16 ago 2006

Fidel en Pijama

Editorial de El Tiempo (de Colombia), 16 de agosto de 2006

Durante 47 años casi nada supimos sobre la vida privada de Fidel Castro. Que era casado un par de veces, que tenía hijos, que trabajaba mucho. Y poco más. De repente, en los últimos días, nos ha abierto su intimidad de enfermo. El domingo divulgó Juventud Rebelde unas fotos que lo muestran sentado en su habitación de hospital, envuelto en fina sudadera y con un ejemplar del diario Granma en la mano. Y el lunes publica el propio Granma ocho fotos suyas en su lecho de convaleciente acompañado por Hugo Chávez.

Castro en sudadera y Castro en piyama: dos de las imágenes del año. La primera porque, aparte de despejar dudas sobre su salud desde que se retiró para una cirugía de vías digestivas, ostenta en el pecho el logo de Adidas. La segunda, porque muestra que ha relevado la sudadera blanca, azul y roja por una piyama roja con las banderas de Cuba y Venezuela.

¿Qué condujo al viejo combatiente marxista-leninista a aparecer en sudadera de Adidas, poderosa empresa capitalista alemana que el año pasado registró ventas por 6,600 millones de euros? Esto mismo se preguntan en varios idiomas miles de periodistas y 'blogueros' de Internet. La búsqueda de las palabras 'Castro' y 'Adidas' produce en Google un resultado de más de 142,000 referencias. Unas a favor, otras en contra y la mayoría de desconcierto. Para muchos, la venia de Fidel a una multinacional equivale a su muerte como comunista cerrero. Para otros, en cambio, es una apertura que permite mostrar al mundo cómo en Cuba circulan los símbolos de estatus y calidad. Sin ir muy lejos, tal vez se trate solamente de golpear a Nike, rival estadounidense de Adidas, con esta cuña gratuita para la firma que fundó el alemán Adolf 'Adi' Dassler en 1920.

Más interesante, sin embargo, es la segunda foto, la de Fidel en piyama, aunque la camisa no corresponda propiamente a una prenda de noche sino a un atuendo similar al de Chávez. En Cuba se denomina 'plan piyama' al de los altos funcionarios oficiales que, por errores o por desgaste, salen de un cargo importante y caen en la nada. Quedan, así, marginados y su único trabajo consiste en permanecer ociosos en casa. Se comenta que Fidel podría abandonar la dura brega cotidiana y, tras su operación, cumplir tareas protocolarias y de propaganda. A lo mejor las últimas fotos suyas contienen un mensaje. No será el del retiro total en piyama, pero sí el del 'plan sudadera': seguir activo, pero sin grandes compromisos ni horarios fatigantes. Como corresponde a quien desde el domingo es un octogenario.

editorial@eltiempo.com.co

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