12 may 2008

Aguas con la mota

El cannabis eleva el riesgo de problemas mentales
Un informe del Gobierno de EE UU relaciona el consumo de marihuana con la depresión y los brotes psicóticos
DAVID ALANDETE
Publicado en EL PAIS- Washington - 13/05/2008;
Puede que en el Estado de California sea legal fumarse un cigarrillo de marihuana, si el médico lo receta, para aliviar los dolores asociados a enfermedades como el cáncer o la artritis, pero la Administración federal republicana sigue imparable en su lucha contra el consumo de esta droga. El último instrumento en esta ofensiva es un informe de la Oficina Nacional de Control de la Drogadicción que asegura que su uso puede causar en el futuro problemas mentales como ansiedad, depresión, brotes psicóticos o incluso tendencias suicidas.
Según el nuevo estudio de la Casa Blanca, el uso de la marihuana aumenta el riesgo de sufrir enfermedades mentales en un 40%. Aquellos adolescentes que fuman un porro al menos una vez al mes durante un año corren un riesgo tres veces mayor de tener tendencias suicidas que aquellos que no consumen esta droga. Son éstas cifras alarmantes para un país en el que 94 millones de personas han probado la marihuana al menos en una ocasión en su vida. Las autoridades calculan que unos 2,3 millones de menores de edad fuman cannabis como poco una vez al mes.
El mayor riesgo, sin embargo, lo corren las niñas. "Las adolescentes que fuman marihuana a diario presentan un mayor riesgo de desarrollar depresión y ansiedad. De hecho, su riesgo es cinco veces mayor que el de las que no fuman marihuana".
El estudio da por cierta una correlación que no generaba unanimidad en la comunidad científica: la del abuso del cannabis y el desarrollo de esquizofrenia, la "del incremento de la frecuencia de síntomas psicóticos después del uso habitual" de la sustancia. El Gobierno trata de frenar la ofensiva de ciertos Estados como California u Oregón, en los que se ha adoptado el uso médico de marihuana. "Lo de alabar las propiedades benignas de la marihuana es algo que hemos heredado de los años sesenta", explica Larry Greenhill, presidente de la Academia de Psiquiatría de Niños y Adolescentes. "Esa teoría está siendo fuertemente rebatida por investigadores, científicos y médicos".
Hasta ahora, instituciones tan prestigiosas como el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de EE UU habían reconocido "efectos innegables" del abuso de esta droga, como aumento de la frecuencia cardiaca, bronquitis crónica o riesgo de cáncer de pulmón. En un terreno tan delicado como el de la depresión, el remedio puede ser peor que la enfermedad. Según el Instituto Nacional de Salud Mental, un 12% de los adolescentes de EE UU sufre depresión. Muchos de ellos, ante la inexplicable tristeza que les aborda, tratan de aliviar sus problemas con drogas consideradas "menores", como la marihuana.

Encuesta en EE UU

Una reciente encuesta revela que los católicos norteamericanos comprenden mejor la enseñanza de la Iglesia católica, tienen una impresión más positiva del Papa y es más probable que acudan a votar, tras la visita de Benedicto XVI a EE UU.
Los datos recogidos por el Instituto de Opinión Pública del Colegio Marista revelan que el viaje del Papa tuvo una clara influencia en los católicos practicantes y no practicantes.
Por ejemplo, la proporción de católicos practicantes que describen positivamente a Benedicto XVI como un líder espiritual pasó del 70% antes de la visita, al 82% después, un incremento del 12%. Entre los no practicantes, la proporción fue del 62% antes de la visita, al 79% después, un aumento del 17%.
Una mayoría de católicos, el 54%, dijo que se sentían más al tanto de sus valores espirituales como resultado de la visita del Papa, y el 41% dijo que era más probable que votaran en las próximas elecciones presidenciales.
El 88% de los católicos practicantes, y el 73% de los católicos no practicantes dicen que el viaje respondió o excedió sus expectativas. Y más del 70% de los católicos tienen una visión más positiva de la Iglesia como resultado de la visita, incluyendo el 82% de los católicos practicantes y el 56% de los católicos no practicantes.
El caballero supremo de Colon Carl Anderson dijo que los resultados de la encuesta "muestran claramente que el Papa Benedicto se ha presentado a los católicos de EE UU con una tremenda oportunidad. Los estadounidenses son un pueblo religioso, y respondieron muy positivamente al mensaje de fe, esperanza y amor que el Santo Padre difundió a lo largo de su visita. Es el momento de que todos nosotros en la comunidad católica atravesemos la puerta que nos ha abierto y trabajemos juntos para construir la civilización del amor".
El Instituto de Opinión Pública del Colegio Marista -dependiente de Lo Caballeros de Colon-, entrevistó a 1,013 adultos de todo el país y los resultados de la encuesta publicada el 9 de mayo son estadísticamente significativos al ±4,4%.
Todas las encuestas fueron hechas entre el 22 y el 29 de abril de 2008, inmediatamente a continuación del retorno del Papa a Roma. resultado completo del estudio se puede ver en: www.kofc.org/un/cmf/resources/Communications/documents/catholics_reflect.pdf

Las narraciones de Garzo


"El mundo del secreto pertenece al ámbito de la ficción, el del misterio al de la verdad. Somos dueños de nuestros secretos, pero es el misterio el que nos posee" Garzo.
Las enseñanazas de Sherezade/Gustavo Martín Garzo
Publicado en EL PAÍS, 11/05/2008;
Un mito es una historia que, afectando a toda una comunidad, es juzgada por sus miembros como verdadera. Según esto, frente a las historias inventadas, con las que los hombres entretienen su tiempo y avivan su fantasía, existirían las historias verdaderas, que nos hablarían de lo que íntimamente son.
Por ejemplo, las historias que se refieren al origen de las cosas son míticas. La historia del paraíso lo es para el universo cristiano y judío porque en ella se habla de la causa por la que empezó el exilio del hombre en la tierra. Y, en el mundo griego, la historia de Prometeo o la de Demeter y Proserpina son míticas, ya que en ellas se habla, respectivamente, del descubrimiento del fuego y de los ciclos productivos asociados a las estaciones.
Las historias míticas abarcan un espectro muy amplio y pueden referirse desde a grandes dramas del espíritu humano, como la expulsión o el éxodo, hasta a asuntos menores como la creación del vino o el origen de las flores. El narciso surge de la metamorfosis de un joven y bello pastor que se enamora de su reflejo en el agua; el heliotropo, que siempre mira al sol, es la forma que toma la ninfa Clitia al languidecer de amor; el laurel oculta el cuerpo tembloroso de Dafne; y los lirios son gotas de leche vertidas por la diosa Hera cuando alimentaba al pequeño Hércules.
Las historias verdaderas se oponen a las historias inventadas en que, mientras que aquellas dicen la verdad de lo que somos, éstas no serían sino fórmulas complacientes que nos ayudarían en la tarea de hacer más gratas nuestras horas de soledad.
En nuestro universo cristiano, la conmemoración del nacimiento de Jesús es una historia verdadera, mientras que el cuento de La Bella Durmiente es una inventada. La primera afecta a toda la comunidad de creyentes; la segunda, pertenece a ese ámbito de la intimidad que es el espacio de la crianza de los niños. Pero no siempre es fácil distinguir unas de otras. Nada diferencia, por ejemplo, la historia de la Anunciación de las historias de Rapónchigo o de Blancanieves. Una muchacha que recibe la llegada de un ángel, y que concibe un niño llamado a ser el rey de los hombres, ¿no es el comienzo de un cuento de hadas?
Pero el niño posee un pensamiento mágico en que realidad y ficción se compenetran y fecundan y no tiene claro los límites que separan los dos mundos. Un niño pequeño cree con naturalidad pasmosa la historia de Noé, pero también la de San Jorge y el Dragón o la de Peter Pan, que es ese malicioso personaje que vive anclado en la infancia; por lo que esa distinción entre lo real y lo ficticio siempre le será extremadamente difícil de llevar a cabo, y sólo la intervención del adulto podrá ayudarle en esa tarea.
Al hombre arcaico le pasaba algo parecido. Pensemos, por ejemplo, en las historias de aparecidos. Nuestros antepasados tenían que enfrentarse al enigma de la muerte y aquellas his-torias de familiares que regresaban de sus tumbas a intervenir en el mundo de los vivos, lejos de ser un mero entretenimiento, tenían el carácter de historias verdaderas que estaban en la base de la constitución misma de lo real. Walter Benjamin dijo que nuestro mundo es rico en información pero pobre en historias memorables, queriendo advertir, según creo, del empobrecimiento que había supuesto para el mundo del relato la pérdida de su sustrato mítico.
Curiosamente, la falta de referencias a esas historias verdaderas que constituyen la base del mito ha provocado un empobrecimiento tanto de la realidad como de la ficción. De lo que es sin duda un ejemplo ese mundo tan comentado de las leyendas urbanas, que en el mejor de los casos apenas sirven para otra cosa que para hacernos más grata la sobremesa. La ficción entendida como mero entretenimiento, como mundo paralelo que nos permite sortear el aburrimiento y el cansancio de lo real, termina por convertirse en un juego banal que apenas es capaz de provocarnos algún que otro estremecimiento. O dicho de otra forma, las ficciones nos pertenecen; las historias verdaderas no. Aún más, son ellas las que nos dicen lo que somos y lo que cabe esperar de nosotros. Es la misma diferencia que existe entre el mundo del secreto y el del misterio. El mundo del secreto pertenece al ámbito de la ficción, el del misterio al de la verdad. Somos dueños de nuestros secretos, pero es el misterio el que nos posee.
Pero el mito y el misterio han desaparecido de nuestras vidas, y el hombre contemporáneo ha dejado de creer que existan historias verdaderas. ¿Quiere decir esto que su vida se ha hecho más real? Más bien sucede lo contrario. Es la paradoja de los mitos, que a su manera son dadores de realidad. En los evangelios se nos dice que uno de los discípulos descubre al Jesús resucitado por la forma en que éste parte el pan en la mesa. Los restaurantes actuales entregan cartas de panes a sus clientes, pero es difícil que el pan llegue a tener para ellos la materialidad que tenía para los creyentes que escuchaban aquel relato. Incluso unas simples lentejas nunca serán las mismas para quien, tras crecer bajo el influjo misterioso de la Biblia, haya escuchado la historia de la traición de Jacob a Esaú. Es la paradoja del mundo del mito, y de sus historias verdaderas, que dan a los sueños la solidez de lo real, y a la realidad la intensidad de los sueños.
El planteamiento de una obra como El Decamerón no es, en el fondo, distinto al de estos concursos en que un grupo de hombres y mujeres jóvenes se ven obligados a permanecer aislados frente a las cámaras de televisión. En El Decamerón era la peste la que les hacía huir, y entonces daban en contarse historias con las que trataban de distraerse de sus angustias, pero en las que también se preguntaban por el mundo del deseo, por el significado de la dicha y del dolor, y con las que trataban, en definitiva, de conjurar a la muerte. Lo que no sucede en absoluto en los programas aludidos, en los que asistimos a un cúmulo de despropósitos y tópicos que ratifican el radical descrédito de lo real que padece el mundo actual.
Sherezade visitaba al sultán cada noche y gracias al arte de sus relatos no sólo logró salvarse, sino salvar la vida de cuantas muchachas habrían tenido que sucederle en su lecho. El mundo del relato siempre ha ido unido a la pregunta por el poder de la muerte, y a la necesidad de encontrar una manera de burlarla. Y es cierto que el mundo de la ficción no pertenece exactamente al mundo del mito, pero aspira a reflejar una parte de su verdad. Y así el mito vuelve a nosotros y, al hacerlo, la realidad se abre y nos entrega sus frutos más sabrosos. Bien mirado, ¿no es ésa la aspiración del narrador? Un puente entre la verdad y el mundo real, eso son todas las historias que merecen la pena.

Aquel Mayo francés de 1968

Este martes 13 de mayo se cumplen 40 años.
13 de mayo del 68/Editorial, El Tiempo
13 de mayo de 1968, mañana hará 40 años, París dejó de ser una fiesta y se convirtió en una colosal manifestación.
Ese día más de un millón de estudiantes, obreros y ciudadanos salieron a la calle y se aprestaron a respaldarlos otros 10 millones de franceses, en su mayoría universitarios y trabajadores. Por primera vez en más de siete siglos se cerró la Universidad de la Sorbona.Fue el apogeo de la primavera de París, aquel mes efervescente que dejó una huella en el siglo XX y significó, a la larga, el derrumbe del presidente Charles de Gaulle.
'Mayo del 68', como generalmente se conoce a estas jornadas, es parte notable de un año que se destaca sobre muchos otros en los últimos cien años. Un año que sacudió valores, trastornó sociedades, dejó magnicidios que cambiaron la Historia, produjo decepciones y alentó un nuevo espíritu en Occidente. Ese espíritu, rebelde, desprendido, romántico, libertario, caracteriza a la década de los 60.
El paro general del 13 de mayo en París culminó con la ocupación del Teatro Odeón, famosa sala del Barrio Latino, que quedó convertido en "templo de la libertad de palabra", donde peroraban a toda hora del día oradores espontáneos.
La espontaneidad fue nota peculiar del espíritu de mayo. Había brotado en noviembre de 1967 en la facultad de letras de la Universidad de Nanterre en demanda de la democratización del sistema de notas y exámenes; se expresó de nuevo con objetivos más amplios en marzo del 68, y se convirtió en queja contra el sistema en general -caduco y oficialista- dos meses después.
Manifestaciones y barricadas se extendieron a otros institutos y finalmente a las fábricas, sin que intervinieran en un primer momento los partidos políticos ni los sindicatos. No fue una revolución de la izquierda tradicional, sino espontánea explosión generacional que quería aire fresco en la sociedad y en las aulas.
El propio Partido Comunista denunció inicialmente a los estudiantes como "seudorrevolucionarios" y a su líder, Daniel Cohn-Bendit, como "anarquista judeo-alemán". Algo parecido ocurrió con los trabajadores, que ocuparon fábricas contra las advertencias de los sindicatos, hasta que estos se plegaron a la mayoría. ¿Qué criticaban unos y otros en mayo del 68? Los estudiantes protestaban contra la sociedad de consumo, la guerra de Vietnam, el espíritu imperial del Gobierno, la represión sexual, el anquilosado sistema de estudios superiores y ejercicio profesional, que otorgaba poderes extremos a unos círculos cerrados. Los trabajadores pedían mejoras salariales y, una vez obtenidas, se bajaron de la protesta.
El de mayo fue un movimiento caótico, irreverente e imaginativo. Hubo heridos y aporreados, pero ningún muerto. Y hubo piedra, mucha, pero también ingeniosas consignas que quedaron pintadas de manera perdurable en los muros y en la memoria colectiva: 'Prohibido prohibir', 'Seamos realistas, pidamos lo imposible', 'Aburrirse es contrarrevolucionario' y decenas más.
¿Vencieron los estudiantes? La respuesta a esta pregunta se ha debatido durante 40 años.
El escritor español Juan Goytisolo señala que "apostaron sus ilusiones y perdieron hasta el alma". Otros atribuyen a este revolcón todos los males de las décadas siguientes.
Ambas son visiones parciales y negativas. Mayo del 68 no puede juzgarse aislado de otros acontecimientos coetáneos, como las protestas estudiantiles en el este de Estados Unidos, la revolución hippy en Inglaterra y California, el auge del rock, el alboroto izquierdista en los conventos y la agitación política en las universidades latinoamericanas.
Todo ello, sumado, dio como resultado un sacudón profundo en las costumbres y las relaciones generacionales. Algunos aspectos suyos, como la militancia política, cambiaron con los años; otros, como la liberalidad sexual, se afincaron y los heredaron los hijos de aquellos revolucionarios melenudos.
En cuanto al consumismo, acabó imponiéndose cuando los que protestaban mejoraron sus ingresos.
Aquel mayo del 68/Antonio Sáenz de Miera
Publicado en ABC, 12/05/08;
Sarkozy arremetió contra el 68 en su conocido discurso de Bercy. Allí estaba André Glucksman, destacado sesentayochista, para apoyarlo en su carrera presidencial. ¿Qué fue el 68? ¿Qué pasó aquel año para que se siga hablando de él con tanto ardor, para que siga siendo un arma electoral? Es verdad que ahora estamos de cuarenta aniversario y es tiempo de conmemoraciones, de fastos y de reclamos editoriales. Glucksman justifica a Sarkozy, y se justifica a sí mismo, diciendo que sus críticas iban dirigidas por elevación a los socialistas de la era Mitterrand. Probablemente sea cierto; era una argucia para ganar las elecciones. Pero si Sarkozy acudió al 68 en un momento decisivo de la campaña electoral, es porque consideraba que seguía estando muy presente en la escena política francesa. Una encuesta reciente del «Nouvel Observateur» le da la razón: la mayoría de los franceses siguen viendo en aquellos sucesos un acontecimiento importante de la historia de su país; aún más, dos tercios de la población declara que hace cuarenta años hubieran estado del lado de las barricadas y de los huelguistas.
No le demos más vueltas: el 68 francés es ya un mito, y como tal se presta a interpretaciones diversas, contradictorias e interesadas. En ocasiones, de manera intencionada, no se trata tanto de recordar exactamente lo que fue y significó aquella crisis, aquella revuelta callejera, aquel terremoto político y social (de todo ello hubo un poco), como de crear una imagen reconocible, pero incompleta y distorsionada, a la que dirigir ataques con propósitos concretos, inmediatos. Sarkozy no hablaba de aquello sino de otra cosa, no decía lo que dijo sino lo que muchos franceses entendieron que quiso decir. Un galimatías, vamos, para alguien no avisado. Pero si nos atenemos a la realidad cruda y compleja de lo que ocurrió en el 68 en Francia comprenderemos muy bien que allí hubo «mar de fondo» que afectó a todos y a todo.
Desde luego, no fue sólo una batalla perdida de la izquierda política, fue también un movimiento profundo, un corrimiento de tierras que generó un nuevo mapa social. Pero aquellos desórdenes inquietantes no pretendían, en ningún caso, desmantelar las estructuras básicas de la sociedad capitalista. No, no se produjo una revolución; esa posibilidad era ya un puro anacronismo en el 68. El tiempo de las revoluciones había pasado en Europa (la primavera de Praga estaba a la vuelta de la esquina) y esa fue, probablemente, una de las lecciones históricamente más significativa de aquellos sucesos. Pero casi nada seguiría siendo lo mismo. Esta es la gran paradoja de aquel mayo sorprendente; se jugaba a la revolución cuando lo que de verdad se estaba produciendo era un apuntalamiento del sistema. Una vez más Lampedusa, esta vez en estado puro.
Para tratar de entender la complejidad de aquella tumultuosa e inesperada explosión, conviene recordar que en aquel mayo hubo algo más que una «toma de la palabra» fecunda y efectista en sus mensajes nihilistas y revolucionarios. Lo que diferenció al 68 francés de los numerosos sucesos que se produjeron aquel año en gran parte del mundo, fue que a la inicial agitación universitaria se sumó una oleada de huelgas de dimensiones no conocidas en Francia desde el 36. La vida económica y social del país quedó paralizada y, en algunos momentos, se vio en peligro la existencia misma de la V República. Algo así no ocurrió en México, Berlín, Berkeley o Pekín. Fue únicamente en Francia en donde al lado, y en gran medida al margen, de la revuelta estudiantil, se desarrolló un largo y profundo conflicto laboral que, para muchos sociólogos, prefiguraba las luchas sociales del futuro. Sin embargo ese mayo social ha quedado casi siempre relegado u olvidado, ya sea por ignorancia o por interés. Ni siquiera la población obrera, según la encuesta del «Nouvel Observateur», se acuerda ya de los Acuerdos de Grenelle que pusieron fin a las huelgas y consiguieron importantes avances para las clases trabajadoras. Es el mayo de «La imaginación al poder» y «Prohibido prohibir» el que sigue presente en la mitología mediática, cuando la única forma de llegar al nudo de la cuestión del 68 es, a mi jucio, profundizar en lo que sucedió en las fábricas y en las manifestaciones obreras.
Aquella crisis social sacó a la luz las claves esenciales de un proceso de larga duración en el campo sindical, en la concepción del trabajo y de la empresa, en las relaciones laborales y también en el terreno de las aspiraciones individuales y de los comportamientos sociales. La era estaba pariendo una nueva forma de vida pero dentro de unas estructuras básicas que, en el fondo, insisto, nadie trató de cambiar. En la ocupación de las empresas, por ejemplo, se respetó en todo momento el material y la maquinaria de producción: aquello sí que era una verdadera declaración de intenciones, un reconocimiento implícito del valor del trabajo y del empleo. Las relaciones estudiantes y obreros, alentadas con tanto entusiasmo por Sartre, no llegaron nunca a producirse: los estudiantes lo intentaron repetidamente, pero los trabajadores estaban en otra guerra.
El sociólogo Michel Crozier lo explicó con claridad: los franceses no se habían embarcado en aquellas huelgas masivas para poner fin a la explotación capitalista o para construir la sociedad sin clases. Lo que se estaba poniendo en cuestión era un estilo arcaico de relaciones humanas y de gestión de la empresa. Es decir, algo así como una revolución dentro del sistema; todo tenía que cambiar para que todo siguiese igual. Era necesario introducir «buenas costumbres en la industrialización» , escribió Debray, «no porque lo reclamaran los poetas, sino porque lo exigía la modernización de Francia». En otro orden de cosas, en el 68 se pudo percibir el primer y espectacular aviso de que el Estado Providencia no daba para más. Cuando en el año 81 los socialistas llegan al poder se encuentran con esta cruda realidad: la acción del Estado tiene unos límites que no se pueden franquear. Así lo reconoció Michel Rocard cuando habló del «irrealismo» de cualquier proyecto político que tratase de resolver los problemas sociales y económicos contando únicamente con el aparato del Estado. A Mitterrand le costó más tiempo entender esa lección del mayo francés, pero, finalmente, no tuvo más remedio que aceptarla.
Una determinada concepción del mundo había pasado a la historia. Quizás haya que darle la razón a Cohn Bendit cuando nos invita a «olvidar el 68» porque todo lo que se podía conseguir ya se ha conseguido. Cuarenta años después, aquel 68 sigue estando vivo, sin embargo, con sus rostros poliédricos y contradictorios, con sus interpretaciones y sus lecciones más o menos interesadas. Sarkozy lo ha traído de nuevo al debate público al atribuir los males de Francia a su herencia. Es curioso porque hay mucho del 68 en el actual presidente de la República: en sus gestos públicos, en su forma de vida, pero también en sus ideas. Sarkozy es, en el plano político, un efecto más de la larga estela de aquel mayo. Su rechazo frontal del 68 es puramente sesentayochista.
No a privatizar la experiencia/A. Fernández-Savater y D. Cortés, responsables del ciclo Con y contra el cine. En torno a Mayo del 68
Publicado en LA VANGUARDIA, 11/05/2008;
Hay un criterio infalible para reconocer a un participante del Mayo francés que guarde fidelidad a aquella experiencia en lo que tuvo de más hondo. No se prestará fácilmente a hablar de ella, y menos aún cuando se le reclama en las efemérides o desde instancias mediáticas. ¿Por qué esta reticencia? Pueden apuntarse varias razones. Un sentimiento muy arraigado de lo común de la vivencia, del carácter anónimo y colectivo del movimiento - tal como se muestra, por ejemplo, en la factura de los carteles, las octavillas o los cinetracts-que hace problemática la enunciación individual; un malestar ante el secuestro de la experiencia a lo largo de todos estos años por la expropiación personalista de la palabra, mediante la exclusividad mediática otorgada a los testimonios de los antiguos portavoces del movimiento convertidos luego en renegados de la crítica social; la sobrecarga de opiniones e interpretaciones, carentes de cualquier labor reflexiva - el ruido blanco como procedimiento actual de censura- en el estricto retorno del aniversario y que desemboca, inevitablemente, en el desinterés, el hastío o el rechazo visceral, así como la íntima sensación de que lo que cada celebración pretende en realidad es la cancelación de una experiencia que para ellos sigue abierta.
Indagar en ese malestar, situarse en esa apertura, es sin duda el punto de partida para otra elaboración posible del recuerdo, más allá de la lógica banalizadora de las conmemoraciones. Por un lado, esa elaboración puede pasar por un trabajo de investigación y reflexión que complejice el acontecimiento - reducido por los estereotipos a un movimiento estudiantil localizado en el Barrio Latino y que aspiraba a una mayor libertad de las costumbres- y rescate precisamente el movimiento como creación colectiva y anónima. En ese sentido, se trata de volver a las fuentes, esto es, documentos y relatos que permiten escuchar directamente el Mayo: películas como Grands soirs et petits matins,de William Klein, el trabajo clásico de Pierre Vidal-Naquet y Alain Schnapp sobre los panfletos y textos de intervención del movimiento, etcétera.
Por otro lado, frente a una pregunta como “¿qué es lo que queda de Mayo del 68?”, cuya respuesta generalizada y dominante confirma las condiciones existentes por la vía de señalar determinados aspectos - más o menos, o nada, relacionados con el Mayo- incorporados ya en el funcionamiento cotidiano de nuestras sociedades, habría que afirmar por el contrario que lo que queda de él es lo que todavía no es.
Aquello que sigue interrogando y planteando exigencias al presente. Así, hacemos memoria no para completar o apuntalar lo que hay, como ocurre con la gestión institucional de la memoria histórica en España, sino con el fin de abrirlo, sacudirlo y transformarlo.
En el Mayo, el desafío al poder que se movilizó en las manifestaciones, en la reapropiación de la calle, en las nuevas formas de (auto) organización, en la ocupación de las fábricas y en la larga huelga generalizada a la producción y la sociedad enteras estuvo impulsado sobre todo por la potencia subversiva del encuentro horizontal entre personas que no estaban destinadas a encontrarse - obreros y estudiantes, por ejemplo- por la toma de palabra colectiva y el cuestionamiento creador de cualquier dispositivo de representación (político, cultural, mediático o sindical) que despotenciase lo representado.
Entonces, ¿cómo no va a tener actualidad, cuando hoy se neutraliza lo político por la acción conjunta del sistema mediático y de partidos que codifican cualquier problema social (vivienda, inmigración, precariedad…) en el tablero de ajedrez político y en el espectáculo, ahogando cualquier voz independiente que pretenda plantear preguntas propias y construir respuestas desde abajo?
De hecho, Mayo del 68 es quizá más contemporáneo que otras luchas posteriores, porque aspiraba a tejer lo común entre gente distinta y no reivindicaba simplemente el reconocimiento de las identidades (y las diferencias). Estudiantes, intelectuales, obreros, estudiantes y campesinos se buscaron una y otra vez en la calle y en los comités de acción, tratando de sortear la compartimentación de las luchas por la CGT y del PCF, deshaciendo identidades y funciones impuestas, propiciando alianzas imprevisibles. El Mayo nos habla de luchas que se necesitan, que van más allá de sí mismas e interpelan a todos sin hablar por todos, de nuevas formas de vincular el yo y el nosotros.Un recuerdo inevitablemente conflictivo hoy, cuando el poder se define como estrategia compleja de individualización de los problemas colectivos. En el colmo de la falsificación, se ha presentado el Mayo como movimiento que buscaba secretamente la privatización contemporánea de la experiencia, cuando su significado más profundo y actual es el contrario: asumir colectivamente la existencia, el hecho de que la vida es vida en común. Lanzarse al mundo.

¡El ya basta es---! Calderón

En la conferencia de Prensa Conjunta que ofrecieron el Presidente Calderón, y José Manuel Durao Barroso, Presidente de la Comisión Europea; 12 de Mayo de 2008
Pregunta y respuesta:
Ivonne Melgar, de Excélsior-Imagen: -Presidente, los acontecimientos de la última semana, particularmente el hecho del asesinato de personas que estaban a cargo de la inteligencia, del cerebro de la estrategia de seguridad en México, se vive en las calles y en la opinión pública como un fracaso de la lucha del Gobierno frente al crimen organizado.
Qué puede decir usted frente a esta percepción, por un lado, y si habrá un replanteamiento de esa estrategia, toda vez que usted ha ofrecido que no habrá marcha atrás. Y, si podría ser un poco más explícito, Presidente, con respecto a qué significa decir ya basta, desde la sociedad civil frente al crimen organizado.
-PRESIDENTE CALDERÓN: Desde el inicio de mi Gobierno hemos iniciado una lucha decidida por liberar a nuestro país, a nuestros jóvenes, a nuestras ciudades de las garras del crimen organizado y de la delincuencia, y estamos absolutamente decididos a hacerlo.
Desde el principio, también, le expliqué a los mexicanos que esta no iba a ser una lucha sencilla, que iba a ser una lucha larga y difícil, que era una batalla que implicaría recursos económicos, que implicaría tiempo, porque sólo tiene una solución en el largo plazo y que, incluso, implicaría por desgracia la pérdida de vidas humanas, como así ha ocurrido.
Esta lucha por liberar a México del crimen organizado es una lucha en la que está en juego el futuro de nuestros hijos; se trata de recuperar espacios que la delincuencia organizada consideraba hasta hace un año y pico como propios, espacios donde imperaba en la absoluta impunidad.
Se trata, también, de debilitar las estructuras financieras, operativas, logísticas de las organizaciones criminales.
Y eso hemos hecho, hemos debilitado sustancialmente sus estructuras operativas y logísticas, y ello ha provocado, evidentemente, acciones criminales que buscan, de una manera desesperada, recuperar espacios de impunidad que tenían y que perdieron para seguir operando sus redes delincuenciales.
Ha habido, evidentemente, pérdidas muy lamentables para nosotros, como el caso de Edgar Millán y de otros valerosos policías federales, soldados, marinos.
Pero, afortunadamente, México cuenta con muchos patriotas, como ellos, que están dando la batalla, precisamente, para liberar a los mexicanos.
Y vamos a seguir porque es fundamental que esta generación, este Gobierno, esta sociedad civil dé la batalla para liberar a México, porque no nos vamos a sumar al abandono, a la cobardía o a la complicidad que permitieron que México llegara a esta situación.
Y el ya basta es una convocatoria y es una exigencia a todos, sin excepción: a los ciudadanos, para precisamente no ser cómplices de la ilegalidad, para denunciar los delitos, para avisar a las autoridades de las operaciones criminales, para no solapar la existencia ni el barrio, ni en la ciudad, ni en el comercio, ni en la cámara empresarial, de las organizaciones criminales.
Es un ya basta que es un llamado también a los líderes en el Congreso para tener legislación que permite terminar con la impunidad con la cual los delincuentes salen de las prisiones. El asesino material de Edgar Millán había estado preso tres veces en el Distrito Federal por diversos delitos, y las tres veces, a los pocos meses, obtuvo su liberación; eso es inaceptable.
Tiene que haber una transformación en la administración de justicia, y esta tarea también es un llamado para los jueces y para el Poder Judicial que tiene también que cerrarle el paso a la impunidad que se da, precisamente, en la liberación de muchos delincuentes que el Poder Ejecutivo, la Procuraduría General de la República, el Ejército o la Secretaría de Seguridad Pública pone en la cárcel y salen a los pocos meses por su propio pie.
El ya basta también es una exigencia a los medios de comunicación, precisamente, para que manifiesten y divulguen las acciones que están, precisamente, deteniendo la estructura de los criminales, para que no se convierta la estrategia de los criminales, que es una estrategia que busca sembrar terror, en una estrategia compartida por los propios medios de comunicación.
Para que los medios se unan a esta estrategia nacional contra la delincuencia porque son sus propios compañeros los que están siendo acallados en esas zonas.
Porque quienes insinúan que el Gobierno se haga para atrás en esta estrategia son, precisamente, quienes buscan que nosotros abandonemos a periodistas, a ciudadanos, a empresarios, a agricultores, a jóvenes, a la suerte y a las garras de la delincuencia.
Nosotros seguiremos en esta estrategia frontal contra el crimen organizado, seguiremos depurando nuestras estrategias, seguiremos construyendo una mejor Policía Federal, que le hacía mucha falta a este país. Prueba de ello es, precisamente, que la eficacia de la construcción de un nuevo cuerpo policiaco depurado estaba golpeando a la criminalidad y esta reacción es, precisamente, un gesto desesperado para debilitar a la Policía Federal.
No lo van a lograr, no lo van a lograr porque la fortaleza de las instituciones es precisamente eso, una fortaleza que va mucho más allá de una u otra persona, cuya pérdida lamentamos, que son valiosas, pero que afortunadamente estamos construyendo un entramado institucional, logístico, operacional, informático, financiero, de estructuras territoriales, que nos va a permitir no sólo seguir, sino redoblar esta lucha.
El ya basta es una invitación a las mexicanas y a los mexicanos a apoyar al Gobierno en esta lucha, es una exhortación respetuosa a los poderes públicos: al Ejecutivo, al Legislativo, al Judicial.
Al Legislativo para que perfeccione las normas jurídicas que nos permitan terminar con la impunidad.
Al Judicial para que revise, precisamente, la actuación de sus jueces que están poniendo en la calle a criminales que son, incluso, confesos.
Es una exhortación a los poderes de los estados, porque la tarea de la seguridad pública no es una tarea de competencia exclusiva al Gobierno Federal; antes bien, es una tarea que compete fundamentalmente a las autoridades locales, pero que nosotros es una responsabilidad que, por supuesto, asumimos de cara a los mexicanos, pero que tiene que ser asumida en su conjunto con los poderes locales.
A eso me refiero con ese ya basta y también es una convocatoria a todos los mexicanos a que sigamos adelante y entre todos pongamos un ya basta, un alto, un fin a la delincuencia.
Nosotros seguiremos en nuestro propósito a sabiendas de que es una estrategia que sólo rendirá frutos en el largo plazo.
Que es una estrategia, como he dicho, que implicará tiempo, dinero y pérdida de vidas humanas, pero que es una lucha que debemos dar hasta la victoria y no descansar, ni dar tregua ni cuartel hasta ver liberado a nuestro país, a nuestros niños, a los jóvenes, a los mexicanos del futuro de las garras de la delincuencia, que hoy está sufriendo nuestro país su embate (...)

Reacción del Presidente

El presidente Calderón lamentó y calificó como deplorable el rechazo del EPR al diálogo que le había propuesto al gobierno federal.
El titular del Ejecutivo, sin embargo, sostuvo que su administración seguirá abierta a cualquier posibilidad de diálogo con ese grupo armado.
En la conferencia de Prensa Conjunta que ofrecieron el Presidente Calderón, y José Manuel Durao Barroso, Presidente de la Comisión Europea; 12 de Mayo de 2008.
Jazive Pérez, de PCTV por cable, preguntó: -Presidente Calderón, hoy el EPR rechazó el diálogo directo con el Gobierno. Cuál sería su opinión al respecto, piensan buscar un nuevo acercamiento o qué medidas va a adoptar su Gobierno sobre este.
-PRESIDENTE CALDERÓN: Bueno, vamos a analizar con mucho detenimiento el comunicado del EPR.
Yo lamento, ciertamente, que se niegue al diálogo con el Gobierno, al diálogo directo. Me parece que eso es deplorable; sin embargo, el Gobierno Mexicano, mi Gobierno siempre estará dispuesto al diálogo por las vías institucionales y por la vía de la paz.
Es, precisamente, a través de la paz, de las instituciones, de la ley, como los mexicanos debemos dialogar y resolver nuestros problemas y no a través de la violencia o la ruptura del orden jurídico.
De manera tal que reitero una disposición clara del Gobierno al diálogo, sin renunciar a la obligación constitucional y legal de garantizar el cumplimiento del Estado de Derecho, sin distingos y sin excepciones.
Hemos enfatizado el compromiso con los derechos humanos, con las libertades civiles como un principio indeclinable en el ejercicio del poder, y hemos rechazado y negado categóricamente acusaciones vertidas por ese grupo en sus diversos comunicados.
Ahora bien. Independientemente de ello y de esta negativa, que lamento, insisto, del EPR al diálogo con el Gobierno, el Gobierno Federal, los servidores públicos en las áreas competentes, por supuesto que por instrucciones mías, siempre estarán dispuestos a dialogar con mexicanas y con mexicanos que están en pleno ejercicio de sus derechos cívicos, que tienen cierto reconocimiento y han destacado en diversos ámbitos de la ciencia o de la comunicación para poder, desde luego, escucharles y entender, tratar de atender o entender los planteamientos que quieran vertirse, como lo haríamos en el caso de cualquier ciudadano.
Simplemente enfatizaría y precisaría algo relacionado con el tema que abordaba anteriormente, que el Gobierno de México seguirá asumiendo una corresponsabilidad, precisamente, en la tarea de preservar la ley, una responsabilidad que compartimos con los estados de la República, con las autoridades locales y que, en todo caso, precisaría aquí ahora, que no se trata de que sea más de uno o de otro, simplemente, todos los poderes públicos estamos encargados de esta tarea, trátese de actos que atentan, precisamente, contra el patrimonio de los mexicanos o actos que deriven en acciones terroristas o trátese de acciones del crimen organizado. Todos ellos son actos que van en contra de la ley y que tienen que ser, precisamente, evitados o si se cometen, perseguidos y castigados por el Estado en sus distintas instancias.
Independientemente de esta obligación constitucional irrenunciable, mi Gobierno estará siempre, siempre dispuesto al diálogo y a la vía institucional.

Confidencias guerrilleras

El EPR va a dar mucho de qué hablar en los próximos años(Marcos.
Confidencias guerrilleras
José Gil Olmos, reportero
Publicado en la revista Proceso, No.1635, 2/02/2008;
Entrevistas y documentos obtenidos por Proceso en torno a la detención del Comandante Antonio han dado lugar a versiones inquietantes sobre la guerrilla mexicana. Mientras Ruth Ortega, exiliada en Canadá, niega haber sido infiltrada por el gobierno para capturar al dirigente del ERPI, el Movimiento Revolucionario Lucio Cabañas asegura que el grupo armado que ella dirigía (el Ejército Villista de Liberación Nacional, EVLN) era “punta de lanza” para infiltrar al resto. Además, da a conocer una carta de Antonio según la cual varias organizaciones guerrilleras (incluyendo el EVLN) rechazaron “la decisión unilateral” del Subcomandante Marcos de hacer estallar la rebelión sólo en el estado de Chiapas, pues aquéllas pretendían que el movimiento insurgente se extendiera por todo el país.
Antes del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas, varios grupos armados discutieron con el ahora llamado Subcomandante Marcos la necesidad de hacer estallar la rebelión en todo el territorio nacional.
Pero ante “la decisión unilateral” de Marcos de concentrar la rebelión en esa entidad y abrir fuego el primero de enero de 1994, las organizaciones guerrilleras discordantes abandonaron el plan y decidieron reunirse después para determinar la fecha y las dimensiones de la ofensiva.
Tal es una de las versiones (en este caso atribuida a Ruth Ortega) que se desprenden de las entrevistas y documentos reunidos por Proceso a raíz de que, en su edición número 1632, publicó el reportaje Traicionado y torturado, donde se relatan los pormenores de uno de los golpes más fuertes que el gobierno federal ha asestado a la guerrilla.
Se refiere allí que el 19 de octubre de 1999 fueron aprehendidos los guerrilleros Gloria Arenas, Coronela Aurora, y Jacobo López Nogales, el Comandante Antonio, máximo dirigente del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), cuya detención se atribuye a un trabajo de infiltración gubernamental.
Ahora, el Movimiento Revolucionario Lucio Cabañas Barrientos (MRLCB) confirma la información de Proceso: el operativo para detener al Comandante Antonio se basó en el trabajo de una agente infiltrada, Ruth Ortega Orozco, alias La Juchiteca, a quien considera “una leyenda ideada por algún servicio de inteligencia militar”, probablemente el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).
Desde Canadá, donde vive como “asilada política”, Ruth Ortega –cuyo paradero se reportaba como desconocido en el reportaje aludido– se comunicó a Proceso para asegurar que no entregó al líder guerrillero Antonio y, a su vez, acusar de la traición a un integrante del Ejército Villista de Liberación Nacional (EVLN).
El MRLCB entregó a este semanario una serie de documentos, entre ellos una carta que tenía resguardada y que fue elaborada por el Comandante Antonio el 13 de septiembre de 1999 –un mes antes de su captura–, donde se expresan al EVLN sospechas en torno a una de sus dirigentes, Ruth Ortega, quien se hacía llamar Rosario o Mariela.
La versión de Ruth Ortega
Pero desde Canadá, Ruth Ortega se comunicó con este reportero para dar su versión de los hechos.
Sostiene que nunca trabajó para el gobierno, que no es delatora y que fue usada por un presunto miembro de EVLN –no quiso revelar su nombre– con el fin de llegar hasta el Comandante Antonio y golpear a la dirigencia del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI).
En entrevista –la primera que concede a un medio de comunicación–, Ruth afirma que nunca perteneció al Ejército Popular Revolucionario (EPR) ni al ERPI ni a ninguna otra agrupación clandestina. “Mi trabajo siempre ha sido político”, asegura.
Sin embargo, no niega el acercamiento que tuvo con estos dos grupos, contactados por ella cuando era integrante del Comité Estudiantil Metropolitano, formado en 1996 por estudiantes rechazados en el examen de admisión de la Universidad Nacional Autónoma de México y otras instituciones de educación superior.
“Sí tuve contacto con el ERPI, pero no es verdad que estuviera reclutando gente para la guerrilla, como se empezó decir en los medios”, sostiene.
Recuerda que a ella también la detuvieron con el Comandante Antonio y que fue torturada durante dos semanas en instalaciones posiblemente militares, “donde se escuchaban aviones”, hasta que logró salir gracias a la intervención de “un familiar”, al que tampoco quiere identificar “para no ocasionarle problemas”.
“A mí me detuvieron junto con Antonio. No eran personas vestidas de pordioseras, sino de albañil –precisa–. Nos detuvieron a la entrada del café (Pekín). Yo apenas había entrado cuando volteo y ya estaban deteniendo a Antonio. Yo soy la persona que les grita: ‘¡Suéltenlo!’, y después me agarran a mí. Me soltaron semanas después. Me torturaron. Tengo huellas en el cuerpo de lo que me hicieron.”
Se le cuestiona por el hecho de que a ninguna persona vinculada con la guerrilla las autoridades la han dejado ir después de haberla capturado.
“Lo sé. Para mí ha sido difícil esto. Cuando sales libre sientes culpabilidad y piensas que mejor no lo hubieran hecho. Hubo muchas cosas en medio que voy a aclarar cuando sea necesario. Aurora y Antonio saben perfectamente que las cosas no son exactamente como todo mundo dice. Ellos me conocieron y siento que, en un momento determinado, no creen al ciento por ciento lo que están diciendo.”
Acepta que hubo muchos descuidos cuando los atraparon, pero rechaza las acusaciones de que traicionó al ERPI.
“Aparte de eso, yo no iba sola; iba con otra persona que hasta el momento nadie sabe dónde está. Nadie sabe dónde quedó y no está reportada como desaparecida”, reitera.
–¿Quién era esa persona?
–Era integrante de otra organización, pero no aparece. Al final de cuentas nos detuvieron, pero él no apareció. Eso lo sabe Antonio, porque fue con quien yo estaba. Puedo aceptar que tengo una responsabilidad, pero no como han dicho de que lo denuncié o lo delaté. Quizá la responsabilidad que tengo es haber caído también en una trampa. Esa persona nos citó ahí, en ese café. Fue quien organizó todo. Creo que nos puso una trampa porque desapareció totalmente. Nosotros quisimos verlo tiempo atrás y siempre nos decía que mejor después.
“Lo único que quiero aclarar es que yo no los delaté. Yo intenté hablar con ellos (ERPI) para aclarar las cosas, pero nunca quisieron hablar conmigo. Sin embargo, no voy a permitir que todo el tiempo se esté diciendo que fui la persona que lo traicionó, que yo fui quien lo torturó, que fui quien lo denunció. No es así.”
Sentencia de muerte
Durante 1996 y 1997, Ruth Ortega y otros estudiantes de la Facultad de Ciencias de la UNAM organizaron el Movimiento Estudiantil Metropolitano (MEP). Entre sus compañeros universitarios corrió la especie de que estaba ligada a un movimiento armado y de que hacía invitaciones para incorporarse a la guerrilla.
La madrugada del 7 de junio de 1998, en la comunidad El Charco, municipio de Ayutla de Los Libres, Guerrero, el Ejército realizó un operativo contrainsurgente en el que resultaron 11 personas muertas, cinco heridas y 27 detenidas, bajo las acusaciones de que formaban parte del ERPI. Entre los muertos estaba Ricardo Zavala Tapia, de 24 años, compañero de Ruth Ortega.
Dice que desde entonces fue perseguida y hostigada. Aunque en la entrevista no quiere hablar de su familia, en aquel momento señaló que su hija había sido secuestrada y que por ello la presionaron para entregar a Antonio.
A pesar de esta situación, durante un año siguió trabajando en la clandestinidad. Fue en esa etapa cuando se vinculó con el EPR, justamente cuando la organización sufrió las divisiones que derivarían en la creación del ERPI.
Poco más tarde, Ruth Ortega estableció conexión con el ERPI, hasta que fue detenido el Comandante Antonio.
Señala que, tras su propia detención y liberación, vivió en la clandestinidad otros dos años. “Ya no me sentía bien. Estaba viviendo de manera clandestina, sin utilizar mi verdadero nombre, por miedo a que me detuviera el gobierno, no el ERPI, porque con ellos ya no tuve ningún contacto, ya no escucharon mi versión”.
–¿Fuiste recibida como asilada política en Canadá?
–Sí, pero en ningún momento por las amenazas del ERPI o del EPR, sino por las presiones que sufrí del gobierno. Eso es lo que yo manejé desde el principio
Comenta que fue a raíz del asesinato de Digna Ochoa cuando decidió dejar el país y refugiarse en Canadá, en 2001.
Dice que ahora se siente segura en Canadá porque no cree que vayan a viajar hasta ese país para hacerle daño. Tampoco piensa regresar a México porque teme al gobierno, sobre todo después de esta entrevista, ya que, afirma, “la van a tomar como si yo hubiera pertenecido al ERPI”.
No obstante, la especie de que formó parte de la guerrilla y traicionó al Comandante Antonio le ha creado problemas en el trabajo de asesoría que da a inmigrantes en Canadá.
“No me interesa si me creen o no”, dice dirigiéndose al ERPI. “Lo único que quiero es que dejen de estar desprestigiando y que Antonio y Aurora, a quienes aprecio, me escuchen. El sentimiento de culpa no es hacia el ERPI, sino hacia ellos, que están encarcelados”.
Acusa al ERPI de intransigencia: “Ellos tienen mucha gente y siempre sale su versión, me echan tierra y dicen: ella es agente del gobierno, es infiltrada. Incluso han señalado que soy gente de la CIA. ¡Por favor! Si vieran las condiciones en las que vivo, no dirían eso”.
Y es que gente allegada al ERPI le ha expresado que tiene una sentencia de muerte porque fue condenada como delatora en “un juicio revolucionario”.
En el diálogo telefónico, Ruth Ortega cuida cada palabra y dice: “Si yo hubiera sido la persona que los entregó, no hubiera sido sólo a ellos dos, sino a todos, porque yo tenía acceso a más cosas”.
Pero la mencionada carta de Antonio aporta otros elementos de la historia de Ruth que la ponen en entredicho y que ella no quiso abordar.
La otra historia
El 13 de septiembre de 1999, el Comandante Insurgente Antonio envió una carta de 11 hojas al Ejército Villista de Liberación Nacional (EVLN) sobre Ruth Ortega, a quien identificaba como Mariela.
La misiva, entregada a Proceso por el MRLCB, plantea que, conforme a lo manifestado por la propia Ruth al Comandante Antonio, ella sí formó parte del EPR desde 1997 y después se fue al ERPI.
Siempre de acuerdo con esa carta, desde el primer contacto le dio a entender a Antonio que formaba parte de otra agrupación guerrillera, pero no fue sino después de los sucesos en El Charco (junio de 1998), a raíz de la crisis que provocó la muerte de su compañero Ricardo Zavala, cuando se decidió a revelarles su verdad: que ella provenía del EVLN y que este grupo estuvo relacionado con el EZLN antes del estallido del conflicto armado de Chiapas en 1994.
Una parte de la misiva de Antonio asienta textualmente:
Fue en el mes de noviembre de 1998 cuando nos informó, entre otras cosas:
–Que la organización a la que había pertenecido era el EVLN, llamado ERIP en un inicio.
–Que el EVLN era producto de una división en el proyecto que dio origen al EZLN, ocurrida en enero de 1994.
–Que esa ruptura se dio en una situación tensa en la que llegó a haber insultos entre ella y M. (El Subcomandante Marcos.)
–Que ella había sido la principal dirigente del EVLN y que esta organización se estaba reestructurando con motivo de su salida.
En otras palabras, antes de 1994 varios grupos armados independientes discutían con el EZLN el plan de levantarse en armas. El Ejército Villista de Liberación Nacional, supuestamente comandado por Ruth Ortega, no aceptó el plan de abrir fuego sólo en Chiapas en enero de 1994. Tanto el EVLN como otras agrupaciones habrían llegado al acuerdo de hacer un levantamiento armado, sí, pero a nivel nacional –no sólo en Chiapas– y en una fecha por determinar. Para discutir los detalles, dichas organizaciones programaron reunirse de nuevo en mayo de 1994.
Antonio le atribuye a Ruth haber dicho que el Subcomandante Marcos tomó la decisión de levantarse en Chiapas en enero de 1994 de manera unilateral, por lo que varias de las partes discordantes determinaron integrar el Ejército Revolucionario de Insurgencia Popular (ERIP), que posteriormente sería denominado Ejército Villista de Liberación Nacional (EVLN).
En 1998, al enterarse el Subcomandante Marcos de que Ruth y el EVLN estaban cerca de otra agrupación guerrillera, los mandó a llamar para reunirse en Chiapas. En ese encuentro, según la misma versión, el Subcomandante Marcos le puso una pistola en la cabeza amenazándola con matarla si revelaba los orígenes del EZLN y los desacuerdos que hubo antes de la rebelión.
Según la versión de Ruth, el Subcomandante Marcos cambió de actitud cuando presuntamente ella le dijo que, antes de asistir a ese encuentro, dejó una carta al ERPI y a algunos periodistas en la que revelaba la historia del EZLN y que ese testimonio sería dado a conocer públicamente si algo le ocurría.
Las sospechas y la trampa
Por lo que se refiere a su situación personal, Ruth le expresó a Antonio que su hija había sido secuestrada por Inteligencia Militar y que la soltarían a cambio de que se entregara. Esta presión, más la muerte de su compañero Ricardo Zavala, le causaron “una enfermedad en la cabeza” y la llevaron a dos supuestos intentos de suicidio.
Sin embargo, su hija fue liberada “por medio de la negociación, bajo el acuerdo de no realizar ninguna denuncia pública (al respecto) ni hacer posteriormente alguna referencia al hecho”.
Más tarde, cuando Ruth aseveró que el EVLN tuvo dos reuniones con el EPR y que en una de ellas éstos acusaron al ERPI de ser “agentes del Estado”, Antonio buscó afanosamente tener un encuentro directo con los miembros del cuerpo dirigente del EVLN, ya que durante casi año y medio sólo habían mantenido una comunicación indirecta a través de Ruth Ortega.
Ante la insistencia de Antonio por reunirse directamente con la dirigencia en pleno del EVLN, Ruth arguyó que la perseguían miembros del EZLN y que integrantes del EVLN habían sido asesinados. Le pidieron los nombres y ella mencionó una lista de 13.
Pero días después, al solicitarle que dijera de nuevo los nombres ante una cámara de video para hacer una denuncia ante organizaciones civiles, ella se negó. Argumentó que, debido a la enfermedad que tenía en la cabeza, había olvidado esos nombres.
En la carta, Antonio formuló 20 preguntas al EVLN, todas cuestionando cada una de las historias de Ruth Ortega, conocida entonces como Mariela. Y aunque la seguía considerando “compañera revolucionaria”, Antonio propuso una pronta reunión con la comandancia del Ejército Villista para disipar todas las dudas.
Días después, Ruth Ortega confirmó por fin la cita. Sería el 19 de octubre de 1999 a las 4:30 de la tarde en el café Pekín, a un costado de la estación del Metro Normal.
Pero en lugar del encuentro para despejar las dudas y, en su caso, firmar una alianza con el EVLN, ese día el Comandante Antonio cayó en una trampa y fue detenido.
Para el Movimiento Revolucionario Lucio Cabañas, la intención del cuerpo gubernamental de inteligencia era de mayor alcance: disponer de una organización (el EVLN) que le sirviera de punta de lanza para infiltrar a otras organizaciones guerrilleras que decidieran unirse a una sola coordinación.
Ante las sospechas que ya pesaban sobre Ruth Ortega Orozco, el gobierno habría optado por atrapar, por medio de la misma Juchiteca, al menos a uno de los personajes más importantes de la guerrilla mexicana: el Comandante Antonio.
Los infiltrados
José Gil Olmos, reportero
Los métodos de la infiltración, una práctica que el gobierno federal utilizó en la “guerra sucia” para terminar con la guerrilla, fueron renovados en los últimos años en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) bajo la dirección del Ejército Mexicano, lo que se ha traducido en golpes como el descabezamiento de dos grupos armados y la detención de dirigentes históricos del Ejército Popular Revolucionario (EPR).
En entrevista con Proceso y mediante documentos entregados al reportero, la dirigencia del Movimiento Revolucionario Lucio Cabañas Barrientos (MRLCB) revela que debido a esa labor de infiltración el Ejército Villista de Liberación Nacional (EVLN) –ligado en sus orígenes al Ejército Zapatista de Liberación Nacional– fue totalmente desarticulado, mientras que el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI) tuvo una baja importante con la detención de dos de sus principales dirigentes: Jacobo Silva Nogales (comandante Antonio) y su esposa Gloria Arenas.
De igual manera, afirma, el trabajo de inteligencia e infiltración militar llevó a la detención y desaparición de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, miembros del EPR. El movimiento cabañista sostiene que esas mismas tareas se desarrollan en los estados de Chiapas, Guerrero y Oaxaca, pero ataja que no todas las organizaciones guerrilleras han sido infiltradas.Incluso reconoce que algunos grupos, “en su prisa política, permitieron el acceso a individuos ligados a la delincuencia, incluso al narcotráfico, los que hoy colaboran con los servicios de inteligencia del Estado”.
Según el MRLCB, desde el gobierno de Vicente Fox ya se había detectado entre los grupos guerrilleros el trabajo de infiltración por parte de las fuerzas militares. Pero en el de Felipe Calderón, dice, se abrió “un nuevo período de guerra sucia” contra los movimientos sociales y la guerrilla, con el apoyo de grupos “paramilitares y una nueva variante: “narcomilitares”.
Señala a Proceso: “El esfuerzo por infiltrar y dar seguimiento a las organizaciones revolucionarias clandestinas es un elemento constante de la labor contrainsurgente. Tiene momentos en que por circunstancias, principalmente políticas, fluctúa su importancia. Pero ante las necesidades económicas y políticas de la clase dominante este esfuerzo tarde que temprano se intensifica.“La infiltración puede darse en diversos niveles, pero la que más le interesa al Estado es la infiltración en los niveles de la conducción estratégica, para golpear importantemente o controlar e incluso cambiar la actividad de una organización. Esta infiltración a nivel de dirección es la más difícil de conseguir. Actualmente el gobierno contrainsurgente de Calderón da a la lucha política un enfoque militar, abriendo un nuevo período de guerra sucia…”.
–¿Se trata de una estrategia del Cisen o del Ejército?
–A partir de las contradicciones al interior del priismo y luego con el arribo del panismo al poder, hay más cuerpos o servicios de inteligencia.(Carlos) Salinas se llevó parte de los archivos oficiales del Cisen. Luego, cuando sube Fox, desconfía del Cisen priista y forma otro (equipo), hace a un lado a unos que se ven obligados a irse a servir a la iniciativa privada. Por ejemplo, (Jorge) Tello Peón se fue a Cemex, Wilfrido Robledo anduvo en Telmex y ya lo rehabilitaron, e incluso los gobiernos estatales tienen sus propios aparatos de inteligencia, que incluyen escuadrones operativos.
“La infiltración es un esfuerzo que realizan todos los aparatos de inteligencia: civiles y militares, federales o estatales. Quienes han mantenido la labor de inteligencia de una manera permanente son las Fuerzas Armadas.”
–¿Qué tan efectiva ha sido?
–No la subestimamos ni la sobreestimamos. No es la generalidad ni todas las organizaciones están infiltradas. Si fuera efectiva, no nos habría permitido actuar político-militarmente en las coyunturas en que lo hemos hecho, y muchos de nosotros no existiríamos físicamente.
Los “narcomilitares”
Pero según el movimiento cabañista, la estrategia gubernamental no sólo se circunscribe a la infiltración, sino también al apoyo o creación de grupos “narcomilitares”. En su comunicado del 8 de noviembre de 2007, advirtió: “Previendo un nuevo estallido social en el campo, el mal gobierno intensifica la paramilitarización de pistoleros al servicio de los caciques, del narcotráfico y de inteligencia militar. Son las nuevas guardias blancas, con permiso para sembrar el terror y asesinar a la población civil, armados por el mal gobierno y protegidos por los gobiernos estatales, sean del PAN, del PRI o del PRD, como sucede en Oaxaca, Puebla, Chiapas, Veracruz, Hidalgo y otros estados.”
El MRLCB se formó a finales de 2001 como producto de las divisiones en el EPR. Se autodefine como “un colectivo regional de una organización revolucionaria que, protegido por la clandestinidad, coadyuva en la formación de un poder popular”. De acuerdo con sus propios comunicados (20 hasta la fecha), tiene presencia en los estados de Puebla, Oaxaca y Guerrero, al igual que en el Valle de México, y en algunos momentos ha firmado “Manifiestos a la Nación” junto con otros grupos, como Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo (TDR-EP); Colectivo Revolucionario-Francisco Javier Mina (CR-FJM); Organización Insurgente-1º de Mayo (OI-1º M); Brigada de Ajusticiamiento-2 de Diciembre (BA-2D), y las Brigadas Populares de Liberación (BPL).
Precisamente en coordinación con estas agrupaciones, la madrugada del 6 de noviembre de 2006 células del MRLCB colocaron las bombas que explotaron en la sede nacional del PRI, así como en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y en una sucursal bancaria de la zona de Tepepan, al sur del Distrito Federal, como protesta por el “fraude” que llevó al poder a Felipe Calderón, a quien califican como “presidente ilegítimo”.
En cuanto al EVLN, el grupo cabañista dice que, de acuerdo con información de otras agrupaciones, esa organización surgió como un proyecto organizativo auténtico, pero que fue infiltrado y utilizado en parte para golpear a otras organizaciones.
“Después de la detención de Jacobo, el gobierno intentó mantener vivo al EVLN como organización y a la Juchiteca (Ruth Ortega) como supuesta militante revolucionaria. El supuesto EVLN dio a conocer un parte el 20 de noviembre de 1999, enviado al director de Página 24 de Aguascalientes, Ramiro Luévano, un mes después de la detención de Jacobo y Gloria.”En dicho comunicado, el único que ha emitido, y firmado por El Comandante Centauro, este grupo amenazaba con usar “escuadrones de la muerte” contra funcionarios y diputados de esa entidad.
El comandante Antonio de ERPI
Traicionado y torturado
Reportaje de José Gil Olmos.
Publicado en Revista Proceso, 1632, 10/02/2008;
Entre los casos de tortura recibidos por la alta comisionada de las Naciones Unidas en su reciente visita, está el de Jacobo Silva, líder del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI). Detenido en 1999 a raíz de una infiltración gubernamental, el llamado Comandante Antonio ofrece ahora, en exclusiva para Proceso, testimonios de cómo fue brutalmente torturado por policías federales y por militares al punto de que hoy, preso en condiciones inhumanas en el penal del Altiplano, padece intensos dolores y casi no puede caminar.
Después de ocho años en el penal de máxima seguridad de El Altiplano –antes “La Palma” y “Almoloya”–, el exguerrillero Jacobo Silva Nogales comienza a sufrir las más graves consecuencias de las torturas que le infligieron militares y policías tras ser detenido el 19 de octubre de 1999, en medio de una trampa que le armó una supuesta estudiante infiltrada por el gobierno en la guerrilla. En su celda del Módulo Número 1, el Comandante Antonio, exlíder del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), tiene hoy serias dificultades para caminar y mover los brazos; a veces las rodillas no le responden, debido a los golpes y las descargas eléctricas que le aplicaron; el dolor en las coyunturas es insoportable porque durante sus tormentos lo esposaban con las manos a la espalda, lo alzaban en vilo de sus brazos y luego alguien se colgaba de su cintura para provocarle un efecto similar al causado por “el potro” que, siglos atrás, inventó la Inquisición.
El 7 de marzo de 2003, Jacobo Silva, quien actualmente tiene 51 años de edad, fue sentenciado a 46 años y tres meses de prisión por los delitos de homicidio calificado, tentativa de homicidio y daños a propiedad, así como a otros cinco años por asociación delictuosa. Pero desde el 24 de octubre de 1999 se encuentra en las zonas más vigiladas del penal junto con jefes del narcotráfico y bandas de secuestradores. Primero estuvo en la zona de máxima seguridad y ahora se halla en el Módulo Número 1, en una celda de cuatro metros cuadrados, donde es vigilado día y noche por un custodio, con un foco encendido las 24 horas. Allí se le obliga a dormir boca arriba, bajo la amenaza de que será castigado si se voltea hacia la pared.
Esa “es otra forma de tortura”, dicen al respecto su hermana Elizabeth y su sobrino David Sánchez Silva, en entrevista con Proceso, y aseguran que, para obstaculizar la defensa legal de Jacobo, las autoridades del penal impidieron el ingreso de un ejemplar de la Constitución.
La trampa
El martes 5 de febrero, durante una reunión con organizaciones sociales, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Louise Arbour, recibió un paquete que documenta 50 casos de tortura en México, uno de ellos el de Jacobo Silva Nogales, el Comandante Antonio, quien fue capturado en el café Pekín del barrio de San Cosme, cerca del centro del Distrito Federal.
El operativo lo realizó un grupo de agentes policiacos disfrazados de pordioseros y albañiles el 19 de octubre de 1999, después de que la joven que acompañaba aquella tarde a Jacobo había sido infiltrada en el grupo guerrillero haciéndose pasar como activista de uno de los movimientos estudiantiles de la UNAM. De acuerdo con información proporcionada entonces al reportero por los propios grupos guerrilleros, se trata de una joven de tez morena y pelo negro llamada Ruth Judith Ortega Orozco, la cual “entregó” al Comandante Antonio y, tras ser detenida junto con él, quedó libre de inmediato. Testigos de los hechos declararon que la habían visto en el lugar en varias ocasiones con Jacobo Silva. Según la información de los guerrilleros, Ruth había prometido al Comandante Antonio que lo pondría en contacto con otra agrupación armada para formar alianzas, ya que, después de su ruptura con el Ejército Popular Revolucionario (EPR), el ERPI necesitaba fortalecerse. Pero, afirman los familiares de Jacobo, todo era parte de una celada.
El hecho es que, al ser capturado el Comandante Antonio, también Ruth fue aprehendida y aparentemente golpeada… sólo que unas cuantas horas después la dejaron en libertad.
Esto llamó la atención del grupo armado, pues sus miembros no han sabido de ningún otro caso en que una persona detenida junto con algún guerrillero haya sido liberada de inmediato. La joven dijo a organizaciones de derechos humanos que había sido presionada por agentes del gobierno que la secuestraron y torturaron para que cooperara, además de que plagiaron a su hija y le advirtieron que la matarían. Por eso, aseveró, había entregado al Comandante Antonio. Con ese argumento logró que, el 18 de noviembre de 1996, Amnistía Internacional emitiera una recomendación dirigida al entonces secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet, para brindar protección a Ruth. Posteriormente, ella viajó a Canadá, donde vivió un año en calidad de “exiliada política” luego de manifestar que recibió amenazas de muerte del ERPI porque su acción fue considerada como una traición.
“En su momento se aclarará esto”, ha dicho Jacobo Silva. Por lo pronto, se desconoce el paradero de esta joven que se hacía pasar como sobrina de un exsenador perredista.
Tormento
Desde que Jacobo fue detenido, las autoridades han caído en varias contradicciones. Una de ellas, que a él lo capturaron en Chilpancingo, Guerrero, junto con su esposa Gloria Arenas AGIP (Coronela Aurora) y otros dos presuntos guerrilleros, Fernando Gatica (alias Carlos) y Felícitas Padilla (alias Ofelia), también cónyuges. Sin embargo, no hay duda de que a Jacobo se le aprehendió en el Distrito Federal; a su pareja, en San Luis Potosí, mientras que Fernando y Felícitas, efectivamente, fueron capturados en la capital de Guerrero.Y mientras que las autoridades negaron que Jacobo haya sido torturado, en el testimonio que éste entregó a Proceso detalla los tormentos y vejaciones a que fue sometido a lo largo de cuatro días seguidos por agentes policiacos y militares.
En un documento manuscrito, Jacobo Silva manifiesta: “El 19 de octubre de 1999, en la Ciudad de México, DF, a las 4:30 o 4:35 pm, al acudir a una cita, a la entrada de un restaurante denominado Pekín, ubicado en la calzada México-Tacuba, me detuvieron agentes vestidos de civil. Algunos iban disfrazados de indigentes. Me inmovilizaron entre seis aparentando un asalto. Se hizo un alboroto y mucha gente se acercó a ver. El tráfico se detuvo. Algunos jalaban a mis agresores y gritaban: ‘¡Suéltenlo!’. Entonces uno de los agentes disfrazados sacó unas esposas, y mientras me las ponía gritó: ‘¡No se metan, somos federales!’.
“Me subieron a una Combi. Me tendieron boca abajo, me aplicaron una llave de lucha libre a las piernas y se sentaron sobre mí. La gente gritaba: ‘¡Se llevan al muchacho!’. Un grupo de Zorros (policías del DF) se acercó y uno de los agentes que me tenía dijo: ‘¡Dile que somos federales! ¡Dile que hable con su comandante!’. Los Zorros ya no intervinieron y la Combi finalmente arrancó y tomó la vía rápida. Me habían vendado los ojos y puesto unos tapones en mis oídos. Noté que llegamos al aeropuerto. Me llevaron por una de las pistas y me introdujeron a un lugar. Se trataba de un hangar.”
Allí empezó una parte de la tortura mientras lo interrogaban: “Me golpeaban la cabeza cada dos o tres segundos, contestara lo que contestara a sus preguntas. Me siguieron golpeando, alternando con golpes al estómago y en el pecho. Salieron unas horas y regresaron. Al día siguiente, además de los golpes, casi me asfixiaban. Además, empezó la tortura psicológica diciéndome que ya habían capturado a mi hermano mayor y a mi madre, que ella se había puesto mal del corazón, que me iban a matar despedazándome vivo y que me tirarían en algún lugar para que el ERPI culpara al EPR y se mataran entre ellos. “En la noche llegaron otros y durante unos minutos no me torturaron, pero de repente entraron… eran otras voces, y dijeron: ‘¡Ah, este es el guerrillero! ¡Ahora vas a saber lo que es bueno! Nos lo vamos a llevar nosotros. ¡Prepárenlo!’. Hicieron que me pusieran unos pantalones y una camisa y me sacaron, me subieron a una camioneta. Luego de un trayecto, se detuvieron ante un puesto de vigilancia. Se identificaron como Policía Militar, y entonces alguien dijo: ‘¡Tápenle los oídos!’. Y me los apretaron fuertemente.”
A partir de entonces, en el nuevo sitio, aparentemente una instalación castrense, la tortura fue mayor.“Me metieron a un lugar –al parecer una base militar–, me sentaron en una silla y comenzaron a golpear más fuerte que en el hangar. ‘¡Hijo de tu puta madre, así que no entiendes! ¡Prepárenlo! Hicieron que me desnudara y me echaron una cubetada de agua helada. Se burlaban. Me envolvieron en algo como una colcha de pies a cabeza, me amarraron todo alrededor, y más cubetadas de agua. Me obligaron a sentar en una cubeta metálica. Me pusieron la primera descarga eléctrica en las rodillas y entonces sentí lo que nunca había sentido, y no sé cómo describirlo. Otras preguntas y otras descargas. ¿Cuántas? No recuerdo, imposible llevar la cuenta. Lo peor era cuando ponían los alambres en la cabeza, uno en cada sien. Es uno de los dolores más intensos, que puede ser comparable al de (…) los testículos. “Les di el domicilio de una casa en Cuernavaca que yo sabía que se había desocupado unos meses atrás. Me dejaron descansar de los toques y, ya sin colcha, me condujeron para seguir solamente con golpes. Digo ‘solamente’ porque para mí era un descanso. Al rato, otra vez los baños, la colcha, los toques, dolor sobre dolor.”
Al día siguiente, añade Jacobo en su escrito, “tal vez en la madrugada del 21 de octubre, me regresaron al hangar. Hubiera querido tener varios cerebros: uno para aguantar (…) los golpes que ya me habían dado en la cabeza y los mil por hora que me seguían dando y que desde la noche del 19 de octubre habían hecho que la cabeza me doliera mucho y que a partir de ese momento todo me diera vueltas. Otro cerebro lo hubiera querido para coordinar mis pensamientos y evitar contradicciones. Pero sólo era uno, y los torturadores se turnaban para golpearme (…) A veces venía un alto jefe al que una vez le dijeron ‘coronel’, y que me dijo: ‘Me conoces, ¿verdad?’. Debía ser un personaje político muy conocido para que supusiera que lo conocía”.
Pero en seguida modificaron las formas de tortura: “Esposado con las manos en la espalda como estaba, me alzaban de los brazos en vilo. Tal vez estaban parados en un escalón o desnivel. Luego, alguien se colgaba de mi cintura en tanto que otro me asfixiaba con sus manos. Después introdujeron una variante peor, que ya fue la rutinaria: primero me daban tres o cuatro puñetazos en el estómago, inmediatamente tres o cuatro rodillazos en los testículos, y luego todo lo demás. No podría definir qué me dolía más, si los testículos, las articulaciones de los hombros o la sensación de asfixia. Lo hacían una y otra vez.”Jacobo no podía describir esta experiencia hasta que pintó un cuadro que titula Crucifixión tridimensional. Allí, dice, “me autorretrato en una cruz de la que salen como brazos que me agarran y alguien se cuelga de mi cintura. Ese cuadro me dolió mucho”.
Un nuevo tormento le fue infligido cuando sus captores descubrieron que había mentido sobre la casa de seguridad de Cuernavaca.“Por la tarde, luego de una sesión normal, es decir, sin levantones, trajeron un vaso con líquido. Como no quise tomar, me dijeron: ‘No te estamos preguntando si quieres. ¡Tómatela!’. Y me hicieron beber sosteniéndome la cabeza. Continuó el interrogatorio, pero ahora solamente a golpes en la cabeza. Iban de un tema a otro sin secuencia. Tocaban todos los temas, desde mis inicios como guerrillero en el Partido de los Pobres, luego en el EPR y en el ERPI. “La velocidad de las preguntas aumentó, y muchas veces no terminaba de contestar cuando ya tenía la otra (pregunta). Había trampas como decir que yo ya había dicho algo, y no era cierto. A veces me zarandeaban y me daban una cachetada diciéndome: ‘¡Despierta, cabrón, te estás durmiendo!’.
A ratos repetían los levantones y yo me esforzaba por coordinar bien todo, pero no recordaba bien lo que había contestado poco antes o la pregunta que me habían hecho. Días después llegué a la conclusión de que me habían dado alguna droga.”Cuenta Jacobo que el 22 de octubre por la madrugada lo trasladaron a San Luis Potosí en una avioneta, y gente de “Inteligencia Militar” –así se identificaron ellos mismos ante policías del estado en el trayecto– lo llevó a la casa de su esposa Gloria Arenas. De inmediato los transportaron a ambos en la misma avioneta a la base militar y los encerraron por separado. La tortura se prolongó un día más, y no fue sino hasta el 24 de octubre cuando los presentaron ante los medios de comunicación en el penal de alta seguridad que entonces era conocido como “La Palma”.
Los pusieron detrás de unos cristales gruesos para que no se escuchara nada. Jacobo aún mostraba huellas de tortura y se quedó petrificado ante las cámaras, con las manos detrás aunque para entonces ya le habían quitado las esposas. Pero Gloria levantó el puño izquierdo y lanzó un grito que del otro lado del cristal los reporteros no alcanzaron a escuchar: “¡No estamos vencidos!”.
El amparo
Jacobo Silva es un hombre culto. Sus referencias literarias son amplias, lo mismo que las políticas. Antes de enero de 2005 había realizado 300 cuadros al óleo y en 2002 ganó el segundo lugar en un concurso nacional convocado por el INBA. El cuadro fue expuesto en el Poliforum Cultural Siqueiros. Hoy se le prohíbe pintar, tiene vigilancia extrema día y noche, y le recogieron sus libros, al igual que las copias de su expediente. “Desde las acciones del EPR el año pasado aumentaron las medidas de seguridad”, refieren Elizabeth Silva y su hijo David Sánchez, quienes además denuncian que las amenazas telefónicas que han tenido desde 1999 están ahora subiendo de tono y de frecuencia.
En septiembre de 2007, el propio exguerrillero solicitó un amparo en un documento que él mismo preparó a lo largo de todo un año en la cárcel, exigiendo su libertad y la de Gloria Arenas, bajo los argumentos de que las pruebas son falsas y contradictorias, de que las acusaciones no se sostienen y de que sus declaraciones fueron arrancadas con tortura.
Por ejemplo, la acusación por homicidio calificado y tentativa de homicidio que se le hizo a Jacobo por la muerte de un soldado en un enfrentamiento entre el EPR y el Ejército en Guerrero, el 16 de julio de 1996, se sustentó en una “prueba” que consistió en un comunicado del EPR firmado por el Comandante Antonio.
El alegato de Jacobo puntualiza que la acción del EPR es considerada militarmente como “combate”, además de que los testimonios de dos soldados, Óscar Bautista y Fidel Cortés, tampoco tienen validez porque nunca aceptaron haber visto a quienes disparaban, pues en su declaración asentaron que “las personas que disparaban se hallaban escondidas en el monte”.
El exguerrillero explica que desde que fueron detenidos y luego sentenciados, el Ministerio Público y los jueces consideraron “rebeldes” tanto a Gloria como Jacobo –se les condenó por el delito de “rebelión”–, y el segundo párrafo del artículo 137 del Código Penal Federal señala: “…los rebeldes no serán responsables de los homicidios ni de las lesiones inferidas en el acto de un combate”.
Una evidencia más de la falsificación de pruebas que presenta Jacobo se refiere a las circunstancias de la detención, ya que, de acuerdo con las autoridades, fue realizada en Chilpancingo, en tanto que una resolución publicada por el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) en 2005 para el recurso de revisión 145/05, contra la Secretaría de Gobernación, revela la falsedad de esa versión. La Secretaría de Gobernación señala que, de acuerdo con el Cisen (documento 0410000018905, correspondiente a un expediente del ERPI), “en octubre de 1999 fueron detenidos el Comandante Antonio en el Distrito Federal, la Coronela Aurora en San Luis Potosí, así como dos personas con los alias ‘Carlos’ y ‘Ofelia’, estos dos últimos en un operativo realizado en una ‘casa de seguridad’ del ERPI en Chilpancingo, Gro.”.
Tomado de CEDEMA.org
Nota del CEDEMA: "El material que a continuación se presenta es la carta íntegra enviada por iniciativa del MRLCB al Centro de Documentación de los Movimientos Armados como así también a otros medios. Se adjunta, además, una nota aparecida en la revista Proceso ("Traicionado y torturado" de José Gil Olmos, Nº 1632 del 10 de febrero de 2008, México DF) citada en la respectiva esquela.]
Sr. Jorge Lofredo
Director de CEDEMA
Por considerarlo de interés al interior de quienes militamos en organizaciones revolucionarias ya que hay hechos y detenciones aún no aclarados plenamente le pedimos de favor, la publicación de esta carta que enviamos al semanario proceso y de la que se resumieron algunos puntos para un reportaje.
Este texto iba acompañado por la carta al EVLN, que escribió Jacobo Silva Nogales, comandante Antonio del ERPI, antes de su detención, ya que lo consideramos un acertado análisis de la maniobra de inteligencia, antes del golpe.
Los posteriores análisis que otros hemos realizado han sido a toro pasado, a la luz de los hechos. El acierto de Antonio fue analizar la maraña de mentiras y contradicciones en la que caía “la juchiteca”. El error, acudir a la cita.
Ojalá ese texto sirva para alertar a quienes en Canadá y en México confían, todavía, en Ruth Yuridia Orozco.
ATENTAMENTE
Movimiento Revolucionario Lucio Cabañas Barrientos
MRLCB
2008-02-14
Sres. Rafael Rodríguez Castañeda y José Gil Olmos
Director y reportero de Proceso.
El reportaje “Traicionado y Torturado” que apareció en Proceso del 10 de febrero (No. 1632) sobre la detención de Jacobo Silva Nogales, es de gran actualidad ya que a partir de que la ultraderecha gobierna a través de la administración fecalista los servicios de inteligencia han retomado las maniobras similares.
A su vez el reportaje de Jorge Torres, Cisen: palos de ciegos, nos parece una excelente investigación, solo expresaríamos una diferencia de apreciación ya que no es a partir del accionar del EPR que la “administración calderonista decidió reactivar sus programas secretos de infiltración a grupos subversivos” puesto que la detención en mayo pasado de dos militantes eperristas es, a nuestro parecer, producto de una labor de inteligencia previa.
Van algunas precisiones que reafirman lo que investigaron los periodistas.
Ruth Yuridia (O Judith) Ortega Orozco, conocida como la Juchiteca, Mariela o Rosario era militante del Movimiento Estudiantil Metropolitano, (MEM) se acercó desde 1997 a lo que entonces era parte del Ejército Popular Revolucionario (EPR).
En 1998, cuando la mayor parte de la estructura eperrista en Guerrero se separó y formó el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), la Juchiteca se pegó hacia el lado de los escindidos. ¿Por qué? Creemos que porque el Cisen ya había logrado tener un seguimiento bastante cercano hacia algunos militantes del EPR, seguimiento que los llevó a casi realizar detenciones importantes en 1999. Aclarando que seguimiento cercano no es infiltración porque algunos analistas, como Sergio Aguayo, parecen confundir los términos. Además no se puede hablar de infiltración a nivel general, pues una cosa es que inteligencia tenga informantes en el nivel periférico y otra que tenga acceso a la información y decisiones estratégicas de una organización.
Afortunadamente se lograron romper la mayoría de esos hilos. Tomemos en cuenta que ese seguimiento se da en el entorno de subsecuentes fragmentaciones del EPR. Algún hilo sin romper fue el que llevó a la posterior captura de los hermanos Cerezo, malogrando aparentemente un seguimiento de años que les pudo producir capturas de mayor importancia. ¿Por qué? bien por la necesidad del foxismo de presentar resultados públicos en la contrainsurgencia, puesto que las FARP habían operado, o bien porque ya sabían que son hijos de militantes del EPR y entonces el Estado los tomó como rehenes. Ese mismo hilo seguían los nada inocentes agentes muertos en Tláhuac.
Ya teniendo contacto en el ERPI, la Juchiteca le platica a todo el que quiera escucharla que militó en el EZLN pero que, junto con otras personas, se salió para formar el ERIP, ojo, ERIP, no ERPI, y que luego se transformaron en el Ejército Villista de Liberación Nacional (EVLN) por lo que el subcomandante Marcos los había sentenciado a muerte (guión que retoma partes del libro La Rebelión de las Cañadas, de Tello Macías).
Toda esa leyenda de la Juchiteca fue ideada por algún servicio de inteligencia gubernamental, pudo ser el Cisen o Inteligencia Militar, aunque parece, por la información aparecida en Proceso, que fue el Cisen de ese entonces, con el objetivo de ganarse la confianza de Jacobo y Gloria.
El EVLN tenía presencia en el norte del país, especialmente en Chihuahua. Podemos deducir que a través de la infiltración en niveles estratégicos mediante una agente del Cisen el gobierno logró anular a esa organización asesinando a parte de la dirección, reprimiendo y coptando a otros. Eso fue entre 1994 y 97. Aquí cabría preguntar si “Ana” ó “Rubí” a la que se refieren los reportes del Cisen consultados por Jorge Torres es la Juchiteca que aparece en 1997 o 98 en el DF apoyando las marchas zapatistas. Puede ser que si, pero también es posible que se refiera a otra agente infiltrada.
La jugada, dentro de ese ajedrez que es la Inteligencia, iba a más largo plazo, incluso a tener una organización (El EVLN) que les sirviera de punta de lanza para infiltrar a las organizaciones guerrilleras que se coordinaran o unieran con ellos, pero tuvieron que acelerarla porque Jacobo y Gloria empezaron a desconfiar de la Juchiteca puesto que había múltiples contradicciones e incoherencias que revelaban que lo que decía era falso, por lo que decidieron recopilar otras versiones, pero la dificultad y lentitud del acceso a esas otras fuentes decidió esa partida a favor del gobierno.
Inteligencia gubernamental optó por pescar al que podía capturar en ese momento a través de la Juchiteca, fue Jacobo. Para lograrlo la Juchiteca le manda a Jacobo un mensaje por beeper (se acuerdan de esos aparatitos precursores del celular) donde le dice que ahora si va a presentarle a sus amigos, o sea a la dirigencia del EVLN. Jacobo escribe entonces una carta para la supuesta dirección del EVLN donde le expone las múltiples contradicciones en que ha caído la Juchiteca, atribuyéndolas a las golpizas que presuntamente recibió durante sus detenciones. Jacobo llevaba esa carta al momento de ser detenido porque la iba a entregar él mismo al EVLN por lo que anexamos una copia que, quizá como previsión dejó entre las pertenencias de su suegra, hoy difunta y que en ese entonces vivía con ellos.
La cita fue en el café Pekín de San Cosme, en el DF, llegó la Juchiteca acompañada por un hombre alto, blanco y nariz grande quien supuestamente era de la dirección del EVLN. Creemos que era un agente encubierto.
En nuestra opinión la Juchiteca puede estar todavía protegida por el malgobierno, puesto que a algunos luchadores sociales detenidos y torturados les han ofrecido becas en el extranjero, previo cambio de identidad y hasta de fisonomía, siempre y cuando entreguen a alguien de mayor responsabilidad en su organización.
Dato interesante es que la salida de la Juchiteca hacia Canadá no solamente fue apoyada por la secretaría de Gobernación sino por algunos diputados perredistas.
Lo más importante ahora es que el Cisen retomó los esfuerzos para intentar infiltrar a las diversas organizaciones clandestinas.
Detienen a militantes de organizaciones de masas que consideran ligadas a alguna organización guerrillera, los torturan, amenazan a la familia. Unos denuncian, otros no.
Han capturado también a algunos militantes de organizaciones clandestinas. La tortura va enfocada a hacerlos hablar pronto, entre más rápido mejor para que su organización no advierta la detención.
Los mismos captores les elaboran la coartada, pueden decir que se fueron de borrachera, o que estaban enfermos, que estaban en el hospital, que los asaltaron, que los confundieron unos narcos o que los secuestró otra organización clandestina. El objetivo es que no pierdan la confianza de su organización ni de las organizaciones con las que se relacionan.
Es elemental investigar internamente cuando a una organización la golpean a nivel de dirección, la mas indicada para hacerlo es la propia organización.
Regresando al reportaje sobre la detención de Jacobo y Gloria, todos los detalles de su cautiverio están planificados para destruirles su personalidad, para hacerlos sentir aniquilados, nulificados, por eso, ante la imposibilidad de hacerlo personalmente enviamos un saludo de cariño y aliento a los dos.
Porque en ese poner nuestro granito de arena para construir un México más parejo y pese a las fallas que todos tenemos, la lucha sigue y entre más grandes son la injusticia y desigualdad más razones para rebelarnos y más compañeros encontramos.
El mismo saludo fraternal lo enviamos a tantos presos políticos que sobreviven en condiciones de extrema crueldad como son Sergio Bautista Martínez y José Luis López García, detenidos en 1996 y desde entonces permanecen en cárceles de aniquilamiento. Los detenidos de Guadalajara, Atenco, Oaxaca, Guerrero
, Morelos, Querétaro, Veracruz y los desaparecidos que quien sabe donde están. Su dolor es parte de nuestra rabia.
¡RESISTIREMOS Y SEREMOS MILLONES!
¡GLOBALICEMOS LA SOLIDARIDAD Y LA FRATERNIDAD ENTRE LOS PUEBLOS!
MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO LUCIO CABAÑAS BARRIENTOS.
(MRLCB).



Origen del ERPI
"nace como resultado de una separación del EPR. Producto de un proceso que se gestó largamente y que se manifestó concretamente el 8 de enero de 1998(...) Formamos parte del ERPI compañeros que participamos en las luchas populares de los años 70’s y 80’s y en algunas organizaciones armadas de aquellos años, así como nuevos compañeros que se han incorporado recientemente.
¿Por qué se dio nuestra separación del EPR? (se preguntan a lo que responden)
Por razones políticas. Primeramente las diferencias eran fundamentalmente metodológicas, después llegaron a ser de táctica y estrategia, de concepciones y de visión. Nos preocupaba el papel de nuestra organización en el proyecto revolucionario mexicano en general. Tuvimos inquietudes en torno a la relación que pretendemos tener con el pueblo, al tipo de sociedad que se quiere construir, a la concepción de la soberanía popular, de las relaciones al interior de nuestra organización, de la ética revolucionaria y de la estrategia a seguir. Nos preocupaba el poco crecimiento, el marcado centralismo y burocratismo en la estructura del EPR, la deshumanización de algunos métodos. Finalmente, transitar por caminos distintos fue una necesidad. Hoy, motivados por nuestra propia vivencia, por lo que hemos visto al interior del movimiento revolucionario en general y por la experiencia de otros procesos, a nuestros planteamientos básicos les agregamos un reclamo ético urgente y firme: la revolución debe humanizarse." Comunicado del 1/01/1998:


La guerrilla después del EZLN/JUAN VELEDÍAZ, reportero
El Universal, Lunes 13 de noviembre de 2006
Desde abril de 2001, poco después de que se dieran los bombazos a unas oficinas de Banamex en el DF, Tiburcio Cruz Sánchez se convirtió en el hombre más buscado por los servicios de inteligencia civil y militar del país. Porque ese sería su nombre real, de acuerdo con funcionarios del Cisen (Centro de Investigación y Seguridad Nacional), quienes lo identificaron en aquel año, como quien se presenta como un "luchador social" pero que desde hace más de una década vive en la clandestinidad con el nombre de Francisco Cerezo Quiroz, padre de Alejandro, Héctor y Antonio Cerezo Contreras, detenidos en agosto de aquel año acusados de la autoría de las explosiones.
Tiburcio Cruz Sánchez, identificado hoy como uno de los principales líderes del EPR (Ejército Popular Revolucionario), fue junto con el fallecido Héctor Heladio Hernández Torres y el exiliado José María Ortiz Vides, uno de los fundadores de la Unión del Pueblo (UP), una de las guerrillas más antiguas del país surgida en los años 60. De acuerdo con documentos de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) depositados en la galería uno del Archivo General de la Nación (AGN), esta organización se caracterizó por su propensión a colocar artefactos explosivos en aquella época en oficinas de gobierno en Jalisco, Oaxaca, el DF y el estado de México, así como en sedes de bancos, oficinas distritales del PRI y estatuas de los considerados próceres de ese partido. A este grupo que se decantaba por poner bombas, la DFS lo identificó como Los Bomberos, una célula de la UP cuyas acciones tenían como finalidad "hostilizar al grupo burgués en el poder generando terror".
Una paradoja que no dejó de llamar la atención luego de la detención de los hermanos Cerezo fue que quienes se atribuyeron la autoría de las explosiones en Banamex, días después de ocurridas, fueron las FARP (Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo), un grupo guerrillero presuntamente antagónico al EPR.
A lo largo de los años de la década del 60 y 70 la Unión del Pueblo tuvo poca importancia como guerrilla organizada hasta que en 1978 se convirtió en PROCUP (Partido Revolucionario Obrero Clandestino Unión del Pueblo) y tiempo después en 1981, se fusionó con lo que quedó del Partido de los Pobres (PDLP), una organización que reaparecía luego de haber sido casi aniquilada por el Ejército, pues quedó como resquicio del movimiento que con estas siglas encabezó en Guerrero Lucio Cabañas, muerto en diciembre de 1974.

La unión PROCUP-PDLP se realizó con ex militantes dispersos de otras guerrillas, y se hicieron célebres en la década de los 80 por sus secuestros de militantes de izquierda y ejecuciones de ex guerrilleros a quienes consideraban traidores al movimiento.

Una vertiente del PROCUP-PDLP considerada importante por especialistas en movimientos armados y funcionarios de las áreas de inteligencia del gobierno federal, fue la que en 1994 se reagrupó con otras organizaciones para formar lo que dos años después, en junio de 1996, se presentó en Aguas Blancas, Guerrero, como EPR.

A partir de 1994, luego de la irrupción del EZLN, la Defensa Nacional y el Cisen identificaron varios grupos que reactivaron sus células clandestinas para reaparecer como guerrilla unificada. En una serie de notas periodísticas aparecidas en aquellos años compiladas y analizadas por el politólogo y especialista en movimientos armados Jorge Lofredo en su estudio La guerrilla mexicana, de la unidad a la ruptura, se registraron los grupos y organizaciones encabezados por el PROCUP-PDLP que se unieron para constituir el EPR: el Ejército de Liberación de la Sierra del Sur, el Movimiento Popular Revolucionario, los Comandos Armados Mexicanos, las Brigadas Obreras de Autodefensa, la Organización Revolucionaria Armada del Pueblo (ORAP) y la Unión de Comandos Revolucionarios, entre otras.
Entre 1998 y 1999 se conocieron las primeras rupturas al interior del EPR, de las que surgieron el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI) y las citadas FARP, las cuales junto a otras organizaciones de presencia regional como el Ejército Villista Revolucionario del Pueblo (EVRP) y el Comando Justiciero 28 de Junio (CJ-28) crearon en el año 2001 la Coordinadora Guerrillera Nacional José María Morelos y Pavón (CGNJMM).
El ERPI es considerado como la primera ruptura importante al interior del EPR, que se concretó en enero y junio de 1998. "Se diferencian del eperrismo por la estrategia insurreccional que proclaman y la cercanía con pueblos y comunidades, impulsando la toma de decisiones de las bases para realizar acciones militares. Proyectaron contactos con organizaciones sociales para garantizar su seguridad y, a la vez, una mayor penetración erpista en sectores no clandestinos ni armados; y también es el grupo con mayor cercanía ideológica con el Ejercito Zapatista. Señalan que el proceso de dispersión del EPR marca la tercera generación de la guerrilla mexicana", escribe Lofredo.

El ERPI fue en la práctica anulado por la Policía Federal Preventiva cuando en 1998, luego de una serie de acciones armadas, fueron detenidos Jacobo Silva Nogales, alias comandante Antonio, y Gloria Arena Agis, comandante Aurora, quienes fueron recluidos en una cárcel de alta seguridad y sentenciados a 50 años de prisión.

La ruptura de las FARP con el EPR data de 1998; sus acciones militares son mínimas en esos meses pues sólo se dedicaron a realizar actos de propaganda armada en Puebla y Morelos como paso previo a su presentación pública en Xochimilco en el año 2000. Su estrategia continuó pero ahora en los estados de Guerrero y Oaxaca. En mayo de 2001, agrupado junto con el EVRP y el CJ-28 como Coordinadora Guerrillera Nacional, realizan un ataque armado a un retén policial en Acapulco, poco después de que se adjudicaran la autoría de los bombazos en Banamex.

La cabeza visible del autodenominado Ejército Villista (EVRP) se hace llamar comandante Roldán, quien abandonó el EPR en febrero de 1999 y no es sino hasta diciembre de ese año cuando emitió, con estas siglas, su primer comunicado. En esta organización confluyeron integrantes del autodenominado Comando Armado Francisco Villa y de la Organización Revolucionaria Armada del Pueblo (ORAP), agrupaciones consideradas fundadoras del EPR.
Durante agosto y octubre de 1999, mes en que se conoce el primer escrito de la denominada Tendencia Democrática Revolucionaria (TDR), el comandante José Arturo rompe con la cúpula eperrista para estructurar esta nueva agrupación. El antecedente del TDR se localiza al interior del EPR cuando era sólo una corriente de opinión, escribe Lofredo, pues anteriormente José Arturo junto a Francisco y Roldán ahora del EVRP, eran parte de la primera cúpula eperrista.

El CJ-28 que irrumpió el 28 de junio de 1998, en el segundo aniversario de la masacre de Aguas Blancas, cuya fecha toman como distintivo, puede estar identificado, añade en su análisis el politólogo, como una escisión del ERPI, pues en sus comunicados aseguran existir de mucho tiempo atrás sin que se identifiquen como escisión del EPR, a quien no descartan en un futuro como posibles aliados.

Tras el proceso de ruptura al interior del EPR surgieron una serie de grupos cuyos orígenes no se vinculan de manera directa con esta guerrilla, de acuerdo con el estudio de Lofredo. Estas organizaciones son el Ejército Socialista Insurgente (ESI), el Ejército Revolucionario del Sureste (ERS), el Comando México Bárbaro (CMB), Ejército Justiciero del Pueblo Indefenso (EJPI), la Nueva Brigada Campesina de Ajusticiamiento (NBCA) y el Movimiento Revolucionario Lucio Cabañas Barrientos (MRLCB).

De estas organizaciones se conocen pronunciamientos y comunicados, los cuales se pueden consultar en internet (www.cedema.org), pero no hay registro de su participación en acciones armadas salvo las dos últimas, cuyos líderes se adjudicaron en unos comunicados la autoría de algunas de las explosiones del pasado lunes 6 de noviembre.

Por estos días, hace ahora dos años, en noviembre del 2004 Tiburcio Cruz Sánchez fue ubicado en el poblado de San Juan Ixtayopan, en la delegación Tláhuac, por agentes de la PFP quienes lo tenían identificado de tiempo atrás en una casa de seguridad la cual presuntamente funcionaba como lugar de reunión para la comandancia del EPR. La presencia policial fue aprovechada por los simpatizantes del grupo, quienes generaron el rumor de que los policías federales se querían robar unos niños, lo que llevó a que la población se enardeciera y los linchara.

Con ese episodio como antecedente, el EPR sigue considerado por las autoridades como un grupo armado con capacidad de organización, movimiento y manejo de armas y explosivos. Para la Secretaría de la Defensa Nacional, en respuesta a una solicitud de información, los grupos guerrilleros que operan en el país, después de la aparición del EZLN en 1994, son el EPR y sus seis ramificaciones: el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), la Tendencia Democrática Revolucionaria del EPR (TDR-EPR), el Comando Justiciero 28 de Junio (CJ-28 de Junio), el Ejército Villista Revolucionario del Pueblo (EVRP), las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FARP) y el Comando Jaramillista Morelense 23 de Mayo (CJM-23 de Mayo). De todos ellos, el más activo, al menos en comunicados y en pronunciamientos para adjudicarse acciones armadas, resulta ser la última escisión eperrista conocida como TDR-EPR.

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