11 may 2009

Gracias España

Palabra de México/Jorge Zermeño Infante, embajador de México ante el Reino de España Publicado en EL PAÍS, 11/05/2009;
Agradezco al prestigiado diario EL PAÍS la gentileza de otorgar este espacio a un Embajador que, orgullosamente, representa a México ante el Reino de España. No es ajeno para nadie el momento por el que atraviesa México y el inmenso reto que representa una amenaza sanitaria global. En mi país, se manifestó en días pasados un virus nuevo, desconocido, que ha cobrado la vida de 42 personas. Desde el inicio de la alerta sanitaria, el Presidente Felipe Calderón ha encabezado un esfuerzo nacional, en beneficio no sólo de los mexicanos, sino de toda la Humanidad.
La Organización Mundial de la Salud y diversas naciones como España o los Estados Unidos de América han reconocido la forma en que México enfrenta la adversidad, apelando a la entereza de su sociedad y a las medidas atinadas de autoridades federales y locales, actuando con la premisa de la transparencia. Además, es de subrayar que el Gobierno de México ha privilegiado -en todo momento- la salud y la vida de los mexicanos, por encima de cualquier interés político, económico o de otra índole.
Desde el inicio de la contingencia sanitaria, el Gobierno mexicano lanzó una alerta epidemiológica a todas las autoridades médicas del país y a los hospitales, a fin de extremar precauciones ante diversas señales de riesgo. Desde el momento en que se detectaron en la región patrones atípicos en el comportamiento de la influenza estacional, los tres países de América del Norte han colaborado permanentemente con la OMS, reforzando los protocolos sanitarios ante la presencia del virus denominado H1N1.
De manera responsable ante la comunidad internacional, México ha proporcionado toda la información de la que dispone a los expertos de la OMS, y ha adoptado las medidas necesarias para responder a esta contingencia.
Cuando el Gobierno de México tuvo la certeza en el diagnóstico, de inmediato informó a la población sobre un nuevo virus de influenza. México tomó entonces medidas urgentes para evitar su propagación, entre otras, la suspensión de clases en todas las escuelas y universidades del Distrito Federal y del Estado de México, informando, asimismo, sobre las medidas preventivas a seguir para disminuir la posibilidad de contagio.
Una vez comprobado el inminente riesgo de propagación, se tomó la determinación de poner en marcha acciones tendentes a prevenir, detectar, estabilizar y sanar cualquier manifestación de este virus, el cual, cabe señalar, no tiene nacionalidad. Para ello, se ampliaron las medidas cautelares a todo el territorio nacional. Es importante comprender que los cambios de fase establecidos por la OMS, han permitido consolidar y elevar la capacidad de movilización, de cooperación internacional y de acción coordinada entre los Gobiernos del mundo.
La Organización Mundial de la Salud recomendó el pasado viernes no imponer restricciones de viaje relacionadas con el brote del nuevo virus A(H1N1). Explicó que limitar el movimiento de las personas tendría muy poco impacto en detener la propagación de la enfermedad y, por el contrario, sería altamente perjudicial para la comunidad global. Es por ello que nos lastima que algunos países hayan cancelado vuelos a México de manera unilateral, ignorando postulados de la OMS. Más aún, que algunos países muestren actitudes discriminatorias en contra de ciudadanos mexicanos.
Poco a poco, México está construyendo un proceso que le permitirá restituir la normalidad. Trabajamos desde ahora para enfrentar, además, los daños colaterales que -de manera inevitable- han afectado a la economía nacional. Los mexicanos estamos convencidos de que, ante esta adversidad, la solidaridad y responsabilidad ciudadana son las herramientas que forjan los caminos para recuperar el rumbo y salir -además- fortalecidos frente a nosotros mismos y frente al mundo. Hoy podemos señalar que, gracias a la efectiva acción gubernamental y al ejemplar comportamiento de la sociedad, gradualmente hemos logrado estabilizar la contingencia y, paulatinamente, restableciendo la normalidad en todos los ámbitos de la vida nacional.
Considero que el mundo no debe detenerse en debates inútiles o en opiniones sin documentación plena. Creo que pocas veces en la historia de la Humanidad se ha debatido un tema de manera tan absolutamente globalizada. Ése es el signo de nuestros tiempos. Estamos frente a un virus sin nacionalidad
y que es curable. Gracias al esfuerzo de todos los países, en algunos meses se contará con la vacuna que prevenga esta enfermedad. Por ello, resulta recomendable que los medios informativos privilegien la difusión de las opiniones y recomendaciones de los científicos y expertos en la materia.
Nuestras sociedades no merecen confusión ni alarmismos irresponsables. Frente a una amenaza global, este tiempo es -más que nunca- de colaboración entre todos los países del mundo. Nuestras comunidades reclaman claridad e información precisa, para que esta contingencia pueda llegar a ser una prueba superada, gracias a la serenidad y a la corresponsabilidad universal a la que todos estamos obligados.
“Un amigo es con quien se puede pensar en voz alta”.
En este sentido, debemos comprender que hoy, la Humanidad se enfrenta a un nuevo reto global que sólo podrá superarse si nadie, repito nadie, se queda al margen de la cooperación.
Gracias a la Comunidad internacional que nos ha brindado su afecto y que ha ofrecido su apoyo incondicional.
Gracias España, en lo particular, por la solidaridad demostrada.
Una vez más, ha quedado probado que sólo nos divide el mar. Nuestros lazos históricos en tiempos de adversidad, siempre han dado cuenta de nuestra fraternal cercanía.

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