28 sept 2014

Estrada: “La dictadura perfecta”, retrato presidencial/

Revista Proceso No. 1978, 27 de septiembre de 2014
Estrada: “La dictadura perfecta”, retrato presidencial/
COLUMBA VÉRTIZ DE LA FUENTE
En dos días, el tráiler de la nueva película de Luis Estrada, La dictadura perfecta, fue visto por un millón de personas en las redes sociales. Así que a dos semanas de su estreno, la expectación es mayúscula. En entrevista, su director, quien ya en cintas anteriores ha reflejado el poder en sus diversas facetas, expone las vicisitudes de este trabajo, donde explora el sistema político actual.
El controvertido cineasta Luis Estrada revela que su ya tan esperada nueva película La dictadura perfecta es “muy comercial e interesante” y “aunque aquí el presidente de México está reinterpretado y parodiado, es obvio que se hace alusión a Enrique Peña Nieto, y ¡en el cine nunca antes se había hecho con un Presidente en funciones!”
No le inquieta si se expone a una represalia:
“Miedo da la realidad mexicana, ¡eso sí que da miedo!…”
Sabe que existe mucha expectativa con el filme. Nomás lanzar el 20 de agosto pasado el tráiler, se volvió un fenómeno sin precedente histórico:
“En dos días lo vio un millón de personas en las redes y a partir de allí empieza a correr la voz.”
Para el 11 se septiembre, la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) anunció que La dictadura perfecta representará a México en los premios Goya del 2015.  El realizador menciona en entrevista que inscribió el largometraje, a estrenarse el 16 de octubre en mil 200 pantallas mexicanas, para los Goya y el Óscar, pero el largometraje Cantinflas, de Sebastián del Amo, fue el seleccionado para competir por la estatuilla hollywoodense.

“Los premios casi siempre son erróneos y en ciertos aspectos inmorales. No creo que una película sea mejor que las otras que se inscribieron porque es absolutamente subjetivo, pero los reconocimientos cuentan con un valor  tremendo: que son fabulosos instrumentos para la promoción de las cintas, y si llegan en el momento correcto, aunque soy ateo, ¡bendito sea Dios que llegó!”
 La dictadura perfecta se inicia cuando el Presidente de la Republica (Sergio Mayer) comete uno más de sus frecuentes disparates. Le dice en un pésimo inglés al embajador de Estados Unidos en el país: “Tenemos muchos problemas en México. Estamos dispuestos a hacer todos los trabajos sucios que ya ni los negros quieren hacer”. Esa frase se convierte en un lío en todas las redes. Entonces, la poderosa Corporación Mexicana de Televisión (TV MX) debe ayudarlo a salir del problema, ya que es su amigo y aliado.
 Para desviar la atención, la televisora muestra en su noticiario estelar, y de manera muy escandalosa, un video del gobernador Carmelo Vargas, donde recibe dinero, y éste preocupado por su futuro político, decide negociar un millonario y secreto acuerdo con los dueños de esa emisora para que le hagan una campaña de buena imagen y convertirlo en candidato presidencial.
 A partir de ahí la trama se desenvuelve en un thriller satírico o comedia negra que atrapa y confronta al espectador con la realidad nacional actual.
 En la historia intervienen 44 actores. El elenco lo encabeza Damián Alcázar. Además están Osvaldo Benavides, Humberto Bustos, Itatí Cantoral, Joaquín Cosío, Arath de la Torre, Tony Dalton, Luis Fernando Peña, Dagoberto Gama, Saúl Lisazo, Silvia Navarro, Jorge Poza, María Rojo, Salvador Sánchez, Gustavo Sánchez Parra y Jorge Zárate, entre otros.
 El guión lo escribe Estrada junto con Jaime Sampietro.
 Las compañías productoras son Bandidos Films (de Estrada), el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), Eficine (el estímulo fiscal del artículo 226 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta), Fidecine (Fondo de Inversión y Estímulos al Cine) y los Estudios Churubusco. Con la colaboración del gobierno del estado de Durango, la Universidad Nacional Autónoma de México y el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.
 Estrada acepta que Televisa y TV Azteca no se han referido ni mostrado el tráiler:
 “Están en su derecho. Ellos deciden la información que creen es relevante. De pronto es insignificante una película en tono de sátira que no sólo habla del poder de la televisión, sino de todo el país.”
 Los obstáculos del cineasta
En 1999, el intento de Imcine (cuyo titular era Eduardo Amerena) de no proyectar La ley de Herodes, entonces Rafael Tovar era el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (puesto que  ahora ocupa de nuevo), marcó de manera personal a Estrada:
“Nunca más volveré a ser el mismo después de haber vivido ese episodio, me sentí muy amenazado, perseguido.”
Desde allí todo el mundo ve con lupa sus proyectos, los cuales han tenido obstáculos propios que brincar. Recuerda en su oficina de los Churubusco:
“Esos sucesos con la Ley de Herodes (Proceso, 1203 y 1206) los califico como uno de los episodios más negros, oscuros y siniestros de la cultura del país, donde todo un sistema político, no sólo un partido o alguna persona en el gobierno, se sintió agraviado por la cinta. Tal vez soy pretencioso, pero creo que fue un parteaguas para la historia del cine mexicano. Eso me marcó personalmente, pero también marcó mi carrera de alguna manera.”
La ley de Herodes se estrenó el 18 de febrero del 2000 y finalmente la vieron un millón 132 mil 910 personas.
–En la administración de Felipe Calderón le rechazaron el guión de La dictadura perfecta, ¿Desde La ley de Herodes siguen embistiéndolo?
–Curiosamente la película más exitosa en el sexenio de Calderón fue  El infierno (Proceso, 1739), pero que este filme existiera les provocó un enorme malestar. Así como La ley de Herodes fue la primera película que habló de PRI y puso su logotipo, en El infierno hay una secuencia muy breve donde Daniel Giménez Cacho, quien interpreta a un representante de la procuraduría federal, le dice al personaje de Alcázar: ‘Qué bueno que te hayas animado a venir a soltar toda la sopa porque la gran política de nuestro señor presidente (y señala la foto de Calderón) es convertir a todo México en un país de soplones y con tu caso vemos que vamos por buen camino’.”
Luego del triunfo de El infierno, se proyectó en los cines el 2 de octubre de 2010 y acudieron a verla un millón 885 mil 964 espectadores, se propuso filmar otro largometraje:
“Nos sentamos, Jaime y yo, a pensar de qué íbamos a hablar, porque con La ley de Herodes, Un mundo maravilloso (Proceso, 1523) y El infierno se armó una trilogía involuntaria, y ahí quedaron las tres películas. Deliberadamente dijimos: ‘¡Este país se está desmoronando, estamos peor que nunca!’ De pronto expresamos de manera muy simplista: ‘¡La culpa de todo la tiene la tele!’ La mayoría de los mexicanos obtienen información a través de la pantalla chica, sobre todo de la televisión abierta.
“Además, mucha gente acepta como verdades lo que les ofrece la televisión, en un país en el que cada vez se lee menos. Pero frente a nosotros empieza a ocurrir el fenómeno de posicionamiento de un gobernador, Enrique Peña Nieto, en el que todos los días, mañana, tarde y noche, Televisa hablaba de él como el prohombre que este país necesitaba. Estaban cantando el regreso del PRI. Y decidimos escribir un guión que se llamaba ‘La verdad sospechosa‘ que ahora es La dictadura perfecta.”
Era el año 2011:
“Nos preocupamos, como una película tarda mucho en filmarse, que el asunto se volvería viejo. Así que nos dimos a la tarea de crear un guión casi casi de ciencia ficción: dimos por sentado que la historia ya había ocurrido. Sólo algo insólito podría pasar para que no se diera el regreso del PRI. El guión lo terminamos a principios del 2012, todavía no eran las elecciones presidenciales. Lo sometí al Foprocine, que es uno de los fideicomisos del Imcine, creí que tenía muchas posibilidades de obtener este fondo por varios motivos: porque tenía la película más exitosa del sexenio, El infierno, y porque tres de los diez largometrajes más taquilleros del Foprocine son de Bandidos Films, en fin. Y era un proyecto muy sólido.”
La sorpresa es que se lo rechazaron:
“Me dieron una serie de explicaciones ridículas: que el presupuesto no estaba en concordancia con la propuesta visual, que faltaba realizar un trabajo de personajes, en fin. Le escribí a la entonces directora del Imcine, Marina Stavenhagen, de que me dieran una razón más creíble.”
Se propuso llegar a Conaculta:
“La persona que me atendió en el Consejo se puso como loca, a un nivel preocupante, y me dijo que el presidente Calderón se había molestado mucho con El infierno, ‘y que sus responsables no volverían a filmar mientras ellos pudieran impedirlo’.”
Televisa
Estrada buscó otros apoyos y logró el financiamiento del Grupo Televisa (a través de Eficine) y Fidecine (ya en la actual administración). Además para completar el presupuesto, también consiguió un adelanto de distribución de Videocine, subsidiaria de Televisa, a cambio de los derechos de comercialización para la República Mexicana, Estados Unidos y Latinoamérica, pero esta última empresa le retiró el apoyo. Lo mismo le hizo con El infierno.
–¿Cómo es que pide apoyo a Videocine, de Televisa, cuando escribe un guión sobre la manipulación de la televisión mexicana y el poder que ejerce con el gobierno en turno?
–La inquietud es menos sospechosa. Si uno se dedica a las cuestiones de entretenimiento y visuales, no hay manera de no tener una relación con ellos. No hay otras plataformas de difusión. A ellos les parecieron interesantes mis cintas y las han comprado para distribuirlas en tele abierta o restringida y a las plataformas digitales.
“Para la distribución de El infierno fue lo mismo, se retiró a última hora Videocine. Y me asocié con Alfonso López, de Alfhaville Cinema. Cuando nos fue a toda madre, la gente de Videocine se interesa y me ofreció que laboráramos otro proyecto. Les llevé el guión ¡y para mi sorpresa deciden entrar a través de Eficine!, que son impuestos que en lugar de pagar al fisco, los destinan a la producción del proyecto. Me dieron 20 millones de pesos.”
Sin embargo, le faltaba aún más dinero para rodar:
“Regreso con Videocine y les dije que contaba con el 88% del presupuesto, así que me faltaba otro tanto, y aceptaron firmar un convenio de distribución . Me dieron un adelanto, cantidad que no puedo precisar porque hay un contrato con cláusulas de confidencialidad que si las incumplo me meto en más problemas de los que estoy. Una de mis obligaciones era que cuando tuviera una versión de la historia, cercana al final, debía mostrárselas. Videocine anunció el lanzamiento de largometraje para mayo de 2014.”
Tiempo después de la filmación les mostró lo que llevaba:
“Les di la versión que ya tenía y al otro día que regresé, y me dijeron: ‘Ya no nos interesa tu película, debemos encontrar una negociación para divorciarnos’. Entonces firmamos un convenio de divorcio, que fue complicadísimo, y me piden que regrese ese dinero. Así, me quedé con el largometraje y con una deuda que tengo todavía que cubrir.”
–¿Debe regresar el dinero total?, ¿no hay una ley que lo proteja en ese asunto?
–Sí, debo regresar el dinero que me dieron adelantado como parte de la distribución. Están en su derecho, eso no está en una ley, es un acuerdo entre particulares.
Este semanario pidió una entrevista con el titular de Videocine, Fernando Pérez Gavilán, a través de su oficina de prensa por escrito vía correo, sobre por qué la compañía ya no distribuyó La dictadura perfecta, y la contestación fue escueta:
“Se decidió no distribuirla.”
La dictadura perfecta ya no se estrenó en mayo pasado y Alfhaville Cinema aceptó entonces distribuirla. Los exhibidores, que para el realizador constituían su mayor temor, “ven un muy buen business con la cinta”.
La Secretaría de Gobernación la clasifico B-15 y Estrada aceptó esa resolución:
“La puede ver quien quiera. Menores de 15 años deben ir acompañados de un adulto para que les explique la historia.”
–Jorge Sánchez, titular de Imcine, ¿ya vio el largometraje?
–Sí, desde hace casi un año. Imcine es mi socio y espero que no opte por el silencio y promocione la cinta.
A Sánchez también se le buscó: se le enviaron por e-mail las siguientes interrogantes: ¿Qué opina de la película La dictadura perfecta que muestra cómo la televisión mexicana con el gobierno en turno manipula la información de acuerdo a intereses políticos y económicos? ¿Qué opina de que Televisa, quien al principio firmó contrato con Estrada para distribuir la cinta, haya retirado el apoyo y el cineasta debe regresar el dinero?
No hubo respuesta. Según se informó en su oficina, estaba de vacaciones en España. Se pregunta a Estrada si el responsable de Conaculta, Tovar y de Teresa ya vio el filme, y dice no saber. Como al presidente de Conaculta le tocó en su pasada administración todo el conflicto de La ley de Herodes, se le interroga:
–¿Cree que La dictadura perfecta pueda ser censurada o atacada ya que toca temas del sistema político actual?
–Existe un apego irrestricto a la libertad de expresión –respondió–, y no hay ningún problema, por lo que tiene sus canales de salida.
Sin embargo, no exteriorizó su opinión en torno al contenido de la sátira.
También la actriz Blanca Guerra, titular de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, ante la misma pregunta, denegó porque representa a una comunidad:
“No puedo emitir a nivel entrevista una opinión porque no estoy a título personal, la vi en el marco de una evaluación para postular a los filmes mexicanos a los Goya y el Óscar. Ya que hayan pasado esas ceremonias, te diré…”  
∞∞5
Alcázar y Cosío, sus intérpretes, la evalúan/
COLUMBA VÉRTIZ DE LA FUENTE
En la película La dictadura perfecta, Damián Alcázar (su sexta colaboración con el director Luis Estrada) interpreta al gobernador Carmelo Vargas, y una televisora proyecta unos videos donde se ve que recibe dinero de un narco; después, esa misma emisora firma con él un contrato millonario para convertirlo en una estrella política y un posible candidato presidencial.
Ese político también es asesino, ignorante, mentiroso, cínico y le gusta festejar en los prostíbulos.
Desde Asunción, Paraguay, donde el actor interpreta al guitarrista Agustín Barrios Mangoré, Nitsuga, para la pantalla grande, expone para Proceso las virtudes de la ya tan esperada La dictadura perfecta:
“Es una película de visión clara, inteligente y verdadera, con semejante barbaridad social: el contubernio de los medios de comunicación y el poder político y económico.
“Luis consigue como siempre una historia divertida y contundentemente reveladora de lo más sucio de la mala política y sus compinches.”
Con más de 60 títulos cinematográficos mexicanos y de otros países, acentúa que le parece un filme “fuerte, pero para el público, no para los políticos o para Televisa. A ellos no les pasará nada en absoluto y no van a bajar sus bonos ni su aceptación popular. Sin embargo, para el público es un bofetón”.
Espera que el largometraje “incite a reflexionar a la gente sobre el poder que se le ha otorgado a la televisión, su contubernio con la clase dominante y el poco beneficio que ofrece a los ciudadanos”.
Le indigna que la televisión mexicana “sea portavoz de lo que ‘debe ser’ respecto a la vida política y económica del país”.  Atribuye que “califica y descalifica a la gente, según los intereses que defiende”.
Se expande:
“Pueden mantener a un político acusado de corrupción lavándole las manos, siempre y cuando pertenezca al grupo que le da apoyo a la televisora. Los políticos saben que la televisión tiene el poder de la manipulación necesaria para continuar en el poder, ya sea apoyándolos en las campañas políticas o descalificando a sus opositores.”
–¿Esta sátira política puede concientizar?
–Los temas de las películas son sólo temas. No tienen repercusión en la sociedad. No pasa  nada. Ahí está la maravillosa película La ley de Herodes. Si el cine influyera en la gente y contra el estatus, nadie hubiera votado por ellos nuevamente. Creo que al menos el 60% de los votantes vio la película y sabe que así se maneja el partido.
Bromea al decir “que este nuevo PRI sí tomó lecciones de La ley de Herodes para cambiar la Constitución”.
Mientras en el Festival de San Sebastián (efectuado del 19 al 27 de este mes) la cinta Magallanes (Perú/Argentina/ Colombia), de Salvador del Solar y protagonizada por Alcázar, ganaba el Premio de la Industria Cine en Construcción, este reconocido constructor de personajes se refiere así a Estrada:
“Es un creador cinematográfico extraordinario, la gente quiere ver su cine porque es divertido, inteligente y necesario. La dictadura perfecta será un éxito sin duda si las zancadillas son pocas. Ojalá que no las haya.”
Miedo y angustia
Joaquín Cosío, el inolvidable narcotraficante Cochiloco en El infierno, del mismo Estrada, ahora en La dictadura perfecta es Agustín Morales, un líder opositor, quien intenta cambiar al país, pero sus enemigos lo consideran “otro peligro para México”, y la televisora que resalta al gobernador Carmelo Vargas lo calumnia.
También con más de 60 películas en su haber, Cosío revela en entrevista su reacción de cuando vio por primera vez la nueva sátira de Estrada:
“Me dejó una sensación de pesadumbre, miedo y angustia, pero no pueden ser otras las sensaciones cuando se ve el panorama de lo que pasa en México. No veo dónde puede estar el optimismo o ver salir la luz promisoria de algo distinto, de algo mucho más generoso para los mexicanos. El filme en ese sentido recoge una sensación que está y que existe, que probablemente sea difícil aceptarla.
“México vive momentos complicados, momentos de gran tristeza y gran negrura. Estamos rodeados de esos personajes oscuros y terribles que aparecen  en esta historia, los cuales poseen la gran característica de parecer inofensivos y en realidad no lo son.”
El también escritor y poeta determina que Estrada vuelve a conseguir “una narración vertiginosa, potente y muy emocionante”.
Evidencia con más detalle:
“Es una película desgarradora, bueno, no sé qué término utilizar, demoledora, triste, angustiante… Es un filme fuerte, donde todos los personajes están hundidos en el fango y ninguno de ellos tiene alguna  posibilidad de salvación.
“En ese sentido es una de las películas más duras que filma Estrada.”
A decir suyo, “el director vuelve a ratifica su gran maestría en el manejo del lenguaje del cine y en el manejo técnico”.
–¿Cómo ve el retrato de la situación del periodismo mexicano en la historia?
–La ética del periodismo, la moral de un periodista y la responsabilidad de decir la verdad me parece que son conceptos en la película que deberíamos reflexionar seriamente. Por ejemplo, es indignante la auscultación a los niños por parte de los policías el 15 de septiembre pasado en el Zócalo capitalino, y no fue abordado por muchos medios, es decir, ¡no fue noticia!…
“Desde esa apreciación sobre lo noticioso, habría que volver a preguntarnos ¿cuál es la consideración de lo que es noticioso? Tiene que ver con una concepción de lo que el poder considera como noticia o quienes deciden y toman las grandes decisiones que inciden en nuestra vida.”
Espera que La dictadura perfecta no sólo tenga éxito “sino que genere una polémica necesaria e incluso provoque un enojo sobre la situación del país”.
Conoció a Estrada en la cinta Un mundo maravilloso, donde le dio un papel chico.
–¿Qué opina de que Estrada haya logrado cuatro películas en las cuales crítica al sistema político y económico mexicano?
–Son largometrajes mistrales. Lo distinguen como uno de nuestros grandes creadores, ¡sin duda! La habilidad para poder hablar sobre la realidad sin olvidar nunca que se está realizando a través de un lenguaje artístico, es lo que puede caracterizar un estilo. Con Estrada nunca vemos un panfleto político, nunca vemos un manejo menor de la información o un manejo desdeñado, siempre vemos primero y antes que nada un producto esencialmente creativo.
“Eso lo convierte en uno de los grandes realizadores que ha conseguido un estilo propio, lo cual es sumamente complicado. Él siempre toma la realidad para representarla con ironía y crudeza, y con una extraordinaria habilidad para hablar del poder y de quienes lo detentan. Es uno de nuestros mejores y grandes directores y las narraciones que ha logrado, lo ponen en la historia de nuestro cine y en el cine mundial desde luego.”
–¿Cómo es con los actores?
–Cuenta con gran habilidad como director de actores. Estamos ante un caso bastante singular. Sus películas son constancia clara de un director preocupado por su realidad, por criticarla e incluso por reírse también de ella. Dirige a todos con una gran solvencia.
“Desde mi experiencia, trabajar con Luis siempre es complejo, no es de ninguna manera sencillo. Es un director exigente y sabe lo que quiere narrar. Compacta el trabajo mental y el trabajo emotivo de cada personaje, y eso implica siempre un esfuerzo para nosotros los actores, por algo siempre encabeza su reparto uno de los grandes y mejores actores de México como lo es Damián Alcázar, con quien ha podido encontrar y hacer una dupla magnífica.”
–¿Qué le parece esa risa que causa La dictadura perfecta?
–No es una risa como tal, amplia y limpia, más bien, sale un gesto extraño donde se mezcla un humor lacerante. Lo que sucede cuando vemos la película es que sale el esbozo de una sonrisa, pero empujada por muchas cosas que nos pasan en nuestro interior.
Remata:
“Son películas que nos indignan, lastiman, nos duelen y en última instancia nos tendrían que hacer reír también, porque el manejo de esta comedia satírica mordaz, ¡es magistral!”  
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“La dictadura perfecta” de Vargas Llosa/
ARMANDO PONCE
El cineasta Luis Estrada tituló su nueva película con la frase que el ahora Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa dijo en 1990 durante el Encuentro La Experiencia de la Libertad, organizado por la revista Vuelta, dirigida por el poeta Octavio Paz, y trasmitido por Televisa: “La dictadura perfecta… es México”, lo cual provocó una inmediata controversia.
En esa mesa redonda estaba también el historiador Enrique Krauze, quien comentó:
“Hay que agradecerle mucho a Vargas Llosa esta intervención tan valiente sobre la dictadura. O quizá hay que llamarla dictablanda.”
Paz, presente en el estudio como público en el evento realizado a puerta cerrada, pidió la palabra y, enérgico, les llamó la atención:
“Me gustaría hacer una rectificación, por amor a la precisión intelectual. Yo hablé de sistema hermético de dominación. Porque yo, como escritor y como intelectual, prefiero la precisión. No se puede hablar de dictadura, Mario Vargas Llosa habló de dictaduras militares, así comenzó su intervención. En México, es un hecho, no ha habido dictaduras militares. Y agregué: pero sí hemos padecido la dominación hegemónica de un partido. Esta es una distinción fundamental y esencial. Todo lo demás que ha dicho Vargas Llosa es motivo de discusión, pero sí hay que poner muy en claro que en México hemos tenido un sistema de dominación hegemónica de un partido.
“Eso no es, mi querido Enrique Krauze, tampoco dictablanda ni dictadura. Es un sistema peculiar, y no único de México, sino de otros países.
“Quisiera decir también que la lucha actual en México es la lucha por el pluralismo y debo decir que Mario Vargas Llosa fue uno de los mejores colaboradores cuando nosotros fundamos la revista Plural, para introducir el pluralismo en el anómalo régimen mexicano.”
Proceso reseñó el 10 de septiembre de ese 1990 (No. 723):
“Y tras concluir el programa, Paz descendió al salón y se dirigió a Vargas Llosa continuando la polémica en torno al sistema político mexicano. Vargas Llosa intentó responderle al poeta pero advirtió que el malestar del director de Vuelta era mayúsculo y prefirió no hacerlo. Instantes después, Vargas Llosa abandonaría el coctel en Televisa San Angel.
“Circuló la versión de que Paz aseguró: ‘Lo que Mario dice es inexacto’. Y remató: ‘Ya no está en campaña’.”
Dos años antes, la noche del 21 de agosto de 1988, Vargas Llosa lanzó su candidatura para la presidencia del Perú durante un mitin en la Plaza San Martín de Lima; ahí atacó acremente al Partido Revolucionario Institucional  pero asimismo sugirió al gobierno “con vibrante oratoria” –consignó la revista Expreso peruana– que “esos son los ejemplos que se deben seguir y no el de México, cuyo sistema es un horror, porque es el más corrompido de América Latina debido a que en virtud de una seudo democracia permite la dictadura de un solo partido en el poder”.
Reportó Proceso (619) entonces:
“Tales declaraciones provocaron una respuesta airada pero seria y cortés del embajador mexicano en Perú, Jesús Puente Leyva, quien recibió amplios espacios en los diarios de esta capital (…) Ahí le señaló al escritor que el PRI ‘no es una agrupación nacida al cobijo de hechos circunstanciales ni concebida en juntas de café o en cenáculos de notables’, sino producto de la Revolución de 1910.
“Señaló asimismo que ‘seguramente en mi  país  hay corrupción, pero no más que en otros países’, y lo jaloneó verbalmente por hablar de México agresivamente haciendo equivaler país, gobierno, partido y sistema político y recordándole que ‘en el ámbito de libertades de México han encontrado refugio incondicional todas las diásporas políticas del mundo’.”
En noviembre del año pasado, el autor de  La fiesta del chivo se reunió con Peña Nieto en Los Pinos y  declaró a los medios que  “México era la dictadura perfecta, hoy México es una democracia”.
El pasado 19 de este mes, expuso públicamente de nuevo que “México está en una gestación de una democracia moderna”.
–¿Qué opina de esta postura de  Vargas Llosa? –le pregunta ahora al cineasta la reportera Columba Vértiz.
–Al escritor le pasa lo que le ha pasado al 90% de los intelectuales del mundo: no resisten la seducción del poder, la seducción del dinero, la seducción de la fama. Espero que la historia sea muy generosa con él y sólo deje sus maravillosos libros de cuentos y novelas.”
Señala que “todos tenemos un cierto lado esquizofrénico, porque las  opiniones políticas de Vargas Llosas… es muy triste que por congraciarse con PRI y antes con el PAN… que con su pan se lo coma, y que se le indigeste.”   

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