14 oct 2006

Colombia: seguridad democrática


Colombia: Otro discurso de Defensa/Vicente Torrijos R., profesor de ciencias políticas y relaciones internacionales en la Universidad del Rosario, de Bogotá, Colombia.

Tomado de La Opinión, 12/10/2006 www.laopinion.com

El nuevo ministro colombiano de Defensa, Juan Manuel Santos, ha delineado unos primeros principios de ajuste y consolidación de la Política de Seguridad Democrática (PSD) que apuntan sobre todo a asegurar su consolidación, sostenibilidad y legitimidad, con el fin de profundizar los logros obtenidos y abordar algunas de las tareas todavía pendientes.

[1.—] La consolidación. A través de la PSD, el Estado ha logrado recuperar el control efectivo de buena parte del territorio nacional, ha impactado el pie de fuerza y la infraestructura logística y de recursos de las organizaciones armadas ilegales, e incluso los ha obligado a buscar aproximaciones de negociación o a transformar su accionar, de tal manera que han vuelto a las prácticas típicamente insurgentes (acciones dispersas y de terrorismo), con la esperanza de inducir al Estado a una guerra de desgaste mientras privilegian la protección de sus activos primordiales (secuestrados, cabecillas y cultivos ilícitos).

[2.—] La lucha contra el narcotráfico. Debe seguir siendo abordada como un problema de seguridad vinculado al terrorismo, pues es su principal fuente de financiación. En ese sentido, habrá de buscarse un mayor margen de maniobra y de disponibilidad de los recursos con los que se libra la guerra contra este flagelo, y eventualmente, enfatizar no sólo en la erradicación, sino, sobre todo, en la destrucción de las células de protección y mantenimiento de los cultivos ilícitos, que son las que minimizan el impacto de las fumigaciones.

[3.—] Coordinación. Es una de las líneas de acción de la PSD en los que sigue siendo necesario hacer mayores esfuerzos, para evitar la dispersión, la duplicación, y sobre todo, los bloqueos o los errores operativos. El ministro Santos propone articular estos esfuerzos sobre la base del desarrollo de la doctrina de operaciones conjuntas, la creación (o reforzamiento) de instancias de coordinación en varios niveles, la centralización de adquisiciones (con fines de racionalización) y el establecimiento de un protocolo que defina el control operacional.

[4.—] Fuerza-Movilidad-Inteligencia. Ésta parece ser la "Trinidad estratégica" que debe servir de base para la profundización de la PSD. Deberá continuarse con el incremento y profesionalización del pie de fuerza, especialmente para cubrir las áreas que van quedando liberadas como consecuencia de la desmovilización de algunas organizaciones ilegales.

Al mismo tiempo, para responder a las nuevas tácticas insurgentes, deberá asegurarse una mayor movilidad, que permita el despliegue rápido y efectivo de las fuerzas militares según las necesidades y coyunturas; mientras, a su vez, se fortalece la comunidad de inteligencia, su capacidad para capturar y procesar información, y articularla como insumo óptimo para el cumplimiento de las funciones de los distintos operadores de seguridad.
[5.—] Fronteras. En el horizonte inmediato, las fronteras se perfilan como un centro de gravedad de la mayor importancia, no sólo por constituir centros para el tráfico de armas, drogas y para santuario y refugio, sino porque son empleadas por las organizaciones ilegales como escenario para desestabilizar las relaciones binacionales y para generar tensiones diplomáticas con los vecinos.

[6.—] Mantenimiento de capacidades estratégicas mínimas. Lo cual no significa entrar en una carrera armamentista, sino sobre todo, en la modernización de los recursos para hacerlos seguros para la tropa y efectivos en el combate. Colombia tiene todavía una capacidad disuasiva inferior a sus necesidades, no sólo cuantitativa, sino sobre todo, cualitativamente.
[7.—] El bienestar de las tropas. Como una justa retribución por los esfuerzos de hombres y mujeres que sirven en la fuerza pública, debe buscarse un esquema de beneficios prestacionales y de servicios sociales, con participación del sector privado, que sirvan no sólo como retribución sino, más todavía, como estímulo e incentivo a su participación en los esfuerzos por garantizar la seguridad de todos los colombianos.
[8.—] Grupo Empresarial de la Defensa. Siendo uno de los conglomerados económicos más importantes del país, debe avanzarse en la modernización y adecuación de su gestión administrativa. Al mismo tiempo, Cotecmar e Indumil deberán ganar en competitividad y convertirse en productores de alta tecnología y en firmas de elevada rentabilidad internacional. Y por último,
[9.—] Sostenibilidad. En virtud del "círculo virtuoso" descrito al comienzo, el sector empresarial ha crecido considerablemente durante los últimos años.
Para corresponder a los esfuerzos del Estado en materia de seguridad, y asegurar la continuidad de los mismos, será necesario buscar nuevos recursos, especialmente, pero no sólo, por vía tributaria.
Ello permitirá además preparar el escenario ante una eventual disminución de los recursos que provienen, por ejemplo, de la cooperación de Estados Unidos, de los cuales Colombia depende en una muy importante medida.

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