Revista
Proceso # 2017, 27 de junio de 201
Ante las
miserias del PAN, Corral arenga: ¡rebelémonos!/
ÁLVARO
DELGADO
Convencido
de que el espíritu rebelde del PAN está en sus orígenes, el senador Javier
Corral va por la presidencia de su partido, que vive una “demolición política y
ética”. Y advierte: Lo que se juega en esta elección interna es la
sobrevivencia de Acción Nacional. Su propósito, dice, es frenar a Ricardo
Anaya, pues él representa los intereses del “consorcio” integrado por los
grupos de Gustavo Madero, Jorge Villalobos, Rafael Moreno Valle y Miguel Ángel
Yunes, entre otros.
Pero
justamente porque él es independiente no se reproducirá la contienda entre
facciones que hubo, en mayo del año pasado, entre Gustavo Madero y Ernesto
Cordero. Va “con todo”, como se lo comunicó a algunos exgobernadores, como
Ernesto Ruffo, Francisco Barrio y Fernando Canales Clariond.
“Canales
me dijo que debíamos ir con todo, y claro, vámonos con todo. Vamos a dar una
batalla fundamental. Le dije: ‘Si ésta es la última batalla, démosla, pero
decididos, hasta donde tope’. ¡Y no voy a dejarles pasar una sola! Yo no soy
Cordero, ¿eh?”
Primero
en su despacho del sexto piso del Senado y luego a bordo de su automóvil hacia
la sede nacional del PAN, donde el mediodía del viernes 26 se entrevistó con
Madero, el legislador chihuahuense aborda la lucha interna, las ambiciones
presidenciales de Anaya y también los costos de la alianza con Enrique Peña
Nieto.
“A
Madero le encantó Peña desde el principio. Se le apostó a Peña y hoy el PAN
recoge no sólo las migajas del poder, sino el desprestigio del gobierno con el
que caminó sin haberlo denunciado”, sentencia Corral.
“¡Nos
embarró! Terminamos embarrados del desprestigio que circunda a Peña Nieto por
la corrupción que lo enloda, a él y a una buena parte de su gabinete”, afirma y
no tiene duda de que al gobierno le preocupa su candidatura.
“Claro
que el gobierno no está muy contento con mi candidatura, porque ha vivido estos
tres años como Alicia en el país de las maravillas, tres años en los que ha
tratado a la oposición como se patea un bote.”
–Con
usted en el PAN, ¿la relación va a cambiar con el gobierno?
–Yo
puedo hacer las dos partes: Puedo concurrir a sacar reformas y políticas
públicas de beneficio para el país, puedo cooperar, pero el PRI sabe que
conmigo la negociación tiene límites y los límites son los principios. Peña,
bajo mi presidencia, va a conocer, por primera vez, cómo piensa el PAN.
La
amplia entrevista con Corral se produce el mediodía del viernes 26, un día
antes de que el Consejo Nacional elija a los integrantes del órgano electoral,
de cuya imparcialidad dependerá el éxito de la elección, propuesta por Madero
para el domingo 16 de agosto.
“Todo
el partido y todo el proceso están ceñidos a la voluntad de un solo hombre, que
quiere ser coordinador de los diputados, pero lo tienen que elegir antes del 1
de septiembre”, reprocha Corral, quien ratifica su convicción de presidir el
PAN.
“Yo
no voy a cuidar a uno u otro grupo. Si la maquinaria está pensando que yo voy a
dejarles pasar sus cosas, están equivocados. Es un ambiente muy complicado al
que vamos a ir, pero esa es la gran apuesta.”
–Parecieran
invencibles sus adversarios, por su control.
–¡Claro
que no son invencibles! Varias ocasiones la militancia ha superado la línea, la
cargada, los cacicazgos.
Ya
en la sede de su partido, antes de entrar a la oficina de Madero, Corral
plantea la disyuntiva que se juega en esta elección: “El PAN como referente
ético de la política o este PAN corporativo que sigue caminando hacia la
marginalidad, encerrado en sus propios intereses”.
Es
Anaya, actual coordinador de los diputados federales, el que representa los
intereses del PAN controlado por el “consorcio” integrado por los grupos de
Madero, el operador Jorge Villalobos, el gobernador Rafael Moreno Valle, el
futuro diputado Miguel Ángel Yunes, estos últimos expriistas y discípulos de
Elba Esther Gordillo.
“Anaya
dice que ofrece una renovación. ¿Cuál renovación? Él fue parte de muchos de los
problemas del PAN como secretario general y luego como presidente interino,
cuando se tomaron decisiones muy delicadas”, recuerda Corral.
Y
aclara: “Por más que se quieran separar las cosas, cuando se piensa en Ricardo,
se piensa en Madero. Y Anaya es Madero, en Puebla es Moreno Valle, en Sinaloa
es Villalobos, en el Estado de México es Ulises Ramírez, en Veracruz es Yunes.
En distintos estados Anaya es cada uno de ellos. Dime con quién andas y te diré
quién eres”.
Anaya:
ambición y pragmatismo
El
plan de imponer a Anaya como sucesor de Madero para ser “un mediador entre
facciones”, dice Corral, se materializó con la fotografía de aquél, en Puebla,
el lunes 15, con el gobernador Moreno Valle, los gobernadores electos Francisco
Domínguez y Carlos Mendoza Davis, así como diputados y senadores.
“Con
Madero se conformó un consorcio, la conjunción de varios grupos locales y
nacionales, para mantener el partido y asegurar que dentro de ese consorcio
salga el candidato a la Presidencia de la República. Y se pretendió mandar, a
través de esta fotografía, el mensaje de que ya estaba resuelta la elección, y
lo que se mandó fue el mensaje de una cargada al más puro estilo priista.”
Corral
tampoco descarta que Anaya pudiera ser también presidenciable, como lo
advirtió, en Proceso, el secretario general del PAN, Isabel Trejo:
“No
dudo que a Ricardo se le pudiera antojar entrarle a la competencia en 2018,
porque se le ha antojado todo. Ha sido una meteórica carrera la de él, muy
breve en muchas cosas, mostrando una gran ambición y a la vez un gran
pragmatismo. El problema no es él, no hago una descalificación personal, sino
lo que él representa.”
Expone:
“En el caso de que al propio Madero o a Moreno Valle se les atore la carreta y
no les dé (la candidatura), a lo mejor Anaya va a querer ser. Pero el
presidente del partido no debe ser mediador de facciones ni puede ser un
jugador más de la contienda, porque entonces envenena todo el ambiente”.
En
este ambiente envenenado, Corral alude al control que tienen los grupos del
“consorcio” del PAN del padrón, que en el caso de Puebla –dice– es escandaloso.
“En
junio del año pasado se dio una afiliación masiva: Llegaron al partido en
Puebla diariamente 700 aspirantes y ese mes ingresaron alrededor de 6 mil
miembros. En mayo se habían afiliado 53 y en abril 81, pero en junio, en el
límite, se afiliaron exactamente 6 mil 295 militantes.”
–¿Fue
por el carisma de Moreno Valle?
–¡Son
las prácticas deleznables de los grupos a quienes no les importa el PAN! ¡Es la
estricta lógica de intereses personales!
“Estos
padrones inflados producen acarreos en la elección y luego un proceso de
corrupción permanente en el partido, porque a esas estructuras clientelares y
corporativas hay que estarlas manteniendo con favores y dádivas. Eso es lo que
ha envenenado la vida del partido.”
Pregunta
Corral: “¿Sabes cuál es la fórmula con la que el joven Anaya quiere salir al
paso de esta competencia? Decirle a los panistas que el proyecto que más les
conviene es el suyo. ‘Te conviene, súmate’, como si fuera este un asunto de
conveniencias”.
Reflexiona:
“Que quien quiera ser presidente del partido coloque la conveniencia como una
base de la adhesión, lo único que nos dice es que continuará la demolición del
partido, porque esto no es un asunto de conveniencias, sino de convicciones”.
–¿Es
cierto que, en la campaña federal, Anaya iba a los estados, pero no a apoyar a
los candidatos, sino a su propia campaña?
–En
varios estados y ciudades los candidatos a diputados federales tuvieron que
suspender sus actividades programadas para concurrir a actos organizados para
Anaya. Esta promoción se sobrepuso a los objetivos de los propios candidatos y
se aprovechó la campaña electoral para tejer alianzas, para acordar posiciones,
para adelantar cargos, para el repartidero.
Pero
esta estrategia incluía otro elemento: “Empezaron a infundir no solamente la
idea de la conveniencia, sino lo que es peor: el temor. El mensaje era que ya
están de acuerdo Madero y Moreno Valle, porque ya los convenció Santiago Creel
que lo mejor que puede pasar es que Anaya les arbitre una eventual disputa”.
Por
eso, también, se organiza la elección a modo: Madero reformó en marzo el
reglamento para acortar los tiempos y que el 10% de las firmas para registrar
la candidatura no sea en 15, sino en siete días, y que la campaña no sea de dos
meses, sino de uno, para que Anaya lo designe coordinador.
“Todo
el partido y todo el proceso están ceñidos a la voluntad de un solo hombre, que
quiere ser coordinador de los diputados, pero lo tienen que elegir antes del 1
de septiembre.”
La
rebelión de la bases
La
militancia, dice Corral, está muy desanimada, pero él quiere motivarla para
rescatar al PAN y al país ante la regresión autoritaria priista, y una de sus
ventajas es que él no pertenece a ningún grupo interno.
“Yo
voy a aglutinar la irritación, la inconformidad, el enojo que se ha suscitado
incluso al interior de los propios grupos. La gente ya está cansada de que los
traten como mercancía, como objeto.”
Pone
como ejemplo el hecho de que gobernadores o jefes de grupo tomen decisiones por
todos, con lo que la dignidad de la persona humana –“uno de los principales
conceptos articuladores de la ideología del PAN”– está hecha añicos, o de que
ya nadie hable de bien común. “El último lema, el más ideológico que hemos
tenido, es el ‘¿a poco no?’ ¡Es una vergüenza!”.
Pero
hay otra pelea entre panistas: “La nueva disputa es quién acuerda mejor con el
gobierno, quién tiene más cercana su relación con Peña Nieto. Y lógicamente el
gobierno compra donde le venden más barato. Y con unos saca la reforma
energética, con otros el ministro, con otros el magistrado agrario, con otros
la reforma electoral y así”.
Ante
esto, su decisión: “Entonces, ante la demolición política y ética que vive el
PAN, a mí me urgió a tomar una decisión fundamental: O sigo viendo esto y sigo
con una batalla personal y hasta solitaria, o mejor ofrezco mi experiencia, mi
convicción, y digo: ¡Armémonos y organicemos la rebelión de las bases! Es
revelarnos contra la cargada, la línea, el compadrazgo, la injusticia, la
corrupción. ¡Está en los orígenes del PAN el espíritu rebelde!”.
Esto
le espanta a muchos, admite, porque le han dicho que su discurso es muy
frontal.
“¿Frontal
qué? ¿Qué no han leído la historia del PAN? Y me dicen: Sí, es que ya se está
asustando mucha gente. No, les digo: Se están asustando los que se tienen que
asustar. Les da miedo a los que tienen sus cotos de poder, pero está
despertando mucha esperanza.”
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