La
renuncia de Peña Nieto/Jorge
Ramos Ávalos
“Un presidente nunca debe esconderse, y Peña Nieto se ha escondido. No ha querido dar la cara…“
“Pedir la renuncia de Peña Nieto es, por ahora, solo un ejercicio de libertad y de protesta. Y como reporteros lo debemos contar. Cuando hay abusos de poder, el periodismo tiene que ser contrapoder.“ JR
Publicado en Reforma, 1 de noviembre de 2014
Como
periodistas estamos obligados a reportar que hay muchos mexicanos que están
pidiendo la renuncia del presidente Enrique Peña Nieto. No reportarlo sería
mentir, hacerle el juego al gobierno o, peor aún, autocensura.
Miles
han pedido su renuncia de la Presidencia en las múltiples protestas por la
desaparición de 43 estudiantes y en las redes sociales. Los testimonios, los
videos y los tweets ahí están. No estamos inventando nada. Así que hablémoslo.
¿Por
qué piden su renuncia? Por incapaz, por no poder con la violencia que aterra al
país, por los altísimos índices de impunidad y corrupción, por tener una
política de silencio frente al crimen y, sobre todo, por la terrible y tardía
reacción ante la desaparición de 43 estudiantes en Guerrero.
Peña
Nieto actuó con incomprensible indiferencia y negligencia: se tardó 11 días en
hablar en público desde que ocurrieron las desapariciones; se ha negado a
realizar una sola conferencia de prensa o una entrevista con un periodista
independiente -de hecho, no ha respondido a una sola pregunta sobre el tema; y
tuvieron que pasar 33 días para reunirse con los padres de los estudiantes
desaparecidos. Todos errores. Eso es precisamente lo que un presidente no debe
hacer nunca.
Un
presidente nunca debe esconderse, y Peña Nieto se ha escondido. No ha querido
dar la cara. Me ha tocado cubrir muchas crisis internacionales y los
mandatarios, generalmente, salen en público, responden preguntas y toman
responsabilidad de los hechos. No es el caso de Peña Nieto. Y cuando el presidente
no preside y se achica, deja al país a la deriva.
En
México los presidentes no renuncian. Hay muy pocos casos en nuestra historia.
Se quedan seis años en el poder, pase lo que pase. Pero la Constitución sí
contempla una salida.
El
artículo 86 de la Constitución mexicana dice: "El cargo de Presidente de
la República solo es renunciable por causa grave, que calificará el Congreso de
la Unión, ante el que se presentará la renuncia". ¿Es "causa
grave" lo que está pasando en México respecto a la inseguridad, impunidad
e incapacidad para gobernar?
Datos.
Una encuesta del INEGI confirma que el primer año de Peña Nieto fue peor que
los últimos dos de Felipe Calderón. En el 2013 hubo 10.7 millones de hogares
que sufrieron algún delito (33.9% de la población). Datos. El 67 por ciento de
la población dice que vivir en su ciudad es "inseguro". Datos. El
93.8 por ciento de delitos no se denuncian, en su mayoría, por desconfianza a
la autoridad. Datos. Hubo más secuestros en el primer año de Peña Nieto que en
cualquiera de los seis de Calderón, según la Secretaría de Gobernación. Y el
2014 también viene mal. Ve aquí los datos oficiales http://bit.ly/1moTYql
¿Cuántos
mexicanos quieren la renuncia de Peña Nieto? No hay, todavía, ninguna encuesta
que se haya atrevido a preguntarlo. Lo cierto es que para millones de mexicanos
Peña Nieto no ganó limpiamente la elección del 2012 y esa percepción de
ilegitimidad complica su mandato. Además de tener una elección cuestionada y un
apoyo minoritario -solo 38% del voto- ahora no puede con el puesto. Le quedó
grande. Eso es grave.
Ante
la violencia, Peña Nieto ha sido un presidente débil, huidizo. Prácticamente se
esfumó ante la matanza del Ejército de 22 civiles en Tlatlaya y ante los
muertos de Guerrero. Lejos quedaron los discursos triunfalistas por las 11
reformas y la construcción del nuevo aeropuerto capitalino.
Peña
Nieto, desde luego, no va a presentar nunca su renuncia. Ni este Congreso -con
sus complicidades y alianzas- se atrevería a sugerirla. El gobierno seguramente
dirá que los pedidos de renuncia al Presidente son producto de un pequeñísimo
grupo de radicales y resentidos. Pero eso no es cierto. Esto apunta a un
vibrante y naciente movimiento cívico y democrático. La marcha al Zócalo del 22
de octubre fue una de las más grandes de este siglo en México. Imposible no
verlo.
Es
irónico que uno de los presidentes más jóvenes que ha tenido México haya
perdido el apoyo de los jóvenes. Dudo que el Presidente pueda ir hoy a alguna
universidad del país. El futuro ya le dio la espalda a Peña Nieto. Y no habrá
viaje internacional sin protestas por las violaciones a los derechos humanos en
México.
Pedir
la renuncia de Peña Nieto es, por ahora, solo un ejercicio de libertad y de
protesta. Y como reporteros lo debemos contar. Cuando hay abusos de poder, el
periodismo tiene que ser contrapoder.
@jorgeramosnews
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