12 oct 2010

El secretario Blake Mora

Blake Mora, Secretario de Gobernación, durante la inauguración de la 52 Semana Nacional de Radio y Televisión
Discurso
México, D.F., 12/10/2010
Lic. Karen Sánchez Abbott, Presidenta del Consejo Directivo de la Cámara de la industria de Radio y Televisión;
Mtro. Juan Molinar Horcasitas, Secretario de Comunicaciones y Transportes;
Estimados integrantes del presídium;
Señoras y señores;
Amigos de los medios de comunicación;
Amigas y amigos:
Agradezco a la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y Televisión la invitación a este espacio, al tiempo de que extiendo una sincera felicitación a Karen Sánchez Abbot por su destacada labor y liderazgo frente de ella.
Ayer, hoy y siempre, como lo señala el lema de esta Quincuagésima Segunda Semana Nacional de Radio y Televisión, México ha contado con industriales comprometidos con la importante tarea de comunicar y establecer los vínculos necesarios para el desarrollo social, económico y político del país.
Comunicación, Conectividad, Conocimiento e Información son cuatro pilares claves para el crecimiento y desarrollo de las sociedades de hoy en día. Y esto es cierto no sólo en el ámbito del avance económico y material, sino en la consolidación de nuestros valores como sociedad y en la edificación de bienes públicos, como la libertad y la democracia, que en el caso de nuestro país hemos alcanzado después de décadas de singulares luchas históricas.
En este tránsito, la Industria de la Radio y la Televisión ha sido un elemento fundamental en la consolidación democrática de nuestro país y ha contribuido al fortalecimiento institucional que permite hoy una convivencia más ordenada y equitativa a través de un ejercicio pleno de libertades ciudadanas.
Por esta importancia el Gobierno Federal reconoce como una de sus premisas en el ámbito de las competencias que le otorga la ley, impulsar la modernización del espectro radioeléctrico ampliando la convergencia, la competencia y la cobertura en el sector, como condiciones necesarias para el éxito de las iniciativas y el esfuerzo de las empresas.
Sabemos que el fomento de la actividad empresarial dentro de un marco de respeto a los derechos democráticos y de terceros, es una pieza clave para el desarrollo económico y político de nuestro país. Y en ese sentido, no es sólo un compromiso, sino una obligación del gobierno atenderla.
Por ello, la determinación de las autoridades con ésta y el resto de las industrias, es proveer un sistema de instituciones que otorguen certidumbre jurídica e incentivos para su modernización.
En tal sentido la Comisión Federal de Telecomunicaciones en su coordinación con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y con el resto de gobierno ha logrado concretar avances decisivos.
Por un lado, como bien aquí hemos comentado, damos cuenta de la aceleración del proceso de migración de estaciones de radio que operan en la banda de AM a la banda de FM. Este camino está dando la posibilidad a los operadores de competir con mejores condiciones técnicas en un mercado cada vez más complejo, exigente y dinámico.
A tono con el cambio y la modernización, el Presidente Felipe Calderón Hinojosa expidió el Decreto que establece una serie de acciones de política pública orientadas a adelantar la transición de la televisión analógica a la televisión digital.
Esto favorece el aprovechamiento del espectro radioeléctrico en beneficio del interés general. Se podrán incorporar nuevas y mejores tecnologías y servicios de telecomunicaciones, además de dar impulso a la competencia y al dinamismo del sector.
En este mismo sentido, el Organismo Promotor de Medios Audiovisuales busca ampliar y hacer más diverso el servicio de radiodifusión como actividad de interés público, operando a la fecha en cuatro ciudades del país y pronto en ocho mas, mediante un Convenio de Colaboración con el Instituto Politécnico Nacional, a través del cual se puso a disposición de canal 11 frecuencias, transmisores y antenas de televisión.
De este modo, México se pone al día en materia de radiodifusión y telecomunicaciones. Así establece que su camino tiene que ser el de una sociedad en que las tecnologías y los medios de comunicación refleje la vocación para la competencia que la impulsa y la pluralidad que desde su origen le caracteriza y la enriquece.
El beneficio final es para la audiencia. Los mexicanos tendrán más opciones para elegir y exigir más calidad, más representatividad y más espacios de comunicación. Más oportunidades y más desarrollo se complementan con una función social más responsable.
Este foro es una inmejorable ocasión para reconocer el papel que han jugado ustedes como factor de unidad y como herramienta de servicio ante los retos de naturaleza distinta que ha confrontado a nuestro país. También es una gran oportunidad para apelar a su compromiso con la legalidad y a su solidaridad con el bienestar social de nuestra ciudadanía.
Los medios de comunicación se han movilizado de manera ejemplar ante los embates de la naturaleza que ha dañado a distintas comunidades y regiones del país; ha dedicado horas de transmisión para difundir información de servicios públicos, convocatorias a la suma de esfuerzos. Han sido exitosos en estas acciones y han significado mensajes de aliento para los mexicanos que han perdido su patrimonio y, en los casos más lamentables, a sus seres queridos.
A fin de cuentas es en la vida diaria de los ciudadanos que nuestras acciones como autoridades, como industria reflejan el valor. Ésa es nuestra incidencia como autoridades y en la suya como medios de comunicación y encuentro.
En otras tareas, nuestra actuación comparte circunstancia y corresponsabilidad. Tal es el caso del esfuerzo que hacemos como autoridades y como sociedad para recuperar las condiciones de seguridad, paz y bienestar, frente a la agresión del crimen que atenta la tranquilidad, el patrimonio y la integridad de los mexicanos.
La tarea de comunicación del fenómeno de la inseguridad y su atención, es una tarea compartida que exige unidad y compromiso. Somos conscientes de que, lamentablemente, la amenaza y la agresión de los delincuentes ha alcanzado a los comunicadores del país, lo que adquiere una relevancia distinta porque ustedes trabajan desde la trinchera de la libertad de expresión, que es conquista y baluarte de todos los ciudadanos.
Ceder nuestra libertad de expresión como sociedad, implicaría renunciar a uno de los elementos más importantes de nuestra democracia. Trabajemos juntos para su defensa.
En el Gobierno del Presidente Felipe Calderón estamos convencidos que los mexicanos podemos avanzar más rápido en alcanzar nuestro propósito de bienestar y progreso, que abata los rezagos que aún tenemos y nos abra un nuevo derrotero de crecimiento y desarrollo en la libertad y en la democracia, sin necesidad de dar la vuelta a autoritarismos ni a fórmulas del pasado que restringieron por generaciones nuestras libertades básicas.
Asumimos, como muchos de ustedes, que la democracia es la única forma de gobierno en el tiempo y en la historia, que ha permitido generar y garantizar los derechos humanos, incluida la libertad de expresión, en el ámbito individual y colectivo. Al mismo tiempo, sólo en democracia existe la posibilidad para resolver los conflictos a través del diálogo, la racionalidad política, la construcción de mayorías y también, ¿porqué no? de consensos.
Sólo en democracia y con instituciones sólidas podemos asegurar, con todas sus expresiones, la coexistencia de nuestra pluralidad política, y la construcción de una sociedad más fuerte y más participativa que garantice una convivencia armónica y fructífera.
Nuestra pluralidad sólo tiene sentido si logramos que esta pueda enriquecer un hacer, un decir y un pensar comprometido con las generaciones de bienes públicos. Y de dentro de ellos -sin duda alguna- se encuentra en primer lugar la libertad y sus distintas formas de expresión.
Por ello, nuestra libertad sólo alcanzará su plena expresión si se articula en la responsabilidad con los demás. Y nuestros valores democráticos sólo mostrarán sus mayores alcances, cuando la práctica política manifieste un actuar fundado en una ética y en un compromiso que todos podamos compartir.
A esta generación del Bicentenario y Centenario, le ha tocado el desafío de construir la institucionalidad democrática del siglo XXI, con la convicción de que es posible garantizar el orden de libertades y el desarrollo social y humano, con base en la participación, el entendimiento y la congruencia política.
Nos ha tocado la ineludible responsabilidadde asegurar que la democracia siga siendo el mayor patrimonio de nuestra sociedad.
Por ello, al hablar de gobernabilidad democrática es fortalecer a las instituciones y a las prácticas políticas como mecanismos de acuerdos y compromiso eficaz para superar los desafíos internos que tiene esta nación.
Tenemos grandes retos de manera simultánea y convergente en todos los ámbitos de la vida pública, que van desde de la marginación social a la competitividad, pasando por la necesidad de reformas jurídicas y políticas, de nuevas formas de integración y cooperación regional, multilateral y bilateral, y por crecientes demandas y necesidades sociales.
En este marco, requerimos de una democracia eficiente y de resultados, donde las reformas puedan ser quizá graduales en el tiempo para los ajustes necesarios, pero pertinentes y trascendentes, que respondan a los problemas reales que enfrentamos a la aspiración de los ciudadanos.
Tenemos ante nosotros el desafío de concebir cambios en la forma de hacer política, de pensar y aplicar las políticas públicas, de acordar las reformas legislativas y de afirmar la corresponsabilidad entre los poderes del Estado.
Estamos también ante la evidencia de asumir como principios de acción institucional la coordinación entre poderes y ordenes de gobierno; la sustentabilidad ambiental; la equidad de género, así como el respeto a toda diversidad y preferencia política, religiosa y social.
Tan sólo en materia de libertades políticas, estamos ante la gran oportunidad de transformar al Estado y otorgarle al ciudadano, por encima de los partidos políticos, una mayor capacidad de decisión y de ejercicio de su libertad para castigar o premiar a quien en verdad le represente o sirva a su comunidad.
México no es, ni será ya el país de un solo hombre, de una sola organización o de un solo partido; México es hoy una nación plural, democrática, con retos aún, pero donde el poder se comparte y se equilibra; donde los gobiernos de estados y municipios provienen de diferentes identidades políticas, donde la sociedad civil dispone de organización y mayor presencia pública.
Este es el gran valor de nuestra democracia y de nuestra libertad. Avancemos unidos en su consolidación y hagamos posible los cambios que necesita el país para beneficiar de sus ciudadanos.
Les deseo el mayor de los éxitos en los trabajos de esta Quincuagésima Segunda Semana Nacional de Radio y Televisión, para el buen desarrollo de esta industria y, por consecuencia, del país.

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