantaleta, precisamente después de que AMLO se reunió con el Consejo Coordinador Empresarial y sus integrantes salieron del encuentro hablando en un tono no sólo conciliador sino inclusive entusiasmados de trabajar de la mano con el nuevo gobierno.
QUIÉN SABE si los lopezobradoristas están sólo jugando el juego de decir una cosa y hacer la otra; o es un claro problema de coordinación de discursos.
MUY COMPLICADA la tiene Luis Miguel, pero no el de la serie de Netflix, sino Barbosa, el de Morena.
Y ES QUE el candidato a la gubernatura sigue pataleando con que hubo fraude en Puebla, pero nomás no aparecen las pruebas que supuestamente tiene. Al viejo estilo de "esto es un compló", el senador con licencia asegura que para robarle su triunfo se recurrió inclusive ¡a un algoritmo!
EL PROBLEMA para Barbosa es que si sigue con la teoría del fraude, tendría que descalificar también el triunfo de López Obrador en Puebla, así como los de los senadores, diputados federales, diputados locales, alcaldes y cabildos de Morena en ese estado.
PORQUE, una de dos: o hubo un fraude quirúrgico que permitió elecciones libres y democráticas en todo Puebla, excepto para los seguidores del morenista... o Barbosa ya está viendo moros con tranchetes.
CURIOSAMENTE la dirigencia nacional de Morena ni pío ha dicho sobre los lances -inclusive violentos- de los seguidores de Barbosa. Por algo será.
CON ESO de que sólo en Guanajuato el PAN pudo salvar la cara, hay quienes ven al gobernador Miguel Márquez como fuerte candidato -si no es que el único- para encabezar la reconstrucción blanquiazul.
FALTA VER si el mandatario estatal acepta aventarse una tarea que se antoja tan complicada como que México algún día alcance el quinto partido en un Mundial. Por lo pronto, lo que es un hecho es que el grupo que encabezó Ricardo Anaya tiene los días contados al frente del partido, que es lo único que todavía encabeza pues al panismo hace muuucho lo perdió.
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24 Horas/24 Horas
Tema de alta prioridad
Uno de los temas que está con alta prioridad al interior del futuro gabinete de Andrés Manuel López es la Seguridad Nacional, y se dice que las reuniones para debatir el asunto ya se encuentran en marcha y las coordina la ex ministra de Justicia, Olga Sánchez Cordero. Quienes saben de esta materia aseguran que la rapidez en los análisis le permitirá al virtual Presidente electo tener bien armada la estrategia al momento en que se conforme el nuevo Congreso de la Unión, y presentarlo con bombo y platillo cuando asuma la Presidencia el próximo 1 de diciembre. ¿Será? 
Se mantiene en forma
Ya que los servicios de Santiago Nieto no fueron requeridos por Morena para defender la elección presidencial, el ex titular de la Fepade ha enfocado sus esfuerzos en denunciar las irregularidades en aquellos estados considerados como bastiones del panismo, como Puebla, donde Luis Miguel Barbosa reclama el triunfo ante la abanderada frentista, Martha Erika Alonso, y Querétaro, entidad en que el ex portero Adolfo Ríos asegura que es el ganador de la contienda en la capital. Nos aseguran que Nieto Castillo busca mantenerse en forma para, muy probablemente, regresar a su mismo cargo durante la siguiente administración federal, o para, incluso, saltar a posiciones superiores como la Fiscalía General o aplicar para el vacante puesto de la Fiscalía Anticorrupción. ¿Será?
No les quita el sueño
Nos cuentan que entre los Gobiernos estatales menos preocupados por la relación que mantendrán con la administración de Andrés Manuel López Obrador se encuentran los de Nuevo León, Quintana Roo y Chihuahua, pues, según los indicadores de la consultora económica Aregional, éstos se ubican como los más efectivos para generar ingresos propios. Sin embargo, nos aseguran, los tres buscarán cuidar y hasta incrementar los recursos que les transfiere la Federación, toda vez que su pujanza económica los coloca como verdaderos imanes de la migración interna y, por lo tanto, con el reto de generar una gran oferta de servicios para su cada vez más extensa población. ¿Será? 
Felicidades a Oscar Mario
Oscar Mario Beteta cumplió 25 años en En los tiempos de la radio, en Fórmula. Felicidades al periodista que ha consolidado un estilo muy particular en los noticieros de radio… Un fuerte abrazo, y que vengan muchos más.
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Frentes Políticos/Excelsior...
I. Congruente. El escenario político que hemos visto esta semana genera certidumbre a la población y hay que reconocer que a ello abona la actitud del virtual Presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, quien está cumpliendo a cabalidad sus dichos, a juzgar por lo hasta ahora visto. Y es que cuando AMLO afirmó que no odia y que su fuerte no es la venganza, hablaba con la verdad. Ayer se dio la mano con algunos empresarios que por años habían sido férreos críticos, lo mismo sucedió al enviar un agradecimiento a expresidentes que reconocieron su triunfo. Y es algo positivo para todos, pues este esfuerzo da estabilidad que se refleja rápidamente en el tipo de cambio. El camino pinta bien.
II. Comunicación garantizada. A César Yáñez lo definen la lealtad y la perseverancia. Inició su carrera política como parte del equipo de comunicación de Cuauhtémoc Cárdenas, en 1988, y de él aprendió la importancia de resolver todos los asuntos. Así lo ha hecho ahora que se ha convertido en la sombra de Andrés Manuel López Obrador, como fiel colaborador, desde la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal; ahí fue director de comunicación social. Para esta campaña presidencial fue designado vocero del ahora virtual ganador del proceso electoral. Su futuro cargo, como coordinador de medios de comunicación, lo ha obtenido a pulso. Y hace tan bien su chamba que ni siquiera cuenta de Twitter necesita. Así de grande su confiabilidad.
III. Búsqueda. Comentó René Juárez Cisneros, líder nacional del PRI, que su partido va a entrar en un periodo de “reflexión profunda” para entender por qué perdieron. “Nuestro partido, su militancia, los simpatizantes, habremos de iniciar un proceso de reflexión profunda del tamaño en el que los ciudadanos nos han dado esta lección en la elección del domingo”, dijo. Juárez repudió lo que llamó críticas “carroñeras” y descartó dejar la presidencia del PRI. Un consejo, para saber por qué perdieron, no necesita ir más lejos que las cuentas bancarias de algunos de sus militantes. Corrupción, le llaman, por si no ha escuchado el término.
IV. Para atrás. Las argucias legales presentadas por María de los Ángeles Pineda Villa, esposa de José Luis Abarca, exedil de Iguala, no le resultaron. La Suprema Corte de Justicia de la Nación le negó un amparo con el que pretendía que un juez de la Ciudad de México analizara el delito de cohecho que se le imputa. En su demanda, buscaba que se declarara inconstitucional el artículo 10 del Código Federal de Procedimientos Penales, pues alegó que se faculta al MP para llevar el ejercicio de la acción penal ante un juez diverso al del lugar en que ocurrió un delito. La ley tiene memoria y la palabra Ayotzinapa sigue siendo uno de los pendientes de justicia. Mientras tanto, se queda en prisión.
V. De alto vuelo. Una de las decisiones más importantes que se tomarán en las próximas semanas es la continuidad del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México. El equipo de Andrés Manuel López Obrador mantiene en revisión el proyecto, y en agosto próximo se tendrá una determinación sobre el futuro de esa obra, anunció Javier Jiménez Espriú, quien será secretario de Comunicaciones y Transportes en el nuevo gobierno. Gerardo Ruiz Esparza, actual titular de la SCT, advirtió que el NAICM es una obra impostergable en la que participan 292 empresas, ya tiene un avance general de 40% y contratos por 200 mil millones de pesos. El tema sacó más de un susto ante los amagos de echar para atrás la obra. En unos días el punto será resuelto, sin duda, con lo que más convenga a todos. Y el sector turístico será el beneficiado, no lo duden.
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 ¡La destrucción es nuclear, nuclear, Jacobo!
Razones/JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ
Excelsior...
Uno de los saldos más notables que deja la elección del domingo es la absoluta reconfiguración de los partidos políticos. Morena ha emergido casi como un nuevo partido hegemónico con la pequeña diferencia de que aún no es un partido en sí, ni todo el movimiento que se integró en torno a Andrés Manuel López Obrador está representado, más allá de los votos en Morena. Pero en el PAN, el PRD y el PRI la destrucción es casi total. “¡Nuclear, es nuclear, Jacobo!”, hubiera exclamado la buena de Erica Wexler viendo la forma en la que quedaron los tres grandes partidos históricos del país.
El PAN cosechó lo que sembró. El domingo, mientras Ricardo Anaya daba un apresurado y casi automático discurso de reconocimiento de la derrota, su reemplazante en la presidencia del PAN, Damián Zepeda, exhibía en televisión una sonrisa de oreja a oreja que obligaba a todo el mundo a preguntarse de qué diablos se reía.
El PAN no sólo perdía ese domingo la elección presidencial, sino que se quedaba con la menor cantidad de diputados y senadores desde 1991. Rescató dos bastiones históricos como Guanajuato y Yucatán, pero eso no fue producto del trabajo de la campaña, sino de los panismos locales, en estados donde PRD y MC son simplemente testimoniales.
El PAN, que tenía 108 diputados se quedará con 83; en el Senado tendrá sólo 24 senadores, cuando tenía 38. Pero ése es el menor de los problemas: el partido está profundamente dividido por la decisión de conformar el Frente, por la forma en que se dividieron las posiciones en el mismo, por la ausencia de métodos medianamente democráticos para decidir las candidaturas, por el golpeteo a todos los demás liderazgos partidarios, desde Margarita Zavala hasta Moreno Valle.
El equipo de Anaya estaba tan preocupado por la limpieza interna que, incluso, un día antes de las elecciones, ante un desastre inminente, la única decisión que tomó fue expulsar a Ernesto Cordero, Jorge Luis Lavalle y Eufrosina Cruz, los tres con muchas más militancia y reconocimiento que Anaya o Zepeda.
El pánico surgió porque un día antes siete gobernadores panistas le quitaron, en los hechos, su apoyo a Anaya en forma pública. De los cuatro que quedaban uno, Miguel Ángel Yunes, perdió su elección y le entregará Veracruz a Morena. De los otros tres, dos son Miguel Márquez, de Guanajuato, quien se quedó con su estado y ganó su candidato, y Antonio Echevarría, de Nayarit, quien no juega en el panismo (y que perdió). Finalmente, quedó Javier Corral que el propio Anaya sabe que desde hace tiempo va por la presidencia partidaria, algo que si pueden impedirán los otros siete gobernadores panistas, el calderonismo y los disidentes del partido.
Anaya, como presidente del partido, está condenado, aunque, quizás, se quede con un cascarón que, sin embargo, hoy vale unos 2 mil 500 millones de pesos, que es lo que recibió la dirigencia del PAN en este 2018.
La lucha por la sucesión en el PRI ya se abrió. José Antonio Meade obtuvo poco más de 16 por ciento de la votación nacional. Meade no ganó ningún estado (todos salvo Guanajuato, los ganó López Obrador) ni tampoco ganó en alguno de los 300 distritos electorales. Donde ganaron sus diputados ganó López Obrador.
Tendrá entre 14 y 15 senadores. En la Cámara de Diputados, serán poco más de 40, probablemente 42. El PRI será el quinto grupo parlamentario en San Lázaro, por detrás de Morena, el PAN, el PT (que tendrá 61 diputados) y el PES (con 58).
Perdió las nueve gubernaturas, algunas de forma vergonzosa, con Chiapas, y gobernará sólo 13 estados, todos ellos con un padrón relativamente pequeño. Pero, incluso, en esos estados también perdió la elección presidencial.
El paradigma es el Estado de México, donde gobernará sólo en 19 de los 125 municipios, ninguno de ellos de los más poblados, importante sólo ganó Valle de Bravo. Quedó como tercera fuerza, sin senadores y casi sin diputados. Incluso, Eruviel Ávila quien va en la lista plurinominal en el Senado, corre el serio riesgo de quedar fuera.
En el Congreso local, sólo ganó un distrito de los 45 en disputa. El gobierno estatal será casi nominal, rodeado de adversarios, la mayoría de los cuales quieren la revancha de los comicios estatales del año pasado.
El PRD está en peligro de extinción. Sólo tendrá siete senadores de los cuales y, por lo menos, dos no son del partido, apenas 21 diputados, también muy por debajo del PT, de MC y del PES, que a pesar de no obtener el registro (salvo que lo rescate, como Nueva Alianza, en el recuento que empezó ayer) tendrá un sólido grupo parlamentario en diputados y senadores.
Una palabra sobre Nueva Alianza, tendrá algunos diputados y, quizás, uno o dos senadores, pero puede perder el registro, al igual que el PES, salvo que lo rescate en el recuento de votos. Es una lástima, sobre todo, por una cosa: más allá de aciertos y errores es el único partido que se reconoce abiertamente como liberal. Y pocos dirigentes tan talentosos como Luis Castro.#
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Bosquejo/José Woldenberg
Reforma, 05 Jul. 2018
En medio de una violencia expansiva que, en materia política, se tradujo en el asesinato o amedrentamiento de un número importante de candidatos, de un debate plagado de descalificaciones mutuas, pero también de olas de entusiasmo y esperanza y de miedo y preocupación, de planteamientos interesantes y campañas de simplezas, se llevaron a cabo las elecciones más grandes de la historia del país, confirmando que esa vía sigue abierta para que los vaivenes de los humores públicos construyan mayoría y minorías y un espacio de representación plural.
Nunca estará de más valorar el trabajo de los ciudadanos que se encargan de la recepción y cómputo de los votos. Ellos son el "alma" y el candado de la elección. El INE, por su parte, realizó un trabajo excepcional, todos los eslabones del proceso funcionaron de manera precisa.
El triunfo de Andrés Manuel López Obrador resultó contundente. 53 por ciento de la votación. Desde aquella elección de 1982 en la que ganó Miguel de la Madrid con el 71 por ciento de los votos ningún triunfador lo había sido con un porcentaje de votos y una diferencia tan grande. Quiere decir que desde que tenemos elecciones competitivas (la de 1982 no lo era) ésta es la victoria más rotunda. El hartazgo con los partidos y políticos tradicionales y la perseverancia y la vena popular de AMLO han cambiado el mapa de la representación.
La jornada transcurrió en calma, aunque con algunos episodios con claros tintes provocadores que sería menester investigar y sancionar. Fue alta la participación (62%). Millones de ciudadanos se han apropiado de ese derecho, lo ejercen y expresan a través de él adhesiones, simpatías, ilusiones. El voto sigue demostrando que es una herramienta para castigar y premiar, para remover gobiernos y dar paso a otros. Sobraría decirlo, pero la alternancia ha sido posible porque México construyó, desde hace un buen rato, un sistema democrático. Con muchísimos problemas, pero democrático.
La noche resultó especialmente buena. Los perdedores reconocieron su derrota aun antes de que la autoridad electoral informara oficialmente los resultados; el Presidente felicitó al ganador y se comprometió a coadyuvar en una transición de gobierno ordenada y colaborativa, y el ganador llamó a la conciliación, sin deponer, por supuesto, sus iniciativas. Los festejos se multiplicaron y para muchos se ha encendido una llama de esperanza.
Las encuestas prepararon el terreno. La inmensa mayoría anunciaba cifras favorables a AMLO por una amplia ventaja. Lo cual sucedió. Ello ayudó a que los resultados no fueran del todo sorpresivos.
Acompañará la gestión del próximo Presidente un Congreso con mayoría absoluta de su coalición. Será la primera vez desde 1997 que el titular del Ejecutivo tendrá, de partida, una mayoría en la Cámara de Diputados e igualmente la primera vez desde el año 2000 en senadores. Pero Morena por sí sola no tiene esa mayoría de tal suerte que mantener la cohesión de la coalición electoral, ahora en el Legislativo, parece una tarea crucial. No deja de ser paradójico que un partido como el PES, que quizá no alcance el porcentaje para refrendar su registro, pueda llegar a tener la cuarta o quinta bancada en las Cámaras.
El mapa de las gubernaturas sufrió un vuelco profundo, pero dado que solo se elegían 9 nuevos ejecutivos, las transformaciones no parecen tan drásticas. Los candidatos de la coalición en torno a Morena gobernarán cinco entidades: Ciudad de México, Morelos, Tabasco, Chiapas y Veracruz. Las tres primeras eran gobernadas por el PRD, y las otras dos por el PVEM y el PAN. La coalición en torno al PAN gana tres. Mantiene Guanajuato y Puebla y gana al PRI Yucatán. Movimiento Ciudadano triunfa en Jalisco, antes gobernado por el PRI. Al final el PRI seguirá encabezando 12 estados, el PAN 11 y medio (por Quintana Roo que ganó en alianza con el PRD), Morena 5, PRD 1 y medio, MC 1 y un independiente.
México transitó de un sistema de partido hegemónico (1929-1988) a otro plural cuyo eje lo formaban básicamente tres partidos (1988-2012) y por un momento pareció que el pluralismo se fragmentaba aún más (2015). ¿Estaremos mutando hacia un sistema de partido predominante? No lo podemos saber porque una elección -dado los cambiantes humores públicos- no resulta definitiva para ello.
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Lo procedente/Manuel J. Jáuregui
Reforma 05 Jul. 2018
Mucha gente está con los ojos cuadrados de incredulidad: cuando esperaban tormenta resulta que nos brilla el sol y sopla en el País una brisa refrescante. El Presidente electo -sujeto a constancia- Andrés Manuel López Obrador está haciendo y diciendo todo lo correcto.
Se esperaba por parte de los pesimistas que si ganaba la elección se desplomaría el Peso y está sucediendo todo lo contrario: se ha apreciado. Temían algunos que hubiese gente encamionada en la calle, pleito y despapaye, y nada hay de eso, sino tranquilidad y armonía.
Esperaban insultos y protestas de Mr. Trump, y por el contrario éste dice estar dispuesto a trabajar con el nuevo Presidente mexicano en beneficio de los dos países. Apostaban los pesimistas con plena certeza que tras su triunfo se llenaría el País de retórica inflamatoria generando discordia y división, y nada, que por el contrario todo lo que se ha escuchado hasta el momento es conciliatorio.
Ayer por la mañana el Presidente electo se reunió con el Consejo Coordinador Empresarial y dijo lo siguiente: "Aunque vamos a tener mayoría no se va a actuar de manera prepotente. No se va a imponer nada. Nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho". A lo que agregó: "Estamos construyendo una democracia, no una dictadura. No se va a imponer nada. Se va a respetar el derecho a disentir y a la crítica".
Sabemos de primera fuente que hasta los más reacios a aceptar un eventual triunfo de López Obrador, ciertos líderes empresariales, ya se han hecho a la idea y han abandonado su postura hostil hacia quien será el futuro Presidente de México.
Ustedes saben, amigos lectores, porque aquí lo hemos repetido mucho, nuestra posición es totalmente neutra, tanto que ni siquiera votamos para no mostrar -ni siquiera hacia nuestra intimidad- la menor inclinación de sesgo empático a favor de equis o y griega candidato.
De manera que lo que aquí les comentamos no es para venderles jabón, refresco o papel sanitario: es simplemente lo que está pasando hoy en México, que está resultando ser lo que los escépticos menos esperaban. ¡Y qué bueno por México!
Sea o no nuestro "gallo" el Presidente en turno, resulta de lo más lógico y sensato desear que le vaya bien, que haga un buen Gobierno, que tome decisiones atinadas que beneficien al pueblo. Si a él le va bien, a la nación entera le irá bien. Finalmente eso es lo que todos -o por lo menos todos los que estamos en un razonable estado de sano juicio- deseamos para México.
Elevar el nivel de vida de los ciudadanos, generar prosperidad, procurar justicia y mantener la paz y el orden son en esencia las principales obligaciones de cualquier Gobierno democrático. Entre mayor unidad exista entre sociedad y Gobierno, mayores serán las posibilidades de que estas responsabilidades de nuestros gobernantes se puedan cumplir.
Pudiera haber -y seguramente las hay- diferencias en cuanto a métodos, mas creemos que no las hay significativamente en cuanto a metas.
Los problemas endémicos que enfrentamos como nación son claros, están identificados, por abrumadora mayoría el pueblo de México coincidió con el diagnóstico del ganador de la elección, de manera que no debe quedarle a nadie la menor duda respecto hacia dónde quiere esa mayoría de los mexicanos que se dirija el País.
Salta a la vista que si de veras somos democráticos, si de veras creemos en este sistema de Gobierno que, sin ser perfecto, como aseveró el gran estadista inglés Sir Winston Churchill, "es el mejor de todos los otros que se han intentado", la unidad, la colaboración, el entendimiento, "la razón y el derecho" deben prevalecer.
Seguramente algunos de ustedes pensarán a estas alturas: "No seas ingenuo, abogadillo de banqueta, es pura palabrería, lo que cuenta es la acción, no la dicción". Y sí, por supuesto, tienen razón.
Mas nuestro punto es que lo DICHO conforma en esta etapa delicada y precaria de subdesarrollo en la que se encuentra México una promesa, un compromiso y precisamente el partido perdedor-perdedor está en el piso porque como Gobierno divorció por completo su dicho del hecho.
Nadie mejor que López Obrador sabe el significado de públicamente comprometerse a algo y no cumplirlo. Cierto, son sólo palabras, pero son palabras cuyo incumplimiento futuro acarrearía consigo un RIESGO y un costo. Por ello, y salvo prueba en contrario, por el momento lo procedente es creer en el gran futuro de México.
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La lucha por los restos del PRI/JOSÉ UREÑA
24 Horas...
Los radicales le llaman lucha.
Los conciliadores prefieren denominarla negociación.
Pero lucha o negociación, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) está inmerso entre unos y otros, a cual más molestos con la manipulación sexenal de ese organismo y el fracaso final.
En ese ambiente se dan muchos rumores.
Uno:
Los radicales, con Ulises Ruiz y César Augusto Santiago en gran campaña, pretenden abrir juicio interno al presidente Enrique Peña para su eventual expulsión.
Algo no sucedido ni con Ernesto Zedillo, en cuya presidencia el priismo perdió por primera vez el poder federal.
Su razonamiento:
Cuando Zedillo postuló a Francisco Labastida, el partido estaba en primer lugar y al final fue segundo.
Hoy era tercero y quedó cuarto, lejos de Andrés Manuel López pero, lo peor, rebasado en posiciones legislativas y gubernativas de organizaciones testimoniales como Encuentro Social (PES) y para qué citar más.
CONSENSO POR JUÁREZ CISNEROS
Los menos escépticos tienen un lenguaje diferente.
A ellos pertenece, por ejemplo, el todavía coordinador senatorial Emilio Gamboa, quien no rehúye la autocrítica.
Recordó la reforma estatutaria de la pasada Asamblea Nacional, cuando se quitaron los requisitos –candados en el argot interno- de ser militante para aspirar a la candidatura presidencial, a la postre entregada al externo José Antonio Meade.
Declaró Gamboa:
-Nuestros estatutos… Nos metimos un balazo en el pie… Hay que revisarlos de nuevo.
Lejos de los reflectores, la pelea es mucho más intensa.
Entre gobernadores corre una versión:
Consumada la debacle, hubo un intento desde Los Pinos por relevar a René Juárez Cisneros con gente del equipo de campaña coordinado por Aurelio Nuño, pero fue imposible.
¿Por qué?
Porque se opusieron los gobernadores.
Hoy ese grupo de la tecnocracia no tiene ninguna posibilidad de quedarse con el partido y, por el contrario, en la militancia real crece una corriente para reforzar a Juárez Cisneros.
Todo comenzará a desenredarse en una reunión del Consejo Político Nacional (CPN) y luego en una nueva Asamblea Nacional donde el priismo de verdad intentará recuperar a su organización.
Luego decidirán qué hacer con el PRI.
REFUNDACIÓN Y VUELTA A LOS 90
1. El debate de fondo será:
-¿Cómo reconstruir al PRI?
La refundación pasa por cambiar todo y, según el dicho de Emilio Gamboa, regresarlo a la militancia y tal vez a los candados impuestos en los 90 para impedir a Ernesto Zedillo imponer un tecnócrata.
Entonces costó el cargo a los dirigentes Santiago Oñate y César Augusto Santiago, pero la historia les dio la razón 22 años después con la humillante derrota de José Antonio Meade.
Lo veremos en la Asamblea conducida por René Juárez Cisneros.
2. La pésima campaña nacional del PRI y del equipo de Meade afectó a su aliada Nueva Alianza, cuyo registro está en juego.
Al margen de este destino numérico, su dirigente Luis Castro Obregón tiene mucho futuro.
Es un hombre de ideas, académico, con formación periodística, de gran capacidad para la organización y, si se lo propone, reconstruir ese partido para hacerlo vigente.
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Mikel para dirigir el PRI/MARTHA ANAYA
El Heraldo, 4 de julio
Alhajero
Cuando aún transcurrían las campañas, había quienes se preguntaban –priistas particularmente- por qué había “fuerzas” que empujaban tanto a Mikel Arriola en la capital del país.
La pregunta venía al caso porque había momentos en que parecía haber mayor interés en proyectar la candidatura de Mikel que la de José Antonio Meade en la Ciudad de México.
La respuesta que daban al principio en el equipo del ex director del Seguro Social tenía cierta lógica: Que apoyando a Arriola apoyaban a Meade puesto que así le impedirían a Andrés Manuel López Obrador sumar los votos que requería de la Ciudad de México para ganar la elección presidencial.
Con el paso de las semanas, los tricolores en la capital se dieron cuenta de que les sería complicadísimo lograr su objetivo. Abrazaron entonces los temas más conservadores –contra el aborto y contra la adopción por parte de parejas del mismo sexo, entre otros- y subieron el tono del discurso de Mikel, al grado de escucharlo en los debates decir cosas y adoptar tonos realmente desagradables.
Los puntos que le significaron al candidato del PRI en la Ciudad de México tales actitudes sirvieron, sí, para revivir a un partido semi muerto, pero hasta ahí.
La burbuja que vivieron –o que se inventaron-, al punto de asegurar que el priista ya había empatado a Alejandra Barrales, candidata del Frente; y que la elección incluso se había ido ya a tercios en la CDMX, no fue más que una ilusión (o una burda mentira).
Tan lejanos de la realidad estaban como cuando aseguraban que esta ciudad, la Ciudad de México, No era progresista.
Los números que muestra hoy el PREP con el 97% de las actas computadas, dan cuenta clara de su error: Claudia Sheinbaum (Morena), 47%; Barrales (PAN, PRD, MC), 30.9%; Mikel (PRI), 12.9%.
El conservadurismo y el discurso de odio del priista, de poco sirvieron. Si acaso, para volver a mostrarnos que el PRI perdió por completo los valores que alguna vez defendió y que bien valía sumirse en la oscuridad por unos cuantos puntos.
Con tal panorama y ante estos resultados uno pensaría que la vida política de Mikel poco futuro tendría, al menos en el PRI. Pero no…
Resulta que los tecnócratas –los mismos que impulsaron a los candidatos ciudadanos para que los abanderaran- quieren apoderarse del partido. Y su candidato para dirigir el PRI nacional es, ni más ni menos, que el pelotari. Sí, Mikel Arriola, a quien a pesar de los pesares los tecnócratas en el poder consideran “un gran candidato”.
NO PERMITAMOS QUE NOS ANIQUILEN.- El priismo de base ya pegó el grito en el cielo ante las intentonas que ven de quienes buscan apoderarse del partido, comenzando por la clase dirigente y algunos gobernadores.
La corriente Democracia Interna, encabezada por Ulises Ruiz, volvió a la carga con otra misiva en la que dice:
“Nunca en la historia del PRI la soberbia de una dirigencia inepta influenciada por el grupo en el poder había ocasionado tanto daño, habían ofendido tanto al priismo. Ahí están los resultados que no permiten lugar a la duda.”
Por tanto, convocan “a la clase política a actuar con dignidad, para impulsar la vuelta del Partido a los militantes” y evitar “que un grupo, por influyente que sea en este momento, lo secuestre y pretenda utilizarlo, como ha sucedido, para satisfacer intereses personales.
“No, no podemos permitir que sigan haciéndole daño a nuestra organización, que la aniquilen”, escriben.
GEMAS: Obsequio de Andrés Manuel López Obrador: El Estado Mayor Presidencial no desaparecerá, se incorporará  a la Secretaría de la Defensa por completo.”

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Nos dimos un balazo en el pie/ MARTHA ANAYA
El Heraldo...
Alhajero
La voz, la respuesta al por qué de su apabullante derrota en las urnas el domingo,  es de Emilio Gamboa Patrón, coordinador de la bancada priista en el Senado:
– Nos fallaron muchas cosas… Nos fallaron candidatos, nos falló trabajo dentro de nuestro partido…Se nos fue mucha gente a Morena, no tuvimos la posibilidad de meterlos en las listas…
¿Algo más? Sin duda. Añade el yucateco:
-Nuestros estatutos… Nos metimos un balazo en el pie, sin duda alguna, hay que revisarlos de nuevo.
Semejante fracaso tiene responsables. Por ejemplo –apunta un reportero-¿no fue una irresponsabilidad haber puesto a Enrique Ochoa como dirigente nacional cuando no era parte de la estructura del partido?
Gamboa responde:
-Creo que no… No hay una queja directa todavía hoy sobre nadie.
¿Ningún responsable a la vista?
El poderoso senador del tricolor, factótum en la campaña presidencial de José Antonio Meade, apuntaría: “Creo que había una corriente muy fuerte que se manifestó el primero de julio -el domingo-, a favor de Andrés Manuel. La gente quería un cambio y ya se dio.”
Las palabras de Emilio Gamboa, si bien no entraban de lleno en el análisis de la peor derrota sufrida por el PRI en toda su historia, sí dejaban ver al menos algo de lo que los propios priistas comentan en sus charlas o en las cartas que suscriben.
En cambio, el mensaje que ofrecería René Juárez Cisneros seis horas después –luego de reuniones a puertas cerradas y sin celulares- con todos los gobernadores priistas, a excepción del sinaloense porque se encuentra fuera de México; y los líderes de los sectores- sonaría superfluo, oficialesco, totalmente ajeno a lo que sucede en el PRI.
Quieren tapar el sol con un dedo y hacer como si la unidad fuese realmente lo que hoy pervive entre la poca militancia que les queda.
¿Qué salió a decir su actual dirigente?
Que reconocían y respaldaban al Presidente Enrique Peña Nieto, que se solidarizaban y reconocían el enorme esfuerzo de Meade, de la militancia, de los ciudadanos que los apoyaron y de quienes conformaron la alianza.
Hacia adentro –expuso René Juárez– iniciarán “un proceso de reflexión profunda” (ajá) del tamaño de la lección recibida, “pero serena y prudente”
“No permitiremos que nadie nos quiera dividir ni nos vamos a auto flagelar. Haremos un análisis cuidadoso, honesto, profundo, pero que al final nos lleve cohesionados y unidos…”
Y pidió a los críticos internos “anteponer el interés del partido y de la nación al interés carroñero que pretenda dañar al PRI”, y esperar a que se cumplan los tiempos.
Espacio para preguntas y respuestas no hubo.
En cuanto a la definición de los coordinadores parlamentarios, habrá que esperar otro momento. En “los próximos días” estarán, indicaron algunos de los participantes.
Pero extraoficialmente cuentan que hubo una posición muy fuerte –y amplia- para exigir que Ochoa no se convierta en coordinador de la bancada priista en la Cámara de Diputados, y de ser posible que mejor ni se presente a rendir protesta.
PIDEN RECUENTO EN PUEBLA.- La elección en Puebla resultó un verdadero cochinero. Por lo pronto, Morena ya pidió el recuento total de votos en la elección para gobernador.
La nulidad de la elección no está por ahora contemplada, pero no la descartan los morenistas. Según Yeidkol Polevnsky, durante la jornada del domingo 45 paquetes electorales fueron robados y en 75 casillas hubo violencia.
GEMAS: Obsequio de Alfonso Romo, próximo jefe de gabinete de AMLO: Los empresarios mexicanos y Andrés Manuel López Obrador viven “una luna de miel” y ahora “se quieren todos”.
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Breve historia una de derrota (I)/Raymundo Riva Palacio
Estrictamente Personal
El Financiero, 
Hacia las seis de la tarde del domingo, en su oficina en el PRI, José Antonio Meade se reunió con su kitchen cabinet. Después de revisar las encuestas de salida, les dijo que pasadas las ocho de la noche, cuando el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, diera su informe sobre la jornada electoral, reconocería su derrota y felicitaría a Andrés Manuel López Obrador. Aplicaría uno de los escenarios que elaboró en sus oficinas privadas en San Ángel cinco días antes. Aurelio Nuño, coordinador de la campaña, guardó silencio; ni apoyó la iniciativa, ni la objetó. Julio Di Bella, asesor de imagen, sugirió esperar los resultados oficiales. No sería un acto responsable, atajó Meade. Reconocer al ganador legitimaría el proceso y despresurizaría el entorno, agregó. Después de ello, ya no hubo objeciones, y menos de dos horas después, así lo hizo.
Imponer su voluntad a partir de argumentos no fue algo que pudiera hacer durante la campaña. Desde un principio fue rehén del presidente Enrique Peña Nieto, quien revisaba dos veces por semana la estrategia con Nuño, a quien impuso como coordinador de la campaña y, hasta que reventó, con Enrique Ochoa, quien era presidente del PRI. Entre los tres tomaron decisiones que ignoraron por completo lo que el electorado estaba gritando en las encuestas: el cambio, y su proclividad a votar por quien mejores posibilidades tuviera de derrotar al candidato del gobierno. Al final de la campaña, Nuño admitió que nunca calcularon el tamaño de la molestia contra el presidente.
El malestar del electorado fue expresado varias veces en el cuarto de guerra por diversos militantes, pero los ignoraron. Nuño tenía en la cabeza una estrategia que no admitía, en los hechos, caminos alternativos. Personas que participaron en el cuarto de guerra mencionan como el principal factor de la debacle a Nuño, por haberse empecinado en una campaña a partir de su fobia contra Andrés Manuel López Obrador, y por haber llevado como elemento central del discurso la defensa de la reforma educativa. “Nuño no hizo una campaña para Meade, sino para él mismo”, describió uno de los miembros del equipo.
La estrategia se desarrolló a partir de dos premisas: el adversario era López Obrador, pero para poder competirle tenían que quitar de en medio a Ricardo Anaya. El planteamiento era correcto, porque Anaya y Meade disputaban el mismo electorado, en términos demográficos, socioeconómicos, de género e ideológicos. Sin embargo, la implementación fue un desastre. Nuño y Ochoa plantearon el combate a Anaya a partir del ataque frontal con la acusación de corrupción, sin alcanzar a comprender que durante cinco años, la corrupción se asoció con el gobierno peñista, no con su rival. Ignorar el hecho de que su principal arma era un búmeran, los llevó también a no ver los segmentos del electorado que, al aliarse Anaya con el PRD, dejaron libres, como los sectores conservadores de la sociedad. Mikel Arriola, candidato del PRI al gobierno de la Ciudad de México, ganó 7.0 por ciento cuando se refirió a temas con los que se identificaban.
Nuño y Ochoa estaban obsesionados con alcanzar a López Obrador, mediante la construcción del voto útil para Meade. Trabajaron con encuestas hechas a modo que difundieron en medios que las publicaron mediante esquemas de publicidad, y que fueron utilizadas por la campaña para demostrar que, en efecto, su candidato iba en segundo lugar. Nunca se logró modificar esa percepción porque las casa encuestadoras con prestigio, a las que atacaron continuamente, casi nunca tuvieron a Meade en el segundo lugar.
El mensaje contra Anaya no se cambió. No lo vieron, ni los estudios para encontrar cuál debía ser el mensaje funcionaron. Para ello, Nuño utilizó una estructura paralela que cobraba en Los Pinos. El más importante de ellos era Rodrigo Gallart, conocido de Nuño de la Universidad Iberoamericana, que fue su asistente en la campaña presidencial de 2012. Sin conocimientos técnicos estadísticos o matemáticos, Nuño lo responsabilizó de las estrategias de comunicación y manejo de encuestas, que empezó a hacer para la campaña, con autorización de Peña Nieto.
Gallart reportó que los grupos de enfoque concluían que lo que más quería el electorado en un candidato era la honradez, y la corrupción no era relevante. El atributo de honradez planteado reiteradamente por Meade nunca penetró en el electorado, y en los careos frente a otros candidatos siempre quedaba como el más deshonesto. Nuño encargó los grupos de enfoque a Gabriela de la Riva, especializada en análisis cualitativo. De la Riva cobraba en la campaña de Meade y también hacía las encuestas para el Consejo Mexicano de Negocios, donde sus resultados arrojaron casi siempre ventaja de Anaya sobre Meade. Es decir, producía estudios para los empresarios, que contradecían los resultados de los grupos de enfoque que organizaba para Gallart.
De la Riva y Gallart aportaban los insumos que quería oír Nuño para que Ochoa, su artillero de cabecera, atacara a Anaya. Todas las imputaciones de corrupción frenaron el ascenso de Anaya, pero no lo descarrilaron. La corrupción mayor no se le acreditaba a él entre el electorado, sino al gobierno peñista, cuyo lastre no vieron hasta que los comenzó a arrollar. En el tercio final de la campaña decidieron dejar a Anaya y voltearse contra López Obrador. Muy tarde. Nuño ya había despilfarrado todas sus armas. Ochoa salió a destiempo del PRI y se corrigió la campaña de tierra. Mejoró el discurso, sin atacar el cáncer: Peña Nieto, su gobierno y la corrupción. La magnitud del voto de López Obrador enfatizó el enorme fracaso en la estrategia de la campaña presidencial diseñada por Peña y Nuño.
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¡El milagro…!/ RICARDO ALEMÁN
24 Horas...
Especialistas del comportamiento humano dicen que el poder –en sus distintas formas- resulta casi milagroso.
El poder es el mejor afrodisiaco, es un poderoso “Dorian Gray”, contribuye a que el imaginario colectivo exalte virtudes imposibles e impensables en el poderoso, mientras oculta defectos y negativos.
En México, un político empoderado adquiere las cualidades del guapo, inteligente, carismático, experimentado, simpático, ocurrente, y algunos lo ven como deidad digna de un altar o como verdadera rock star.
Antaño, en el presidencialismo todopoderoso, de partido único, carro completo y del poder en un solo hombre, el Presidente era lo más parecido a una deidad. Cuando salía y regresaba del país era vitoreado por las masas en las avenidas, perseguido por los periodistas, admirado por intelectuales y aplaudido por el pueblo.
El Presidente era admirado por su calidad de “macho cabrío” –y sus amantes celebradas-, por sus ocurrencias, desplantes y boberías; por su sapiencia e infalibilidad, y ay de aquel que se atreviera a contradecirlo y criticarlo porque –entonces- respondía con el poder del Estado: “No les pago para que me peguen”, manoteó López Portillo a los críticos.
Antaño, hablar mal del Presidente, criticarlo, era un tabú en medios; tara social que ciudadanos y periodistas olvidaron con los años. Hogaño, no está del lado correcto de la historia quien no pendejea al Presidente, en medios, redes y digitales. A Calderón le inventaron alcoholismo y lo motejaron como “Fecal”, a Fox no lo bajaban de tonto y a Salinas lo bautizaron como “Villano Favorito” y jefe de la “Mafia del Poder”.
Pero el milagro del poder está de vuelta -como en los años 50, 60 y 70-, y hasta Tatiana Clouthier ordenó “bajarle dos rayitas” a las bromas a López Obrador –a pesar de que el candidato electo insultó sin freno a Presidentes y ex mandatarios-, mientras que casi todos los medios, en especial las televisoras, tratan a AMLO como todo una rock star.
Y resulta de risa que empresarios, medios, periodistas, intelectuales y críticos que ayer veían como tonto, senil, locuaz, ignorante y pillo a AMLO, que argumentaban que sus propuestas eran locuaces y propias de un populista y aprendiz de dictador, que nunca había trabajado y menos creado empleos, hoy cambiaron lentes o de ojos. ¿Por qué?
Porque para empresarios, intelectuales, críticos, periodistas y opinantes, Obrador hoy no sólo es guapo e inteligente, sino capaz, brillante, infalible. Y nadie recuerda el robo de millones de pesos de los damnificados que cayeron a su campaña; nadie quiere recordar su ignorancia para el poder; no quieren saber que nunca ha trabajado y menos de qué ha vivido y, sobre todo, voltean para otro lado cuando habla de amor y paz, mientras que Morena en Puebla es la verdadera cara de Morena; intolerancia y violencia.
Asistimos al milagro del poder; potente amnésico para empresarios, medios, intelectuales y periodistas.
Y es que AMLO ya no es “un peligro para México”, sino lo mejor que le pudo pasar a México. ¿Hasta cuándo?
Al tiempo.
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El PRI murió el 1 de julio de 2018/Pablo Hiriart
Uso de Razón...
El Financiero
El PRI tuvo el peor fracaso electoral de su historia y entró en proceso de extinción.
La derrota del domingo fue mucho peor que la ocurrida el año 2000, cuando perdieron el poder por primera vez, a manos del PAN.
En aquella ocasión los gobernadores se echaron al hombro el partido, muy especialmente los del Estado de México.
Cerraron filas y los mandatarios estatales del PRI negociaban conjuntamente con el jefe del Ejecutivo, además de hacerlo en bloque a través de sus poderosas bancadas en las cámaras de Diputados y Senadores.
La disciplina y su fortaleza legislativa y estatal mantuvieron en pie al PRI. Fue factor de gobernabilidad y equilibrio de poder.
Durante los gobiernos de Fox y Calderón, el PRI servía para algo.
Esta vez no hay nada de eso. Se acabó.
Ningún estado priista podrá echarse encima la responsabilidad de sostener al PRI como fuerza política importante a nivel nacional.
Todos los congresos de los 12 (sí, apenas 12) estados gobernados por el PRI estarán en manos de Morena.
Sin fuerza en ningún rincón de la política, sin línea y sin lana, el PRI parece condenado a una vida simbólica en algunas partes donde la tradición podría reportarle, todavía, algunos votos y una mínima representatividad.
“Nunca des por muerto al PRI”, me dijo un sabio y destacado miembro de ese partido luego de la derrota de 2000.
Ahora la situación es diferente, porque no perdieron ante el PAN sino ante López Obrador, que los va a absorber.
Vamos, ya lo está haciendo.
Los votos de Morena y López Obrador no llegaron del aire, sino que fueron obtenidos a costa del PRI y del PAN.
Al PRI prácticamente lo vaciaron, pues el partido gobernante obtuvo el porcentaje de votación más bajo de su historia en una elección presidencial: 16 por ciento.
Aunque parezca increíble, pero los números son reales: el PRI tiene actualmente 204 diputados federales (de un total de 500) y se ha quedado con sólo 47.
Sí, el otrora partidazo será la quinta fuerza en la Cámara de Diputados, por debajo de Morena, PAN, PT y PES.
Es una vergüenza. Y desde luego que será motivo de análisis con mayor detenimiento y frialdad.
Lo cierto es que se acabó el PRI.
Muere un partido que, amén de las tropelías de muchos de sus representantes, en la historia reciente le había dado paz al país, movilidad social, apertura comercial, prestigio en foros internacionales, elecciones democráticas con un IFE autónomo, paridad de género en la representación popular, rumbo económico…
Se lo acabaron.
Hasta hace algunos años había un equilibrio entre las élites ilustradas del priismo y la base social a la cual se le daba su lugar, se le otorgaban posiciones, se les explicaba, se les abrían espacios y se les escuchaba. Se les daba la mano. Era un partido político.
Esta vez no fue así y el resultado es que el PRI no ganó, en la elección presidencial, ninguno de los 300 distritos electorales.
Los votos que perdió el PRI se fueron con López Obrador, que ganó en todos los estados de la república, excepto en Guanajuato.
El PRI comenzó a refundarse en Morena el domingo 1 de julio.
No sólo los votos de priistas se fueron con Morena, también los candidatos locales de ese partido surgieron de las filas priistas que se pasaron a la casa de sus primos hermanos, pues ahí les dieron el calor que en la suya no tuvieron.
Morena ganó en Nuevo León, la cuna del panismo fuerte, y en Sonora, la tierra de Plutarco Elías Calles, fundador de lo que hoy es el PRI.
Ahí no sólo ganó López Obrador, sino que Morena se llevó todos los distritos federales y el Congreso del Estado.
Todo eso logró Morena con los votos que antes eran del PRI.
Así es que el PRI, como lo conocíamos, ha muerto.
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'El estilo personal de gobernar'/Enrique Quintana
Coordenadas
Uso deliberadamente, para encabezar este texto, el título del libro que publicó en 1974 el gran historiador y crítico Daniel Cosío Villegas.
El texto era una crítica aguda al entonces presidente Luis Echeverría Álvarez.
No caigo en los argumentos simplones de quienes ven en López Obrador el regreso de los regímenes al estilo Echeverría. Más bien, hay una tesis del libro de don Daniel, que hoy tiene pertinencia.
Uno de los planteamientos de Cosío Villegas es que en un sistema en el que la concentración del poder político en el presidente era tan grande, como la que teníamos en los tiempos de Echeverría, los atributos personales del personaje se permeaban al sistema político entero.
“…el temperamento, el carácter, las simpatías, las diferencias, la educación y las experiencias personales influirán de un modo claro en toda su vida pública, y, por lo tanto, en sus actos de gobierno”, escribía don Daniel.
Los tiempos del poder omnipotente del presidente de México quedaron atrás desde los tiempos de Zedillo, en particular desde 1997, cuando por primera vez el PRI perdió la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados.
Y más tarde, también por el surgimiento de una sociedad civil robusta e independiente, que constituyó contrapesos al poder presidencial.
Hoy las cosas han cambiado. Tendremos un presidente que llega al gobierno con el mayor número absoluto de votos de la historia y con el porcentaje más elevado desde 1982. Tendremos un presidente que tiene el control de las dos cámaras federales y quizá de 17 a 19 congresos locales.
Va a ser inevitable que el estilo personal de gobernar de López Obrador imprima en la vida pública de México su sello, como no había ocurrido en el país en las últimas décadas, con todas las oportunidades y riesgos que ello implica.
Lo visto hasta hoy en el actuar y decir de López Obrador ha disipado temores y ha creado esperanzas.
Ayer, en su reunión con el Consejo Coordinador Empresarial, AMLO fue explícito: “aun cuando nuestro movimiento tiene mayoría y va a tener mayor representación en la Cámara de Diputados y Cámara de Senadores, no se va a actuar de manera prepotente, no se va a imponer nada”.
El estilo personal de AMLO implicará cosas tan singulares como volar en vuelos comerciales, no residir en Los Pinos y abrir el inmueble al público, bajarse el sueldo, quitarle poder al Estado Mayor Presidencial, entre diversas cosas.
Habrá a quien no guste ese estilo y habrá muchos que lo aplaudirán, quizá muchos más.
Pero mientras en lo sustantivo el estilo personal de gobernar establezca un régimen en el que prevalezcan las libertades y el diálogo, bienvenido.
Las democracias modernas han desarrollado sistemas de pesos y contrapesos. En México, los gobiernos divididos y las instituciones autónomas como la Suprema Corte, el Banxico o el INE (entre otros), fueron clave para que esos contrapesos funcionaran.
Hoy, con mayorías en el Poder Legislativo, y con nombramientos que pueden cambiar la composición fundamental de los órganos autónomos en los siguientes años, el poder presidencial crecerá más, mucho más.
En este contexto, ojalá AMLO mantenga la cordura que ha mostrado en estos últimos días, y al margen de ello, ojalá que nos hagamos cargo –como sociedad– de hacer efectivos los contrapesos.
Al hacerlo, le haremos un favor al ganador de la elección y, sobre todo, a México.
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Cuchareadas
JAQUE MATE / Sergio Sarmiento
Reforma, 
"¿Nunca te da la impresión de que la única razón por la que tenemos elecciones es saber si las encuestas estaban en lo cierto?". Robert Orben
 En 2006 Andrés Manuel López Obrador se quejaba de que las encuestas estaban cuchareadas. Si bien le daban ventaja al comenzar la contienda, con el paso del tiempo la distancia se fue acortando y al acercarse la elección mostraban un empate entre él y Felipe Calderón. Andrés Manuel siempre dijo que él tenía sus propias encuestas que le daban una ventaja decisiva.
En 2012 las encuestas ya no estaban cuchareadas, sino copeteadas. Los sondeos le daban una fuerte delantera en un principio a Enrique Peña Nieto, mientras que Josefina Vázquez Mota estaba en segundo lugar. Con el tiempo mostraron cómo López Obrador rebasaba a la panista. La ventaja del priista se fue reduciendo, pero al final le quedó suficiente para ganar la elección.
En octubre de 2017 las encuestas mostraban un virtual empate entre los tres principales candidatos, pero cuando comenzó la campaña formal en abril de 2018 ya Andrés Manuel tenía una sólida delantera. Ésta se fue ampliando, aunque el candidato siempre dijo que él tenía encuestas que mostraban una ventaja todavía mayor. Los priistas, en cambio, difundieron encuestas en que supuestamente José Antonio Meade rebasaba a Ricardo Anaya y se convertía en una amenaza para López Obrador. Las encuestas de empresas reconocidas, sin embargo, mostraron siempre la fuerte ventaja de Andrés Manuel y que Anaya mantenía el segundo lugar.
¿Cuáles fueron los resultados? El conteo rápido del INE del 1o. de julio le dio de 53 a 53.8 por ciento a López Obrador, de 22.1 a 22.8 a Anaya, de 15.7 a 16.3 a Meade y de 5.3 a 5.5 a El Bronco. El PREP final, con 91 por ciento de las casillas, registraba 52.9 por ciento para el morenista, 22.49 para el panista, 16.4 para el priista y 5.13 para el independiente.
La encuesta de Reforma del 27 de junio, con un margen de error de 3.6 por ciento, mostraba a López Obrador con 51 por ciento, a Anaya con 27, a Meade con 19 y a El Bronco con 3. La encuesta daba el orden correcto y cifras no muy lejanas a las del resultado. El promedio de ocho encuestadoras serias que dieron resultados en junio (Demotecnia, GEA-ISA, Consulta Mitofsky, El Financiero, Reforma, Varela y Asociados, BGC y Parametría) fue de 50 para AMLO, 25 para Anaya, 21 para Meade y 4 para El Bronco, a pesar de que GEA-ISA le dio 44 a Andrés Manuel, 28 a Anaya, 26 a Meade y 2 a El Bronco. Todas las demás daban resultados muy parecidos entre sí y muy cercanos a los finales.
Las peores encuestas fueron de Suasor, publicadas en El Heraldo, y de Pop Group, que colocaron a Meade en segundo lugar y a una distancia pequeña del puntero. Estas encuestas eran remitidas por personas cercanas al PRI y no descartaría que hayan sido falseadas.
La experiencia de esta campaña ratifica mi posición de que las encuestas no son perfectas, pero siguen siendo un instrumento razonable para entender la opinión pública. Hay encuestas mejores que otras y, sí, algunas pueden estar cuchareadas o copeteadas.
Muchos políticos sostienen que las encuestas generan un efecto borrego que hace que la gente vote por el puntero. No hay indicios, sin embargo, de que esto ocurra en realidad. Es por lo tanto una tontería mantener la veda de encuestas en los días previos a una elección. Los partidos políticos y las grandes empresas sí hacen encuestas los días previos, sin difundirlas. Esto les da una ventaja sobre el resto de los ciudadanos a los que se les impide tener acceso a la información.
· AL QUINTO LUGAR
El PRI se ha desplomado en este proceso electoral. De momento se convertiría en el quinto partido en la Cámara de Diputados. Si desaparece el PES, pasaría a ser el cuarto. En 2015 fue el primer partido en la Cámara. ¿Sobrevivirá en esta disminuida posición?
@SergioSarmiento
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Dudamos, luego existimos/Guadalupe Loaeza
Reforma, 05 Jul. 2018
"Se vale dudar. Se vale cambiar de opinión en el momento que sea. Y se vale soñar...", me dije al recibir un correo de una lectora en relación a mi más reciente texto en el cual confieso que finalmente, en "la soledad de la mampara", el domingo pasado voté por AMLO y no por Meade, tal como lo había anunciado a través de algunos textos, entrevistas y unas cápsulas que grabé y difundí en los medios (incluso en una entrevista expresé que no votaría porque ninguno de los tres candidatos me convencía): "Quiero comentarte que no eres la única que piensa así, Meade era el mejor preparado y con más experiencia, sin embargo, 'el cambio', esa palabra que aterra a mis 58, logré vencerla en las urnas, voté por Andrés Manuel, con la esperanza de transformar nuestra República. Si vivimos 6 años más, nos daremos perfectamente cuenta si él quedó a debernos algo del cambio o nos da una feria de más". He allí un mensaje honesto y esperanzador. Me pregunto a cuántos votantes no les sucedió lo mismo: dudaron y optaron por votar por otro candidato del que tenían pensado. Esto pudo haberles sucedido a muchos otros ciudadanos que supuestamente votarían por López Obrador, pero que terminaron poniendo su cruz sobre el nombre de Meade o de Anaya. (Seguro fueron pocos). Al encontrarse Bertolt Brecht con un amigo que lo trató de halagar con un "no has cambiado nada", el autor de La Ópera de los Tres Centavos le contestó: "es lo peor que me pudiste haber dicho".

Por otro lado, "Imaginémonos cosas chingonas", como declaró el Chicharito -antes de jugar contra Suecia-. Confieso que después de que pasó la jornada electoral, no he dejado de imaginar "cosas chingonas" para mi país. Todo ha sucedido tan civilizadamente, tan democráticamente y tan inesperadamente, que sigo dándole la bienvenida al cambio. No es casual que en ese sentido exista un gran consenso entre empresarios, analistas, politólogos, intelectuales y periodistas, incluso de aquellos (como yo) que criticaron, durante la campaña, ferozmente a AMLO. Es cierto que hay quienes lo siguen descalificando y que están muy enojados porque ganó con tanta ventaja. Es normal. En cualquier elección presidencial, eso también es parte de la democracia. "A ver si cumple". "Ya estaba todo pactado con el PRI". "Dicen que hasta se pusieron de acuerdo los del Clan Atlacomulco para que él ganara", etcétera, etcétera. ¿Por qué hay tantos mexicanos que no les dan crédito a los millones de votantes que se inclinaron por Morena? ¿Por qué dudan de que ganó limpiamente? ¿Por qué Mario Vargas Llosa le pidió al pueblo de México "lucidez" a la hora de votar, ya que en caso de ganar el populismo sería un "suicidio y una tragedia para el país"? ¿Con qué derecho el premio Nobel nos sugiere por quién votar? ¿Les habrá sugerido lo mismo a los franceses de no votar por Macron porque era un candidato inexperto e independiente? Es como si Octavio Paz, en los días en que Vargas Llosa fuera candidato en 1990 a la Presidencia de su país y con quien tenía varios desacuerdos, hubiera sugerido al pueblo peruano no votar por un candidato "profundamente de derecha". No hay que olvidar que el autor peruano ya había acuñado en 1990 la frase que irritó tanto a nuestro poeta: "México... es la dictadura perfecta". Lo feliz que ha de estar Vargas Llosa (82 años), ahora ciudadano español, al lado de Isabel Preysler (67 años), servido por un mayordomo con saco blanco, en la mansión de Madrid de cuya chimenea cuelga la pintura de su dueña, Isabel Preysler, vestida toda de rojo. Al fin a él ya poco le importa lo que suceda en América Latina.
Seamos tolerantes. Respetemos a los que piensan diferente y a los escépticos. ¿Por qué no pedirles, sin embargo, que duden un poquito de sus certidumbres y que con toda salud mental disfruten de esta "luna de miel" que se ha dado entre la iniciativa privada y el próximo gobierno? "Seguimos en luna de miel, y seguiremos en luna de miel. Que siga la luna de miel", dijo Alfonso Romo, propuesto por AMLO como jefe de la Oficina de la Presidencia.
Coincidiendo con Romo, no podemos dejar de preguntarnos realísticamente ¿cuánto durará esta luna de miel? Seguramente dependerá mucho de la economía, de lo que se acuerde con Trump, de la confianza que nos siga inspirando López Obrador, de nuestra buena disposición y de que "las cosas chingonas" se cumplan.
gloaezatovar@yahoo.com
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 Adiós al discurso de “ni un vidrio roto”/FRANCISCO GARFIAS
Excelsior...
“Nací en la hegemonía del PRI y me voy a morir en la hegemonía de Morena…”, vaticinó ayer, pesimista, una conocida politóloga quien, al darse cuenta de que tomábamos nota, pidió el anonimato.
A la experimentada socióloga le preocupa la ruptura de los equilibrios derivada de la presencia mayoritaria de legisladores afines a López Obrador en el Congreso, tras su aplastante victoria en las elecciones del pasado domingo. 
Y es que el perfil autocrático que ha caracterizado al candidato triunfador induce a pensar que en la legislatura que viene habrá “línea” del Ejecutivo al Legislativo, sin importar mucho la división de poderes.
Andrés Manuel tiene una “imagen limitada de esa división de poderes”, como bien apunta Enrique Krauze en su libro El pueblo soy yo (Editorial Debate).
Ni siquiera habrá equilibrios a nivel local. El nuevo partido dominante tendrá mayoría absoluta en 18 congresos estatales. Suficiente para hacer pasar reformas a la Constitución, en caso de que el futuro presidente decidiera modificarla.
La coalición Juntos Haremos Historia no logró la mayoría calificada (dos tercios) requerida en el Congreso de la Unión para cambiar la Carta Magna, pero no está lejos. Le será fácil negociarla.
Como lo dijo ayer el senador del PAN, Héctor Larios, en la primera sesión que la Comisión Permanente celebra bajo  el México guinda:
“El mayor reto del próximo gobierno no será que la oposición critique las fallas en la administración pública o el incumplimiento de promesas de campaña, sino que se ejerzan Miguel Barbosa y los morenos de Puebla pueden arruinar el clima de armonía que rodea la victoria de Andrés Manuel López Obrador. Por lo pronto, ya hicieron trizas el discurso del triunfador en la elección presidencial de que Morena “no ha roto un vidrio”. 
El lunes rompieron sillas, mesas, escritorios, puertas en los salones del Hotel M&M de la ciudad de Puebla, con el pretexto de que allí se cometían “mapacherías” para favorecer a la candidata del Frente, Martha Erika Alonso, lo que al final resultó falso.
En lugar de presentar una denuncia ante la Fepade, los dirigentes de Morena en Puebla rompieron bocas y narices de panistas que trabajaban en ese hotel en los cómputos distritales con copias de las actas de la elección de gobernador que tienen todos los partidos. 
“Morena acepta los resultados de cinco de las seis elecciones, donde ganaron. Dice que allí todo fue transparente. Pero donde pierden, que es precisamente la gubernatura de Puebla, dicen que hubo fraude. Lo que no ganaron en las urnas lo quieren arrebatar a la mala”, nos dijo el senador poblano Javier Lozano.

Jesús Zambrano, diputado del PRD, aprovechó la tribuna de la Comisión Permanente para pedir que ya se ponga un alto a los hechos violentos de los morenistas en Puebla.

“Los que perdimos, lo reconocimos ese mismo día. Lo que no ha sucedido en estados como Puebla, en donde (los morenistas) perdieron… y han generado hechos de violencia que, exigimos, también, que no continúen, que se terminen…”.

El demócrata Bill Richardson, exembajador de Estados Unidos ante la ONU, exgobernador en Nuevo México, es uno de los políticos gringos que más lazos tiene con nuestro país.
Apenas se supo el resultado de la elección en México, el también exsecretario de Energía en el gobierno de Bill Clinton le dio un consejo a Trump, vía CNN, sobre cómo tratar a López Obrador:

Para empezar, le pide que no lo presione con “exigencias irracionales” como pagar por el muro fronterizo.

Advierte que el próximo Presidente de México se le podría convertir en “una piedra en el zapato” si lo aísla como ha hecho con sus aliados europeos.

AMLO “puede negarse a cooperar en asuntos bilaterales críticos como drogas, cárteles, comercio, inversión”,  subraya.

Y le sugiere llamarlo por teléfono (cosa que ya hizo Trump); no obligarlo a usar su capital político para defenderse de las presiones de la Casa Blanca; resolver el TLC; dejar de usar a Jared Kushner como canal y enfocar la nueva relación a temas de interés común.

Por cierto, Héctor Vasconcelos, anunciado como canciller en el próximo gobierno de la República, declaró ayer que la llamada del presidente Trump con AMLO fue “en buen tono” y de un absoluto respeto.

Los priistas ya salieron a buscar culpables de la crisis en la que están hundidos, luego de obtener los peores resultados registrados en elecciones federales y locales en sus casi nueve décadas de existencia. 
Pareciera que no han tomado conciencia de que la rapacidad de algunos exgobernadores del tricolor, la tolerancia a la corrupción (Odebrecht, Casa Blanca, Socavón), la incapacidad de controlar la violencia, los llevó a donde están.

Cuenta un senador de ese partido que en la reunión previa de la bancada del PRI en la Comisión Permanente, el mismísimo Emilio Gamboa reveló que hay legisladores que se le han acercado para manifestar su rechazo a que Enrique Ochoa asuma la diputación plurinominal que tiene amarrada.

Quieren al expresidente nacional del PRI de “chivo expiatorio”.

“Luego del comentario de Gamboa, un legislador dijo que él se sumaba a esa petición, luego otro y otro, hasta llegar la media docena”, precisó la fuente.

Parametría, Enkoll, que se publica en La Silla Rota, y Berumen, fueron las encuestas más certeras en cuanto a preferencias en la elección presidencial, según el análisis que los especialistas Adrián Villegas y Verónica Malo presentaron ayer en el programa de Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula.
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El papa Francisco y AMLO/FRED ÁLVAREZ
La Silla Rota, 5 de julio de 2018..

Pese a no ser el candidato favorito de los obispos, lo ven con buenos ojos ya que el tema de la libertad religiosa formará parte de su agenda. | Fred Álvarez
Casi nadie recuerda pero el 29 de marzo, antes del inicio oficial de la campaña presidencial, AMLO publicó un video en su cuenta de Facebook en el que se identificó con el pensamiento cristiano y reafirmó su compromiso de estar abierto a un diálogo con todos los grupos religiosos.
El ganador era Andrés Manuel López Obrador
Muy temprano, pasadas las 20 horas del domingo 1 de julio, cuando todavía no oscurecía en la Ciudad de México, y con apenas nueve minutos que habían cerrada las casillas en el norte del país, el todavía candidato a la presidencia de la República por la coalición Todos por México, José Antonio Meade salió a dar la cara en una conferencia de prensa y decir que las tendencias no lo favorecían; en suma que el ganador era Andrés Manuel López Obrador: "él tendrá la responsabilidad de conducir el Poder Ejecutivo y, por el bien de México, le deseo el mayor de los éxitos.....", subrayó ante el silencio profundo de los asistentes en el auditorio del PRI, quienes aplaudieron la firme decisión del demócrata Meade...
¡Esa frase exorcizó por completo el fantasma del fraude!
No había ninguna duda, el triunfo del tabasqueño era contundente.
Treinta minutos después, hizo lo mismo Ricardo Anaya, candidato de la coalición Por México al Frente. Anaya dijo incluso que ya había hablado por teléfono con el ganador: "reconozco su triunfo, le expreso mi felicitación y le deseo el mayor de los éxitos por el bien de México"; aunque reiteró que el gobierno usó facciosamente a las instituciones para golpear su candidatura; empero, eso si -precisó -, ello "no mancha la victoria de López Obrador. La ciudadanía quería un cambio y optó mayoritariamente por la opción que él representa".

La función había terminado

No se esperaron a la formalidad de los viejo tiempos, todos creíamos que había que esperar hasta pasadas las 23 horas de ese día para que el Presidente del INE, Lorenzo Córdoba, informara de los resultados. No hubo necesidad.
Quizá así estaba preparado el guion, o fue algo espontáneo, no sabemos..., el asunto es que así ocurrió...1
En ese momento el país estaba de fiesta, los mercados financieros internacionales tranquilos, la prensa internacional le dio vuelo a la nota.
La generosidad de los perdedores había exorcizado al fantasma de la violencia poselectoral. 
Además había una buena señal, había acudido a las urnas el 63 del electorado nacional, en algunos casos como en la Cuidad de México, el abstencionismo se redujo ya que acudió a votar el 70% de la ciudadanía.
Y como sabemos AMLO, Morena y sus aliados –PT y PES-, se llevaron carro completo en todos los cargos de elección, con algunas excepciones...
El quid es que el país cambió en pocas horas. El otrora poderosísimo PRI se quedaba en un lejano tercer lugar, nadie dijo nada, todo mundo calló.
Esa noche, en un hotel de la Ciudad de MéxicoAMLO envió un mensaje mesurado, conciliador. atrás -muy atrás-, quedaba el candidato bronco que mandaba al diablo a las instituciones.
Y lo sorpresivo fue que en menos de 48 horas era recibido en Palacio Nacional por el presidente Peña Nieto, quien para hacerlo cambio toda su agenda;AMLO iba acompañado con un selecto séquito, encabezado por siete personajes: Urzua, RomoEbrard, Sánchez, Vasconcelos, Clouthier, Yáñez y Scherer.
En Palacio Nacional se le dio el trato -sin tenerlo aún-, de Presidente electo. la generosidad de EPN fue enorme.
Al salir de la cita AMLO habló con la prensa. En un mensaje de más de media hora agradeció al C. Presidente de la República Enrique Peña Nieto por actuar de manera respetuosa durante el proceso electoral. "Me consta que cuando un Presidente interviene en las elecciones no hay una auténtica, una verdadera democracia", dijo.
Para el candidato electo, fue un encuentro cordial, amistoso y muy importante, en donde se abordaron temas de la transición, incluso dijo que EPN lo invitó y que él aceptó participar en la reunión de la Alianza del Pacífico, en Puerto Vallarta, el 24 de julio, sin embargo, reiteró que será hasta que se valide formalmente la elección cuando comenzarán a trabajar los equipos.

La invitación al papa Francisco

Entre lo que prevaleció y fue de llamar la atención es hacer pública -ratificar- la invitación al papa Francisco y a otros líderes religiosos a sumarse a un plan para lograr la paz en el país que sufre el embate brutal de la violencia y el narcotráfico.
Lo dijo en campaña y lo ratificó como virtual presidente: "hoy se va hablar sobre la convocatoria de dirigentes religiosos del mundo y de México, a dirigentes de organismos sociales y a defensores de derechos humanos, además de la invitación de la ONU. Vamos a invitar al papa Francisco", aseguró.
Hasta donde sabemos, ni la nunciatura apostólica en México ni la Santa Sede se ha manifestado sobre la iniciativa del hoy presidente virtual; pero no se descarta, y es muy probable que se concrete.
"López Obrador es un buen candidato", le habría comentado informalmente el Papa Francisco a una persona de su más estrecha confianza, pocas horas antes de la elección, dice Andrés Beltramo en la web Vatican Insider.
Ellos nunca se han encontrado salvo un breve saludo que tuvieron el 14 de octubre de 2015 en la audiencia pública semanal en la Plaza de San Pedro del Vaticano. En aquella ocasión AMLO viajo a Roma y le expresó al papa jesuita "reconocimiento, admiración y respeto" a través de una carta, y le entregó un regalo. En una de las imágenes podemos apreciar cómo el Papa toma la mano a López Obrador.
En la carta que le entregó al papa jesuita, AMLO expuso: "vine a entregarle una medallita de fray Bartolomé de Las Casas, defensor de los indios, en el inicio de la dominación colonial en México".
Mencionó que su propósito principal es "transmitir mi más sincero reconocimiento a su labor, como un Papa misionero, de verdad cristiano".
Y aprovechó para transmitirle un mensaje:
"Por nuestra parte, le compartimos que continuamos trabajando para lograr una transformación que nos permita eliminar la corrupción política, que ha sido la causa principal de la desigualdad, de la pobreza y de la violencia que padecemos en México".
"Este cambio de régimen lo estamos impulsando por la vía pacífica y electoral, convenciendo, incluso, a los adinerados de no dar la espalda a los que sufren, bajo la premisa de que solo siendo buenos podemos ser felices, y de que por el bien de todos, primero los pobres".
Cerró su carta así: "Me despido de usted, reiterando mi más profundo reconocimiento y respeto".
La misiva está fechada este 14 de octubre de 2015.
¿Le tomara la palabra el papa Francisco?
Quizá.
Como sabemos el papa Francisco ha participado en otros procesos de pacificación, obviamente con otras características distintas a México.
Jugó un papel determinante en las negociaciones de paz entre las Fuerzas Revolucionarias Armadas de Colombia (FARC) y el gobierno de Juan Manuel Santos, asimismo en la firma de una acuerdo de paz entre ambas partes se hizo el 26 de septiembre de 2016, en La Habana, Cuba. También el papa Bergoglio fue clave en el restablecimiento de las relaciones de Cuba con Washington DC. 
AMLO ha dicho una y otra vez que la intervención del pontífice puede ayudar a resolver el grave problema de inseguridad y violencia que vive el país.
Andrés Beltramo en la Web Vatican Insider dice que la relación entre el Papa y López Obrador se mantiene, por ahora, como un rompecabezas para armar. Y subraya que le resulta sugestivo que el diario vaticanoL´Osservatore Romano, haya reservado a la noticia de la elección del nuevo presidente mexicano un espacio de primer orden en su edición vespertina en italiano del lunes 2 de julio. 
En efecto en la portada, junto a la nota principal, el director Gian Maria Vian decidió colocar una foto icónica de AMLO festejando la victoria en medio de una lluvia de papelitos. 
Nada es casual...
Nada que ver con los videos de campaña que algunos perversos elaboraron en los cuales se afirmaba que el Papa le respondía con mensajes hostiles a López Obrador. Fueron propaganda sucia: fake news.
No es casual que apenas unas horas después de la jornada electoral, el presidente de la Conferencia del Episcopado,  y  arzobispo de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega, firmó una nota institucional en la cual felicitó al ganador:  "Saludamos y felicitamos, con respeto y cercanía, al Lic. Andrés Manuel López Obrador, a quien los resultados preliminares del Instituto Nacional Electoral han declarado ganador. Todos estamos llamados a colaborar, de forma positiva con nuestras autoridades electas".
En el mismo sentido se expresó el cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo Primado de la Ciudad de México quien regresó de Roma a votar.
Carlos Aguiar Retes@ArzobispoAguiarMe congratulo por la gran participación de los ciudadanos en la jornada electoral. Ahora, a trabajar todos por el bien de México para  desarrollar una sociedad reconciliada, fraterna y solidaria.21:43 - 1 jul. 2018
La ciudadanía -dijo Aguiar-, optó por un proyecto de nación y de ciudad "surgidos de la alternancia; ahora nos toca a todos colaborar con nuestras autoridades para que la anhelada transformación que demanda la sociedad pueda hacerse efectiva".
Y aunque -hay que decirlo-, AMLO no era el candidato favorito de los obispos, hoy lo ven con buenos ojos debido a que el tema de la libertad religiosa formará parte de su agenda1
Enhorabuena.

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