25 abr 2012

¡EN LA TORRE! MI GENERAL

Columna "Cadena de Mando"/por Juan Ibarrola C.
¡EN LA TORRE! MI GENERAL
Quizá hasta antes de su muerte, ya se había escrito todo sobre el General Mario Arturo Acosta Chaparro. Precisamente lo único que no, era como moriría uno de los Generales más controvertido de su época.
 Acosta Chaparro sirvió a un México que ya no tiene cabida en el actual. También, sirvió a un sistema –que aunque muchos se empeñen en lo contrario- tampoco podría encontrar lugar en el mundo en que vivimos, tan lleno de derechos humanos, de opinión, de falso y escaso conocimiento, y sobre todo de inmediatez en la información, lo que creo, nos hace terriblemente vulnerables a los acontecimientos.
 El pasado viernes 20 de abril, fue asesinado en el Distrito Federal, el General Acosta. La
forma, la firma y la fuerza, no tienen las características de lo que la delincuencia organizada nos ha acostumbrado en los últimos años, es decir, no hubo 120 tiros, disparados por un grupo de sicarios, desde varias Hummer´s que cerraron la avenida principal; o no hubo el ya conocido “levantón”, para después aparecer el cadáver en algún paraje o en algún vehículo en la colonia más jodida con “narco-mensaje” incluido.
 Lo que si hubo, fue una acción profesional, limpia, certera y coordinada para asesinarlo.
 Con disparos en la cabeza es muy difícil sobrevivir y más cuando se tienen 70 años de edad. Por si los dos primeros no fueran suficientes, entonces le metieron otro balazo en el pecho para que no hubiera margen de error. El día y la hora no podrían ser mejores; viernes, pasadas las 18 horas, para que lograra entrar en los noticiarios nocturnos, y así perderse en la indolencia informativa que los mexicanos tenemos el fin de semana.
 El exitoso asesinato se llevó a cabo, al mejor estilo de los policías federales o de los que pertenecían a la extinta Federal de Seguridad de los años setentas y ochentas.
 COINCIDENCIAS O TENDENCIAS.
 Creo firmemente que dos coincidencias, hacen una tendencia. La fuga que emprendió el General Acosta Chaparro, hace menos de dos años, quizá ya había sido muy larga…
 El 18 de mayo de 2010, sufrió otro atentado donde recibió dos disparos, pero su chofer lo traslado al Hospital Central Militar –en ambulancia de la Cruz Roja de Polanco al Hospital Militar hay 1 minuto de diferencia- y logró sobrevivir.
Tres días antes de ese atentado del 2010, le fue encomendado al General Acosta Chaparro –tenía una empresa de investigaciones y seguridad- investigar el secuestro de Diego Fernández de Cevallos. La familia del “Jefe” Diego y su socio Antonio Lozano Gracia (ex Procurador de la República) se lo pidieron personalmente, ya que solo Acosta, tenía la capacidad para aclarar y en su caso rescatar con vida a Fernández de Cevallos.
 7 meses después, el panista fue liberado tras el pago de un rescate millonario.
 Sin embargo quien casi pierde la vida, fue quien tenía encomendado encontrarlo y rescatarlo. Después de ese hecho, ya no se supo quién negociaba el rescate.
 Por eso la fuga fue muy larga.
 Coincide también, por lo menos en las formas, con la muerte del General de División Jorge Juárez Loera, quien está por cumplir un año que lo asesinaron en Ciudad Satélite, en el Estado de México. A él también lo mató una acción certera con todo y bala en la cabeza.
 EL IMPACTO.
 Aunque la Secretaría de la Defensa siempre será cauta y discreta en cuanto a su comunicación, se debe entender que dentro de las filas del Ejército siempre habrá un impacto con distintas reacciones.
 La primera se da, cuando algunos medios de comunicación y algunos “opinadores”, nuevamente señalan generalizando a la Cadena de Mando militar, como algo obligadamente corrupto. Ya se ha convertido en vox populi que, sí un soldado es asesinado, necesariamente tiene vínculos con la delincuencia organizada.
 No defenderé de ninguna manera el pasado de Acosta Chaparro, ya que pertenezco a la generación que no tenía acceso a la información de la llamada “guerra sucia”. Tampoco, viví en Guerrero lo que mucha gente asegura, les hizo sufrir mi General Acosta.
 Lo que sí, es que en el año 2000, Acosta Chaparro fue a juicio junto con el General Francisco Quiroz Hermosillo, por presuntos vínculos con el narcotráfico. Mi General Quiroz murió cumpliendo sentencia en la prisión militar y el General Acosta, se defendió durante años, hasta que fue exonerado por la Justicia Militar.
 Lo que sí creo, es que no existe mejor camino el día de hoy que, dirigir este asesinato hacia la autoría de algún cártel de la droga. El impacto de imagen que sigue viviendo el Ejército Mexicano es grave y por supuesto, todo lo anterior no abona a que mejore esta situación.
 El General Acosta Chaparro, sirvió -años 70´s y 80´s- a intereses poco claros.
Hay quienes creen que sirvió a la patria, terminando con movimientos guerrilleros que tanto daño le hacían al país. Pero también hay quienes fueron directamente víctimas del exceso de esos años y porque no, otros, que fueron “daños colaterales”, tal y cual se denomina hoy.
 No solo los narcos matan Generales.
 Ahora si podrá descansar mi General Acosta… no sé si en paz.

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