En
el caso Abarca, el PRD busca “dar la cara”/Rosalía Vergara
Revista Proceso No. 1998, 14 de febrero de 2015
Para
Pablo Gómez Álvarez, nombrado presidente de la comisión recién creada por el
PRD para investigar el método de postulación de José Luis Abarca como candidato
al gobierno de Iguala, ésta fue producto de la venta de candidaturas en ese
partido…
Pero
acota de inmediato: “Hay que investigar”.
–Se
habla de compra-venta de candidaturas –le comenta la reportera vía telefónica.
–Sí,
pero hay que averiguar. Lo más probable es que así ocurrió, pero es necesario
saber cómo y de qué manera opera esto y cuál fue la ruta; saber la complejidad
del fenómeno.
Ese
es el objetivo de crear la comisión que Gómez solicitó desde noviembre del año
pasado, aunque se instaló el jueves 12, seis meses después de la desaparición
forzada de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de
Ayotzinapa, de la cual es señalado Abarca.
El
exlegislador insiste en que el propósito de la comisión no debe enfocarse en
quiénes son los culpables de los hechos, sino encontrar la ruta para conocer
cómo se eligió a Abarca Velázquez como candidato externo. “Tenemos que hacer un
informe que nos hable de esto”, puntualiza.
Comenta
que la comisión no es Ministerio Público, aunque sí tiene un carácter político
que debe presentar resultados no sólo al PRD, sino a la sociedad. “Ese informe
–que debe ser público para que todo el mundo lo pueda leer– debe aclarar qué pasó con el PRD en Iguala, debe
contar una historia; trazar una ruta de cómo se llegó a eso. El partido está
obligado a hacer un esfuerzo”.
También
aclara: “No debe hacerse una investigación nacional sobre la penetración del
crimen organizado en el partido; no. El crimen organizado siempre ha existido
en los partidos políticos; la corrupción siempre ha sido del crimen
organizado”.
–¿Por
qué se formó la comisión ahora que se avecinan los comicios y no cuando
desaparecieron los 43 normalistas en Iguala?
–Bueno,
yo hice la propuesta hace cuatro meses y
hasta ahora se pudo.
–¿No
cree que sea una decisión electoral, para limpiar la imagen del PRD?
–A
ver. Nosotros no buscamos limpiar nada. Lo que buscamos, o por lo menos yo, es
dar un aporte al conocimiento de algo. Yo entiendo que ahora esta comisión goza
de la más amplia y unánime incredulidad; también estoy consciente de que no
conocerá toda la verdad. Todo lo que aporte va a ser significativo. Ya lo
veremos.
–¿Y
cuál es la finalidad?
–Para
conocer; tenemos derecho a saber. No es una tarea del partido, es una tarea del
país. Tenemos derecho a saber el aspecto político de este fenómeno. Eso no nos
lo va a explicar el procurador (Jesús) Murillo Karam.
“(Él)
toma el expediente que tiene y da a conocer lo que quiere. Él es el dueño, pero
no nos entrega todo el expediente para que podamos sacar las conclusiones. Hay
un secreto del sumario, como dicen en España, pero filtra lo que le conviene.
“Tenemos
un procurador que no es procurador. Es un líder –lo ha sido durante toda su
vida– de un partido (el PRI). Es un servidor de un sistema político. No podemos
pensar que él va a investigar la tragedia de Iguala-Cocula porque, para
empezar, ya exoneró a su correligionario, el presidente municipal de Cocula.”
Contra
las “habladurías”
La
decisión de crear la Comisión Abarca se tomó el 29 de noviembre a solicitud de
Pablo Gómez, expresidente nacional del
PRD, después de la reunión del Consejo Nacional realizada en octubre, pero se
instaló el jueves 12.
“En
estas circunstancias –comenta– sí se puede explicar por qué se propuso esta
comisión. Estábamos en el momento de una discusión muy fuerte sobre de la
manera en que un ayuntamiento (el de Iguala) se involucró con la delincuencia
organizada. ¿Cómo se produjo esto?”
Sobre
el expediente que entregó el perredista guerrerense Óscar Díaz Bello, quien
quería ser alcalde de Iguala pero perdió ante la imposición de Abarca (Proceso
1980), Gómez responde: “Son puras habladurías, y frente a la habladuría en
México no hay defensa porque toda habladuría se convierte en una verdad”.
El
dato que la Comisión Abarca toma en cuenta es que el de la noche del 26 de
septiembre ha sido el mayor levantamiento de personas en un solo día y en él
participaron policía municipales que, desde el punto de vista constitucional,
estaban bajo la conducción de un presidente municipal postulado por el PRD.
“Ese
es el hecho duro, fuera de habladurías, ese es un hecho contundente. En la
región la gente sabía que (en Iguala) en realidad gobernaba el grupo de
Guerreros Unidos.
“La
pregunta es: si Abarca no era miembro del partido cuando fue postulado, ¿cómo
se convirtió en candidato? ¿Qué factores y circunstancias lo llevaron a ser
candidato? La creación de la comisión está destinada a responder estas
preguntas.”
El
jueves 12, el presidente nacional del PRD, Carlos Navarrete, anunció que el
Comité Ejecutivo Nacional había creado esta comisión para que informe al
consejo los mecanismos que hicieron posible la postulación de Abarca en Iguala.
“El
día de hoy he instalado la comisión especial, han aprobado un plan de trabajo
de siete puntos. Sus integrantes han iniciado actividades y han decidido que
sea el 13 de abril cuando entreguen el informe al Comité Ejecutivo Nacional”,
comenta.
El
27 de septiembre del año pasado, al día siguiente de la agresión a los normalistas
de Ayotzinapa y de la desaparición forzada de 43 de sus compañeros, Abarca le
pidió protección a Jesús Zambrano, entonces presidente nacional del PRD;
incluso se reunió con él en el Sanborns de Miguel Ángel de Quevedo y División
del Norte, al sur de la Ciudad de México.
Zambrano
se negó y le pidió separarse del cargo, comentan a Proceso fuentes que supieron
de ese encuentro. Dos días después, en una entrevista, Zambrano confirmó la
versión. Y lo hizo, dijo, para facilitar la investigación sobre los normalistas
desaparecidos.
El 4
de octubre último, el pleno del Noveno Consejo Nacional del PRD se pronunció de
manera unánime por la expulsión de Abarca de las filas de ese partido; incluso
exigió al Congreso de Guerrero el desafuero del alcalde y su inmediata
detención.
En
la campaña de 2011, Lázaro Mazón Alonso, integrante de la corriente perredista
Nueva Izquierda, presentó a Abarca con el entonces candidato a la gubernatura,
Ángel Aguirre Rivero. Le dijo que era un empresario exitoso que lo apoyaría.
Durante todo ese año, Mazón promovió a Abarca, quien carecía de experiencia
política. Nadie lo conocía en Iguala.
Díaz
Bello, uno de los aspirantes a la alcaldía igualteca, le entregó a Zambrano
copias de un expediente armado por los militantes de Iguala en el cual
documentaban las actividades ilícitas de Abarca, que conocían los lugareños.
El
documento también fue entregado al expresidente nacional del partido Jesús
Ortega Martínez, a la dirigencia estatal, al propio Aguirre Rivero, a René
Bejarano, líder de la corriente Izquierda Democrática Nacional, a los
integrantes de Foro Nuevo Sol y al entonces candidato presidencial Andrés
Manuel López Obrador durante un acto de campaña en Iguala, antes de que se
hiciera oficial la candidatura de Abarca a la alcaldía.
Según
los perredistas consultados por Proceso, López Obrador les respondió que la
selección de candidatos municipales no era de su competencia.
El
presidente de la Comisión Abarca insiste en que su propósito no es limpiar la imagen del PRD. “Lo que se tiene
que hacer es dar la cara”, sostiene.
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