Ya
vienen casinos al estilo Las Vegas/RODRIGO
VERA
Revista Proceso 1977, 20 de septiembre de 2014
La
Cámara de Diputados está por aprobar la nueva Ley de Juegos y Sorteos, que está
inspirada en los casinos de Las Vegas y multiplicará la cantidad de centros de
apuestas, fuentes de captación de dinero fácil. Los beneficiados serán empresas
cercanas al PRI: Televisa y Grupo Caliente. Además, la norma no dota al Estado
mexicano de las herramientas necesarias para controlar a los consorcios y a las
otras mafias paralelas, abre más puertas al lavado de dinero y regala un
“borrón y cuenta nueva” a los funcionarios panistas que otorgaron sospechosos
permisos de juego durante los sexenios pasados.
La
nueva Ley Federal de Juegos y Sorteos –que en los próximos días será presentada
en la Cámara de Diputados– permite abrir casinos en las zonas hoteleras de
México y en los mismos establecimientos de hospedaje a fin de competir con los
hoteles-casino de Las Vegas, los cuales fueron tomados como modelo a seguir.
Además,
la nueva legislación suprime la actual Dirección General de Juegos y Sorteos,
de la Secretaría de Gobernación, para crear en su lugar un órgano
desconcentrado del gobierno federal en el que participarán los propietarios de
casinos. Las funciones de la nueva entidad serán otorgar permisos y supervisar
las casas de juego.
Los
críticos de esta reforma aseveran que la ley está hecha a la medida de los
empresarios del ramo, sobre todo de Grupo Caliente y Televisa, que se
convertirán en “juez y parte” a la hora de otorgar permisos. Además, promoverán
una “salvaje proliferación” de casinos en todo el país sin que el Estado pueda
intervenir.
El
perredista Fernando Zárate Salgado, presidente de la Comisión de Juegos y
Sorteos de la Cámara de Diputados y uno de los principales impulsores de la
legislación, adelanta entusiasmado:
“Nos
guste o no nos guste, el juego y los sorteos son una realidad histórica y
cultural del pueblo mexicano. No la podemos negar. De manera que la nueva Ley
Federal de Juegos y Sorteos protegerá estos derechos y libertades de los
mexicanos.”
Zárate
comienza por explicar en qué consiste la nueva figura de Centros Económicos de
Desarrollo de Juegos y Sorteos, contemplada en la ley: “Estos centros estarán
situados generalmente en zonas turísticas para que ahí funcionen casinos en los
hoteles, como sucede en Las Vegas, Nevada. Y deberán tener fácil acceso,
aeropuerto, buen equipamiento urbano y cumplir con ciertas medidas de seguridad,
entre otros requisitos.
“Los
centros podrán desarrollarse, por ejemplo, en Cancún, Puerto Peñasco, Puerto
Progreso o en algunos puntos turísticos de la península de Baja California que
tengan mucha bondad de océano. Ya después se determinará en qué lugares
específicos y en cuántas hectáreas podrán funcionar esos hoteles con casino. La
nueva ley sólo establece los principios y protege el derecho al juego que
tienen los mexicanos.”
–¿La
intención es competir entonces con Las Vegas, a donde van a jugar muchos
mexicanos? ¿Se quiere retener ese dinero en México? –se le pregunta.
–Sí.
La nueva ley tiene un fundamento económico, turístico y de explotación de
ciertos recursos mexicanos que hoy no sabemos utilizar. Y claro, nuestros
empresarios también podrán obtener sus ganancias, pues no estamos peleados con
el mercado.
“Es
más, esos empresarios tendrán incentivos fiscales. Si van a invertir millones
de dólares en abrir hoteles, pues es lógico que se les exima de pagar ciertos
impuestos porque están creando empleos y activando el desarrollo económico.”
–¿En
esos hoteles con casino estará permitido todo tipo de juego?
–Sí,
de inicio no hay limitaciones. Aunque el tipo de juegos ya lo determinará el
permiso particular otorgado a cada casino. Eso sí, hay una limitante: no podrá
haber centros de apuestas en zonas arqueológicas o consideradas como patrimonio
histórico, pues lo que se quiere es un juego ordenado y quitar la mala imagen
que se tiene de los casinos.
Voz
y poder
El
legislador Zárate Salgado detalla que la Dirección General de Juegos y Sorteos,
de Gobernación será sustituida por un “instituto” que tendrá un “consejo
consultivo” integrado por casineros, gobierno, organizaciones sociales e
instituciones académicas:
“Las
facultades de este instituto serán otorgar permisos y supervisar las casas de
juego. Además deberá definir toda la política pública en cuestión de juegos y
sorteos, incluyendo hipódromos, galgódromos, peleas de gallos, apuestas en las
ferias. Todo.
“El
instituto tendrá un consejo consultivo multidisciplinario, ya que estará
compuesto por representantes de algunas secretarías de Estado, como
Gobernación, Turismo, Salud y Educación Pública; representantes de la
Asociación de Permisionarios y Proveedores de Juegos y Sorteos, y también de
algunas instituciones académicas y de organizaciones de la sociedad civil”,
explica el perredista.
–¿Por
qué se decidió incluir a los empresarios del juego? –se le inquiere.
–Por
una razón muy sencilla: son ellos quienes saben sobre la operatividad de las
máquinas de juego, las fórmulas incorporadas a estas máquinas, juegos de naipes
en vivo, crianza de caballos de carrera, galgos, gallos de pelea, y todas esas
cosas. Hay que escuchar a todas las voces.
–¿Pero
no existe el riesgo de que sean los mismos empresarios quienes dicten las
políticas públicas y manejen el otorgamiento de permisos?
–¡No!
Porque el director del instituto será quien tome las decisiones finales,
mientras que su consejo consultivo, en el que estarán los hombres de negocios,
sólo le hará propuestas y le dará asesoría. Servirá de contrapeso al director.
El objetivo es que haya un equilibrio.
–¿Por
qué se suprimió la Dirección de Juegos y Sorteos?
–Básicamente
porque estaba entregando de manera discrecional los permisos de juego. Los
secretarios y subsecretarios de Gobernación, de gobiernos anteriores, estaban
dando permisos a los empresarios del juego a cambio de favores. Y en varios
casos los casineros ya estaban financiando actividades políticas y metidos en
el lavado de dinero, narcomenudeo y trata de personas.
“La
Comisión de Juegos y Sorteos de la Cámara de Diputados, que yo presido, surgió
precisamente para investigar esos actos de corrupción de los políticos y
funcionarios públicos. Ahí están los casos de Santiago Creel, Abraham González,
Roberto Gil y César Nava. Llegamos a la conclusión de poner borrón y cuenta
nueva –que no significa impunidad y dejar de investigar–. Y así surgió la ley.”
Para
evitar corruptelas como las mencionadas, la nueva ley, dice Zárate Salgado,
tiene normas muy estrictas en cuanto a transparencia y certificación: “Para
empezar, ahora solamente se otorgará un permiso por establecimiento. De manera
que se acabaron los llamados ‘permisos paraguas’, que consistían en otorgar un
permiso que abarcaba hasta 70 establecimientos.
“Y
en cada permiso se establecerá quiénes son los dueños del casino, qué juegos
manejan, cómo se reparten las ganancias y qué empleados tienen, entre otros
puntos. Toda esta información se hará pública en una página electrónica del
instituto. Y todo trabajador de la industria del juego debe estar plenamente
certificado.”
Zárate
Salgado indica que habrá “un ejército de inspectores” para verificar el
funcionamiento de los casinos, cuyos clientes “deben ser mayores de 21 años”.
No explica por qué los 18 años no son una edad adecuada.
–Aparte
de la edad, ¿no habrá medidas para evitar que algunos clientes vayan a lavar
dinero?
–No,
estos controles no se mencionan en la ley porque son aspectos financieros que
le corresponden a la Secretaría de Hacienda, aunque entendemos que formarán
parte de una reforma al Código Fiscal.
La
nueva legislación, adelanta, también incluirá a los denominados “juegos en
vivo” –generalmente naipes. Igual regulará a los juegos en línea.
“El
futuro del juego no está en los casinos, sino online. Son manejados por
empresas asentadas en otros países que suelen esquilmar a los jugadores. Ahora
deberán estar registradas en México y cumplir con nuestra normatividad”, apunta
el legislador.
La
nueva ley –que sustituirá a la vigente, expedida en 1947– “no tiene paternidad
exclusiva. Es producto de distintas iniciativas previas del Legislativo y del
Ejecutivo. Ya está totalmente negociada”, comenta Zárate.
–¿Cuándo
se presentará en la Cámara de Diputados? –se le pregunta.
–Este
septiembre. Es una ley con 230 artículos. Y se aprobará por unanimidad, pues ya
tiene el aval del PRD, PRI, PAN, PT, Movimiento Ciudadano, Partido Verde y
Nueva Alianza.
Los
problemas
Para
Daniel Olivares Villagómez, representante de la organización social Di No a los
Casinos, la nueva legislación se elaboró para beneficiar a las empresas del
juego ligadas al PRI, como Play City, propiedad de Televisa; Grupo Caliente, de
la familia Hank Rhon, y Corporación Interamericana de Entretenimiento (CIE).
Explica
Olivares Villagómez: “Con la llegada de Peña Nieto a la Presidencia de la
República se empezó a golpear a los casineros favorecidos por las
administraciones panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón. Entre ellos (los
hoy afectados) destaca Juan José Rojas Cardona, El Zar de los Casinos, a quien
ahora le están cerrando establecimientos.
“Hoy
se está favoreciendo a los casinos manejados por Televisa, Grupo Caliente y
CIE. Estas tres empresas tienen el apoyo del PRI y son las que controlan a la
Asociación de Permisionarios, Operadores y Proveedores de la Industria del
Entretenimiento y Juego de Apuesta. Esta agrupación logró maniobrar en el
Congreso al grado de que la nueva ley está hecha a su medida. Hasta los
legisladores de izquierda la están impulsando.”
–¿De
qué manera esos consorcios obtendrán más beneficios? –se le inquiere.
–Serán
los principales beneficiados con la instalación de casinos en los hoteles,
siguiendo el modelo de Las Vegas, donde siempre han operado las mafias y la
delincuencia organizada. Sólo que los mafiosos de Las Vegas operan en un
territorio muy acotado por el gobierno estadunidense. En cambio, la nueva ley
mexicana permitirá instalar complejos hoteleros con casinos en gran parte del
territorio nacional. Por todos lados se vendrá una proliferación salvaje y sin
ningún control.
–¿No
podrá controlarlos el gobierno mexicano?
–Por
supuesto que no. Si en este momento ya no puede controlar a los casineros,
menos podrá hacerlo con el boom que se avecina. Le pongo un ejemplo:
actualmente la Secretaría de Gobernación no tiene los inspectores suficientes
para supervisar las casas de apuestas. Quedó totalmente rebasada. ¿De dónde
saldrán entonces los muchísimos inspectores que se requieren para los hoteles
con casinos? No lo sabemos.
“Pero
lo peor de todo es que Gobernación ya ni siquiera tendrá facultades para
inspeccionar y otorgar los permisos. El gobierno mexicano se hace a un lado y
les deja el control a los mismos empresarios. Ellos serán quienes se supervisen
y se otorguen los permisos a sí mismos. Serán juez y parte. Algo inaudito.”
–¿El
instituto que sustituye a la Dirección de Juegos y Sorteos quedará entonces en
manos de los casineros?
–Por
supuesto. Para eso está diseñado. Es muy obvio. Quedará en manos de Televisa,
en pago a los favores que le ha hecho a Peña Nieto; y en manos de los Hank
Rhon, que a fin de cuentas pertenecen al mismo grupo político que llegó a Los
Pinos. Así de sencillo. Eso de que la sociedad civil y el gobierno tomarán las
riendas del juego es puro cuento.
Experto
en planeación y desarrollo turístico, excatedrático en varias universidades y
exagregado turístico y comercial en la embajada de México en Praga, Olivares
Villagómez lleva años oponiéndose a la instalación de casinos en México a
través de la organización Di No a los Casinos. Mediante conferencias en
diversos foros, entre ellos la Cámara de Diputados, ha intentado convencer a
los legisladores de que no aprueben esa normatividad.
Entrevistado
en sus oficinas, el especialista asegura que la nueva ley facilitará el lavado
de dinero, ya que no tiene ninguna medida para identificar fiscalmente al
jugador:
“Para
minimizar el lavado de dinero, en otros países se tiene bien verificado al
llamado ‘jugador cliente’ del casino. Se le pide, por ejemplo, que se
identifique fiscalmente, lo que en México equivaldría a pedir el Registro
Federal de Contribuyentes. Esta medida se toma porque el crimen organizado
suele utilizar a sus testaferros para que, haciéndose pasar por clientes, vayan
a perder grandes cantidades en sus propios casinos y así lavar dinero. México
jamás ha incorporado esta medida antilavado y la nueva ley tampoco la
contempla.”
Igualmente
le preocupa la incorporación en la ley de los llamados “juegos en vivo”:
“Anteriormente
estos juegos estaban totalmente prohibidos en los casinos mexicanos. Son juegos
en vivo de naipes o de ruleta. Nadie se había atrevido a incorporarlos, ni
siquiera Santiago Creel cuando fue secretario de Gobernación y le dio un fuerte
impulso al juego. Nadie se atrevió, hasta ahora.”
–¿Y
por qué tanto temor?
–Porque
son juegos peligrosísimos. No hay límite en las apuestas. Se gana y se pierde
con gran rapidez. En un instante el jugador pierde todo su patrimonio amasado
durante años por él y su familia. Son la cara más terrible de la ludopatía, que
en México está creciendo.
Según
estadísticas de la Asociación de Permisionarios, dadas a conocer por el diario
La Jornada, entre 2008 y 2012 el número de clientes en las salas aumentó 390%,
ya que pasó de 285 mil a 1.3 millones de jugadores. Y en ese mismo periodo el
número de casinos aumentó a más del doble, de 163 a 363.
Olivares
vaticina: “La nueva legislación provocará que se extienda todavía más el virus
de la ludopatía, causando mayores estragos en nuestra sociedad para provecho de
unos cuantos”.
–Sin
embargo, los legisladores argumentan que la sociedad tiene derecho al juego…
–Sí.
Alegan que si no se les da mayor libertad a los empresarios del juego, de todos
modos la gente seguirá jugando de manera clandestina. ¡Caray! entonces que
legalicen la pornografía infantil, pues también se da clandestinamente.
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