Revista
Proceso
No. 1978, 27 de septiembre de 2014
Estrada:
“La dictadura perfecta”, retrato presidencial/
COLUMBA
VÉRTIZ DE LA FUENTE
En
dos días, el tráiler de la nueva película de Luis Estrada, La dictadura
perfecta, fue visto por un millón de personas en las redes sociales. Así que a
dos semanas de su estreno, la expectación es mayúscula. En entrevista, su
director, quien ya en cintas anteriores ha reflejado el poder en sus diversas
facetas, expone las vicisitudes de este trabajo, donde explora el sistema
político actual.
El
controvertido cineasta Luis Estrada revela que su ya tan esperada nueva
película La dictadura perfecta es “muy comercial e interesante” y “aunque aquí
el presidente de México está reinterpretado y parodiado, es obvio que se hace
alusión a Enrique Peña Nieto, y ¡en el cine nunca antes se había hecho con un
Presidente en funciones!”
No
le inquieta si se expone a una represalia:
“Miedo
da la realidad mexicana, ¡eso sí que da miedo!…”
Sabe
que existe mucha expectativa con el filme. Nomás lanzar el 20 de agosto pasado
el tráiler, se volvió un fenómeno sin precedente histórico:
“En
dos días lo vio un millón de personas en las redes y a partir de allí empieza a
correr la voz.”
Para
el 11 se septiembre, la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas
(AMACC) anunció que La dictadura perfecta representará a México en los premios
Goya del 2015. El realizador menciona en
entrevista que inscribió el largometraje, a estrenarse el 16 de octubre en mil
200 pantallas mexicanas, para los Goya y el Óscar, pero el largometraje
Cantinflas, de Sebastián del Amo, fue el seleccionado para competir por la
estatuilla hollywoodense.
“Los
premios casi siempre son erróneos y en ciertos aspectos inmorales. No creo que
una película sea mejor que las otras que se inscribieron porque es
absolutamente subjetivo, pero los reconocimientos cuentan con un valor tremendo: que son fabulosos instrumentos para
la promoción de las cintas, y si llegan en el momento correcto, aunque soy
ateo, ¡bendito sea Dios que llegó!”
En
1999, el intento de Imcine (cuyo titular era Eduardo Amerena) de no proyectar
La ley de Herodes, entonces Rafael Tovar era el presidente del Consejo Nacional
para la Cultura y las Artes (puesto que
ahora ocupa de nuevo), marcó de manera personal a Estrada:
“Nunca
más volveré a ser el mismo después de haber vivido ese episodio, me sentí muy
amenazado, perseguido.”
Desde
allí todo el mundo ve con lupa sus proyectos, los cuales han tenido obstáculos
propios que brincar. Recuerda en su oficina de los Churubusco:
“Esos
sucesos con la Ley de Herodes (Proceso, 1203 y 1206) los califico como uno de
los episodios más negros, oscuros y siniestros de la cultura del país, donde
todo un sistema político, no sólo un partido o alguna persona en el gobierno,
se sintió agraviado por la cinta. Tal vez soy pretencioso, pero creo que fue un
parteaguas para la historia del cine mexicano. Eso me marcó personalmente, pero
también marcó mi carrera de alguna manera.”
La
ley de Herodes se estrenó el 18 de febrero del 2000 y finalmente la vieron un
millón 132 mil 910 personas.
–En
la administración de Felipe Calderón le rechazaron el guión de La dictadura
perfecta, ¿Desde La ley de Herodes siguen embistiéndolo?
–Curiosamente
la película más exitosa en el sexenio de Calderón fue El infierno (Proceso, 1739), pero que este
filme existiera les provocó un enorme malestar. Así como La ley de Herodes fue
la primera película que habló de PRI y puso su logotipo, en El infierno hay una
secuencia muy breve donde Daniel Giménez Cacho, quien interpreta a un
representante de la procuraduría federal, le dice al personaje de Alcázar: ‘Qué
bueno que te hayas animado a venir a soltar toda la sopa porque la gran
política de nuestro señor presidente (y señala la foto de Calderón) es
convertir a todo México en un país de soplones y con tu caso vemos que vamos
por buen camino’.”
Luego
del triunfo de El infierno, se proyectó en los cines el 2 de octubre de 2010 y
acudieron a verla un millón 885 mil 964 espectadores, se propuso filmar otro
largometraje:
“Nos
sentamos, Jaime y yo, a pensar de qué íbamos a hablar, porque con La ley de
Herodes, Un mundo maravilloso (Proceso, 1523) y El infierno se armó una
trilogía involuntaria, y ahí quedaron las tres películas. Deliberadamente
dijimos: ‘¡Este país se está desmoronando, estamos peor que nunca!’ De pronto
expresamos de manera muy simplista: ‘¡La culpa de todo la tiene la tele!’ La
mayoría de los mexicanos obtienen información a través de la pantalla chica,
sobre todo de la televisión abierta.
“Además,
mucha gente acepta como verdades lo que les ofrece la televisión, en un país en
el que cada vez se lee menos. Pero frente a nosotros empieza a ocurrir el
fenómeno de posicionamiento de un gobernador, Enrique Peña Nieto, en el que
todos los días, mañana, tarde y noche, Televisa hablaba de él como el prohombre
que este país necesitaba. Estaban cantando el regreso del PRI. Y decidimos
escribir un guión que se llamaba ‘La verdad sospechosa‘ que ahora es La
dictadura perfecta.”
Era
el año 2011:
“Nos
preocupamos, como una película tarda mucho en filmarse, que el asunto se
volvería viejo. Así que nos dimos a la tarea de crear un guión casi casi de
ciencia ficción: dimos por sentado que la historia ya había ocurrido. Sólo algo
insólito podría pasar para que no se diera el regreso del PRI. El guión lo
terminamos a principios del 2012, todavía no eran las elecciones
presidenciales. Lo sometí al Foprocine, que es uno de los fideicomisos del
Imcine, creí que tenía muchas posibilidades de obtener este fondo por varios
motivos: porque tenía la película más exitosa del sexenio, El infierno, y
porque tres de los diez largometrajes más taquilleros del Foprocine son de
Bandidos Films, en fin. Y era un proyecto muy sólido.”
La
sorpresa es que se lo rechazaron:
“Me
dieron una serie de explicaciones ridículas: que el presupuesto no estaba en
concordancia con la propuesta visual, que faltaba realizar un trabajo de
personajes, en fin. Le escribí a la entonces directora del Imcine, Marina
Stavenhagen, de que me dieran una razón más creíble.”
Se
propuso llegar a Conaculta:
“La
persona que me atendió en el Consejo se puso como loca, a un nivel preocupante,
y me dijo que el presidente Calderón se había molestado mucho con El infierno,
‘y que sus responsables no volverían a filmar mientras ellos pudieran
impedirlo’.”
Televisa
Estrada
buscó otros apoyos y logró el financiamiento del Grupo Televisa (a través de
Eficine) y Fidecine (ya en la actual administración). Además para completar el
presupuesto, también consiguió un adelanto de distribución de Videocine,
subsidiaria de Televisa, a cambio de los derechos de comercialización para la
República Mexicana, Estados Unidos y Latinoamérica, pero esta última empresa le
retiró el apoyo. Lo mismo le hizo con El infierno.
–¿Cómo
es que pide apoyo a Videocine, de Televisa, cuando escribe un guión sobre la
manipulación de la televisión mexicana y el poder que ejerce con el gobierno en
turno?
–La
inquietud es menos sospechosa. Si uno se dedica a las cuestiones de
entretenimiento y visuales, no hay manera de no tener una relación con ellos.
No hay otras plataformas de difusión. A ellos les parecieron interesantes mis
cintas y las han comprado para distribuirlas en tele abierta o restringida y a
las plataformas digitales.
“Para
la distribución de El infierno fue lo mismo, se retiró a última hora Videocine.
Y me asocié con Alfonso López, de Alfhaville Cinema. Cuando nos fue a toda
madre, la gente de Videocine se interesa y me ofreció que laboráramos otro
proyecto. Les llevé el guión ¡y para mi sorpresa deciden entrar a través de
Eficine!, que son impuestos que en lugar de pagar al fisco, los destinan a la
producción del proyecto. Me dieron 20 millones de pesos.”
Sin
embargo, le faltaba aún más dinero para rodar:
“Regreso
con Videocine y les dije que contaba con el 88% del presupuesto, así que me
faltaba otro tanto, y aceptaron firmar un convenio de distribución . Me dieron
un adelanto, cantidad que no puedo precisar porque hay un contrato con
cláusulas de confidencialidad que si las incumplo me meto en más problemas de
los que estoy. Una de mis obligaciones era que cuando tuviera una versión de la
historia, cercana al final, debía mostrárselas. Videocine anunció el
lanzamiento de largometraje para mayo de 2014.”
Tiempo
después de la filmación les mostró lo que llevaba:
“Les
di la versión que ya tenía y al otro día que regresé, y me dijeron: ‘Ya no nos
interesa tu película, debemos encontrar una negociación para divorciarnos’.
Entonces firmamos un convenio de divorcio, que fue complicadísimo, y me piden
que regrese ese dinero. Así, me quedé con el largometraje y con una deuda que
tengo todavía que cubrir.”
–¿Debe
regresar el dinero total?, ¿no hay una ley que lo proteja en ese asunto?
–Sí,
debo regresar el dinero que me dieron adelantado como parte de la distribución.
Están en su derecho, eso no está en una ley, es un acuerdo entre particulares.
Este
semanario pidió una entrevista con el titular de Videocine, Fernando Pérez
Gavilán, a través de su oficina de prensa por escrito vía correo, sobre por qué
la compañía ya no distribuyó La dictadura perfecta, y la contestación fue
escueta:
“Se
decidió no distribuirla.”
La
dictadura perfecta ya no se estrenó en mayo pasado y Alfhaville Cinema aceptó
entonces distribuirla. Los exhibidores, que para el realizador constituían su
mayor temor, “ven un muy buen business con la cinta”.
La
Secretaría de Gobernación la clasifico B-15 y Estrada aceptó esa resolución:
“La
puede ver quien quiera. Menores de 15 años deben ir acompañados de un adulto
para que les explique la historia.”
–Jorge
Sánchez, titular de Imcine, ¿ya vio el largometraje?
–Sí,
desde hace casi un año. Imcine es mi socio y espero que no opte por el silencio
y promocione la cinta.
A
Sánchez también se le buscó: se le enviaron por e-mail las siguientes
interrogantes: ¿Qué opina de la película La dictadura perfecta que muestra cómo
la televisión mexicana con el gobierno en turno manipula la información de
acuerdo a intereses políticos y económicos? ¿Qué opina de que Televisa, quien
al principio firmó contrato con Estrada para distribuir la cinta, haya retirado
el apoyo y el cineasta debe regresar el dinero?
No
hubo respuesta. Según se informó en su oficina, estaba de vacaciones en España.
Se pregunta a Estrada si el responsable de Conaculta, Tovar y de Teresa ya vio
el filme, y dice no saber. Como al presidente de Conaculta le tocó en su pasada
administración todo el conflicto de La ley de Herodes, se le interroga:
–¿Cree
que La dictadura perfecta pueda ser censurada o atacada ya que toca temas del
sistema político actual?
–Existe
un apego irrestricto a la libertad de expresión –respondió–, y no hay ningún
problema, por lo que tiene sus canales de salida.
Sin
embargo, no exteriorizó su opinión en torno al contenido de la sátira.
También
la actriz Blanca Guerra, titular de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias
Cinematográficas, ante la misma pregunta, denegó porque representa a una
comunidad:
“No
puedo emitir a nivel entrevista una opinión porque no estoy a título personal,
la vi en el marco de una evaluación para postular a los filmes mexicanos a los
Goya y el Óscar. Ya que hayan pasado esas ceremonias, te diré…”
∞∞5
Alcázar
y Cosío, sus intérpretes, la evalúan/
COLUMBA
VÉRTIZ DE LA FUENTE
En
la película La dictadura perfecta, Damián Alcázar (su sexta colaboración con el
director Luis Estrada) interpreta al gobernador Carmelo Vargas, y una
televisora proyecta unos videos donde se ve que recibe dinero de un narco;
después, esa misma emisora firma con él un contrato millonario para convertirlo
en una estrella política y un posible candidato presidencial.
Ese
político también es asesino, ignorante, mentiroso, cínico y le gusta festejar
en los prostíbulos.
Desde
Asunción, Paraguay, donde el actor interpreta al guitarrista Agustín Barrios
Mangoré, Nitsuga, para la pantalla grande, expone para Proceso las virtudes de
la ya tan esperada La dictadura perfecta:
“Es
una película de visión clara, inteligente y verdadera, con semejante barbaridad
social: el contubernio de los medios de comunicación y el poder político y
económico.
“Luis
consigue como siempre una historia divertida y contundentemente reveladora de
lo más sucio de la mala política y sus compinches.”
Con
más de 60 títulos cinematográficos mexicanos y de otros países, acentúa que le
parece un filme “fuerte, pero para el público, no para los políticos o para
Televisa. A ellos no les pasará nada en absoluto y no van a bajar sus bonos ni
su aceptación popular. Sin embargo, para el público es un bofetón”.
Espera
que el largometraje “incite a reflexionar a la gente sobre el poder que se le
ha otorgado a la televisión, su contubernio con la clase dominante y el poco
beneficio que ofrece a los ciudadanos”.
Le
indigna que la televisión mexicana “sea portavoz de lo que ‘debe ser’ respecto
a la vida política y económica del país”.
Atribuye que “califica y descalifica a la gente, según los intereses que
defiende”.
Se
expande:
“Pueden
mantener a un político acusado de corrupción lavándole las manos, siempre y
cuando pertenezca al grupo que le da apoyo a la televisora. Los políticos saben
que la televisión tiene el poder de la manipulación necesaria para continuar en
el poder, ya sea apoyándolos en las campañas políticas o descalificando a sus
opositores.”
–¿Esta
sátira política puede concientizar?
–Los
temas de las películas son sólo temas. No tienen repercusión en la sociedad. No
pasa nada. Ahí está la maravillosa
película La ley de Herodes. Si el cine influyera en la gente y contra el
estatus, nadie hubiera votado por ellos nuevamente. Creo que al menos el 60% de
los votantes vio la película y sabe que así se maneja el partido.
Bromea
al decir “que este nuevo PRI sí tomó lecciones de La ley de Herodes para cambiar
la Constitución”.
Mientras
en el Festival de San Sebastián (efectuado del 19 al 27 de este mes) la cinta
Magallanes (Perú/Argentina/ Colombia), de Salvador del Solar y protagonizada
por Alcázar, ganaba el Premio de la Industria Cine en Construcción, este
reconocido constructor de personajes se refiere así a Estrada:
“Es
un creador cinematográfico extraordinario, la gente quiere ver su cine porque
es divertido, inteligente y necesario. La dictadura perfecta será un éxito sin
duda si las zancadillas son pocas. Ojalá que no las haya.”
Miedo
y angustia
Joaquín
Cosío, el inolvidable narcotraficante Cochiloco en El infierno, del mismo
Estrada, ahora en La dictadura perfecta es Agustín Morales, un líder opositor,
quien intenta cambiar al país, pero sus enemigos lo consideran “otro peligro
para México”, y la televisora que resalta al gobernador Carmelo Vargas lo
calumnia.
También
con más de 60 películas en su haber, Cosío revela en entrevista su reacción de
cuando vio por primera vez la nueva sátira de Estrada:
“Me
dejó una sensación de pesadumbre, miedo y angustia, pero no pueden ser otras
las sensaciones cuando se ve el panorama de lo que pasa en México. No veo dónde
puede estar el optimismo o ver salir la luz promisoria de algo distinto, de
algo mucho más generoso para los mexicanos. El filme en ese sentido recoge una
sensación que está y que existe, que probablemente sea difícil aceptarla.
“México
vive momentos complicados, momentos de gran tristeza y gran negrura. Estamos
rodeados de esos personajes oscuros y terribles que aparecen en esta historia, los cuales poseen la gran
característica de parecer inofensivos y en realidad no lo son.”
El
también escritor y poeta determina que Estrada vuelve a conseguir “una
narración vertiginosa, potente y muy emocionante”.
Evidencia
con más detalle:
“Es
una película desgarradora, bueno, no sé qué término utilizar, demoledora,
triste, angustiante… Es un filme fuerte, donde todos los personajes están
hundidos en el fango y ninguno de ellos tiene alguna posibilidad de salvación.
“En
ese sentido es una de las películas más duras que filma Estrada.”
A
decir suyo, “el director vuelve a ratifica su gran maestría en el manejo del
lenguaje del cine y en el manejo técnico”.
–¿Cómo
ve el retrato de la situación del periodismo mexicano en la historia?
–La
ética del periodismo, la moral de un periodista y la responsabilidad de decir
la verdad me parece que son conceptos en la película que deberíamos reflexionar
seriamente. Por ejemplo, es indignante la auscultación a los niños por parte de
los policías el 15 de septiembre pasado en el Zócalo capitalino, y no fue
abordado por muchos medios, es decir, ¡no fue noticia!…
“Desde
esa apreciación sobre lo noticioso, habría que volver a preguntarnos ¿cuál es
la consideración de lo que es noticioso? Tiene que ver con una concepción de lo
que el poder considera como noticia o quienes deciden y toman las grandes
decisiones que inciden en nuestra vida.”
Espera
que La dictadura perfecta no sólo tenga éxito “sino que genere una polémica
necesaria e incluso provoque un enojo sobre la situación del país”.
Conoció
a Estrada en la cinta Un mundo maravilloso, donde le dio un papel chico.
–¿Qué
opina de que Estrada haya logrado cuatro películas en las cuales crítica al
sistema político y económico mexicano?
–Son
largometrajes mistrales. Lo distinguen como uno de nuestros grandes creadores,
¡sin duda! La habilidad para poder hablar sobre la realidad sin olvidar nunca
que se está realizando a través de un lenguaje artístico, es lo que puede
caracterizar un estilo. Con Estrada nunca vemos un panfleto político, nunca
vemos un manejo menor de la información o un manejo desdeñado, siempre vemos
primero y antes que nada un producto esencialmente creativo.
“Eso
lo convierte en uno de los grandes realizadores que ha conseguido un estilo
propio, lo cual es sumamente complicado. Él siempre toma la realidad para
representarla con ironía y crudeza, y con una extraordinaria habilidad para
hablar del poder y de quienes lo detentan. Es uno de nuestros mejores y grandes
directores y las narraciones que ha logrado, lo ponen en la historia de nuestro
cine y en el cine mundial desde luego.”
–¿Cómo
es con los actores?
–Cuenta
con gran habilidad como director de actores. Estamos ante un caso bastante
singular. Sus películas son constancia clara de un director preocupado por su
realidad, por criticarla e incluso por reírse también de ella. Dirige a todos
con una gran solvencia.
“Desde
mi experiencia, trabajar con Luis siempre es complejo, no es de ninguna manera
sencillo. Es un director exigente y sabe lo que quiere narrar. Compacta el
trabajo mental y el trabajo emotivo de cada personaje, y eso implica siempre un
esfuerzo para nosotros los actores, por algo siempre encabeza su reparto uno de
los grandes y mejores actores de México como lo es Damián Alcázar, con quien ha
podido encontrar y hacer una dupla magnífica.”
–¿Qué
le parece esa risa que causa La dictadura perfecta?
–No
es una risa como tal, amplia y limpia, más bien, sale un gesto extraño donde se
mezcla un humor lacerante. Lo que sucede cuando vemos la película es que sale
el esbozo de una sonrisa, pero empujada por muchas cosas que nos pasan en
nuestro interior.
Remata:
“Son
películas que nos indignan, lastiman, nos duelen y en última instancia nos
tendrían que hacer reír también, porque el manejo de esta comedia satírica
mordaz, ¡es magistral!”
∞∞∞
“La
dictadura perfecta” de Vargas Llosa/
ARMANDO
PONCE
El
cineasta Luis Estrada tituló su nueva película con la frase que el ahora Premio
Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa dijo en 1990 durante el Encuentro La
Experiencia de la Libertad, organizado por la revista Vuelta, dirigida por el
poeta Octavio Paz, y trasmitido por Televisa: “La dictadura perfecta… es
México”, lo cual provocó una inmediata controversia.
En
esa mesa redonda estaba también el historiador Enrique Krauze, quien comentó:
“Hay
que agradecerle mucho a Vargas Llosa esta intervención tan valiente sobre la
dictadura. O quizá hay que llamarla dictablanda.”
Paz,
presente en el estudio como público en el evento realizado a puerta cerrada,
pidió la palabra y, enérgico, les llamó la atención:
“Me
gustaría hacer una rectificación, por amor a la precisión intelectual. Yo hablé
de sistema hermético de dominación. Porque yo, como escritor y como
intelectual, prefiero la precisión. No se puede hablar de dictadura, Mario
Vargas Llosa habló de dictaduras militares, así comenzó su intervención. En
México, es un hecho, no ha habido dictaduras militares. Y agregué: pero sí
hemos padecido la dominación hegemónica de un partido. Esta es una distinción
fundamental y esencial. Todo lo demás que ha dicho Vargas Llosa es motivo de
discusión, pero sí hay que poner muy en claro que en México hemos tenido un
sistema de dominación hegemónica de un partido.
“Eso
no es, mi querido Enrique Krauze, tampoco dictablanda ni dictadura. Es un
sistema peculiar, y no único de México, sino de otros países.
“Quisiera
decir también que la lucha actual en México es la lucha por el pluralismo y debo
decir que Mario Vargas Llosa fue uno de los mejores colaboradores cuando
nosotros fundamos la revista Plural, para introducir el pluralismo en el
anómalo régimen mexicano.”
Proceso
reseñó el 10 de septiembre de ese 1990 (No. 723):
“Y
tras concluir el programa, Paz descendió al salón y se dirigió a Vargas Llosa
continuando la polémica en torno al sistema político mexicano. Vargas Llosa
intentó responderle al poeta pero advirtió que el malestar del director de
Vuelta era mayúsculo y prefirió no hacerlo. Instantes después, Vargas Llosa
abandonaría el coctel en Televisa San Angel.
“Circuló
la versión de que Paz aseguró: ‘Lo que Mario dice es inexacto’. Y remató: ‘Ya
no está en campaña’.”
Dos
años antes, la noche del 21 de agosto de 1988, Vargas Llosa lanzó su
candidatura para la presidencia del Perú durante un mitin en la Plaza San
Martín de Lima; ahí atacó acremente al Partido Revolucionario
Institucional pero asimismo sugirió al
gobierno “con vibrante oratoria” –consignó la revista Expreso peruana– que “esos
son los ejemplos que se deben seguir y no el de México, cuyo sistema es un
horror, porque es el más corrompido de América Latina debido a que en virtud de
una seudo democracia permite la dictadura de un solo partido en el poder”.
Reportó
Proceso (619) entonces:
“Tales
declaraciones provocaron una respuesta airada pero seria y cortés del embajador
mexicano en Perú, Jesús Puente Leyva, quien recibió amplios espacios en los
diarios de esta capital (…) Ahí le señaló al escritor que el PRI ‘no es una agrupación
nacida al cobijo de hechos circunstanciales ni concebida en juntas de café o en
cenáculos de notables’, sino producto de la Revolución de 1910.
“Señaló
asimismo que ‘seguramente en mi
país hay corrupción, pero no más
que en otros países’, y lo jaloneó verbalmente por hablar de México
agresivamente haciendo equivaler país, gobierno, partido y sistema político y
recordándole que ‘en el ámbito de libertades de México han encontrado refugio
incondicional todas las diásporas políticas del mundo’.”
En
noviembre del año pasado, el autor de La
fiesta del chivo se reunió con Peña Nieto en Los Pinos y declaró a los medios que “México era la dictadura perfecta, hoy México
es una democracia”.
El
pasado 19 de este mes, expuso públicamente de nuevo que “México está en una
gestación de una democracia moderna”.
–¿Qué
opina de esta postura de Vargas Llosa?
–le pregunta ahora al cineasta la reportera Columba Vértiz.
–Al
escritor le pasa lo que le ha pasado al 90% de los intelectuales del mundo: no
resisten la seducción del poder, la seducción del dinero, la seducción de la
fama. Espero que la historia sea muy generosa con él y sólo deje sus
maravillosos libros de cuentos y novelas.”
Señala
que “todos tenemos un cierto lado esquizofrénico, porque las opiniones políticas de Vargas Llosas… es muy
triste que por congraciarse con PRI y antes con el PAN… que con su pan se lo
coma, y que se le indigeste.”
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