Batallón
102: un historial criminal/JORGE
CARRASCO ARAIZAGA
- Pertenece a la 22 Zona Militar, que a su vez está adscrita a la jurisdicción de la Primera Región Militar, la cual tiene su sede en el Distrito Federal. Su primer comandante fue el coronel Ciriaco Pérez Fuerte.
Los
soldados sometidos a proceso a raíz de la matanza de 22 presuntos delincuentes
en Tlatlaya, Estado de México, pertenecen a un cuerpo militar que no sólo tiene
diversos antecedentes criminales, sino que ha sido favorecido por Enrique Peña
Nieto. El 102 Batallón de Infantería se estableció en 2010 en terrenos donados
por el entonces gobernador, y este año el comandante supremo de las Fuerzas
Armadas lo incorporó al operativo “Seguridad Mexiquense” para combatir el
narcotráfico. Esto, no obstante que desde 2011 miembros del mismo batallón que
fueron procesados por delincuencia organizada aceptaron haber recibido dinero
de un capo a cambio de información sobre los movimientos castrenses que se
planeaban.
Como
gobernador del Estado de México, Peña Nieto inauguró las nuevas instalaciones
de ese cuerpo militar en mayo de 2010, y a principios de este año el comandante
supremo de las Fuerzas Armadas lo integró al operativo “Seguridad Mexiquense”
que puso en marcha.
Instalado
al sur del Estado de México (Edomex) con la misión expresa de combatir al
narcotráfico en la zona, el 102 Batallón de Infantería ya se había visto
involucrado en otros asesinatos de civiles. Al menos una docena de elementos
están siendo procesados por ejecuciones extrajudiciales de presuntos
integrantes o protectores de la delincuencia organizada.
Medio
año antes de la matanza en Tlatlaya, miembros de ese mismo batallón mataron a
cuatro empleados del gobierno municipal de Arcelia, Guerrero, en la frontera
con el municipio mexiquense.
Aunque
el hecho se presentó inicialmente también como un “enfrentamiento”, el 6 de
diciembre de 2013 mataron en el poblado de Palos Altos, Arcelia, a Mario
Urióstegui Pérez, director de Tránsito Municipal del ayuntamiento.
Conocido
como La Mona, Urióstegui era identificado por el propio Ejército como suegro de
Johnny Hurtado Olascoaga, El Mojarro, líder del grupo delictivo La Familia en
la región norte de Guerrero y sur del Edomex.
El
31 de marzo de este año, cuando el 102 Batallón ya era investigado por esa
ejecución extrajudicial, y en medio de una crisis de inseguridad en el Estado
de México, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, anunció el
operativo “Seguridad Mexiquense”.
El
coronel Castro Aparicio reporta al comandante de la 22 Zona Militar, el general
de brigada José Luis Sánchez León, quien a su vez responde a las órdenes del
general de división Jaime Godínez Ruiz, comandante de la Primera Región
Militar.
Cuando
el 102 Batallón de Infantería entró en operaciones, el comandante de la Zona
Militar era el general Rubén Pérez Ramírez, y el comandante de la Región, el
general Arturo Pérez Cabello.
El
Campo Militar 102 se ubica en la frontera del Edomex con los municipios de
Arcelia y Tlalchapa, en la zona de Tierra Caliente, Guerrero. Arcelia forma
parte del corredor al que se refirió el general Galván y que se inicia en el
municipio de San Miguel Totolapan, localizado en el filo mayor de la sierra
guerrerense, donde se produce amapola y mariguana y que por años tuvo escasa
presencia militar.
El
10 de mayo de 2010, tres días antes de la instalación formal del batallón, Peña
Nieto había reconocido la presencia y operación de jefes del narcotráfico en el
territorio que entonces gobernaba, aprovechando su urbanización y vecindad con
el Distrito Federal, según dijo.
Cuando
participó en la puesta en marcha del batallón, apoyó la estrategia de Calderón
de sacar a los militares de sus cuarteles para enfrentar a los
narcotraficantes: “La instalación del 102 Batallón de Infantería viene a
reforzar la seguridad interior del Estado de México en esta visión y trabajo
estratégico que hoy el Ejército Mexicano está llevando a cabo en nuestro país”.
En
el campo militar estuvo acompañado por su secretario general de Gobierno,
Enrique Miranda, ahora subsecretario de Gobierno de la Secretaría de
Gobernación. El controvertido agrupamiento militar también es bien conocido por
el actual titular de la Sedena, el general de división Salvador Cienfuegos,
pues estuvo bajo su mando cuando fue comandante de la Primera Región Militar, a
la que pertenece el Edomex, cuando Peña Nieto era el gobernador.
Hasta
mayo de 2010, el Ejército sólo tenía presencia en el Estado de México con la 22
Zona Militar, con sede en Toluca, que se encuentra a más de tres horas de
Tlatlaya. En Guerrero, cuenta con más instalaciones militares, pero concebidas
para la persecución de la guerrilla. En Cumbres de Llano Largo, Acapulco, está
la Novena Región Militar; en Chilpancingo, la capital, la 35 Zona Militar; en
el Ticui, Atoyac, la 27 Zona Militar; y en Iguala, el Ejército destacó a un
grupo de Fuerzas Especiales. La Marina Armada de México, a su vez, dispone de la
Octava Zona Naval en Acapulco.
Ventas
de información al narco
El
102 Batallón no sólo está involucrado en ejecuciones extrajudiciales, sino que
varios de sus efectivos han sido cooptados por la delincuencia organizada.
Según reportó el periódico Reforma el 27 de febrero de 2012, el agrupamiento
fue infiltrado por La Familia Michoacana, a la que estaba llamado a contener.
A
partir de información encontrada en expedientes judiciales, civiles y
militares, el diario señaló que efectivos del 102 Batallón colaboraron con los
narcos desde el momento mismo en que el agrupamiento se estableció en 2010.
Fueron detenidos en enero de 2011 y procesados por delincuencia organizada.
Se
involucró a dos oficiales subalternos y a tres clases, grados a los cuales
pertenecen tanto los cabos como los sargentos primero y segundo. Bajo la causa
penal 48/2011 del Juzgado Quinto Militar de la Primera Región fueron
encarcelados en el Centro Federal de Readaptación Social de Villa Aldama,
Veracruz, y en el Campo Militar Número 1. El caso pasó a la justicia civil por
vía de amparos que se radicaron en el Tercer Tribunal Colegiado en Materia
Penal.
En
sus declaraciones, los militares señalaron a El Mojarro como quien les pagó
para que le informaran sobre los movimientos del 102 Batallón de Infantería, y
que los beneficiados con el dinero del narcotráfico habrían sido tenientes,
sargentos y cabos.
Según
las declaraciones del teniente de Infantería Omar Lugo León en el proceso de
justicia militar, conoció a El Mojarro en el municipio de Amatepec, colindante
de Tejupilco, sede del 102 Batallón, “durante un encuentro de futbol en la
localidad, porque subsidia a varios equipos de futbol”.
“Inicié
una amistad con el mencionado sujeto, el cual me propuso que colaborara con él
proporcionándole información de las operaciones militares en que participaba,
haciéndome un obsequio de 140 mil pesos, diciéndome que si no podía le
consiguiera quién le proporcionara dicha información. Acepté colaborar
filtrando información de las operaciones militares, recibiendo la promesa de
recibir mensualmente 20 mil pesos por esa actividad”, refirió la publicación
que fue firmada por la redacción.
Dijo
también que el teniente había reclutado a varios soldados, quienes recibían
pagos que rara vez excedían los 5 mil pesos por información de las operaciones
del 102 Batallón que transmitían a través de mensajes de texto desde celulares
de prepago. También, que el jefe de El Mojarro era una persona identificada
como El Poni.
A
finales de abril de este año, la Marina Armada de México emprendió asimismo un
operativo en contra del Mojarro, luego del asesinato del teniente de corbeta
Arturo Uriel Acosta Martínez durante un enfrentamiento con hombres armados en
el poblado de Liberaltepec, en el municipio de Apaxtla, Guerrero, también
colindante con Arcelia y San Miguel Totolapan.
Más
de un centenar de efectivos del Ejército y la Marina, así como policías
mexiquenses, participaron en ese operativo. De acuerdo con testimonios de
pobladores consultados por Proceso, días antes de la matanza en Tlatlaya la
Marina realizó varios cateos en la zona.
Una
semana después, la persecución de la Marina se concentró en La Goleta, en el
municipio de Amatepec, Estado de México, lo que provocó el desplazamiento de un
grupo que se movilizaba en 15 camionetas y que tomó el poblado de Alahuixtlán,
en el municipio de Teloloapan, Guerrero, según informó la Agencia Proceso
(Apro).
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