¿Tiempo
de zorros o de erizos?/Carmen Posadas, escritora.
Publicado en ABC
|
Es
bien conocida la metáfora del filósofo Isaiah Berlin que divide a las personas,
y en particular a los pensadores, en dos categorías, zorros y erizos. Tomando
como punto de partida escritos griegos clásicos, Berlin diferenció entre la
inteligencia de unos y otros diciendo que los zorros son aquellos que saben
muchas cosas, mientras que los erizos se limitan a saber mucho de una sola
cosa. Así, los erizos, ante una dificultad, tienden a simplificar las complejidades
de este mundo y las abordan con una única idea o estrategia. Los zorros, en
cambio, son incapaces de reducir el mundo a solo un enfoque, de modo que se
mueven constantemente entre varios tipos de estrategias posibles. Esopo –que
también recogió en su tiempo esta vieja idea clásica (transformando el erizo en
gato, pero eso es irrelevante para nuestra historia)– consideraba que el zorro
representa lo negativo y el erizo lo virtuoso.
En
una de sus fábulas, por tanto, nos cuenta cómo, al encontrarse ambos un día en
un prado, comenzaron a discutir sobre lo que harían en el caso de que
aparecieran cazadores.
A
medida que pasan los días y se acerca la consulta, uno tiene la sensación de
que, mientras el erizo sigue con su única estrategia de no hacer nada, el zorro
de la fábula (y nunca mejor dicho) despliega muchas de las suyas. Como
movilizar para ese día a 40.000 voluntarios, 7.000 de ellos funcionarios
liberados; como los cuatro millones de euros que gastará el Govern en la
consulta o los cien millones de presupuesto que manejan las distintas
asociaciones proindependencia; como señalar –en un paradójico remedo histórico–
con un triángulo amarillo los establecimientos que se adhieren al referéndum,
para dej ar en evidencia a los que no lo hagan; como enviar cartas a todos los
directores de instituto de la región conminándolos a abrir puertas y supervisar
la consulta el día de marras o atenerse a las consecuencias; como que la ANC
contrate a la empresa de comunicación de Obama. ¿Con qué dinero?
Llegado
este punto, uno se pregunta qué pasará a partir de ahora ¿Se mantendrá el
Gobierno de Madrid impasible el ademán? ¿Se enrocará en su única actitud de repetir
hasta el hastío que se trata de una consulta ilegal y por tanto irrelevante?
¿Será capaz por una vez de desplegar otra estrategia distinta que la de dejar
que los acontecimientos pongan las cosas en su sitio y le den la razón? Decía
Isaiah Berlin que el mayor peligro tanto de erizos como de zorros es creer que
la estrategia que se ha comprobado eficaz en una ocasión lo será también en las
venideras. Después de mencionar los nombres ilustres que pertenecían a una y
otra clase de caracteres y personalidades, Berlin añadía que los más astutos de
todos ellos eran los erizos que se daban cuenta de que, a veces, no hay más
remedio que usar ardides de zorro. El más obvio por parte de Madrid en estos
momento sería ganar la batalla de la comunicación; advertir, por ejemplo, con
bastante más énfasis de lo que lo ha hecho hasta el momento a los funcionarios
–mossos, empleados públicos, directores de instituto, etcétera– que participar
en una consulta ilegal hace peligrar el puesto de trabajo. Pero se me ocurre que
tal vez estén en marcha, sin que lo sepamos, otras iniciativas más sutiles.
Hace pocos días, Mas confesaba crípticamente que temía los «ardides» que Madrid
pudiera poner en práctica contra él. ¿Será uno de ellos desvelar las posibles
conexiones que le unen a la cleptocracia que, durante años y con tanto ahínco e
impunidad, ha entretejido la dinastía Pujol?
El
tiempo dirá.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario