El
INE en el filo del descrédito/ÁLVARO
DELGADO
Revista Proceso No. 1979, 4 de octubre de 2014
Acusado
reiteradamente de estar controlado por el PRI, el Instituto Nacional Electoral
realizó su primer movimiento antes de las elecciones del próximo año: la
integración de los organismos electorales locales en 18 estados. El priismo
aparece en todos los casos como fuerza preponderante. “Son órganos
partidizados”, dice el PAN. “Es el triunfo de la PRI-bancada”, señala el PRD.
Pero Lorenzo Córdova, presidente del instituto, asume su defensa y reafirma que
éste es “independiente” e “imparcial”.
toral
federal de 2015 descalificado en su independencia y honorabilidad por la
oposición, la cual lo acusa de someterse al PRI en su primera decisión clave:
el nombramiento de 126 consejeros en 18 estados.
Esta
integración de los organismos públicos locales electorales (oples, figura que
introdujo la más reciente reforma electoral para arrebatarles a los
gobernadores el control de los árbitros locales) colocó al INE bajo sospecha
del PAN y del PRD, aunque para el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) no
hay sorpresas: hubo una distribución como parte del Pacto por México.
Horacio
Duarte, representante de Morena, recordó que el actual Consejo General del INE
se integró por cuotas de partidos y así se eligió a los oples, aunque con mayor
inclinación por el PRI. “Las instituciones electorales siguen secuestradas”.
Sometido
a este intenso tiroteo de críticas, antes y después de la sesión del martes 30
de septiembre –cuando los 11 consejeros aprobaron los oples–, el presidente del
INE, Lorenzo Córdova, explica en entrevista que eso era previsible: “Ya se
venía prefigurando por dónde iban a salir los balazos”.
–¿Son
balas de salva o de las que matan?
–Los
balazos, sean los que sean, es preferible no padecerlos. No creo que sean de
los que maten, aunque siempre que existen críticas así hay un grado de erosión
en la confiabilidad del árbitro electoral.
Esta
decisión del Consejo General del INE, aclara, es apenas el primer capítulo de
una historia que se construirá en meses y años, pero advierte que no se
edificará sobre la complacencia de los partidos políticos.
“Cuando
las críticas son permanentes, el árbitro electoral se debilita. Pero el árbitro
no puede actuar procurando la complacencia de los partidos políticos, porque se
va a equivocar”.
Último
presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), antecesor del INE, Córdova
rechaza que los consejeros estén sometidos al PRI o actúen en función del partido
que los propuso.
Aun
si llegaron al cargo por cuotas, lo relevante es que conciten la confianza de
los contendientes y no ocurra lo mismo de 2006.
“Lo
que pasó en 2006 no fue que, espontáneamente, hubo una desconfianza de los
ciudadanos en torno al IFE, sino que hubo algunos partidos que lo
descalificaron y detrás de eso los seguidores de ese partido acompañaron esa
descalificación.”
Y
vuelve a 2014: “Claro que la confianza de los partidos es indispensable para el
árbitro electoral. El problema es cómo se construye esa confianza. El árbitro
no está, creo yo, para ganarse la condescendencia de los partidos, sino para
intentar convencerlos”.
En
la designación de los oples, asegura, los consejeros actuaron sin la influencia
de los partidos. “Si diéramos por buena la idea de que el Consejo General se
integra por cuotas, ¿entonces qué pasó con la votación? ¿Por qué votamos 11
consejeros a favor de las designaciones en 11 estados y 10 a favor de los
restantes?”.
–¿Se
emanciparon de los partidos?
–Esa
es una lectura, si se sigue la lógica de las cuotas. Yo creo que nunca
estuvimos subordinados, que es otra posibilidad. Claro, existe una tercera
posibilidad: ¡A éstos ya los maiciaron, ya se vendieron!
“Pero
ahí entramos en el ámbito de lo absurdo: ¿A quiénes obedecimos cuando hicimos
las elecciones del PRD? ¿A quién obedecemos cuando tomamos decisiones sobre la
fiscalización, como las que se van a venir dentro de poco?”
Advierte:
“El INE no está pidiendo un cheque en blanco, ni siquiera en esta decisión. Nadie
está exento de equivocarse y a lo mejor en algún caso nos equivocamos en esta
decisión. No creo, de entrada, a la luz de los elementos que tuvimos a
disposición, que nos hayamos equivocado”.
Sobre
su conducta aclara: “Yo tengo, así lo asumo, un prestigio público que cuidar y
no lo voy a perder por mi desempeño aquí. Como funcionario electoral no voy a
hacer nada de lo que me avergüence. ¡No lo he hecho ni lo voy a hacer!”.
Cuotas
y cuates
Desde
la recta final del proceso de integración de los oples, en la revisión
curricular, se encendieron las luces de alerta en los partidos de oposición, en
particular PAN y PRD, cuyos presidentes Gustavo Madero y Jesús Zambrano se
reunieron con Córdova el 15 de septiembre (Proceso 1978).
Y
aun cuando fueron eliminados 19 personajes, el conflicto ya estaba en curso,
porque Adriana Favela, Beatriz Galindo, Enrique Andrade y Marco Antonio Baños,
los consejeros identificados con el PRI –y a quienes se sumó el consejero
Javier Santiago–, elaboraron una lista que finalmente se impuso.
Así
fue denunciado en la sesión del 30 de septiembre por Corral y Acosta Naranjo,
quienes afirmaron que 114 de las 126 propuestas fueron impulsadas por el bloque
encabezado por Baños, señalado de ser operador de Manlio Fabio Beltrones, coordinador
priista en la Cámara de Diputados.
Así,
acusó Corral, exactamente la mitad de las propuestas de consejeros tienen
identificación o vínculos con el PRI: “En política no existen las casualidades
y éstas son conformaciones de órganos partidizados”.
Esta
estrategia envenenó la primera decisión del INE, expuso: “Ha distorsionado los
objetivos de la reforma electoral, que buscó quitarle a los gobernadores el
control de los órganos locales, pero un bloque encabezado por el consejero
electoral Baños se lo ha regresado al PRI”.
Fue
cuando el panista recordó que el INE se integró por cuotas de los partidos como
parte del Pacto por México. “Participé, defendí y avalé esta integración,
consciente que del pacto se había llevado un sistema de cuotas partidistas a la
Cámara de Diputados”.
Confió
en que los consejeros se conducirían con autonomía, pero no fue así: “Qué
paradoja que el INE esté aportando a los procesos electorales locales el primer
elemento de inestabilidad política electoral y desconfianza al arbitraje entre
los competidores”.
Acosta
Naranjo reveló, a su vez, que también se pretendió integrar los oples por
cuotas: Dos para el PRI, dos para el PAN y dos para el PRD, con un presidente
de consenso propuesto por el partido que gobierna el estado.
Reveló
entonces que Baños, presidente de la comisión responsable del proceso, le pidió
sus propuestas, pero lo rechazó. “Nosotros escogimos consejeros que vinieran a
cumplir con sus funciones, no pusimos a soldados de nuestro partido político
aquí”.
Y
aludiendo al secretario de Gobernación, de quien él y la dirección del PRD han
sido muy cercanos, les dijo: “Queremos que se comporten como consejeros, que
defiendan a esta institución o, al contrario, mejor de una vez traigamos a
Miguel Ángel Osorio Chong de presidente”.
Desde
su asiento, rojo de ira, Baños gesticulaba y le decía que eso no era cierto.
“Eres un mentiroso”, le dijo al perredista, quien respondió: “Desmiénteme”.
Más
tarde Acosta Naranjo reveló que comió con otros consejeros que también le plantearon
el reparto por cuotas. Baños declaró que otro de los asistentes fue Benito
Nacif. “Me insinuaron el 2-2-2 y claro que yo no acepté eso”, dijo el
perredista.
“Baños
estuvo presente en esa reunión, por eso no me desmiente. ¡Claro que me lo
propusieron! Pero no nada más a mí, se lo propusieron a otros, y yo lo que dije
tajantemente: ‘Ese es un error. Los órganos no deben ser con cuotas de los
partidos’”.
–¿Este
acuerdo es parte del Pacto por México?
–¡Claro
que no, hombre! Es una leyenda. Si eso fuera cierto, yo era secretario técnico
del pacto, lo estaría yo defendiendo.
Y
es que Duarte, representante de Morena, afirmó que si en el Pacto por México se
repartió el INE por cuotas –como lo admitió Corral– era el mismo esquema para
los oples.
Preguntó
al PAN si no era cierto que en el Estado de México Miguel Ángel García
Hernández fue representante ante el órgano electoral y ahora será consejero. El
panista Francisco Gárate tuvo que aceptarlo.
En
la línea del discurso de Andrés Manuel López Obrador, Duarte reiteró que las
instituciones siguen secuestradas y en los oples el INE perdió la oportunidad
de entregarles a los ciudadanos órganos autónomos e independientes.
“Esta
restauración autoritaria no es producto de la imaginación, sino producto de los
guiones que desde la Cámara de Diputados se dictan cuando se integró este
Consejo General de la mano de quien coordina al grupo parlamentario más grande.
Por eso no confiamos en estas instituciones.”
Aurelio
Nuño, mi amigo
Y
es que, tras la creación del INE, predomina el bloque de consejeros encabezado
por Baños, asociado por la oposición a Beltrones y a quien le place que le
llamen “vicepresidente”. Aislados los consejeros que llegaron por la vía del
PAN y del PRD, a Córdova se le percibe débil, porque ni siquiera ha podido
remover a funcionarios.
–¿Está
usted firme como presidente?
–Yo
digo que sí y creo que soy un actor importante en mi rol de coordinador del
consejo… Déjame decírtelo así: Yo no me considero un presidente débil, al
contrario.
Está
satisfecho de la armonía en el INE. “Y la armonía, que es indispensable para
que funcionen bien los órganos colegiados, es una que yo no había visto hasta
ahora y que se sigue manteniendo. ¿Todas las discusiones en ese ámbito son
tersas y exentas de controversia? No, pero la armonía es lo que está
prevaleciendo…
Por
ello, frente a los cuestionamientos sobre el priismo de muchos de los
consejeros locales, Córdova advierte que todos los funcionarios tienen filias y
fobias políticas.
“Somos
ciudadanos y tenemos el derecho constitucional de votar por quien nos dé
nuestra regalada gana o no votar. Pero el problema no es ese. El problema es si
como consejero electoral actúo y tomo decisiones a partir de mis filias y
fobias políticas, que las tengo.”
Autodefinido
de izquierda, Córdova dice que en su caso se inscribió para ser consejero a
petición de los grupos parlamentarios, ignora si fue por cuotas y fue electo
presidente casi por unanimidad, como sus otros 10 compañeros.
Niega
que se haya entrevistado, en Los Pinos, con el presidente Enrique Peña Nieto
cuando estaba en curso la negociación para integrar el INE, como admite que se
difundió. “¡Es falso!”.
–¿Con
Aurelio Nuño, jefe de la Oficina de la Presidencia, sí se ha entrevistado?
–Aurelio
Nuño es amigo mío, como es Jesús Zambrano. Con Aurelio Nuño he tenido
comunicación, lo conocí a través de amigos comunes. Siendo ya jefe de la
Oficina de la Presidencia me he reunido con él en algunas ocasiones.
“Pero
lo digo tajantemente: Desde el momento en que presenté mi solicitud junto con
los otros tres colegas que éramos consejeros electorales para integrarnos a
este consejo y hasta que fui designado por la Cámara de Diputados, no tuve
ninguna entrevista con ninguna persona del gobierno federal, con ninguna
persona que trabaje en la Oficina de la Presidencia.”
–¿No
hay vínculo, nexo o dependencia del presidente del INE?
–La
respuesta, y lo digo de manera draconiana, es no. Estaría vulnerando el
principio constitucional que rige y le da razón de ser a este órgano, que es la
autonomía.
Lo
que sí hace, dice, es tener interlocución con los partidos, pero también “muy
frecuentemente” con las instancias del gobierno federal, de los estados y del
Distrito Federal, como en la realización de las elecciones del PRD y ahora el proceso
federal.
Asesor
de José Woldenberg cuando presidió el IFE y discípulo de Jorge Carpizo, quien
también ocupó ese cargo, Córdova se refiere también, a pregunta expresa, a las
posibilidades de fraude que, según Osorio Chong, ya nadie puede alegar tras la
reforma electoral.
–¿Garantiza
que está erradicado el fraude electoral en México?
–Los
nunca no existen en política, los nunca no existen en materia electoral.
Puede
haber errores, manipulación en alguna casilla o un funcionario electoral que se
corrompa o alterare resultados de la votación, pero son casos aislados: “El
fraude, entendido como una acción concertada que tiene el propósito de
tergiversar la voluntad de los ciudadanos emitida en las urnas respecto de los
resultados, es prácticamente imposible”.
Lo
que no está desterrado, reconoce, es la compra y coacción del voto, que existe
en todo el mundo: “Mientras tengamos 54 millones de pobres siempre existirá la
tentación para que alguien, y esto no es monopolio de una fuerza política,
busque aprovechar esa situación de pobreza para manipular la voluntad política
de quienes están en esa condición”.
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