Contra
Moreno Valle, denuncias penales/GABRIELA
HERNÁNDEZ
Revista Proceso 1977, 20 de septiembre de 2014
PUEBLA,
PUE.– Un peritaje de balística ordenado por diputados federales confirma que el
pasado 9 de julio uniformados estatales sí dispararon balas de goma en contra
de los pobladores de San Bernardino Chalchihuapan durante un operativo
policiaco.
El
dictamen vuelve a entrampar al gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, quien se
empecina en negar el uso de ese tipo de balas, que provocaron la muerte del
menor José Luis Tehuatlie Tamayo.
Desde
el principio, el mandatario, quien aspira a la candidatura presidencial para
2018, mostró –10 días después de la agresión– el oficio SSP/06/09368/2014 de la
Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el cual certifica que aun cuando es
la única dependencia autorizada para distribuir balas de goma en el país, no
proporcionó esos artefactos al gobierno poblano.
Alejandro
del Castillo, abogado de Elia Tamayo, madre de Tehuatlie Tamayo, insiste: “Si
no fue la Sedena, entonces el gobernador debe explicar cómo obtuvo las
municiones de origen estadunidense que están prohibidas en México”. La pregunta
es: “¿Cómo fue que las introdujeron al país? ¿Fue de contrabando?”.
En
su recomendación sobre el caso emitida el jueves 11, el ómbudsman nacional
sostiene que identificó balas de goma entre los artefactos recolectados por los
pobladores de Chalchihuapan, aunque las desestima como prueba en el caso de la
muerte del menor.
“Es
de destacar que entre los 360 indicios que los manifestantes pusieron a la
vista de este organismo nacional y que señalaron haber recogido el 9 de julio
de 2014 en la zona de los acontecimientos luego de que fueran disparados en su
contra, existieron algunos cuyas características son similares a los
proyectiles conocidos como ‘balas de goma’”, asienta la recomendación número
2VG/2014.
“Sin
embargo –agrega–, de la información proporcionada tanto por la Secretaría de la
Defensa Nacional como por la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de
Puebla, así como por las investigaciones realizadas por esta Comisión Nacional,
no se tuvo evidencia del empleo de dispositivos de esa naturaleza.”
Para
el edil auxiliar de Chalchihuapan, Javier Montes Bautista, la conclusión de la
CNDH es “inexplicable” y pone en evidencia el acuerdo “de amigos” que hubo
entre el gobernador Moreno Valle y el ómbudsman Raúl Plascencia Villanueva.
Montes
Bautista se pregunta: “¿De dónde las podríamos haber comprado nosotros (las balas
de goma)? Eso no se compra en una farmacia o en la tienda de la esquina. No
habría forma de que las tuviéramos, si no es porque la policía las disparó ese
día”.
El
abogado Del Castillo reitera que la CNDH quedará “aún más” en entredicho, pues
los peritajes probarán que el operativo policiaco del 9 de julio para desalojar
la carretera Puebla-Atlixco fue premeditado.
“Este
estudio (legislativo) va a probar que el enfrentamiento entre pobladores y
policías es posterior a los heridos; que eso (el uso de las balas de goma) fue
lo que enardeció a la gente. Además, todas las víctimas, incluyendo al niño, no
estaban sobre la carretera, lo que evidencia que el objetivo nunca fue
desalojar la autopista, sino dejar un escarmiento para que los pueblos ya no
protestaran por las reformas”, refiere el abogado.
Recursos
legales
La
manifestación de los habitantes de Chalchihuapan, municipio de Ocoyucan,
formaba parte de una serie de protestas que organizaron distintos pueblos
contra las reformas a la Ley Orgánica Municipal que quitó a las Juntas
Auxiliares la facultad de operar el Registro Civil, así como de nombrar a los
agentes del Ministerio Público, jueces de paz y a los elementos de seguridad
pública.
La
diputada federal Roxana Luna, del PRD, explica que los integrantes de la
Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados pidieron a la Asociación
de Asistencia a Víctimas y Grupos Vulnerables hacer un peritaje espejo, pues ya
anticipaban que la CNDH no iría a fondo en su recomendación.
Cuando
los peritos consultados por los legisladores presentaron sus primeras
conclusiones, expusieron que entre los objetos lanzados por los uniformados
hubo balas de goma y hablaron de indicios que contradicen a la CNDH, pues el
organismo dictaminó que Tehuatlie Tamayo murió por un cartucho de gas de largo
alcance.
Los
peritajes realizados son: “el dictamen pericial en medicina legal, enfocado al
objeto probable que lesionó y produjo la muerte del menor y objetos probables
que lesionaron a los pobladores sobrevivientes”; el “dictamen pericial en
criminalística”, sobre la mecánica de las lesiones y análisis de indicios y
evidencias recolectados en la escena, así como un informe “minucioso” de los
proyectiles levantados por la población.
Ese
estudio servirá para sustentar ante un juez la solicitud de exhumar el cuerpo
de Tehautlie Tamayo; además, se utilizará como argumento para presentar la
denuncia penal que interpondrán las víctimas de Chalchihuapan, Ajalpan y de
Tehuacán contra Moreno Valle.
El
abogado Del Castillo revela que además los agraviados trabajan en una demanda
de juicio político contra el mandatario, en la cual incluirán los casos de 33
presos políticos, las legislaciones que atentan contra los derechos ciudadanos,
como la Ley Bala, así como la de Expropiaciones, la de Transporte y la de
Privatización del Agua, entre otras, que han generado un clima de
ingobernabilidad en Puebla.
Pobladores
de comunidades indígenas de los municipios de Ajalpan y de Tehuacán se unieron
a los de Chalchihuapan, pues también se consideran víctimas de la Ley Bala.
El
miércoles 3, Alfredo Xincal Hernández denunció la represión policiaca que
sufrieron habitantes de Ajalpan el 27 de mayo último, una semana después de que
la Ley Bala fue aprobada en el Congreso del estado.
Xincal
mostró a la prensa algunos objetos de goma y plástico duro que dispararon los
uniformados, muy similares a los que presentaron los habitantes de
Chalchihuapan. También presentó un cilindro de madera que, afirmó, fue otro de
los objetos que los policías usaron como proyectiles.
En
esa ocasión, dice, cinco pobladores resultaron lesionados, entre ellos un niño
de 12 años, de quien no se sabe nada hasta hoy; es posible que su familia se lo
haya llevado.
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