Primer sucesor de San Josemaria Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei.
Durante en el encuentro con los ancianos en el Vaticano, un evento organizado
por el Pontificio Consejo para la Familia, y en palabras previas al rezo del Ángelus en la Plaza
de San Pedro, el papa Francisco dijo: ayer (sbado 27 de septiembre), en Madrid, fue proclamado
beato el Obispo Álvaro del Portillo; que su testimonio cristiano y sacerdotal
ejemplar, pueda despertar en muchos el deseo de adherirse siempre más a Jesús y
el Evangelio".
Francisco envió una carta al actual Prelado del Opus Dei, Mons.
Javier Echevarría, en la que señala que esta beatificación "representa un
momento de especial alegría para todos los fieles de esa Prelatura" por la
que da gracias a Dios ya que "embellece el rostro de la Iglesia con la
santidad de sus hijos".
El papa también indicó que le gusta recordar la jaculatoria que Mons.
del Portillo repetía: "Gracias, perdón y ayúdame más". "Son
palabras que nos acercan a la realidad de su vida interior y su trato con el
Señor y que pueden ayudarnos también a nosotros a dar un nuevo impulso a
nuestra propia vida cristiana".
Del
Portillo, nuevo beato; el postulador: «su fama es un fenómeno eclesial»
Llega
a los altares, desde Madrid, el Prelado del Opus Dei, primer sucesor del
fundador san Josemaría Escrivá de Balaguer. Entrevista a Javier Medina Bayo
Vatican Insider, 27 de septiembre de 2014
DOMENICO
AGASSO JR
Hoy
por la mañana, en Madrid, fue beatificado mons. Álvaro del Portillo
(1914-1994), prelado español del Opus Dei y primer sucesor del fundador san
Josemaría Escrivá de Balaguer. Desde 1997, el postulador de la causa de
canonización ha sido mons. Flavio Capucci, que falleció el 7 de agosto de 2013,
pocos días después de que fuera reconocido el milagro atribuido a la
intercesión del venerable siervo de Dios. Lo ha sustituido en el proceso el
reverendo Javier Medina Bayo.
El
Papa aprobó un milagro atribuido a la intercesión de Álvaro del Portillo: ¿en
qué consiste?
Consiste
en la absoluta curación de un recién nacido chileno que presentaba daños
cerebrales y otras patologías: después de haber sufrido un paro cardíaco de
alrededor de media hora y una hemorragia masiva, no solo siguió viviendo, sino
que experimentó una mejoría de su estado general, hasta el punto de poder tener
una vida normal como todos los niños. Estos hechos sucedieron el 2 de agosto de
2003. Sus padres rezaron con gran fe y, mediante la intercesión de Álvaro del
Portillo, cuando los médicos pensaban que el niño había muerto, sin ningún
tratamiento y de forma completamente inesperada, su corazón volvió a latir,
hasta que alcanzó 130 latidos por minuto. Tal vez lo más sorprendente de este
caso sea que, apesar de la gravedad del cuadro clínico, el niño, en la
actualidad,diez años después, lleva una vida de absoluta normalidad.
–¿Por
qué ha sido beatificado Álvaro del Portillo?
–Su
vida parece un constante “Sí” pronunciado ante las peticiones del Señor. Del
Portillo se ofreció heroicamente al servicio de la Iglesia y de las almas, fiel
al ejemplo de san Josemaría Escrivá de Balaguer. Acercó a DIos a muchísimas
personas. Para abrir una casua de canonización, el elemento determinante es la
existencia de una sólida fama de santidad, espontánea y difundida en una parte
significativa del pueblo de Dios. La causa de del Portillo comenzó porque desde
el día de su muerte se verificaron evidentes demostraciones de esta fama. Mucha
gente en el mundo entero estaba convencida de que era un santo e invocaba su
intercesión para obtener favores del Cielo. La causa tiene esta función:
verificar si tal fama de santidad tiene un fundamento real. El decreto sobre
las virtudes heroicas promulgado por la Congregación para las Causas de los
Santos el 28 de junio de 2012 nos indica que la Iglesia llegó a un juicio
positivo sobre su santidad de vida. Además de su compromiso personal de santidad,
también hay que considerar el impulso decisivo que ofreció para la creación de
estructuras destinadas al bien de la gente, como por ejemplo el Hospital
Monkole en Kinshasa, el Hospital Niger Foundation de Enugu (Nigeria), la
Universidad Campus Bio-médico de Roma, la Pontificia Universidad de la Santa
Cruz y el Colegio eclesiástico internacional Sedes Sapientiae, también en Roma,
en donde miles de seminaristas y de sacerdotes reciben una excelente formación
doctrinal y espiritual.
–¿Cuál
es el mensaje principal de sus enseñanzas?
Además
de los aspectos más específicamente doctrinales, como el papel de los laicos en
la Iglesia, los fundamentos del ministerio sacerdotal, la unidad con el Sumo
Pontífice y la jerarquía, yo subrayaría, como característica general de su
figura, la virtud de la fidelidad: fue un ejemplo de fidelidad a la Iglesia
(primero como ingeniero, después como sacerdote y finalmente como obispo),
fidelidad a los Papas, con quienes estuvo en contacto, fidelidad a la vocación
y fidelidad al fundador del Opus Dei. La fidelidad es una virtud creativa, que
exige una constante rennovación interior y exterior. No es simplemente
“conservar”: es sacar virtualidades siempre nuevas del tesoro recibido. La
fidelidad es la otra cara de la moneda de la felicidad. Y él fue un hombre
verdaderamente feliz. Cuando murió, Juan Pablo II quiso recordar: «la celante
vida sacerdotal y episcopal del Prelado, el ejemplo de fortaleza y de confianza
en la providencia divina que ofreció constantemente, además de su fidelidad a
la sede de Pedro». El entonces cardenal Ratzinger evocó el servicio que ofreció
durante tantos años del Portillo a la Congregación para la Doctrina de la Fe e
insistió en su «modestia y su disponibilidad en cualquier circunstancia,
enriqueciendo de manera singular esta Congregación con su competencia y su
experiencia».
–¿La
devoción por Álvaro del Portillo se limita al Opus Dei?
No,
su fama de santidad es un verdadero fenómeno eclesial. Actualmente han llegado
13.300 relaciones firmadas de favores obtenidos por su intercesión, a menudo
desde países en los que el Opus Dei no tiene ni siquiera presencia. Se trata de
una cifra enorme, teniendo en cuenta, principalmente, que entre las personas
que obtienen favores son pocas que se dediquen a transmitirlas por escrito al
postulador de la causa. El noticiario sobre su causa de canonización ha llegado
a los 5 millones de copias, mientras las imágenes para la devoción privada han
llegado a un total de 10 millones. Se puede decir, sin dudas, que del Portillo
es un don de la Iglesia y para la Iglesia.
–¿Cuál
fue el papel de del Portillo en el Concilio Vaticano II y, en general, en la
Santa Sede?
Durantel
el Concilio fue secretario de la Comisión De disciplina cleri et populi
christiani, autor del decreto “Presbyterorum Ordinis”; además fue perito de las
Comisiones De Episcopis et dioecesium regimine y De religiosis; después fue
asesor de la Sacra Congregación del Concilio, cualifcador de la Suprema
Congregación del Santo Oficio y asesor de la Pontificia Comisión para la
Revisión del Código de Derecho Canónico; también, juez del Tribunal para las
causas de competencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe y asesor en
la misma Congregación. Fue también secretario de la Comisión para los Institutos
seculares en la S. Congregación de los Religiosos, asesor de la Congregación
para el Clero, asesor del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales y
asesor de la Congregación para las Causas de los Santos. Los que trabajaron con
él subrayan la determinación con la que trató de promover los derechos de los
fieles laicos en la misión de la Iglesia y la importancia y la belleza de su
santidad sacerdotal.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario