30 abr 2009

Gracias al humor en facebok ahí la llevamos

Columna Juegos de Poder/Leo Zuckermann
Publicado en Excélsior, 30 de abril de 2009;
Sobre el humor
Por desgracia, los mexicanos estamos acostumbrados a vivir situaciones que suelen verse en películas dramáticas: terremotos, crisis económicas, explosiones, huracanes y, ahora, una epidemia cuyo epicentro es nuestro país. En CNN, los conductores mandan la señal a México diciendo: “Y ahora vamos a la Zona Cero de la epidemia, la Ciudad de México”. Somos el nuevo World Trade Center de la atención mundial.
Todavía recuerdo la tragedia del terremoto de 1985. En medio de las ruinas, rescatando los cadáveres de las víctimas en los edificios derrumbados, escuché los mejores chistes sobre lo que estaba ocurriendo. Al principio me daba un poco de pena, pero luego entendí que el humor era una forma para procesar una situación tan adversa. El humor era una especie de endulzante que servía para pasar el trago amargo. Una manera de destensar el ánimo en medio de la angustia.
Como en la explosión de San Juanico o en el sismo de 1985, en México ya comenzaron las bromas sobre la epidemia de influenza porcina. A diferencia de aquellos acontecimientos, han proliferado a través de internet que en ese entonces no existía. A continuación reproduzco algunos de estos chistes con la intención de levantar un poco el espíritu y con mucho respeto para las víctimas de este brote viral:
— Hasta ahora, la influenza porcina ha dejado 149 muertos en México. Es el último lugar en razones por la que una persona puede morir en ese país.
— ¿Qué le dijo México a la influenza? ¡Mira cómo tiemblo!
— En una gripe normal estornudamos “achú”, pero como la de hoy es porcina, estornudamos “achoink”.
— Dicen que en Estados Unidos están muy tranquilos porque no se va a pasar la gripe porcina a ese país desde México. Y es que por la frontera no cruza nada de nada. Absolutamente nada…
— La influenza nos ha hecho olvidar el virus del “débola” (débola luz, débola tarjeta de crédito, débola agua…)
— Señor, si el mundo se va a acabar, por favor llévate primero a los chilangos.
Estudios académicos demuestran que el humor efectivamente sirve como un proceso de superación de situaciones adversas. Reír es una catarsis emocional que tiene efectos curativos: “Después de una buena risa nos sentimos más fuertes, resistentes y esperanzados”.
Victor Frankl, sobreviviente de un campo de concentración nazi, alguna vez dijo: “Lo que le ayuda a la gente a sobrevivir circunstancias terribles es su habilidad de separarse para ir más allá de ellos mismos. Esto se ve en el heroísmo y en el humor”. De acuerdo con John Morreall, el humor durante el Holocausto sirvió para tres funciones: “Primero cumplió una función crítica al enfocarse en lo que estaba mal y suscitar una resistencia a ello. Segundo tuvo una función cohesiva al crear solidaridad en aquellos que se reían juntos sobre los opresores. Y tercero, tuvo una función para ayudar a los oprimidos a sobrevivir su sufrimiento sin volverse locos”. Gracias al humor, los judíos sobrellevaron una de las más grandes tragedias de la humanidad. Más aún, cuando los nazis fueron derrotados, el humor sobre el terrible evento fue creciendo en la comunidad judía. De hecho, un grupo de judíos estadunidenses creó la comedia musical Los productores que se convirtió en un éxito mundial.
El sicólogo Allen Klein dice que, de acuerdo con la prensa, el primer intento de humor después del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos ocurrió cinco días y dos horas después de los atentados terroristas. Fue un chiste sobre Osama bin Laden que no tuvo éxito alguno. Sin embargo, conforme pasaron los días, apareció el humor sobre el evento que fue haciéndose cada vez más digerible para la población. Lo increíble es que en México el humor aparezca casi de inmediato. Es, al parecer, parte de la idiosincrasia mexicana que quizá permite superar más rápido la adversidad. Y es que como bien dijo el escritor George Bernard Shaw, “la vida no cesa de ser graciosa cuando alguien muere como no cesa de ser seria cuando alguien se ríe”.
Reír es una catarsis emocional que tiene efectos curativos: “Después de una buena risa nos sentimos más fuertes, resistentes y esperanzados”.

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