El papa Francisco reiteró que la unidad de los cristianos es una de sus
principales preocupaciones y por eso “no dejo nunca de rezar a Dios”.
Francisco aseguró que el abrazo de paz intercambiado en noviembre con el Patriarca Bartolomé I “fue signo elocuente de aquella caridad fraterna que nos anima en el camino de reconciliación y que nos permitirá un día participar juntos en la Mesa Eucarística”.
En
el discurso que les dirigió, Francisco resaltó que “su presencia en las
celebraciones de nuestra fiesta testimonia todavía una vez más la profunda
relación que une las Iglesias hermanas de Roma y de Constantinopla, prefigurado
por el vínculo que une a los respectivos Santos patronos de nuestras Iglesias,
los Apóstoles Pedro y Pablo, hermanos y de sangre y en la fe, unidos en el
misterio apostólico y en el martirio”.
Francisco aseguró sus oraciones para el Sínodo Pan-Ortodoxo, que estará
dedicado a la solución de algunos problemas internos de las Iglesias ortodoxas
y se celebrará en Estambul (Turquía) en 2016.
También les pidió rezar por la próxima Asamblea Ordinaria del Sínodo de
los Obispos de la Iglesia Católica sobre la Familia que se celebrará del 5 al
25 de octubre.
La presentación a los medios de comunicación contó con la presencia de Su Eminencia Ioannis Zizioulas, Metropólita de Pérgamo, al que Francisco le agradeció en esta audiencia haber participado.
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