15 feb 2015

Herencia de odios

Herencia de odios/BEATRIZ PEREYRA
Revista Proceso No. 1998, 14 de febrero de 2015
Un cúmulo de desavenencias y confrontaciones, así como de traiciones y revanchas dejó tras su muerte Mario Vázquez Raña en el ámbito directivo del deporte institucionalizado. El pleito más escandaloso fue el que mantuvo con su propio hermano Olegario, otro de los oligarcas mexicanos que hacen y deshacen en el mundo empresarial, político y deportivo del país. Fue tal el encono entre Mario y, por ejemplo, el actual titular de la Conade, Jesús Mena, y el presidente del COM, Carlos Padilla, que Vázquez Raña ordenó que sus nombres no aparecieran nunca y por ningún motivo en su cadena nacional de periódicos.
 En enero de 2014, como cada año, Mario Vázquez Raña festejó el día de su santo abriendo las puertas de las oficinas de la Organización Editorial Mexicana (OEM) para que todos sus amigos, políticos, empresarios o miembros de la familia olímpica nacional acudieran a felicitarlo.
 Al tercer piso del edificio de la colonia San Rafael llegaron aquel viernes 17 de enero los secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y de Hacienda, Luis Videgaray. Después de un largo rato de platicar en la oficina del dueño de la OEM, los tres salieron a convivir con el resto de los asistentes a la gran fiesta. Al abrir la puerta se encontraron con el director de la Conade, Jesús Mena, y con el presidente del Comité Olímpico Mexicano, Carlos Padilla Becerra.

Delante de Osorio Chong y de Videgaray, Vázquez Raña no se contuvo para  criticar a Jesús Mena. Lo cuestionó por su desempeño al frente del deporte nacional. “No estás haciendo un gran trabajo”, soltó.  Se hizo un incómodo silencio. Minutos después, Mena y Padilla se retiraron. “El resto de la tarde, el regaño fue la comidilla entre los invitados”, confirma a la reportera uno de los amigos del empresario que estuvo presente.
 Ese día se fracturó para siempre la añeja relación de amistad que “don Mario” guardó con el medallista olímpico a quien, él mismo, el 27 de septiembre de 2012, “destapó” como el próximo “ministro del deporte”, cuando el PRI  regresara a Los Pinos con Enrique Peña Nieto como presidente.
 La ruptura entre Mario Vázquez Raña y Jesús Mena se gestó de a poco. Comenzó en marzo de 2013, cuando el presidente vitalicio del COM se enteró por los medios que Jesús Mena contrató a su amigo Mario Ramírez Barajas para trabajar en la Conade. Ramírez Barajas fue acusado públicamente por su exjefe, Nelson Vargas, de haber pedido “mochada” a directores de institutos del deporte cuando se ­desempeñó como subdirector de Cultura Física (Proceso 1899) en el sexenio que Vargas dirigió la dependencia del deporte.
 Tras los señalamientos, Ramírez Barajas pidió licencia para “limpiar su imagen”. Vázquez Raña reclamó a Mena la torpeza del nombramiento. A pesar del regaño, el director de la Conade le dijo que lo regresaría al cargo de asesor que le había dado –aunque, de facto, también manejaba otras áreas–. Vázquez Raña le ordenó que no lo hiciera. No tuvo más remedio que obedecer.
 Dos meses después, Vázquez Raña trinó de coraje contra Mena cuando el diario   Reforma publicó que un grupo de arqueras mexicanas compitió en la Copa del Mundo de Shanghai con playeras que compraron en un supermercado a las que les pegaron tiras de masking con sus nombres, debido a que viajaron sin uniformes.
 Aunque Mena aclaró que la responsable fue la presidenta de la Federación Mexicana de Tiro con Arco, Effy Sánchez, Vázquez Raña no le perdonó al dirigente del deporte que las arqueras hubieran pasado esa vergüenza internacional. Él, le dijo, tenía que haber estado al pendiente.
 Otra de las desavenencias se dio cuando Jesús Mena intentó persuadirlo de las bondades del Ponte al 100, el programa estrella de la Conade mediante el cual se planea bajar los alarmantes índices de sobrepeso y obesidad en la población mexicana.
 Por más que Mena le explicó en qué consisten las evaluaciones de la capacidad funcional y la supuesta estrategia para controlar lo que comen los mexicanos y el ejercicio que hacen, Vázquez Raña se mostró incrédulo. En su cara repudió el programa. “Eso no sirve”, le espetó.  Desde entonces sus encuentros se espaciaron a de vez en cuando. No se buscaban. Ni siquiera se llamaban por teléfono.
 A principios de 2014, Mario Vázquez Raña dio la orden de que en ninguno de los diarios de la OEM se publicara nada sobre Jesús Mena ni Carlos Padilla Becerra, a quien ese 27 de septiembre de 2012 el octogenario dirigente deportivo también le anunció que relevaría a Felipe  Muñoz como presidente del COM.
 Los reporteros del diario deportivo Esto recibieron instrucciones de la subdirectora, Rosalinda Coronado, de no enviar una sola nota donde se mencionara a Mena y Padilla. A su vez, Coronado recibió la orden de la directora nacional de información, Pilar Ferreira, de que “por órdenes de arriba” no se mencionara a ninguno de los dos.
 Ni siquiera el 10 de septiembre de 2014, cuando Jesús Mena solicitó licencia para separarse temporalmente de la Conade, el Esto publicó una línea. Tampoco cuando unos días después, regresó. Desde hace más de un año, Jesús Mena no existe en las páginas de los periódicos de la OEM.
 Mario Vázquez Raña no podía soportar las torpezas de ambos dirigentes deportivos. Le molestaba sobremanera que aparecieran juntos en todos lados. Una cosa es la unidad en el deporte que quiso proyectar y otra que fueran inseparables. Le parecía “enfermizo” y “patético”.
 Guerra entre hermanos
 A finales de junio del año pasado, Mario Vázquez Raña viajó a Houston para realizarse un chequeo médico de rutina. Los resultados arrojaron la presencia de un tumor en el duodeno que le fue operado a principios de agosto. La cirugía fue exitosa. Ni siquiera tuvo que ser sometido a sesiones de quimioterapia o radiaciones. Su recuperación sería cuestión de tiempo.
 En septiembre, fue hospitalizado para atenderse una úlcera. Mario Vázquez Raña convalecía nuevamente cuando supo que en los Juegos Centroamericanos de Veracruz no habría villa para los atletas. Tanto el gobierno de Javier Duarte como Jesús Mena y Carlos Padilla minimizaron el hecho. Dijeron que para los deportistas sería más cómodo una habitación en un hotel “con televisión e internet” que un cuarto en una villa.
 El también presidente de la Organización Deportiva Panamericana (Odepa) recibió llamadas telefónicas de distintos presidentes de comités olímpicos quejándose porque no habría villa centroamericana. Vázquez Raña  estaba enfurecido contra Mena y Padilla: la organización del último gran evento deportivo que se realizó en México fue, desde su punto de vista, desastrosa. El segundo lugar en el medallero, en casa, detrás de Cuba, fue el acabose.
 El 13 de octubre, el periódico Excélsior publicó unas declaraciones que Jesús Mena hizo en Guadalajara, en el marco de la inauguración del XI Campeonato de Las Américas, evento organizado por la Federación Internacional de Tiro Deportivo que dirige Olegario Vázquez Raña, hermano menor de Mario.
 “En México tenemos hombres de excepción que han dejado profunda huella, que su legado está a la vista de todos y que, además, su legado es reconocido en todo el mundo; mexicanos comprometidos con sus ideales, visionarios que entregan lo mejor de sí todos los días, y al decir esto me refiero a don Olegario Vázquez Raña. Gracias por su enorme contribución”, dijo en público Jesús Mena.
 “Mario se enojó muchísimo”, dice a Proceso una fuente cercana a Vázquez Raña. “Ahí se arrepintió, más que nunca, de haberle pedido al presidente la Conade para Mena. No sólo estaba profundamente decepcionado de Mena y de Padilla por su ineptitud para dirigir el deporte, y de esa relación de andar juntos para todos lados; le molestó muchísimo que los dos se fueran del lado de Olegario, porque son por todos conocidas las diferencias que había entre los hermanos”.
 Otra fuente cuenta que quien durante cuatro décadas fue el hombre más poderoso del deporte mexicano no pudo soportar que Jesús Mena se descosiera en alabanzas al dueño de Excélsior y Grupo Imagen, sobre todo después de la entrevista que en febrero de 2005 Olegario Vázquez Raña concedió a Proceso (1477), en la que criticó duramente a su hermano: dijo que en sus 27 años al frente del COM no hizo nada por el deporte, que su poder se gestó al amparo de los presidentes Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, y que todo el dinero para el deporte lo obtuvo por el gobierno federal.
 Olegario arremetió de tal manera contra su hermano que no dudó en decir que en la Asamblea del COM realizada el 14 de febrero de aquel año, donde Felipe Muñoz se reeligió como presidente –y a quien calificó como títere de Mario-, “todo fue chueco e ilegal” y que varios de los votantes fueron “amenazados con accidentes automovilísticos, la cárcel, cierre de negocios y auditorías” si sufragaban a favor de Pascual Ortiz Rubio, el candidato que compitió contra El Tibio. Sólo Olegario votó por él.
 “En esa publicación Mario se enteró de lo que Olegario pensaba de él. No lo podía creer porque nunca se lo había dicho de frente. Olegario habló en la prensa sobre pleitos entre hermanos, que Mario no sabía que eran de ese tamaño. No es verdad que se odiaran. Si se encontraban se saludaban como si nada, pero a Mario sí le molestaron esas declaraciones; por eso cuando vio que Mena andaba para todos lados con su hermano lo consideró una traición porque consideraba a Jesús hecho por él, porque lo animó a estudiar, hacer su tesis y titularse. Mario le pidió a Arturo Montiel que le diera a Mena la notaría que tiene. Mario creía que Mena es quien es y tiene lo que tiene porque él se lo dio. Llegó a la Conade porque él se lo pidió al presidente y parece que a Mena ya se le olvidó.”
 Jesús Mena estudió derecho en la UNAM. El 26 de abril de 1996 se tituló con la tesis El deporte social como fundamento de la legislación sobre el deporte en México. En los agradecimientos, después de dedicar reconocimientos a su familia nuclear y política, se refirió así a Mario Vázquez Raña: “invaluable apoyo y estrella que ha iluminado muchos de mis caminos”.
 En diciembre pasado, Mario Vázquez Raña volvió a ingresar a un hospital afectado por una neumonía. Pasó las fiestas de fin de año luchando por recuperar su salud. Fue dado de alta y sus últimos días, ya muy desgastado, los pasó en su casa del Pedregal, donde finalmente falleció el domingo 8 de febrero, víctima de insuficiencia respiratoria aguda. 
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En la Conade, suspenso/BEATRIZ PEREYRA
Ya sin su amigo Mario Vázquez Raña en la escena del deporte nacional, el presidente Enrique Peña Nieto tendrá que decidir si mantiene a Jesús Mena al frente de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte o si nombra a un sustituto que, muy probablemente, no será un miembro de la familia olímpica mexicana.
El candidato natural para un eventual relevo de Mena es el subdirector general de la Conade, el mexiquense Carlos Acra –cercano a Peña Nieto y también al secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet–, quien llegó a esa comisión el 1 de septiembre pasado. El puesto que ocupa fue creado ex profeso para abrirle un espacio en la ­dependencia.
En tanto, el extitular de la Comisión para la Seguridad y el Desarrollo Integral en el Estado de Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes, ha estado levantando la mano para que el jefe del Ejecutivo lo considere como el próximo director de la Conade.
Alfredo Castillo ha practicado tenis durante toda su vida. Su esposa, Daniela Torres Sandoval, también. Es cuñado de la tenista en retiro Melissa Torres Sandoval, quien es directora general adjunta en la Comisión Nacional de Seguridad, que depende de la Secretaría de Gobernación.
Melissa Torres se retiró en 2009. Estudió administración de negocios en la Universidad Anáhuac. Según su declaración patrimonial, entre 2008 y 2009 trabajó en la empresa de telefonía Axtel en el área de relaciones públicas. Entre 2009 y 2012 fue comentarista de deportes en la cadena ESPN.  El mismo trabajó desempeñó en UNO TV entre 2010 y 2012.
En enero de 2013, la cuñada de Alfredo Castillo fue contratada como asesora del secretario Miguel Ángel Osorio Chong. Tenía asignadas como funciones principales elaborar discursos y análisis, con un salario de 42 mil pesos mensuales netos que cobraba por honorarios.
El 2 de mayo de 2014, Torres realizó una modificación a su declaración patrimonial. Declaró que sus ingresos anuales netos en la misma dependencia y con el mismo cargo ascendían a 894 mil 212 pesos, lo que equivale a una percepción mensual de 74 mil 517 pesos. El pago de ese salario también era por honorarios.
El 27 de mayo, es decir, 25 días después, fue contratada con la plaza de directora general adjunta en la Comisión Nacional de Seguridad y su salario se elevó a 92 mil 859 pesos por mes. La función que realiza está definida en su declaración patrimonial simplemente como “análisis”.
En sus tres declaraciones, Torres Sandoval indicó que tiene otros ingresos por “servicios profesionales”.
En la Conade, sólo el director general goza de un salario tan generoso como el de la cuñada de Alfredo Castillo: 129 mil pesos mensuales netos. El subdirector general percibe 70 mil y los otros cuatro subdirectores generales cobran 61 mil al mes. El director de Alto Rendimiento, quien tiene entre sus obligaciones diseñar las estrategias para la obtención de medallas olímpicas y mundiales, percibe 36 mil pesos mensuales netos.   
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Las ambiciones en la Odepa, desatadas/RAÚL OCHOA
Mario Vázquez Raña se enquistó en el deporte mundial y definió los destinos del Comité Olímpico Internacional y la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales. Sin embargo, la institución de sus amores fue la Organización Deportiva Panamericana, cuya presidencia ocupó hasta el día de su muerte. Ahora, tras su deceso, se desataron los rounds de sombra por hacerse con el mando de ese poderoso grupo continental. La cuestión es que, incluso fallecido, el potentado sigue ejerciendo influencia: Echó las cartas para que su protegido Ivar Sisniega herede el puesto.
Tras la muerte de Mario Vázquez Raña, quien condujo la Organización Deportiva Panamericana (Odepa) durante cuatro décadas hasta su deceso, la lucha para sucederlo desató la incertidumbre a cinco meses de que se celebren los Juegos Panamericanos de Toronto.
Por estatuto, el primer vicepresidente del organismo, el mexicano Ivar Sisniega, uno de los incondicionales del empresario y dirigente deportivo, asume la presidencia de la Odepa en calidad de interino, pero a la brevedad deberá convocar a una asamblea extraordinaria para elegir al nuevo encargado.
El declive
Vázquez Raña falleció el domingo 8 a consecuencia de un cáncer que padecía desde “hace unos meses”, informó la Organización Editorial Mexicana, consorcio periodístico de su propiedad.
La disputa por el relevo en la Odepa, sin embargo, comenzó mucho antes de su deceso, toda vez que desde octubre de 2012 ya se habían anotado los candidatos. Uno de ellos es el dominicano José Joaquín Puello, el neurocirujano que salvó la vida del dirigente mexicano en agosto de 2003.
Aquel año, Vázquez Raña visitó Santo Domingo, República Dominicana, en el marco de los XIV Juegos Panamericanos (XIV JP). Mientras descansaba en una lujosa suite, empezó a experimentar fuertes dolores en el tórax. Preocupada, su esposa, Paquita Ramos, descendió a toda prisa al lobby del hotel y solicitó asistencia médica.
Justamente ahí se encontraba el doctor Puello, quien nunca disimuló sus diferencias con Vázquez Raña a raíz de la disputa por la sede de los XIV JP, que el entonces líder de la Odepa pretendió realizar en México. Puello atendió al inesperado paciente y se encargó de ingresarlo de urgencia en el Hospital Central de las Fuerzas Armadas. Éste tenía escalofríos y alta temperatura como consecuencia de una neumonía.
Puello, presidente del comité organizador de los XIV JP, detalló a los medios de comunicación que la crisis de Vázquez Raña pudo deberse a los bruscos cambios de temperatura que se producen en la capital dominicana y descartó que la vida del empresario, entonces de 71 años, corriera riesgo.
No fue todo: reveló que aquel ya había experimentado un problema similar siete meses atrás, pero de menor trascendencia.
Puello, quien dirigió la Organización Deportiva, Centroamericana y del Caribe (Odecabe) entre 1996 y 2000, renunció a la presidencia del Comité Olímpico Dominicano (COD) en diciembre de 2003, después de más de 20 años al frente del organismo y tras una larga lucha con Vázquez Raña. Su lugar fue ocupado por el economista y comunicador Luisin Mejía, quien el 7 de marzo de 2012 confrontó abiertamente a Vázquez Raña en una controvertida asamblea de la Odepa.
Mejía, persona de todas las confianzas de Puello, se opuso públicamente a que la elección de presidente en la Odecabe, efectuada en un hotel de la Ciudad de México, se realizara por aclamación. Pidió que se hiciera mediante voto secreto. Pese a que por primera vez enfrentó a un grupo opositor –conformado por al menos siete países, entre los que destacaban República Dominicana, Venezuela y Guatemala–, Vázquez Raña no vio peligrar su reinado, ya que se presentó a la quincuagésima asamblea como candidato único.

A la votación acudieron representantes de 38 de los 41 comités olímpicos nacionales y, aunque sólo 17 votaron por él, esa cantidad bastó para reelegirlo, ya que no había otros contendientes en liza. “Agradezco y recibo esto –la continuidad en el cargo– de todos, hasta de los que no aplaudieron”, afirmó Vázquez Raña tras confirmarse su permanencia en el puesto, que detentó desde 1975.

El empresario reconoció que, tras su reelección, “no todos quedaron contentos. Lógicamente el deporte es así: de todos los deportistas el que gana es el uno, el dos y el tres. Aquí había uno solo, y gané yo”. La víspera de los comicios, el empresario ya había “anunciado” su triunfo: “No hay otro candidato. Hay un gran afecto hacia mí, de todos. Estoy muy satisfecho”.

Una semana después de la controvertida jornada, el 16 de marzo de 2012 renunció a la presidencia de la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales (ACON). Se dijo víctima “de una campaña demencial y agresiva” por la sucesión en el organismo, que se decidiría en 2014.

En particular, acusó al jeque de Kuwait, Ahmad Al-Fahad Al-Sabah, presidente del Consejo Olímpico de Asia, y al irlandés Patrick Hickey, presidente de los Comités Olímpicos Europeos, “de (realizar) oscuras alianzas y procedimientos mañosos y desleales” para asumir la conducción de la ACON, que agrupa 204 Comités Olímpicos Nacionales.

“Su excelencia el sheikh Ahmad Al-Fahad Al-Sabah y el señor Patrick Hickey son personas capaces de cualquier cosa, por ilegal que ésta sea. Han actuado y actúan como rastreros, buscando cómo pueden ascender sin detenerse en el daño que puedan causar, incluso tratándose de una organización como ACON. Les salió el tiro por la culata. No les di ese gusto. Les sorprendió mi renuncia y ante ella se voltean con una facilidad espantosa, cambiando de piel como el camaleón”, despotricó Vázquez Raña una semana después de su dimisión.

También se despidió del Comité Olímpico Internacional (COI) y de la presidencia de la Comisión de Solidaridad Olímpica. No obstante, más que renunciar, tuvo que jubilarse: el reglamento del COI establece que al cumplir 80 años se pierde el lugar en el comité ejecutivo, y alcanzó esa edad el 7 de junio de ese 2012.

En junio de 2013 y a punto de cumplir 81 años, fue internado de emergencia en el hospital privado ABC Santa Fe, del Distrito Federal, por dolencias pulmonares. Era la tercera ocasión que el veterano empresario las experimentaba.

Su ausencia en la reunión ejecutiva de la Odepa, celebrada el pasado enero en Puerto Vallarta, confirmó su estado crítico de salud. Fue la primera vez en 39 años que no se presentó a una asamblea del organismo.

La pugna

El único puesto que conservó Vázquez Raña hasta el día de su muerte fue la presidencia en la Odepa, a la que dedicó la mayor cantidad de tiempo y esfuerzo. De hecho, donó los terrenos en los que se ubica la sede, en la colonia San Rafael.

En pleno declive de su carrera deportiva, siempre pregonó que, en caso de perder el consenso general entre los comités olímpicos nacionales integrantes de la Odepa, daría paso a un nuevo dirigente.

Durante la asamblea general del organismo efectuada en Toronto, Canadá, en octubre de 2013, miembros de la Odepa le hicieron a su presidente una “consulta informal” sobre el futuro de la organización tras su salida, que debería ocurrir en 2016. Supo entonces que el titular del Comité Olímpico Argentino y miembro del comité ejecutivo del COI, Gerardo Werthein, era desde ese momento aspirante a sucederlo.

En la carrera por la presidencia panamericana, cuyas elecciones están programadas este año, después de que concluyan los Juegos Panamericanos de Toronto en julio próximo, también compite el segundo vicepresidente de la Odepa y presidente del Comité Olímpico Brasileño, Carlos Nuzman.

Paralelamente, el 2 de octubre de 2013, el Comité Olímpico Dominicano inscribió oficialmente la candidatura de José Joaquín Puello para la presidencia de la Odepa. El caribeño aseguró que cuando la Odepa permita que comiencen las campañas sus propuestas serán cien por ciento positivas: “Nada de denuestos ni ataques contra nadie. Ese no es mi estilo”.

Lo cierto es que Puello ya lleva un camino bastante avanzado rumbo a la titularidad de la Odepa y cuenta con el apoyo de los países del Caribe. “Ya hemos hecho contacto con la mayoría de los comités olímpicos. Hemos hablado de cuál será nuestra plataforma de llegar a la presidencia de la Odepa”, admitió en febrero de 2014.

Pero Vázquez Raña proyectaba entregar la estafeta al primer vicepresidente de la Odepa, Ivar Sisniega, uno de los involucrados en un presunto desvío de fondos por mil millones de pesos del comité organizador de los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, encuentro en el que Sisniega se desempeñó como director de Operaciones y Deporte. Ese quebranto al erario quedó en el olvido.

“El deporte panamericano me llama mucho la atención. Me tocó trabajar en los Juegos Panamericanos de Guadalajara de manera muy cercana, y debemos esperar a que el comité ejecutivo decida cuál será el siguiente paso”, declaró Sisniega el lunes 9, en el funeral de Vázquez Raña.

Ivar, quien presidió la Conade entre 1997 y 2000, anunció que el próximo mes, durante la junta del comité ejecutivo de la Odepa, se tomarán decisiones de forma inmediata en relación con el organismo. Confirmó que será presidente interino, pero aclaró: “vamos a ver qué decide el comité ejecutivo”.

Admitió también que está en la Odepa gracias a que Vázquez Raña integró a mexicanos en el deporte internacional. “Muchos dirigentes mexicanos tienen esa deuda con don Mario. Él tomó una organización en números rojos, con problemas para realizar los Juegos Panamericanos, y ahora deja una Odepa muy fuerte, con muchos recursos (900 millones de pesos)”.

Perenne y antidemocrático

Edwin Zerpa, miembro del Comité Olímpico de Venezuela y presidente de la Federación Venezolana de Beisbol, quien también se opuso a la continuidad de Vázquez Raña en las controvertidas elecciones de 2012, asienta que en la Odepa no existe la democracia. Refiere que ahora es momento de lamentar la muerte del mexicano, pero considera que la Odepa debe tomar un nuevo rumbo. “Es necesario una reorganización o una reingeniería”.

En entrevista telefónica, Zerpa se dice en desacuerdo con la política impuesta por el dirigente deportivo. “El problema es que con el señor Vázquez Raña no se cumplían las normas; violentaba la regla a conveniencia. En nuestro caso, nunca nos dio respuesta a un reclamo que le presentamos por el clasificatorio de la Confederación Panamericana de Beisbol, al otorgarle el pase directo a Estados Unidos para los próximos Juegos Panamericanos. En este sentido, los estatutos establecen que (el boleto directo) sólo se le otorgará al país sede, y la Carta Olímpica ordena la igualdad entre todos los países. Eso nunca ocurrió con nosotros.

“Respeto a aquellos dirigentes que permanecen en sus cargos por largo tiempo, siempre y cuando realicen bien su labor. Pero Vázquez Raña debió haberse retirado mucho tiempo atrás. En la Odepa tenía que darse un relevo generacional, y no lo hubo por el amarre que el señor hizo con los comités olímpicos nacionales, que se unieron para mantenerlo al frente del organismo. Así debería ser cuando las cosas marchan bien y existe democracia y justicia. Pero si no existe ni democracia ni justicia debe haber cambios.”

Para Zerpa, el mexicano ya no debió participar en las elecciones de 2012. “Había que darle unidad al organismo, hacerlo más democrático y que la gente que llegue a la Odepa no sea vista como algo intocable”.

Para Edwin Zerpa, el próximo titular de la Odepa debe ser latinoamericano. “Voto por Puello. Se merece esa oportunidad después de haber dirigido de forma aceptable la Odecabe”.

–¿Ivar Sisniega no es un candidato para tener en consideración? –se le pregunta.


–Ni siquiera conozco su historial. A excepción de Olegario Vázquez Raña (hermano del fallecido y titular de la Federación Internacional de Tiro), no conozco a los demás dirigentes deportivos de México.   

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